Capítulo 13
::Gaston::
--un nombre diferente
para mí? Hmm. Eso va a
ser raro —dije,
moviéndome hacia la puerta
de la minúscula
oficina de Rochi y que me
habían asignado a
compartir—. ¿Puedes
moverte al pasillo?
Necesito poner este escritorio contra la pared que has
estado sosteniendo con
tu espalda.
Bromeo, pero estoy
serio. Me preocupo como el infierno por ella,
realmente. Luce
realmente pálida y frágil otra vez, como lucía el día que
hicimos el contrato.
Caminé alrededor de
una caja llena de suministros de oficina con
marcas nuevas y la
empujé a un lado. Limpiando el camino para que saliera
más fácilmente. Ella
cambió inclinándose de un punto a otro y apoyó su
peso contra la puerta.
Sé que no seré capaz de concentrarme a menos que
se siente. Descanse.
¿Duerma? Tomo una de las sillas giratorias y atravieso
el desorden con ella
para colocarla a su lado.
—Esa silla también
está en mi camino —agrego, deteniéndome para
escanear su rostro de
cerca—. ¿Quizás puedas arrastrarla hacia afuera en
el pasillo y sólo
pasear mientras yo termino?
No hizo ningún indicio
de tocar la silla.
—Estoy bien.
Estoy seguro de que
está mintiendo. Las palabras del entrenador me
persiguen mientras
estudio los círculos grabados bajo sus ojos. Hoy están
tan oscuros que
parecen moretones. Rochi necesita dormir, ¿ahora? No es
como si pudiera
preguntarle directamente, o pedir una respuesta. Va a
tomar algo de tiempo
antes de que pueda simplemente saber si está
mintiendo o no.
Quisiera que me
hablara de sí misma. La mayoría de las chicas
suelen no tener
problemas con hacerlo. Ya había descifrado que Rochi no es
como las otras chicas.
Sus ojos no habían dejado la silla.
—Bien podrías quitarme
un peso de encima —la animé otra vez—.
Eso me tomará un poco
de tiempo, además podré usar los veinte
centímetros extra de
espacio.
—Sí, pero estás
haciendo todo el trabajo. No puedo solo sentarme y
no hacer nada.
—Solo uno de nosotros
puede encajar aquí mientras las cosas
grandes son movidas
alrededor. No me importa estar en el suelo. Soy el
empleado remunerado.
¿Recuerdas?
—Oh, lo recuerdo. —Su
tono es seco y posiblemente sarcástico,
pero veo su sonrojo.
Se gira para, agradecidamente, tirar de la silla hacia
afuera en el pasillo y
sentarse. Suelta un suspiro que suena a alivio.
Cuando descansa en el
asiento me siento inexplicablemente feliz y
aliviado.
Pretendí ignorarla y
empujé el puesto largo y rectangular al centro
de la oficina sin ventanas
a las que habíamos sido asignados. Está en la
parte baja junto al
departamento de envíos. Tomaba sólo cinco minutos
encontrarla. El Señor
Foley nos dijo que no nos preocupáramos por el
espacio apretado o la
mala ubicación.
La oficina se suponía
sería más como un almacén para nuestras cosas
y un lugar para
aprender la base de datos.
Aparentemente, una vez
que pasemos por él, seremos asignados a
proyectos especiales y
trabajaremos en uno de los almacenes más grandes.
De acuerdo al
presumido amigo que había encontrado en el salón de
empleados esta mañana,
los esclavos del verano —como nos llamaba—
estábamos normalmente
atascados trabajando en los puestos que nadie
más quería.
Lo que sea. Adelante.
No puedo esperar.
—Nombres —hablé por
encima de mi hombro—. Acabemos de una
vez con esto. ¿Cómo
piensas que debería llamarme? Me aterra —
bromeé—. Llámame
Edward, o Peeta o Príncipe Encantador, y lo juro; me
largo.
Se rió y tomó todo mi
fuerzo no mirar hacia el chispeante sonido.
—Necesitamos darle
nombres a algunos chicos de nuestra clase —
dijo—. Una vez que mi
mamá se aferre a la idea de que esté con un chico;
irá directamente a mi
anuario a buscarlo. Kika estará justo detrás de ella
pasando las páginas.
Además, tendré que agregarte a los contactos de mi
iPhone. Justo ahora
cuando me envías un mensaje de texto, te tengo en mi
agenda como
―El-Chico-de-la-Pasantía‖. Lo que significa que realmente
no eres nadie para mí,
aún. Eso tiene que cambiar pronto porque mi mamá
y mi hermana ya habrán
empezado a espiar. —Rochi levantó su anuario del
año—. Hay que elegir
alguno, cualquiera, supongo.
Miré hacia arriba y la
vi pasando sin ánimos las páginas.
—¿Y si pienso que el
nombre que elijas es degradante? Escoge algo
genial, o al menos que
luzca bien —bromeé.
—¿Realmente dijiste
eso? Eres tan presumido sobre tu apariencia.
Debe ser algo lindo
que encaje contigo.
—Ooh. No acabas de
decir eso. —Sonreí e hice una pausa para
descansar. ¿Realmente
piensa eso?—. Quizás deba devolver el cumplido.
¿Señorita Igarzabal?
Me gustan los lápices que metes en tu moño. Puedo
sinceramente decir que
nunca he visto a ninguna chica lucir caliente en lo
que parecen ser… ¿la
indumentaria de una profesora de 1940?
—Cállate. No estaba
haciéndote un cumplido, y ambos sabemos que
esta ropa fue seleccionada
para impedir cualquier calentura. —Toqueteó
una de las largas
varillas de madera que salían de su moño—. Y estos no
son lápices. Son un
producto de Geekstuff.com llamados cabello-sushi.
Estos palillos para
hacer moños son los más vendidos. DUH. ¿Dime otra
vez cómo pasaste la
segunda ronda de entrevistas?
—Debe haber sido algo
en mi apariencia. —Guiñé.
—Dios. —Se puso de un
rojo brillante—. PTI7, no necesito que tu
ridículo juego de
encanto esté activo todo el tiempo. —Cerró el anuario y
lo colocó en frente de
ella como si planeara usarlo como escudo contra mí.
No pude evitar
molestarla un poco más.
—Quizás eres tú la que
tiene todas las movidas y no yo. Cuando
dices PTI de esa
forma, y entones me disparas la mirada de odio, mi
corazón se derrite de
alguna forma. PTI respondo. No tienes que trabajar
tan duro para atraer
mi atención, chica de moños de palillo. Ya estamos
7 PTI: Del inglés FYI
For Your Information, Para Tu Información.
saliendo. —Terminé
amando la forma en que sus ojos chasquearon hacia
mí.
—¿En serio? —farfulló
ahora—. Realmente quiero golpearte. Juraste
no bromear más de esa
forma.
Capté en conjunto su
hermoso rostro y me di cuenta de que estaba
realmente incómoda,
así que bajé el tono.
—Correcto. Perdona… la
broma se me fue de las manos otra vez. Si
realmente tienes la
urgencia... —Señalé a mi mejilla izquierda—. Haz lo
que quieras. Sin cargo
extra. Estoy seguro de que lo merezco. —Arranqué
mi mirada de su moño
con palillos, su rostro rosado,
y sus labios
fruncidos.
Infiernos. En serio.
Me merecía ser golpeado. Pensé, mientras
miraba sus labios un
poco más, me pregunté si ¿notaba donde había
estado enfocando mi
mirada? Me giré para empujar el escritorio otro pie,
pero mi imaginación
destelló de la línea de su cuello y de vuelta a sus
labios. Realmente
tenía lindos labios.
La sangre en mi cabeza
y en mi cuerpo palpitaba de una forma que
estaba realmente cerca
de avergonzarme.
—Terminé —dije,
negándome a mirar hacia arriba mientras forzaba
mi interés y mis
pensamientos lejos de la hermosa chica en la habitación y
sobre los suplementos
de oficina en frente de mí.
Lápices, tinta,
lapiceros, papel.
Grapas. Grapas.
Grapas.
Está funcionando.
—Ahora podemos
fácilmente compartir este escritorio. Vamos a
establecer nuestro
suministro —dije mientras pensaba que seguía en la
pista, mientras
pensaba que había sido capaz de borrar la imagen de sus
labios de mi mente.
Por dentro gritaba:
¡cartucho de tinta, soportes de clips para papel y
clips para papel!
—¿Tenemos otra
elección? —Tragó, luciendo supremamente
incómoda y si es
posible, está más pálida que hace cinco minutos atrás.
Está levantando lo que
había en mi escritorio.
—¿Qué está mal?
—Estamos bien, como…
dos pies aparte, y mirándonos el uno al
otro. Algo demasiado
cerca, ¿no crees?
Infiernos, sí.
Demasiado malditamente cerca, pensé antes de decir.
—Tenemos los monitores
espalda con espalda. Ya ves. Eso creará
una sensación de
privacidad. Además, como si no me bañara todos los
días —solté otra
broma, esperando poner una sonrisa de regreso en su
rostro muy preocupado.
—No… no es eso. —Me
mira, a través de mí, dentro de mí. No puedo
respirar—. Estará
bien, ¿cierto? —susurró.
Su mirada es tan
abierta que puedo ver todo el camino hasta su
corazón roto. ¿Se
refiere al escritorio o al verano entero?
De cualquier forma,
sólo quiero borrar esa mirada aterrada de su
rostro.
—¿Bien? ¿Bien?
—Sonrió—. Va a ser perfecto, Rochi Igarzabal, chicaque-
se-preocupa-demasiado.
Los signos de grandeza están todos aquí.
Mira esos bebés.
—Palmeé la nueva computadora de marca Macintosh de
veintisiete
centímetros que el Señor Foley nos trajo—. ¡Sólo estas cajas
deberían hacernos
gritar como la mañana de navidad! Suéltalo. ¡Santa xxx
vino! ¡Ahora vamos a
jugar con todos nuestros juguetes!
Rió y pareció relajarse.
—Están en lo alto,
¿no? Espero no herir tus sentimientos cuando me
vuelva loca contigo
por tus… bromas. Solo estoy acostumbrándome a estas
bromas. No hablo mucho
de esto con nadie. Y el flirteo, incluso creo que
no es real; que sólo
estas fingiendo, tratando de hacer esta cosa del novio.
—Se sonrojó—. Pero es,
um, muy raro para mí. Además, estoy segura de
que es inapropiado en
el trabajo. ¿Podemos evitar esa clase de cosas hasta
que nos acostumbremos
el uno al otro?
—Uh... sí. —Tragué—.
Supongo que eso es lo que he estado
haciendo...
practicando... flirteando contigo. ¿Seguro que quieres que me
detenga? La práctica
hace la perfección. Además, es bastante raro para mí,
también —ronroneé,
sabiendo que no estaba practicando. Simplemente
me había olvidado.
Olvidado que ella no
era cualquier chica por la que tenía un
flechazo. Me di la
vuelta y abrí una de las cajas de Macintosh, saqué su
computadora y lo puse
a su lado de la mesa.
—Honestamente, me
parece que no necesitas practicar en absoluto.
Es como si fuese
natural. Así que... ¿qué tal si solo haces eso cuando es
importante, vale? Como
cuando la gente está mirando. ¿Y solo después de
que seamos oficiales?
—Claro. Tiene sentido.
—Asentí, preguntándome si algo de esto
alguna vez tendrá
sentido.
—Gracias. Y... sólo
gracias por entender.
—Tú dibujas las líneas
y tienes la última palabra. Puede que bromee,
pero prometo ser un
caballero, ¿vale? No quiero que te sientas rara... o
como si fuera a tomar
ventaja de ti. No lo haré. Lo juro. ¿Recuerdas?
Prometimos confiar el
uno en el otro.
Ella asiente, pero no
se reunirá con mi mirada mientras conecta y
enciende la máquina.
Sintiendo que un cambio de tema está en orden,
busco en mi propia
caja el ordenador, descargo la preciosa máquina, lo
conecto y lo enciendo.
—Estoy pensando que usemos el nombre de mi
mejor amigo. Peter.
—¿Por qué él? —Se
apoya en un codo para echar un vistazo
alrededor de los
monitores para que pueda verme. Mi ritmo cardíaco se
duplica porque ella
tiene razón.
Estamos cara a cara.
Completamente demasiado cerca.
No mires a sus labios,
le ordeno a mi cerebro. Me tiro un poco hacia
atrás para jugar con
los cables de mi computadora
—Peter Nash es...
—Miro arriba otra vez.
Está mordiendo su
parte inferior. Oh hombre. ¡No mires a sus labios!
—Peter es la elección
perfecta —digo rápidamente—. Él va a salir
conmigo (con nosotros)
en la pista. Mientras llegas a conocerme, puedes
observarle. Entonces
tendrás un verdadero punto de referencia cuando
hables de él. Quiero
decir, cuando hables sobre mí con tu familia. Eso
suena tan retorcido
—añado, riéndome entre dientes.
—Porque ES tan
retorcido. —Rochi ríe también—. ¿Cómo voy a
mantener la seriedad?
—Vuelve los ojos hacia el techo y golpea su barbilla
con un dedo—. Tu mejor
amigo. Hmm. Tiene sentido. Incluso puede salir
con nosotros todo el
tiempo. Podríamos establecer citas en grupo...
Confundir a mis padres
con tu masa de amigos.
—Sobre eso. Mi masa de
amigos no es tan grande. Se compone de
Peter y Lali. Eso es
todo. A veces hay algunos rezagados que cuelgan
alrededor de la pista
y la bolera, pero no a menudo.
Rochi frunce el ceño.
—¿Qué hay de todas
esas otras chicas que vi en el almuerzo?
—Amigas animadoras de Lali,
no mías.
—¿Eso es todo? —Pone
los ojos en blanco—. ¿No hay un pelotón?
No hay pandilla. ¿No estás
en algún tipo de equipo deportivo... y los
equipos no salen
juntos y se unen en un enorme grupo todo el tiempo?
—Sí. Estoy en un
equipo en línea, pero los chicos están bastante
divididos. Algunos
conducen durante horas para llegar al Golden para los
entrenamientos y
partidos. Además la temporada no empieza hasta otoño.
Debido a mi horario de
trabajo y a Abue... estoy al máximo.
—Oh, pensaba que eras
mucho más popular.
—Ya te advertí —agrego
suavemente, pero me siento ridículamente
molesto por haberle decepcionado—.
Si ayuda, Lali y Peter son
impresionantes. Ya lo
verás. Siempre vamos de excursión cuando
podemos. También tengo
uso gratuito de pistas de bolos, pistas de
patinaje (lo que sea
que quiero del complejo deportivo). Encontrar lugares
para hacer las citas
debe ser fácil. ¿Patinas? ¿Hielo, o en línea?
—De ninguna manera.
Nunca. Ninguno de los dos. Y no va a pasar.
—Me golpea con la
peligrosa mirada de ―retrocede‖ a la que me estoy
acostumbrando a
ignorar.
—Pierde esa idea. No
tendría ningún sentido si no llevara a mi novia
a patinar. Si no
utilizamos las pistas, Peter y Lali sabrán que pasa
algo. Creo que sobre
hielo es más divertido que en línea porque es mucho
más frío, y estoy muy,
muy caliente —bromeo y le lanzo un guiño.
—Eew. Y eew. —Se estremece—.
Eso es flirtear otra vez.
Descontaré dinero de
tu pago. No te olvides de la parte en la que dijiste
que podía pegarte.
Tengo un extremo gancho de derecha. Lo usaré.
Advertencia final.
—Cierto, mal hábito y
completamente un accidente, otra vez.
Ella frunce el ceño
pero no contesta. Puedo decir que se siente
traicionada, y
debería. Sólo quiero que esta chica confié en mí, pero sigo
haciéndolo mal—. Lo
siento. Verdaderamente —declaro de nuevo.
¿Debo decirle que me
quiero golpear muy fuerte en este momento?
¿Por qué sólo toma dos
minutos de esta chica sonriendo a mis ojos para
hacerme olvidar que
nada de esto es real? Por no hablar que acababa de
pedirme que no
flirteara con ella. —Pero vas a patinar —agrego,
obligándome a volver a
la tarea—. Haremos en línea. ¿Vale?
Se encoge de hombros.
—Es tu funeral. Lo que
sea que crees que va a parecer realista, pero
que sepas esto: niños
inocentes morirán, extremidades se romperán, y las
paredes se vendrán
abajo.
—Imposible. —Sonrió,
complacida de que lo esté considerando—.
No voy a dejar que te
caigas. Además, si te haces daño te perderás la
diversión anual de
TunderLand. Es un viaje de todo el día que siempre
hacemos a Fort Collins
cada verano. Es una oportunidad perfecta para que
todos sean testigos...
de nuestro amor. —Guiño, y luego me ruborizo
cuando me lanza
balas—. Claro. Lo siento. Lo siento.
Ella niega con la
cabeza y sonríe. —¡TunderLand! —Su sonrisa se
transforma en un
enorme rayo que golpea sus ojos. Me doy cuenta que es
la primera vez que veo
esa expresión en su rostro. Todavía se ve cansada,
pero creo que es
feliz. Realmente feliz. Es como si todas sus defensas
estuvieran abajo. Mi
corazón se agarra cuando pienso que esa felicidad
podría ser por mí.
Nuestro contrato. Porque estamos empezando a
conocernos.
Continúa. —Nunca he
estado ahí. Pero hemos estado en Disneyland
varias veces. Me
encantan las montañas rusas... yendo rápido, el algodón
de azúcar, los juegos
de la tómbola, escuchando las atracciones rugiendo
desde todas las
direcciones... y...
—No pares. ¿Y qué? —Me
apoyo en mi codo, encantado por el
entusiasmo de ensueño
que cruza por su cara.
—No lo sé... ir con...
Sus ojos regresan a mi
cara. Se congela por un segundo como si
hubiera sido rociada
con agua fría, y me pregunto si ella también, se olvida
de vez en cuando que
esto es un acuerdo pagado y que realmente no
somos buenos amigos.
Verdaderos amigos.
Todavía. Creo.
Todavía.
—Para ir... sólo para
ir... va a ser muy bueno —termina con una voz
más moderada. Alcanza
su anuario y encuentra la sección de nuestra
clase—. ¿Peter tiene
novia?
Tomo nota de su cambio
de tema intencionado y le aplaudo. Es tan
buena en eso como yo
lo soy.
—Peter tiene un mal
flechazo con Lali, pero ella no le da bola.
Yo estoy de acuerdo si
salen. Pero... si alguna vez rompen y se odian
mutuamente sería el
fin de mi mundo. Estoy realmente contento de que tú
y yo vayamos a ser
pareja para este verano. Será bueno tener una excusa
para no sentirme como
una tercera rueda en torno a los dos cuando
averigüen qué está
pasando.
—¿Qué está pasando?
—Lali destrozó el
corazón de Peter con el ―Sólo quiero ser
amigos‖ hace unos
pocos meses. Personalmente, creo que ella está en
negación. Las chicas
pasan por esa etapa de negación, ¿verdad? —Le
disparé una mueca.
—Ni idea. —Rochi me
devuelve la mueca.
—De cualquier manera, Peter
sigue dando vueltas y haciendo
volteretas hacia
atrás, tratando de hacerla cambiar de opinión. Ya lo verás.
Es extraño.
Entretenido, pero extraño.
—¿Alguna vez una chica
te ha dicho la línea de ¿sólo amigos?
Lo preguntó tan
naturalmente que no vi razón para no responderle
con la verdad.
—Soy el primero que
usa ese principio. Como dije, no tengo esa
clase de tiempo.
—Guau. Cierto.
—Parpadea—. ¿Puedo ser la primera en usarlo
cuando termine
contigo?
—Sólo si lo dices en
serio. Sería genial si pudiéramos ser amigos
después de esto.
No respondió. Dio la
vuelta a la foto de Peter en el anuario.
— Peter. Aquí está.
Lindo. una gran sonrisa, y un
poco tonto. Mi mamá va
a estar emocionada cuando vea esta foto.
¡También está en el
club de ajedrez y es un Eagle Scout8! Creíble, y como
yo. Gusto en
conocerte, Peter. —Extendió la mano y la
sacudimos—. ¿Y él no
lo sabrá? ¿Lo juras?
—Lo juro. Ha sido como
mi hermano desde que teníamos siete. Si
tengo que decirle,
puedes estar segura de su silencio.
—De ninguna manera. Ya
es suficientemente malo que tenga que
confiar en ti —dijo.
Me siento un poco mal
porque cada vez que la confianza sale entre
nosotros dos, estoy
bastante consciente de que soy un monstruo hipócrita
mintiendo. El
entrenador Williams tenía razón. Esta situación va a ser
más complicada de lo
que había pensado. Alejé la mirada y me concentré
en mi teclado.
—Sólo tratemos de
hacer esto sin que ninguna otra persona sepa del
asunto —continúa—. He
tenido que mentir un montón a Kika y ya ha
sido brutal. Vas a
tener que hacer lo mismo. ¿Qué ya le has dicho a Peter
sobre mí? ¿Algo?
—Peter ha presenciado
la mayoría de los mensajes que envié
durante los finales.
Él y todos los demás también vieron mi acercamiento a
ti en el casillero el
día de limpiarlo. Te menciono en cada oportunidad que
tengo, pero Peter
piensa que estoy loco por estar tan enamorado de ti.
—Dios… que vergüenza.
Quiero saber por qué Peter piensa que no
debería gustarte.
Siento que la parte de
atrás de mi cuello se pone caliente. —Peter
cree que vas a
arrastrarme y descuartizarme. Comerme vivo. Asarme en
una parrilla, o
simplemente escupir en mí.
Sonríe.
—Me alegro de que
alguien respeta la reputación por la cual he
trabajado tanto para
crear. Tú niegas la tuya como un jugador, pero yo me
enorgullezco de la
mía. ¿Qué más dijiste sobre mí?
Sonrío y sacudo la
cabeza.
—Dije que quiero salir
con alguien diferente. Que estoy buscando
una aventura de
verano. También le dije que eres dulce, y que he tenido un
enamoramiento secreto
por ti desde el primer año. —Trago mientras mi
pecho se tensa, y me
golpea la conciencia de que todo lo que le he dicho a
Peter sobre Rochi es
la verdad.
Y algo más.
La risa de Rochi casi
roza con sofocarse.
—¡Que embaucador!
¿Ves? Es natural en ti. ¡¿Qué más?!
—Que no puedo esperar
a que te conozcan… lo cual me recuerda…
—Me esfuerzo por
aclarar mis pensamientos… mantener mi expresión
vacía de demasiada
emoción—. ¿A qué horas vas a venir a la pista esta
noche? Estoy ahí a las
cinco, pero todos usualmente se aparecen a las seis.
Es cuando empiezo el
turno en bar. Está muerto durante la cena, así que
puedo pasar el rato
con bastante facilidad hasta que la multitud aparece
tarde. ¿Sabes cómo
llegar?
Los ojos de Rochi
ahora eran ilegibles. No pude ignorar cuando tensó
los hombros.
—¿Esta noche? ¿Tan
pronto? ¿Es normal… como si esto fuera real,
podría parecer una
cosa normal para que lo haga?
—Por supuesto.
—Asiento y retengo el impulso de reír, porque es
tan malditamente
seria. Y porque más que nada, quiero estar con ella,
mostrarle mi pista y
las otras partes de mi vida.
Esta noche. Mañana.
Todo el verano.
—¿Estás seguro?
—Levanta una ceja.
Suspiro como si no me
importara de cualquier manera y lo convierto
en un desafío.
—Tu verano está pasando
y cobro por tiempo. ¿Estás asustada de
que no puedas manejar
ser agradable en público?
Se cruza de brazos,
con los ojos estallando mientras muerde el cebo.
—Por favor. ¿Cómo te
atreves a insultar mis talentos? Soy experta en eso
de crear capas en
cualquier estado del ser para ocultar mi lado loco.
—No quiero que
parezcas fingiendo. —Niego con la cabeza,
sintiéndome mal por
llamarla a esto. Pero si algo, al final del verano,
quiero que Rochi
entienda que no estoy creyéndome su actuación—. No
tienes que ocultar
nada… sólo sé tú misma. Me temo que vayas a aparecer y
actuar demasiado
amistosa. Como Hello Kitty… o algo espeluznante. Sólo
sé cómo eres. Si hoy
has sido tú, siendo loca, me ha gustado. Como es.
Loca o no, si esa eres
realmente, estoy dentro. Y adivina qué. Pareces
agradable por defecto.
Mis amigos sentirán lo mismo.
Se ríe.
—Bien entonces,
incluso tú has caído en mis talentos. Nunca soy
realmente yo… no hoy,
no nunca. Esa chica saca la mierda de todos.
—Estás tan
increíblemente de… —me detengo antes de incluso
decir la palabra que
sé que quiere crea sobre ella.
Estaba a punto de
arrojarla sin cuidado, y herirla. Y ella lo sabía.
Llamo a Peter y Lali
dementes dos veces al día o más, pero
alrededor de Rochi voy
a tener que tener cuidado.
Sacudí la cabeza ante
su deslumbrante rostro.
—Nada. Lo que sea.
—Lo que sea de nuevo
—murmura y mira a la mesa—. ¿Serás capaz
de manejar que una
chica te visite al trabajo si no termina haciéndolo
contigo después en el
parqueadero? —Levantó las cejas alto en desafío,
para probar que no le
importa.
Pero le importa. Y a
mí también. Y creo que está enloqueciéndonos a
ambos.
—Creo que puedo
manejarlo. —Le disparo una mirada burlona—.
Especialmente si estás
usando esa falda a prueba de balas. No me
malinterpretes, te ves
atractiva en ella… pero es mala para la pista —digo,
esperando poder
molestarla para que me lo devuelva completamente.
—Quizás lo haga. Tal
vez voy a vestirme aún más como una nerd.
¡Conseguir unas gafas
y los suecos de los ochenta de mi mamá para mis
pies! ¿Y eso fue
flirteo, de nuevo? —Tiene la mano apretada en un puño.
Me inclino fuera de su
alcance. —Calma, ahí. Soy inocente. —Tengo
que trabajar para
mantener mi expresión seria pero es difícil porque es
hilarantemente linda
cuando está enojada. Continúo—. Mencionar que
alguien se ve
atractivo en algo es un cumplido. Flirtear, por ejemplo, sería
si yo mencionara que
creo que te verías sexi en esos suecos. Incluso los
pintados en madera de
muchacha holandesa.
—Lo entiendo, idiota.
Pero eres inteligente al quedarte fuera de mi
alcance. —Se ríe y me
arroja un lápiz.
Me reí de regreso.
—No. En serio, lo que
vistas depende de ti. —Me encojo de
hombros pero sólo por
si decide seguir su farol y aparecerse en un escaso
traje únicamente para
ponerme en mi lugar, insisto—. ¿Pensaba que la
clave del éxito este
verano es hacerte creíblemente normal? Si sales de tu
casa frente a tus
padres en ese traje más feos zapatos, y les dices que estas
yendo a encontrarte
con amigos en un complejo deportivo, nunca te lo
creerían.
—De acuerdo. ¡De
acuerdo! Toda esta situación es suficientemente
desmoralizante sin que
tenga que seguir consejos tuyos acerca de mi
guardarropa. —Casi
estalla fuera de la silla y camina los tres pasos que
necesita para cruzar
por la puerta de la oficina y se vuelve hacia mí—.
Estaré ahí alrededor
de las seis. Y voy a ser… creíble. —Me da un pequeño
resoplido de disgusto
y mira hacia el pasillo como si estuviera a punto de
huir.
—¿Quieres hacer una
sugerencia acerca de qué debo usar? Es lo
justo —añado.
—Dios. No. Eres
bastante perfecto… así. —Se vuelve rojo brillante y
continúa—. Tú… tú sólo
has tu trabajo y prepara a tus amigos para el
verano de mentiras que
se acerca. Voy… voy a conseguir un Red Bull de mi
auto —dijo con una
extraña y ahogada clase de voz. Sale corriendo tan
rápido que no tengo
tiempo ni de parpadear porque todo en lo que puedo
pensar es en cómo
acababa de decir que soy perfecto.
La chica es delirante.
Si tan sólo supiera.

No hay comentarios:
Publicar un comentario