lunes, 1 de octubre de 2012

El hijo del Magnate Capítulo 48


Para leer el capítulo hacé click en leer más...

 
Cap 48
— ¿Por qué te parece una locura?
—Porque has vivido veinte años en una familia feliz —respondió—. Deberías apreciar la suerte que tuviste.
Rocío parpadeó.
—Qué sabrás tú de eso —dijo, enfadada.
—Bastante más de lo que imaginas. Mi padre se pasaba la vida entrando y saliendo de la cárcel porque se dedicaba a robar coches; era un ladrón bastante estúpido. Y en cuanto a mi madre, se emborrachaba tanto que debía acostarla yo mismo cuando llegaba a casa.
Rocío no supo qué decir, pero él siguió hablando.
—A mi padre lo mataron a tiros en plena calle, porque cometió el error de robar el coche de un gángster local. Y mi madre falleció un año después, cuando su hígado dejó de funcionar.
Rocío  lo miró con tristeza.
— ¿Qué edad tenías entonces?
 Gastón respondió con calma absoluta, como si no sintiera nada al respecto; casi como si estuviera hablando de otra persona.
—Trece. Ines insistió en que fuera a vivir con ella... éramos unos desconocidos cuando llegué, porque además de ladrón, mi padre también era un mal hijo —le explicó, mirándola a los ojos—.
Ines es la única familia que he tenido, pero me temo que le puse las cosas muy difíciles. En aquella época, yo era un chico verdaderamente rebelde.
Rocío  le acarició los labios y dijo:
—Me lo imagino.
Gastón rió.
—No, no te lo imaginas. Hemos crecido en mundos muy distintos. El tuyo era agradable y seguro, un hogar típico de clase media: seguro que tus padres te daban todo lo que les pedías.
— ¡En absoluto! —protestó.
— ¿Ah, no? Dime una cosa que no consiguieras —la desafió.
Gastón se preguntó por qué estaría charlando con Rocío. Nunca charlaba con sus amantes después de hacer el amor.
—Me enamoré de un chico que era el novio de otra persona —respondió, ofendida por la insinuación de que había sido una niña mimada—. Lo superé al cabo de un tiempo, pero lo pasé muy mal.
— ¿No intentaste conquistarlo?
Rocío lo miró con horror.
—De ninguna manera. Era el novio de mi hermana.
—Si no estabas dispuesta a luchar por él, es que no te gustaba tanto como dices—afirmó.
Rocío  sacudió la cabeza.
—Por si no lo recuerdas, Gastón, hay cosas más importantes que un capricho. Por ejemplo, la lealtad.
—Me pregunto si nuestro hijo saldrá a ti —declaró él, de repente—. Yo soy bastante frío cuando se trata de proteger mis intereses... espero que herede uno o dos genes de ti. Pero no más, porque
si fueran demasiados, me temo que no podría sobrevivir en mi mundo.
Rocío lo miró con desconcierto.
— ¿Nuestro hijo? ¿De qué estás hablando?
Gastón frunció el ceño y dejó de abrazarla.
—Si se trata de una broma, no tiene gracia.
— ¿Una broma? ¿Por qué iba a bromear? —preguntó Rocío—. Acepté casarme contigo, pero...
—Aceptaste casarte conmigo y tener un hijo conmigo. Lo sabes perfectamente —dijo él con impaciencia—. Pero si estás de acuerdo con eso, y no veo por qué ibas a estar en desacuerdo, estaría dispuesto a extender uno o dos meses la duración de nuestro contrato.
Rocío  no podía creer lo que estaba oyendo: pero sobre todo, no podía creer que su hermana hubiera firmado un contrato en esas condiciones y no le hubiera dicho nada en absoluto.

3 comentarios:

  1. pobre Rochi.. Euge no le dijo nada de que tenia que tener un hijo
    Espero que ella acepte tenr un hijo con el sería hermoso

    ResponderEliminar
  2. Que eugenia hdp! pero igual por un lado es una grosa porque hizo que se conociera con Gas! :)

    ResponderEliminar
  3. Wow, no sabia? pense que si jajajaja. Esto cada vez se pone mejor!!!

    ResponderEliminar