sábado, 29 de septiembre de 2012

El hijo del Magnate Capítulo 47


Para leer el capítulo hacé click en leer más...

 Cap 47
—Me gustas cuando estás completamente sobria —dijo él
—Aprenderé a mantener mi copa llena —bromeó Rocío, sonriendo—. Así no me la llenarán cada vez que un camarero pase por delante.
Encantado con su sonrisa, Gastón dejó el teléfono sobre un mueble y la tomó de la mano. Rocío se arrodilló en la cama. Él le acarició el cabello, la besó apasionadamente y le quitó el camisón. Cuando la prenda cayó, Gastón capturó los pechos de Rocío  con las manos y, a continuación, le lamió los pezones hasta que Rocío sintió un calor intenso entre las piernas y soltó un gemido.
—No puedo dejar de desearte —murmuró él.
Gastón pasó los dedos sobre los rizos dorados de su pubis y frotó suavemente su clítoris antes de aventurarse dentro de Rocío.
Rocío contuvo la respiración, tan ansiosa de caricias como si su primer encuentro no se hubiera producido. Separó las piernas y se aferró a sus hombros para apoyarse hasta que él la alzó en vilo, la apoyó en el cabecero de la cama y cubrió de besos su cuerpo.
—Quiero hacerte el amor como debí hacértelo esta tarde —anunció—. Quiero volverte loca de placer.
Gastón la tentó con la lengua y los dedos en su sexo hasta que Rocío empezó a temblar. Rocío  se seguía sintiendo culpable, pero aquello no tenía nada que ver ni con lo correcto ni con lo incorrecto: era simplemente maravilloso, y sabía que Gastón no se había aprovechado de Rocío ni la primera vez ni entonces: hacía lo que Rocío también quería hacer. Al cabo de unos minutos, cuando ya no podía más, Gastón se puso un preservativo y la penetró. Estaba tan excitada que alcanzó un orgasmo violento al sentir el contacto. Sus convulsiones estuvieron a punto de provocar que él también llegara al clímax, pero se contuvo, le levantó las piernas y empezó a moverse con más y más fuerza.
Rocío  tuvo un segundo orgasmo, que estalló en su interior como unos fuegos artificiales. Cuando terminaron, estaba tan cansada que pensó que no podría volver a moverse. Se sentía completamente satisfecha.
Gastón se tumbó a su lado y la abrazó, cubierto de sudor.
—Eres tan apasionada... —dijo, mirándola fijamente con sus ojos dorados—. Te deseo tanto que estoy considerando la posibilidad de no dejarte salir nunca más de esta cama.
Rocío  no encontró fuerzas para cambiar de posición, así que se contentó con besar todas las partes de Gastón que tenía a mano.
—Ines me ha contado que estás deprimida por el divorcio de tus padres —murmuró él—. Es una verdadera locura.
Rocío  se puso tensa.

2 comentarios:

  1. ahh bueno estos dos estan a full!
    siempre nos dejas con la intriga
    Espero el próximo cap

    ResponderEliminar
  2. Epa, quenchis los locos, demasiado quenchis ah. Me gusto, se nota que esto va más alla de lo pasional aunque ellos aun no se den cuenta, bueh, Rochi si, él no.

    ResponderEliminar