Capítulo III
Le sorprendió comprobar que era vecino de la hermosa Rocío,
si solo hubiera manejado unos cuantos kilómetros más hubiera llegado a su
destino esa fría noche, sonrió para sí, estaba feliz de no haberlo hecho, de
otro modo no la hubiera conocido.
Sus tierras eran amplias y ricas, un poco desgastadas con el
tiempo pero nada que una buena mano de obra no arreglara. Debía contratar
empleados y material, Juan Cruz le había dicho que no se molestara en colocar
tiempo y esfuerzo en regresar a su gloria original lo que alguna vez fue uno de
los campos de sembradío y ganadería más importante del país, pero Gastón sabia
que esas tierras tenían valor y al final valdría la pena.
Su casa se encontraba en la entrada de la propiedad, era de
dos pisos, blanca y algo desgastada como todo en esas tierras, grande y amplia,
tenía múltiples cuartos abandonados pero amueblados.
- Con una mano de pintura se verá mejor – se dijo Gas
mientras la recorría.
Entro en la que sería su habitación y siguió acomodando sus
cosas en la enorme cómoda.
Saco su celular y lo miro como si estuviera maldito, no
quería saber nada de nadie mientras estuviera allí, trabajar en el campo era
todo lo que necesitaba. Suspiro y lo encendió. El aparatito vibro en su mano y
Gastón comprobó que tenía 2 mensajes.
Escucho el primero:
- hijo mío
como te encuentras?? Espero hayas
llegado con bien. Te he dicho que esas son tierras viejas he ir a reacomodarlas
es una locura – la voz de su Padre sonó melancólica - pero tienes el espíritu libre de tu madre y
sabía que nada te detendría, solo espero que consigas lo que has ido a buscar y
no te olvides de tu viejo que ya te extraña. Llámame en cuanto puedas para
saber de ti. -(saludos de mi parte) se escucho una voz atrás.- ah, si, saludos
de parte de Emilia.
El mensaje termino, Gastón sonrío, su padre Nicolás era todo
lo que él hubiera deseado en un padre y estaba feliz de que hubiera podido
encontrar el amor en Emilia después de la muerte de Gimena su madre. – Lo
llamare en cuanto termine de instalarme – se dijo como recordatorio e hizo una
mueca al mirar el nombre que marcaba el siguiente mensaje:
- gasty te he
llamado todo el día y no me cae, estoy cansada de intentar localizarte. Me
puedes decir donde se supone que estas?? Es una locura esto!! Vos sos abogado
no campesino, no da que andes dejando tus tareas aquí para irte a criar vacas,
piensa en el futuro, en nuestro futuro. Yo quiero verte, ya te extraño. Igual
no me preocupo porque sé que soy la única y me amas como yo te amo a vos.
Espero tu llamado. Un beso. El amor de tu vida Daniela Collini.
Gastón dejo el teléfono en la cama y se asomo por su ventana,
eran casi las 12 y el sol estaba a pique. – El amor de tu vida – se dijo.
Gastón había intentado sin éxito sentir ese amor por Daniela, ella no era el
amor de su vida y él lo sabía. Como también sabía que el amor que ella le
profesaba no era tan real. Daniela como abogada era ambiciosa y él era el peón
perfecto en su juego de ajedrez.
- el amor de mi vida – volvió a decir y una imagen borrosa se
posó en sus pensamientos.
Un cabello rubio, unos labios finos y rojos, un cuerpo
escultura, unos ojos dorados como la miel. Rocío.
Enseguida se giro y se encamino hacía la ducha, necesitaba
despejarse. Debía mantenerla fuera de sus pensamientos, ella era una mujer
prohibida, por amor o no, estaba casada con el enemigo de su familia.
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Rocío disfrutaba del sol en su piel, la brisa
fresca que jugaba con su pelo y el suave movimiento que demostraba la fuerza
del caballo que la hacía volar por sus tierras. Amaba cabalgar, la hacía sentir
libre y en paz. Rocío bromeaba con el estar enamorada de su caballo, whisky.
La risa de rocío fue amortiguada por el constante
repique del galope del caballo- whisky- se llamaba su caballo, así le habían
colocado Lali y ella cuando el pequeño animal había llegado a ellas siendo
apenas un potrillo. Ahora era grande y majestuoso, negro e impresionante. – Rebelde
como sus dueñas – se burlaba Lali con cada desplante que les hacía el caballo
cuando intentaban domarlo.
Con el tiempo el caballo se convirtió en la luz
de los ojos de ambas chicas, mucho más ahora para Rocío. Era el mayor y más
querido recuerdo que Lali le había dejado. Su enorme caballo solo la obedecía a
ella, solo la respetaba a ella, solo la quería a ella.
-
Soooo – dijo Rocío acariciando
suavemente el imponente cuello de su animal para que se detuviera.
Miro
hacia delante y vio como entraba la enorme camioneta de su marido. – Está de
regreso – susurro con odio.
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Pablo
era un hombre alto y fornido con el cabello marrón y los ojos castaños
verdosos, de piel blanca y porte rudo.
Era
guapo y lo sabía, un hombre rico y sin
escrúpulos conocido por su desalmado corazón
y temido por su ambición y poder.
Bajó
de su carro en un salto enérgico y vigoroso
y camino con andares regios hasta su casa, se detuvo en el porche y giro
la vista para observar a su hermosa esposa.
Rocío,
lo único en la vida que se le había sido negado, cabalgaba sobre ese necio
caballo que ella amaba.
Pablo
adoraba a esa mujer, ella fue lo que siempre quiso y nunca obtuvo. Conseguirla como esposa había
sido un milagro del cielo para el pero sabía que ella no era suya y nunca lo sería.
El
rostro de Mariana irrumpió de repente en su mente; sus almendrados ojos cafés,
su castaño cabello que caía como una cascada de chocolate por su espalda, su
menudo, pequeño, suave y cálido cuerpo que solía abrirse para él con amor.
Desterró
con horror ese pensamiento he intento
concentrarse en el escultural y sensual cuerpo de su mujer.
Mariana
volvió a él con una sonrisa triste en el rostro
y sus mejillas sonrojadas.
Recordó
como ella se abría con amor a él en cuerpo y alma. Rechino los dientes, Rocío
jamás lo había amado, jamás había encontrado en ella ese suave y cálido amor
que deseaba.
Se
perdía en cada perfecta curva de su cuerpo sintiéndola fría y distante,
inexpresiva, casi impersonal.
-
Pero eso me hace desearla más –
se dijo pablo.
Quería
poder sentir de Rocío un cuerpo cálido, un alma abierta y un corazón entregado. Sabía que no lo
conseguiría, sabía que ella nunca se lo daría porque lo odiaba.
Sonrió
malévolamente. – ya vas a caer, tarde o temprano me amaras.

Holaaa siempre Luciaa.. me encanta la nove espero solo que Pablo se vaya YA! lo odio! Por el resto me gusta.. espero el proximo capitulo! Besos :*
ResponderEliminarme cae mal pablo, quiero que se vuelvan a encontrar rochi y gas!!! esta interesante esto ah
ResponderEliminarno me cae paBLOO QUIERO MAS DE GAS Y RO ! ♥
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