No entendía a qué cosa se refería que pudiera estar en la caja. Un sudor
frío se apoderó de ella. Sus piernas se debilitaron. Sus ojos color miel lo
miraron incrédulos. Pero él no la estaba mirando. Estaba metiendo la llave en
la caja, temblándole el pulso.
Rocío se lamió los labios secos en un gesto ansioso. Debía tratarse de
algo más que acciones. Nunca había visto a Gastón perder el control de ese
modo. Y ahora, fuese lo que fuese lo que estaba dentro de la caja, estaba
frente a él.
La caja estaba llena de papeles. Gastón comenzó a revolverlos, dejando
de lado las fotos y cartas, que quedaron esparcidas por toda la mesa. Estaba
pálido, y su búsqueda se iba haciendo más desesperada a medida que avanzaba.
Rocío fijó la vista en un sobre grande dirigido a una persona de la que
jamás había oído hablar. Ni siquiera reconocía la letra. Entonces vio una foto
grande en la que se veía a hombres y mujeres en actividades obscenas. Sintió
disgusto. No entendía por qué su padre las guardaba.
- ¿Qué es todo eso? – preguntó a Gastón, puesto que era evidente que él
sabía bastante más que ella acerca de la caja y su contenido.
Él pasó la foto sin demostrar un ápice de asombro.
- ¿Qué es? – preguntó él repitiendo sus palabras con una mueca que
simulaba una risa cínica -. ¡Es una caja de vidas destrozadas! Los secretos de
otra gente. ¡Tu padre vivía a costa de sus víctimas y de su miedo, el muy
cerdo!
Rocío se puso lívida, pero lo increpó:
- ¿Cómo te atreves a hablar así de mi padre?
Gastón no la estaba escuchando. Seguía buscando entre los papeles como
un poseso.
- Qué me obligase a revolver entre esta basura es el último de sus
insultos. ¡Yo, Gastón Dalmau, ensuciándome las manos, porque no hay nadie en
quien pueda confiar como para que hurgue entre esta colección de errores
humanos! ¡Sus trofeos! ¡En lugar de tirarlos los ha conservado hasta el final,
el muy cochino!
Rocío casi no se sostenía de pie. No podía dar crédito al crimen que se
le imputaba a su padre. Y en su incredulidad todo se le hacía confuso.
- ¿Qué está diciendo? – la voz de ella sonó tan débil que apenas se oyó.
- ¿Estás sorda? – la miró Gastón sin piedad -. ¿Por qué crees que me
casé contigo? ¿Por tu cara bonita y tu educación de convento? ¿Por tu habilidad
para actuar como una dama y saber colocar adornos florales en la casa?
- Por las acciones – alcanzó a pronunciar ella.
- ¡No había acciones! ¡Era todo mentira! ¡Ésa línea de barcos ni
siquiera existió! – gritó él con furia, sus palabras retumbando en la
habitación.
- Me estás mintiendo – contestó Rocío a punto de desfallecer.
La atención de Gastón estaba puesta en el documento que tenía en ese
momento en sus manos. De pronto, sin aviso alguno previo, dio un puñetazo sobre
la mesa.
- ¡Es sólo una copia!
- ¿Una copia de qué?
- ¡Y éste es el fin!
Gastón parecía un león dispuesto a comérsela.
- El original te lo dio a ti, ¿no es verdad? ¿Te lo dio a ti para dejar
a salvo...?
- ¿Qué cosa me dio? – casi no podía articular palabra Rocío.
- Tu sabes de qué estoy hablando. No te hagas la inocente – dijo él
yendo a un rincón de la habitación -. Si no está aquí, lo tienes que tener tú.
Max no era ningún tonto. Y sabía que me desharía de ti si caía en mis manos. Así
que te lo dio a ti. Entonces, ¿dónde está?
- ¡Basta ya! ¡Déjame en paz! – gritó a pesar del terror que sentía.
- Si no me dices dónde está el certificado, soy capaz de cualquier cosa.
¡He vivido extorsionado durante cinco años para proteger a mi familia, y no
pienso vivir así un día más!
Gastón había pronunciado por fin la palabra, “extorsionado”. No podía
ser cierto. Su padre no podía haberle hecho un chantaje. Rocío estaba a punto
de desfallecer.
-
Siempre me he preguntado por qué lo había hecho
así...que tú tuvieras que ser mi castigo de por vida – soltó Gastón como
pensando en voz alta -. Pero te diré una cosa, preciosa. Prefiero ir a la
cárcel por estrangularte antes que cumplir esta otra sentencia.
Aterrada, Rocío miraba la cara de Gastón, y finalmente, de manera
misericordiosa, dejó de verla, al mismo tiempo que Rocío se desvaneció.

Hola me gusta la novela, pero no la puedo leer bien, se corta las palabras de la parte derecha, no se que se puede hacer. Muchas gracias
ResponderEliminarAlee soy Lu.. capitulo hermoso.. espero el proximo.. te quiero.. besos
ResponderEliminar