sábado, 17 de agosto de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 49






-          ¿¿eso fue lo mejor que se te pudo ocurrir??  ¿¿enserio?? –
-          ¿¿tienes una idea mejor??
-          Que me encuentre acostándome con Gastón no es suficiente, él encontrará la manera de que ella lo perdone.

Pablo miró por la ventana y sonrió cínicamente.
-          Si crees que ella le perdonara una infidelidad es que no la conoces.

Daniela expulsó el humo de su cigarrillo y estudió al hombre parado frente a ella.
-          Te perdonó a ti.

Pablo cerró su mano en un puño.
Eso no era del todo cierto, Rocío no le había perdonado sus infidelidades, a ella simplemente no le habían importado en absoluto, no importa lo descaradas u obvias que estas hayan sido.
El pensamiento hizo que un amargo recelo lo llenara, sabía perfectamente que con Gastón sería distinto.

-          Yo pensaba en hacer que él se decepcionara de ella – dijo Daniela con media sonrisa – además funcionaría como una reacción en cadena. Él la odiaría a ella por traicionarlo, ella lo odiaría a él cuando él no le crea y también se sentirá traicionada y al final ambos dolidos caerán. Salimos ganando todos – terminó soltando una carcajada.
Pablo le quitó el cigarrillo de los dedos y se lo llevó a los labios tomando una gran bocanada.

-          ¿cómo piensas hacer eso?
Daniela cruzó sus largas piernas.
-          No lo sé, esperaba que tú me ayudaras en eso.
-          ¿Qué lástima a Gastón?
Daniela bufó.
-          Tantas cosas, nuestro hombre no es cínico, su problema es que confía demasiado en las personas.  Nuestro problema es que el muy bastardo también tiene un corazón enorme y perdona rápido. Debe ser algo que él no sea capaz de perdonar.
-          ¿¿Como que ella lo haya estado utilizando para quedarse con sus tierras??
-          Puede ser –Daniela se puso en pie.
-          ¿¿O que haya sido ella quien mató a Mariana?? 
-          Si.
-          ¿¿O que la encuentre acostándose con su mejor amigo??

Daniela soltó una carcajada.
-          Muy bien Pablin, ahora si nos estamos entendiendo. ¿¿Qué se te ocurrió??
Pablo sonrió y se sirvió una copa de whisky.
-          Muchas cosas Dani… todas buenas para nosotras y malas para ellos.

-          ¿¿Por qué no me lo dijiste?? – había dolor en su mirada.
-          Yo… - Rochi se agachó junto a él y lo hizo mirarla. – tenía miedo.
-          Me duele que no me lo dijeras, que no confiaras lo suficiente para contarme tus miedos – se puso repentinamente en pie con furia – y más cuando ese miedo tiene algo que ver con mi hijo. – Gastón la miró dolido.
-          Es mi hijo también  - gritó ella poniéndose en pie – y lo lamento pero estaba aterrada y yo…
-          ¿¿Cuándo vas a entender que ya no estás sola??
-          Lo sé, lo entiendo… es solo que…
-          No Rocío, no lo entiendes…  es solo que, que… - ella lo miró sin responder - ¿¿Que Rocío??
-          Que tengo miedo. Miedo  a que tú seas demasiado bueno para ser verdad, miedo a confiar y ser destruida de nuevo. Iba a decírtelo, te lo juro.
-          ¿sí? ¿cuándo?
-          No lo sé, cuando tuviera una respuesta clara.
Gastón miró  el objeto en sus manos.
-          ésta respuesta no me la ibas a dar.
-          Si iba a hacerlo.
-          ¿enserio? ¿ibas a decirme que creías estar embarazada pero que la prueba de embarazo dio negativo? ¿para que ibas a decírmelo si dio negativo? ¡No ibas a decírmelo!

Rocío agachó la cabeza y le arrancó la prueba de la mano.

-          Yo quería estar embarazada, enserio lo quería, quería creerlo pero… Gastón – lo miró – sabes que éste no es el mejor momento para eso. Apenas y sabemos que pasará mañana, no podemos arriesgarnos a poner en peligro la vida de un bebe, nuestro hijo. En cierto punto creo que es mejor así.
Gastón se puso en pie y lanzó una piedrita a lo lejos.
-          Nunca pensé en esto, es decir – suspiró – sabia que quería tener hijos algún día y desde que te conocí definitivamente supe que eso hijo debían ser contigo pero… en el momento en que vi esa prueba en tu mano la esperanza y la felicidad de que llevaras una vida contigo, una parte de mí en ti fue. – La miró a los ojos. – lo lamento. Simplemente me dolió ver que no era real.

Rocío caminó hasta él y lo abrazó muy fuerte.

-          Vamos a tener hijos, un niño hermoso y valiente como su padre y una hija rubia y testaruda como su madre. Pero amor, sabes que para poder ser felices en ese sueño debemos esperar. No podemos arriesgarnos a fallarles a nuestros hijos.
Gastón suspiró en su cuello y enroscó sus brazos en la cintura de la joven.  
-          Lo sé, entonces basta de esperar Rocío, es momento de terminar con todo de una vez para poder ser felices.
Ella lo miró a los ojos y lo besó.
-          Es hora.


La oscuridad el final de ocaso sumía todo en penumbras dándole un toque solitario a la estancia.
Pablo caminó decidido hasta su escritorio y observó el documento sobre él. Sonrió cínicamente cuando reconoció lo que era y habló sin voltearse.
-          Debes estar jodiendo.
Rocío entró en la estancia fría y serena.
-          No Pablo, es exactamente lo que ves. Quiero el divorcio.
Pablo caminó hasta el mini bar sin mirarla y se sirvió una copa de brandi.
-          ¿¿Qué te hace pensar que voy a dártelo?? ¿¿Olvidas la razón por la que accediste en un principio?? ¿¿Crees que no puedo destruirte todavía??

Rocío tomó los papeles y caminó hasta él.

-          Quiero el divorcio.
Pablo se giró con furia y de un manotazo hizo tirar todos los papeles al suelo.
-          Eso ya lo sé, ahora dame una razón, una maldita razón para dártelo.
Rocío lo miró a los ojos sin pestañar y sonrió fría.
Era una guerra ambos lo sabían. Era el  principio de la tormenta. Ese segundo antes del final.

-          Es por él ¿no?
Ella no reaccionó.
-          ¿Es por Gastón?
-          Ese  - Rocío habló sin inmutarse – no es tu problema.
-          Sabes que él te engaña ¿no? Sabes que una vez obtenga lo que quiere va a abandonarte como todos los demás – Pablo caminó hasta ella y susurró en su oído – como te abandonaron tus padres, como te abandonó Lali.
Rocío no se movió ni un milímetro aunque la cercanía y sus palabras las golpearon.
-          Tienes 3 días antes de tener que presentarte en el juzgado – y sin más ella se dio la vuelta y salió.

-          Rocío – la voz de Pablo la detuvo en la puerta – él no te ama, él va abandonarte, y cuando eso ocurra seré yo quien esté aquí para ti. 

3 comentarios:

  1. Woooowww MEEE ENCANTAAA!!! ESPERO EL PROXIMO NO SE QUE VOY A HACER HASTA EL OTRO SABADO JEJE LA NOVEE ESTA GENIAL ES LA MEJORR LEJOSSS

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  2. Toca esperar hasta el proximo sabado?? eso es lo peor jaja LPM jajaja

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  3. A mi no me gustò y ya te lo dije ah! Horrible malvada Aless!! Martu ��

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