viernes, 24 de febrero de 2012

Amigos Desconocidos Cap 19



Capitulo 19



Rocio había tenido la semana más dura de toda su vida. Pero por suerte ya había terminado. Entre el nuevo trabajo, la mudanza y la fiesta que había decidido dar para reconquistar a sus antiguos clientes, estaba agotada. El único bálsamo fue Gaston la noche anterior. Se había reído tanto que aún le dolían las costillas. Hombres, hombres son, se dijo risueña. Hasta en sueño no dejaban de hacer cochinadas.

Candela le tuvo que ayudar a organizar la fiesta ya que ella no podía sola, debido al nuevo trabajo. Todo estaba listo y salía a la perfección. Victorio no se alejaba de ella porque decía que estaba demasiado guapa para alejarse más de un metro. Aunque a ella le parecía que no se alejaba más de un centímetro. Y no sabía por qué eso le preocupaba si un día antes era lo que más quería. 

La mañana antes había comentado a Candela la frustración que sentía por no haber intimado aún con Victorio debido al exceso de trabajo de ambos.

- Solo lleváis una semana ¡No te impacientes! -le había aconsejado su amiga.

Pero esa noche no solo no se impacientaba sino que no tenía el menor interés de que pasase nada. Y no sabía por qué. Estaba guapísimo y tan encantador como siempre. No era él. Había algo que fallaba en ella ¿Qué más daba? No le apetecía y punto, ya pasaría cuando tuviese que pasar.

Rocio charlaba con su novio mientras vigilaba la fiesta. Recorrió con la mirada a cada una de las máscaras que estaban allí, hasta parar en una solitaria. Un hombre mirándola fijamente. Pero no era eso lo que la extrañó. No había comprado una sola máscara repetida y recordaba perfectamente a quien le había dado esa en concreto. Y ni el tipo tenía su porte, ni estaba tirado en el suelo borracho como hacía un minuto, ni llevaba la misma ropa.

- Se ha colado un tipo -afirmó Rocio señalándole a Victorio a quien se refería.
- Llama a alguien de seguridad mientras yo intento razonar con él para que no arme ningún escándalo -le sugirió Victorio mientras caminaba hacía Gaston.

Gaston ni se inmutó cuando la vio señalándolo ¿Lo había reconocido con la máscara? ¡Le daba igual! En cuanto Victorio la acarició suavemente los brazos antes de caminar hacía él, todo eso se le olvido. Donde estaba o con quien no importaba. Lo único que quería era moler a golpes a ese ¡mbécil.

Victorio llegó ante Gaston con expresión dura pero no lo amenazó, se limitó a ser lo más cortés que fue posible.

- Creo que no ha sido invitado a esta fiesta -advirtió Victorio sereno.
- ¿Usted la organiza? -se escuchó distorsionado tras la máscara.
- No, yo soy un invitado más. Pero me han pedido que le muestre donde se encuentra la puerta -informó más seco.
- ¿Su novia? -preguntó Gaston furioso.
- ¡Eso no es asunto tuyo! -espetó Victoio perdiendo la paciencia.
- ¿En serio? -dijo Gaston quitándose la máscara.

Victorio no dijo una palabra e instintivamente buscó con la mirada a Rocio que observaba la escena y se había llevado las manos a la boca horrorizada.

- ¿Encima te atreves a mirarla? -grito Gaston furioso.

No se escuchó una palabra más. Solo un gemido de dolor, que emitió Victorio cuando Gaston lo golpeó. Rocio sin pensarlo se acercó para separarlos. Pero Gaston no dejaba de golpearlo y acusarlo.

- ¡Cerdo miserable! No sabes valorar lo que tienes -gruñó Gaston rabioso.

Rochi no entendía nada. Lo lógico era que estuviese enfadado con ella, no con su novio ¿Y por qué le decía esas cosas? La gente se amontonaba y tenía que hacer algo.

- ¡Ya! -grito Rocio y todos se pararon para mirarla.

Hizo un gesto a Nico para que continuase el paso que había cesado al escucharla, para que se acercase y sujetase a Gaston antes de que tuviese otro ataque violento. Se acercó a Victorio al que le sangraba levemente el labio y lo ayudó a levantarse. Cuando vio que Nico se llevaba a la fuerza a Gaston se lo impidió.

- ¡No! ¡Tráelo! -ordenó Rocio tajante mientras se metía en la oficina agarrando a Victorio.

Al llegar Nico tiró de un empujón a Gaston contra el sofá y se colocó frente a él cómo un muro. Pero Rocio le hizo un gesto para que se fuese y obedeció con recelo. En ese momento entró Candela con una bolsa con hielo para Victorio y este lo acepto de buena gana.

- Gracias, preciosa -le dijo muy sonriente.

Rocio debería haberse puesto celosa de ese brillo que apareció en los ojos de él pero no fue así. Supo que tendría que hablar de muchas cosas. Pero eso sería después. Ahora su prioridad era Gaston. Lo miró pero él no hacía ni decía nada más que frotarse las manos. Vio que tenía los nudillos rojos. Seguramente se hizo daño de tantos golpes.

Ella cogió algunos hielos de la bolsa que Victorio apretaba contra su mejilla y se acercó a Gaston para dárselos. Pero él no los aceptó, solo se recostó sobre él sofá y la miró con una sonrisa burlona.

- ¿Me das hielo para curarme las heridas que me he hecho al partirle la cara a tu novio? -se burló Gaston aunque estaba asombrado por el detalle.

Aunque nerviosa e insegura volvió a extenderle los hielos y él los aceptó. Hubo un incómodo silencio porque nadie sabía qué decir. Victorio estaba enfadado por lo que le había hecho pero pensaba que era algo que ellos tenían que solucionar. Además, Candela le estaba revisando las heridas y el contacto no lo dejaba pensar con claridad. Esta estaba tan ocupada con los desperfectos provocados en el rostro de Victorio que ni se había enterado de lo que pasaba. Y Rocio tenía tantas explicaciones que dar que no sabía por donde empezar. Pero fue Gaston el que dijo la primera palabra. Para sorpresa de Rochi no fue a ella, sino que de nuevo la pagó con Vico.

- ¿Otra? -preguntó furioso- Y tú -mirando a Candela- ¿no te da vergüenza hacerte llamar amiga de Rochi y ser testigo de lo que este cerdo le está haciendo?
Candela estaba confundida y perpleja. Miró a Rocio y vio los mismo indicios, volvió al rostro de Victorio que estaba atónito y furioso. Y decidió que mejor no contestaba a la acusación. Pero Victorio no fue tan generoso.
-¿De qué demonios hablas? -preguntó tirando la bolsa de hielo semiderretido a una papelera- ¿Yo no le he hecho nada a Rochi? -afirmó acercándose a esta, colocándose frente a él.
- ¿Ah, no? ¿Es que crees que no la he reconocido al instante de verla? -grito Gaston señalando a Rocio.

Rochi pasó de la confusión inicia al horror de la confirmación. Debería ser ella la que discutiese con Gaston pero era incapaz de articular palabra. Nunca lo había visto así. Estaba enloquecido. Pero no le quedaba muy claro que fuese por ella. Y ¿por qué acusaba a Victorio de hacerle daño o algún mal a ella?

- Sé perfectamente quien es -continuó Gaston saltando del sofá para enfrentarlo cara a cara.
- ¿Y que tiene que ver eso con que yo le haga daño? -protestó Victorio perdiendo la paciencia.
- ¡Es la chica de la fiesta de la semana pasada! -exclamó Gaston enfadado dejando a todos confusos- Ella te acompañó hasta la puerta cuando hablamos, la recuerdo perfectamente. Solo vi su espalda pero es indiscutible que es ella.

Rocio no estaba segura de haber entendido bien ¿No la había reconocido? Bueno sí, pero no sabía que era ella exactamente. No sabía como era posible eso. Entonces se miró los brazos y recordó que la pintura corporal que llevaba le cubría lo suficiente para que no se viesen sus rasgos faciales y el antifaz cubría sus ojos. Miró a Victorio que se había quedado helado y no sabía que decir. Ella podía planear una cuartada en un segundo pero si hablaba más podía descubrirla. Allí no había música que pudiese distorsionar su voz. La reconocería aunque solo dijese una sílaba.

Candela vio la cara de impotencia de Rocio y supo que tenía que hacer algo ¿Pero qué? ¿Qué habría hecho Rochi en su caso? Inventar una excusa perfecta, seguro. Pero ella no era capaz de eso ¿Qué podía hacer? Y entonces recordó un consejo de su amiga "Para que una descabellada situación parezca lógica solo tienes que tratarla con normalidad". Esa había sido la respuesta que le había dado cuando le había preguntado cómo conseguía librarse de todos los líos en los que se metía, cuando dos hombres con los que había quedado a la vez se presentaron y marcharon juntos y felices de que ella les diera una explicación. No había entendido la frase cuando se lo había dicho, pero ahora sabía a lo que se refería. Y supo qué sería lo que ella haría. O eso esperaba.

-Gas deja de hacer el tonto -ordenó Candela colocándose entre Victorio y Rocio para mirar de frente a Gaston- Victorio es el novio de Rochi ¿qué tiene que ver eso con que tú hayas reconocido a la relaciones públicas del local? -preguntó Candela convenciéndose de que no había dicho ninguna mentira, exactamente.
- Ellos estaban juntos esa noche. La misma en la que empezó con Rochi ¿Estuviste con las dos, cerdo? -le acusó Gaston levantándole del suelo por la camisa.

- Déjalo bruto -replicó Candela al ver que Rocio no podía hablar- Ella es la encargada de que todo saliese bien por eso estuvo con él cuando fueron a ver si había algún problema en la puerta -lo excusó convencida de que eso era cierto.
- ¿Y hoy? ¿Qué excusa tiene para estar con ella mientras Rochi Dios sabe donde esta? -bufó Gaston desesperado.
- Estábamos comentando la fiesta -mintió Victorio- Y si no estoy con Rochi es porque ella esta trabajando.
- La madre me ha dicho que no cuida ningún niño que trabaja en un bar -espetó enojado Gaston. Se escuchó una leve maldición de labios de Rocio, pero nadie se giró para mirarla.
- ¡No trabaja en ningún bar! -protestó Candela sin saber qué inventar.
- Quiere decir que esto no es un bar exactamente, y es aquí donde trabaja -confesó Vico bajo la mirada fulminante de ambas mujeres- Estuvo ayudando hasta hace poco con los preparativos como en la fiesta de la semana pasada. La llevé a casa justo antes de que tú llegases -inventó ingenioso.
- ¡Que casualidad! -se burló Gaston irritado.
- Puedes preguntarle a ella si quieres mañana -contestó Victorio sereno.
- Por supuesto que lo haré. Y no voy a entrar en lo que haces tú todavía aquí si ella ya se fue porque será ella quien te pedirá cuentas. Ahora iros -ordenó Gaston seco- quiero hablar a solas con la "relaciones públicas" -dijo con tono despreciativo.
- Tú no eres quien para mandarnos hacer nada -replicó Cande pero no siguió hablando al notar la mano de Rocio sobre su hombro

Gaston vio como tanto Victorio como Candela se marchaban a regañadientes al hacer un simple gesto con la cabeza, esa bella desconocida ¡Maldita sea! Al fin la tenía cara a cara ¡y no podía verle el rostro! Pero eso no era importante. No quería quedarse a solas con ella para seducirla, se dijo Gaston, quería que le dijese la verdad. Ella no había hablado en ningún momento seguramente porque no sería capaz de mentir. Así que sería muy fácil coaccionarla para que dijese toda la verdad.



Fin Capi...




*Mafe*

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