Ahora si el penultimo capitulo, dedicado a todo el team Gastochi que siempre están presentes
Las Adoro Chicas
Capítulo 92
Un ruido armonioso e irritante inundó la habitación. En
penumbras, el sonido fue ignorado. Pero no cesaba. Rochi se revolvió en la cama
y escondió la cabeza bajo la almohada. El ruido no cesó.
Percatándose de que se trataba de su teléfono, hizo un
intento por despertarse y contestar. Se incorporó, suspiró frustrada y descolgó
el teléfono.
- ¿Quién a muerto o está apunto de morir? –farfulló Rochi
malhumorada. La muerte de alguien era lo único que justificaba que la
despertasen a esa hora. Y si no era así, sería ella quien mataría al
inoportuno.
- ¡Victorio! –sollozó Candela al otro lado de la línea.
Rochi se quedó petrificada y cualquier rastro de
ensoñamiento desapareció al instante. Se levantó de la cama de un salto, al
reaccionar y descorrió las cortinas. La luz del amanecer la aturdió más aún,
costándole hablar. Pero un sollozo de su amiga la hizo actuar. Candela la
necesitaba y aún no sabía qué pasaba.
- ¿Qué ha ocurrido? –preguntó Rochi impaciente.
- ¡Voy a matar a Vico ! –balbuceó la chica intentando ser
enérgica.
Rochi respiró aliviada. Candela estaba enojada con su novio
y Victorio estaba bien. No es que eso fuese a ser relevante, porque si ella
escuchaba que él había hecho daño a su amiga, sería ella misma la que lo
matase. Pero al menos no había ocurrido ninguna tragedia.
- Mejor me lo cuentas en persona ¡Voy para allá! –aseguró la
chica encaminándose al baño, para alistarse.
- Estoy en mi antiguo depa –explicó Candela en un sollozo.
De acuerdo, eso no era bueno. Candela había mantenido su
antiguo apartamento como un tipo de almacén. Ya que lo tenía atestado de
pertenencias que no deseaba usar pero que se negaba a tirar. No tenían
necesidad económica de venderlo, así que lo mantuvo como si del trastero de una
casa fuese. Y que ella estuviese alli no era una buena señal.
No quiso preparar el funeral de Victorio antes de tiempo. Su
amiga tendía a exagerar y dramatizar todos los problemas porque nunca les veía
soluciones. Pero Rochi era más práctica. Decapitaría a su amigo solo si era
necesario. Para ello tenía que enterarse de lo sucedido lo antes posible.
Se despidió apresuradamente de su amiga, se vistió y corrió
a su encuentro. Nada más verla, Candela se abalanzó a sus brazos para llorar
desconsolada. Rochi le devolvió el abrazo y la condujo hacía el interior del
apartamento.
Tras calmarse un poco la chica comenzó a explicar lo
ocurrido.
- Se marchó a hacer una compra y no apareció hasta varias
horas más tarde ¡Apestando a bar y con carmín en la camisa! –gimoteó la chica.
¡Vale, ella podía matar a su amigo por eso! Pero no
cometería el mismo error que “otros”. No juzgaría hasta saber lo ocurrido
realmente. Dejaría que él se explicase y después ¡lo mataría!
- Bien ¿y él qué explicación te ha dado? –intentó razonar Rochi.
Candela la miró como si hubiese dicho algo incomprensible y
arrugó el ceño.
- ¿Qué quieres decir? Olía a bar y tenía carmín en la camisa
¡No necesito que me diga lo que estuvo haciendo, ya lo sé! –protestó la chica
indignada.
- ¿Como Gas sabía que lo que yo le estaba diciendo a Pablo era una declaración de amor? –intentó hacerla ver con más calma la situación.
- ¡No es lo mismo! –aseguró Candela.
- No seas cabezota. Ve y habla con él y si de veras pasó
algo con otra tipa... –se interrumpió para imaginárselo muriendo de mil formas
distintas- yo me encargo de que le sea imposible volver a hacerlo.
- De acuerdo, pero tienes que venir conmigo. Porque no me
fío de mi misma. Tan pronto como lo vea puedo querer matarlo que perdonarle
todo sin importar lo que haya hecho –explicó Candela abatida.
Y Rochi sabía que era cierto. Los planes a largo plazo no
eran la especialidad de Candela. Ella era más de actuar en el momento o dejarse
arrastrar por la situación.
Las dos chicas se dirigieron a la gran casa de Victorio. El
coche de este estaba aparcado de cualquier manera en la entrada. Es posible que
Candela hubiese tenido razón y el chico hubiese llegado borracho. Pero aún
tenía que escuchar su versión antes de hacer una bola de carne con él.
Abrazó a su amiga para darle ánimos a seguir y entraron al
interior de la gran casa. No les costó encontrarlo porque toda la casa estaba
inundada con sus gritos. Al parecer había alguien más con él. Y a juzgar por
las criticas de este, Rochi diría que se estaba desahogando a su costa.
Cuando entraron a la sala de la que provenían las blasfemias
se encontraron tanto a Victorio como a su acompañante. El muchacho se quedó
inmóvil al ver a su novia con la cara inundada de surcos de lágrimas, algunas
secas y otras aún húmedas. Pero no fue el único conmocionado, Rochi y Gaston se
quedaron mirándose sin poder evitarlo, como la atracción de un mosquito a la
luz. De nuevo el sollozo de Candela la hizo reaccionar. A todos ellos, en realidad.
- ¡Cariño! –balbuceó tiernamente Victorio acercándose a su
novia.
- ¡No te acerques! –exigió la chica, escondiéndose tras su
amiga- Solo he vuelto porque Ro me lo ha dicho.
Victorio la miró comprensivo y después regalo a su amiga una
sonrisa de agradecimiento.
- Solo lo hice porque no creo que sea justo para ninguno de
los dos que terminéis algo tan especial sin haber aclarado lo que ha sucedido
en realidad –explicó Rochi serena y autoritaria- No te he hecho ningún favor.
Si lo que ella ha entendido que pasó es cierto ¡estás muerto! Pero si es un
malentendido... –suprimió la oleada de dolor que quiso apoderarse de ella- ¡No
permitiré que lo estropeéis todo por no hablar! No me quedaré de brazos
cruzados mientras ella huye y destruye la felicidad de ambos por nada.
Gaston sintió como si le diesen un puñetazo en el estómago.
Podía ver el dolor reflejado en cada palabra. Daba igual cuan fría se
presentase ella, él podía distinguir todo el daño provocado. Quiso llorar y
pedirle perdón. Gritarle que la amaba y que jamás volvería a dañarla. Pero era
absurdo. Ella lo odiaba y con toda la razón.
Intentó disimular su propio dolor y dirigió la mirada a su
amigo como si esperase una respuesta de este. Pero este como respuesta solo
asintió con la cabeza, sabiendo lo mucho que significaba todo lo que acababa de
decir.
- Cande –farfulló el joven, intentando mirar a su novia a
través de su amiga- Todo fue un malentendido.
- ¡Cállate, no te creo! –espetó Candela enojada, sin salir
de la seguridad de la espalda de su amiga- Volviste inconsciente de tanto
tomar.
- ¡No! Volví inconsciente porque este bruto –señaló a Gaston, que se encogió de hombros instintivamente- me dio una paliza.
- ¡Eh! Que yo no fui el único que golpeó –protestó Gaston a
la defensiva.
- ¡Tú mejor estáte calladito! –aconsejó Rochi como una
férrea orden, que Gaston obedeció al instante.
Aunque absurdo, Gaston había sentido un brote de felicidad al
escucharla dirigirse a él. El solo hecho que le mandase callar y no lo ignorase
como si no existiese, lo hacía enormemente feliz.
- ¿Te hizo mucho daño? –preguntó Candela cariñosa
acercándose a su novio, saliendo finalmente de su escondite.
Pero no llegó hasta él porque la mano de su amiga la sujeto
en su sitio.
- ¿Qué tal si te enteras de la historia completa antes de
perdonarle todo? –protestó Rochi, poniendo los ojos en blanco ante el cambio de
actitud de su amiga.
Candela se recompuso en su sitio. Y miró a su novio con una
fría irritación, como si fuese el culpable del descontrol de sus emociones.
- ¡Ok! Imaginemos que me trago lo de la pelea. Que por
vuestra pinta es posible –dijo observando más en profundidad a ambos. Victorio
llevaba la camisa rota y varios morados en el cuello, como si le hubiesen
intentado asfixiar. Gaston tenía el labio roto y sangrando, y su camiseta
deformada decía que otros tantos golpes había bajo ella- ¿Qué tiene que ver eso
con que tengas carmín en tu camisa?
Victorio la miró como si no entendiese de lo que hablaba y
después se apresuró a mirar en su camisa hasta encontrar dicha marca. Al verla
pareció tan sorprendido como ella y la volvió a mirar con su dulce cara de
asombro.
- Esto... –comenzó a decir Gaston mirando a Rochi para que no
lo mandase a callar otra vez. A esta le costó horrores no hacerlo, pero hizo un
esfuerzo y miró a otro lado con desprecio para que pudiese hablar libremente. Gaston suspiró
con tristeza y prosiguió- Él estaba inconsciente y no podía levantarlo yo solo.
Estaba un poco borracho además de dolorido –explicó el chico, apenado porque a
nadie le fuese a importar su estado- Así que me tuvo que ayudar una de las
camareras. Es posible que al agarrarlo, como era mucho más bajita, se topase
con el pecho de él y lo manchó sin querer. Él no te ha sido infiel Cande, solo
entró al bar porque me vio y quiso hablar conmigo.
- ¿Y tú lo golpeaste? –protestó Candela, agradecida de saber
que su novio era inocente de los cargos que ella misma le imputó.
Victorio estaba demasiado agradecido de que su novia
confiase en lo escuchado y no deseó más peleas. Así que fue hacía su novia la
besó y abrazó, y apretó contra él hasta que ella se quejó del intento de
asesinato. Ignorando la presencia de los dos presentes, se marcharon abrazados,
cariñosos y bromistas. Un estup¡do malentendido no había estropeado su relación
y se juraron que nada lo haría.
Fin Capi
*Mafe*

nooo lo podes dejar así lo ame te juro ya quiero el otro!!!
ResponderEliminarcomo lo dejas asi!!!!1 no te pasesssssssssss! Me muero, quiero que se casen y tengan hijos y solo queda un cap? :(
ResponderEliminarMe encanto, estoy muy ansiosa ya quiero ver el final, Rochi sigue enojada, es muy caradura akjhsajhjs. La conversación de todos me mato! quiero el ultimo.
ResponderEliminarNECESITO MAS!!.. y gracias por la dedicatoria!!! :)
ResponderEliminarme muerooooo no la podes dejar hay no me hagas estooo subi mas quiero saber que pasaaa ahora muy buen cap. besos
ResponderEliminarGran gran capitulo... No puedo imaginar como va a terminar pero ojala sea el final que todas queremos :)) Ahora a esperar el ultimo nomas..! ah y GRACIAS por la dedicatoria al TEAM :')
ResponderEliminarEntre ayer y hoy lei toda la nove y me encanto! Te juro que la ame, pero no nos podes dejar asiiiiiiiii!
ResponderEliminarno lo dejes asi! subi el otro rapido!!!!!!!!!
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