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Cap 45
—No hagas eso —dijo con debilidad.
— ¿Por qué? Te gusta que te lo haga —afirmó él.
Gastón metió las manos por debajo del canesú, le desabrochó el sostén y las cerró sobre sus pechos. Los pezones de Rocío se endurecieron al instante.
—Qué me guste o no es lo de menos—protestó.
— ¿Cómo podría serlo? —preguntó él—. Esto es la guinda de la tarta para los dos... pero tendrías que haberme dicho que yo iba a ser tu primer amante. De haberlo sabido, habría sido más paciente y te habría hecho menos daño.
Rocío deseó que el suelo se abriera bajo sus pies y se la tragara. Rápidamente, echó mano del canesú y se lo cerró para no quedarse desnuda ante sus ojos. Después, ruborizada, se apartó de él.
—No te preocupes por eso. Estoy bien.
Gastón sonrió.
—Como tú digas —declaró—. Cenaremos juntos dentro de una hora.
En cuanto él salió de la habitación, Rocío se metió en la bañera. El agua olía muy bien, y entre la espuma flotaban pétalos de rosa. Rocío se quedó impresionada con las molestias que Gastón se había tomado; de hecho, el baño le impresionó bastante más que el extravagante collar. Se sentó en la bañera y notó un calor intenso entre las piernas. Había tenido su primera relación sexual, y aunque se sentía avergonzada por ello, lo sucedido no le preocupaba tanto como el hecho de que volvería a entregarse a él a poco que Gastón se empeñara. Y se empeñaría. No en vano, era suya. Había aceptado ser su esposa por dinero. Sin embargo, volvió a preguntarse por qué habría querido casarse. Él no necesitaba pagar para mantener relaciones sexuales con una mujer; ni mucho menos, contraer matrimonio.
Mientras pensaba en el asunto, también se preguntó por qué la atraía tanto Gastón Dalmau. Al principio le había disgustado mucho; pero cuanto más lo conocía, más le gustaba. En primer lugar, estaba el cariño que le demostraba a su abuela; casarse por hacer feliz a Ines le parecía un exceso, pero no se podía dudar de sus buenas intenciones. En segundo lugar. Gastón se comportaba como un caballero con todo el mundo y no se daba demasiada importancia a sí mismo, a pesar de ser un hombre rico y poderoso. En tercer lugar, lograba que se sintiera increíblemente femenina; y aunque podía ser muy directo, Rocío siempre había preferido la sinceridad a la hipocresía y la
ocultación. Pero eso no era todo. Por muy arrogante que fuera, Gastón le estaba demostrando que también sabía ser sorprendentemente considerado y atento. En ese momento llamaron a la puerta:
era una doncella, que le dejó una caja de bombones de chocolate junto a la bañera. Rocío sonrió de oreja a oreja, se llevó un bombón a la boca y lo saboreó. Justo entonces, se dio cuenta de que Gastón le gustaba de verdad, de que quería acostarse con él otra vez y de que se estaba enamorando.
La revelación fue tan súbita que se asustó y se levantó de golpe. De todas formas, el agua ya estaba enfriando; así que alcanzó una toalla y salió de la bañera. Después, se quitó los restos de maquillaje, se cepilló el cabello y se dirigió a la habitación. El teléfono empezó a sonar.

me encantaria que fuera mas largo el cap!
ResponderEliminarAmo la nove!
Ah bueno, esto se puso interesante, Rochi ya se dio cuenta, ahora el tema va a ser Gaston ahora, pero bueno, a él le gusta eso es obvio, wow, que cosa, ame el capitulo, la reflexion de Ro y todo, quiero más.
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