Lali miró aturdida hacía la puerta. Peter estaba inmóvil
frente a ellos, con la puerta de par en par. Agarrando fuertemente el pomo de
esta y mirándolos con una expresión sin emoción.
- Amore -dijo finalmente el italiano mirando con una sonrisa a su novia-
¿Tienes planes para cenar?
La chica parpadeó perpleja, miró a Gaston que aún se encontraba sentado entre
sus piernas desnudas y después miró de nuevo a su novio. Tragó el nudo de su
graganta y se obligó a contestar.
- Gas ha comprado comida china -agradeció que su voz se escuchase más que un
susurró.
- ¡Bien! Yo comeré algo por ahí. Los chicos me esperan para tomarnos unas copas
¡No me esperes despierta! -le aconsejó el chico risueño.
Y con esto cerró tras él, dejándolos solos y atónitos. Gaston se levantó
lentamente de la cama sin dejar de mirar a la puerta. Lali reaccionó más
rápido. Y con un grito de frustración se tiró sobre la cama y comenzó a
patalear y sacudiar las sábanas y almohadas hasta deshacerlas por completo.
Enmarañada, con la ropa liada a su alrededor, despeinada y exhausta, se tendió
bocarriba perdiéndose en sus pensamientos. Como si en el techo pudiese
encontrar sus respuestas.
Gaston observó la escena con compasión y se le acercó con toda la ternura que
le fue posible. Se unió a ella en la cama, tendiéndose a su lado y atrayéndola
hacía él para abrazarla. Ella se dejó consolar y ocultó el rostro en su pecho.
- Él te ama -le aseguró Gaston, acariciándole el pelo.
- Pues lo disimula muy bien - farfulló ella desde su escondite.
- Simplemente no es celoso -explicó él, no muy convencido. Algo no andaba bien
con su hermano.
- ¡Oh por Dios! ¡Cuéntale eso a otra! -replicó Lali irritada- Tú has armado todo
un drama solo por escuchar a tu novia darle un consejo a otro hombre ¿Qué
habrías hecho si te la hubieses encontrado abrazada a tu hermano, medio desnuda
y en la cama?
¡De acuerdo, él los habría matado! Y no entendía como su hermano no hacía lo
mismo. Él tenía una mujer impresionante a su lado ¿Cómo no podía darse cuenta?
Cualquier hombre mataría por tener algo como lo que él tenía. Y acabaría
perdiéndola por desatenderla. Aunque probablemente lo merecería. Sabía que su
hermano la amaba. Podía verlo en sus ojos cuando la miraba. Había amor a
raudales en ellos. Pero después tenía comportamientos como este que hacía que
ella dudase. Y Gaston entendía sus motivos. Era posible que él no fuese
objetivo. Nunca había hablado con su hermano del tema y sabía lo que estaba
sufriendo su cuñada con el abandono del joven. Pero nadie podía culparlo por
estar junto a ella cuando lo necesitaba, al igual que hacía ella.
Ignoró el comentario erroneo sobre su dramatización de lo que había escuchado
decir a Rochi e intentó calmarla. Lo más convincente que pudo, para no ser un
actor profesional.
- Él y yo somos diferentes. Tienes que plantearle tus dudas sobre vuestra
relación antes que el problema se agrave -sugirió Gaston, acariciándole
gentilmente el brazo.
- No hay ningún problema. Para él es la relación perfecta. Puede irse de fiesta
con los amigos sin que nadie le pida explicaciones y cuando vuelve tiene a una
ton'ta calentándole la cama -se reprochó la chica, arrugando su pequeña nariz
contra el duro pecho de su cuñado.
- ¡Tú no eres ton'ta y dudo que lo esperes de forma tan pacífica! -se burló Gaston,
levantándole el mentón- ¿Por qué no sigues tus propios consejos y hablas con
él?
- Porque no quiero tener pruebas de que no me ama. Tendría que dejarlo y no
quiero.
Y sin querer hablar más del tema se acurrucó unos segundos bajo su brazo para
después salir corriendo hacía la sala. Gaston se levantó y la siguió para
asegurarse de que estaba bien. No tardó más de un minuto y ella ya estaba engullendo
comida como si fuese una carrera contrarreloj. Sacudió la cabeza y se sentó a
su lado. Sino se daba prisa no quedaría nada para él.
Mientras Gaston intentaba robarle algo de comida a su cuñada, al otro lado de
la ciudad existía una discusión bien distinta.
- ¿Como que te encontraste con Gas? -gritó Candela sorprendida- ¿Cuando?
¿Donde? ¿Qué te dijo?
Rochi suspiró pesadamente, apoyándose sobre la mesa del despacho privado. La
música se escuchaba de fondo. La fiesta había comenzado pero ella no podía
estar más lejos de querer festejar nada.
- Te lo acabó de contar. En el aparcamiento, hace un rato y salvo irritarme
profundamente, no ha dicho nada de importancia -aclaró la chica inmersa en el
recuerdo.
Por unos segundos había olvidado todo lo que había pasado entre ellos y lo
único que había deseado era correr a él y abrazarlo. Estrecharla contra él. La
necesidad había sido tan fuerte que aún le dolía todo el cuerpo por resistirse.
Pero a medida que se iba acercando a él todo su sufrimiento fue apareciendo en
oleadas de rabia. Imágenes de su patética existencia una vez que él la había
abandonado.
Hacía casi diez años él la había abandonado por primera vez. Ella se había
hecho la fuerte y seguido con su vida. Pero cuando él regresó, ella amoldó su
vida para ajustarse a él. Creo toda una farsa para estar a su lado. Había
vivido para él ¿Y qué había hecho él? ¡Abandonarla de nuevo! había sido ton'ta
una vez para creer que el amor y la felicidad se le era permitido. Pero ya
había comprobado a base de muchas lágrimas, que ella nunca tendría ninguna de
las dos cosas.
No pudo evitar exhalar un pequeño gemido, al recordar la abrasadora belleza del
hombre. Se veía más descuidado que de costumbre, a pesar de su elegante porte.
Había algo desdeñoso en él, en su expresión, que decía que le era indiferente
llevar un Armani que un chándal. Y para la mald¡ta desgracia de Rochi, tuvo que
admitir que ella lo vería mucho mejor sin ninguna de las dos cosas
encima.
Podrían ser los meses de celibato, pero desde que lo había visto no podía dejar
de tener pensamientos indecorosos. Y su calor corporal no dejaba de aumentar,
había ignorado esa parte de su vida durante esos meses. Pero al parecer había
despertado y no deseaba volver a dormir ¿Tan concentrada había estado en el
trabajo que había olvidado su vida sexual? No, ella sabía que ese no era el
motivo. Y de nuevo sus pensamientos se dirigieron al rubio de ojos verdes que
la torturaba incluso ausente.
- Necesito más detalles que eso -protestó su amiga, reanudando el tema- No me
puedes decir que has visto a y ya ¡Como si nada!
- Te conté hasta el último detalle -aseguró Rochi perdida en una niebla de
emoción, confusa y fría.
- Solo me dijiste que lo odias y que se lo hiciste saber.
Sí, se lo había gritado con toda la energía de su cuerpo. Y podría haber
seguido haciéndolo si él no se hubiese mantenido inmóvil. Ella no pudo soportar
el enfrentar a una estatua. Quería discutir, gritar, ¡pegarle! Pero él solo se
quedó allí quieto mientras la rabia de ella iba sustituyendo a la histeria.
Decidió no humillarse más frente a él y recomponiendo su postura lo fulminó con
la mirada y se marchó.
Cuando él había empezado a hablar de su trabajo como si fuese dos ex-compañeros
de clase que se encuentran después de un tiempo, Rochi deseó apalearlo. Pero al
menos pudo controlar la rabia. Hasta que se atrevió a preguntar como si le
importase lo más mínimo lo que hicieran cualquiera de ellos. Él se había
marchado y abandonado a todos los que eran su familia. Sin preocuparse por
ellos y sus vidas. Eso la enfureció tanto que fue incapaz de seguir con la
fachada de indiferencia.
Pero lo que verdaderamente la puso histérica como para comenzar a gritarle su
odio, fue la respuesta que tuvo su cuerpo ante el contacto con el de él. Cada
hormona de su traicionero cuerpo había brincado de júbilo ante su abrazo. El
tenerlo tan cerca, poder oler su fragancia, notar sus duros músculos contra
ella,... ¡Era más de lo que pudo soportar! Y se odió por ello ¡Lo odió por
ello! Por abandonarla y hacerle daño. Por dejarla y privarla de él. Y eso es lo
que más dolía, que pese a todo lo que más le destrozaba era no tenerlo a su
lado.
Quiso llorar al descubrir que aún era tan ton'ta como para seguir enamorada de
él. Pero la puerta se abrió en ese momento sacándola de cualquier pensamiento y
sustituyendo su caos mental y pena por pura sorpresa.
- ¿Qué haces aquí? -preguntó Rochi boquiabierta.
Candela se levantó de un salto al ver al hombre entrar en el despacho y se
acercó a su amiga en señal de apoyo. Estaba tan atónita como ella y la
curiosidad invadió a ambas. Y otro sentimiento que les decía que no era una
visita que fuese a traerles buenas noticias. Algo estaba por ocurrir y Rochi no
estaba muy segura de querer que sucediera.
Fin Capi
*Mafe*

es peter el que entro !!! estoy seguraa. Me da tanta pena Rochi, Gas se volvio un tarado
ResponderEliminarEstoy segura de que es Peter el que entro para decirle algo de Gas.
ResponderEliminarEspero que vuelvan
No te la puedo. Como la dejas ahi!!! Rochi es una terca tambien, los dos son tercos, cabezas duras kjahsahjghsgahhs. Quiero saber que va a pasar!!! esta re bueno esto, me mato Lali triste, porque es como que tiene razon, Peter no le da mucha bola, y no se, ojala todo se arregle, porque tanto como Gas y Rochi, sufren, y mucho.
ResponderEliminarNo me lo dejas asiii!!!!!:ag!! quiero mas!!
ResponderEliminarMala eras y mala quedatse!! No podes hacer terminar un capitulo asi!! No es posible esperar otra semana para ver que pasa!! Que bruja!
ResponderEliminarLucia!