¿Qué
habría dicho la familia Dalmau de la esposa de Gastón, a quien no conocían?
-
No dejes que te canse – dijo Gas resignado, yendo hacia la puerta.
-
Los hombres son un poco pesados, a veces – murmuró Candela, y luego le dedicó una
risita a Rocío.
-
¡Tienes razón! – dijo Rocío riéndose, al mismo tiempo que se daba cuenta de lo
deprimida que había estado hasta la llegada de Cande.
-
Me ha costado convencerlo para que me dejara venir a verte. Gastón siente
siempre pena por mí por el aburrimiento que sufro cuando vengo a ver a mi
familia en vacaciones.
-
Supongo que todos tus amigos están en Inglaterra...
-
¡Oh! No es eso. Es que en mi familia son todos unos viejos. ¡Viven en el siglo
pasado!
-
¿Tus padres?
-
Bueno, me parece que son los más jóvenes. Algo más de cincuenta años...
-
¿Los más jóvenes? Gastón tiene treinta. ¿Tu madre, o sea su hermana, es tan mayor?
- Y
sus otras hermanas son aún más viejas. Mi abuela tiene alrededor de setenta, o
un poco más.
Rocío
siempre había pensado que Gastón sería el mayor de sus hermanos. Pero parecía
que había sido un hijo tardío. Era extraño que hubiese una diferencia de veinte
años entre hermanos.
-
Si hubiese sabido cómo eras... tenía mucha curiosidad por conocerte.
-
¿Por eso me fuiste a recibir al aeropuerto?
-
No. Eso era para decirte que eras bienvenida. En mi opinión la familia te ha
tratado muy mal.
Rocío
sorbió el café.
-
Yo...
- Y
tú tenías entonces la edad que yo tengo ahora – continuó la chica, mientras se
levantaba de la cama e iba hacia la ventana -. Yo me hubiese sentido muy mal si
la familia de mi marido no hubiera querido saber nada de mí... ¡me hubiera
dolido mucho, y hubiera estado furiosa con ellos!
Por
lo que parecía, Gastón no la había mantenido alejada de su familia por propia
decisión, sino que su familia la había rechazado. Pero ella no sentía ni pena
ni furia. Pero su matrimonio no había sido normal. No debía preocuparse por
algo como la falta de interés de su suegra, o su distancia hacia ella. Tenía
cosas más importantes en qué pensar. Pero se alegraba de no ser una extraña
para ellos...
-
No estoy furiosa – dijo secamente.
-
Pero era tan injusto... No tenías la culpa de que Gastón se enamorase
perdidamente de ti, y dejase a Mariana Esposito. Quiero decir, que hubiese sido
peor que se enamorase de ti después de que se hubiese casado con ella.
Por
suerte, Rocío se libró de contestarle, porque una criada entró para dirigirse a Candela.
¡Dios!
¡Mi madre al teléfono! – protestó la joven -. Seguro que no hará ninguna
pregunta, pero intentará sacarme toda la información que pueda sobre ti. Ella
adora a Gastón... frunció el ceño, y por primera vez se fijó en la palidez de Rocío
-. Deberías dormir un poco. Se te ve cansada. Te veré luego.
“
Increíble “, pensó, después de oír semejante revelación. Y sintió también que
empezaba a salir de su estado de aletargamiento. Entonces se mordió los labios,
para evitar un grito de asombro.
Rocío no salía de su asombro. Gastón y
Mariana. Gas y Lali. Hacía cinco años habían estado a punto de casarse. Hasta
que el padre de Rocío había intervenido en la elección. Sintió vértigo ante el
significado de este hecho.
Mariana
y Gastón eran amantes. ¿Por qué insistía en que ella siguiera siendo su esposa?
¿Por qué había rechazado su propia libertad? ¿Por quería casarse con Mariana?
¿O estaba satisfecho con mantener a la buena doctora como amante? Una amante
que no se reprimía en presencia de su esposa...
Rocío
se estremeció. No había nada en el juramento hipocrático que impidiera
semejante comportamiento. ¡Ahora comprendía por qué Gastón no había querido
decirle todo lo que le había costado su boda con ella!.
Él
decía odiarla. No podía ser de otro modo. Y ahora se estaba vengando.

Ay no entiendo nada, estoy perdida y mareada. Que onda Gaston? pobre Rochi, ya no siente nada :( ah Quiero saber que va a pasar
ResponderEliminarSe ve interesante ahora con esto de Lali por medio
ResponderEliminar