sábado, 24 de agosto de 2013

Amor en Desencuentro... Capitulo 50.







Gastón giró en su caballo y miró al horizonte, las reformas de su hacienda estaban casi terminadas y estaba recuperando un poco de su vieja gloria. Esas tierras eran el orgullo de Gastón, tras tanto esfuerzo de él y sus hombres.
El sol de la tarde que comenzaba a ponerse calentaba su piel y Gastón sintió una sensación de poder. La vista desde ese pequeño cerro era sublime y completa.
Por fin se sentía completo, amado, útil, importante, había encontrado su lugar y le encantaba.
El caballo lo sintió antes que él y sin previo aviso se dio a la carrera con su jinete intentado controlarlo. Gastón tiró de las riendas sin que su animal respondiera. El caballo corría cada vez más fuerte en dirección a la sabana que se extendía al pie del cerro. Gastón gritó e intentó con todas sus fuerzas que el caballo diera la vuelta en vano, el animal había perdido el control y Gastón intentaba con todas sus fuerzas no caerse.
Un sonido, un disparo rozó su hombro sin herirlo. El animal aterrorizado se levantó en dos patas forcejeando con su jinete y logró tumbar a Gastón antes de perderse a la vista.
Gastón se puso en pie lentamente y se escudó tras unos matorrales, se giró para observar la cima del cerro desde donde le dispararon y solo vio naturaleza tranquila.
Meditó en sus opciones si se quedaba su francotirador podría acercarse y daría con él, al correr sería un blanco fácil, a su izquierda un densa vegetación de bosque se extendía a unos 5 metros, pero llegar a ella lo ponía en peligro momentáneo aunque se veía como su mejor opción. Miró a su alrededor y tras contar mentalmente corrió con todas sus fuerzas.
Un sonido, una bala rozó su oreja causando un corte leve. Gastón corrió y se perdió en la densa vegetación, escuchó a lo lejos otro disparo. Su perseguidor se movía, se acercaba. Gastón se sentía acorralado, como una presa.
Un sonido, una bala se estrelló contra un árbol cerca de él. ¡Diablos!
Gastón pensó en sus opciones y decidió quedarse donde se encontraba, una bala más cerca. Descubrió que quedarse no había sido una buena opción su captor lo encontraría. Contó hasta 3 y se lanzó a toda carrera hacia su derecha.
Una oleada de balas vinieron tras él, una rozó su costado abriéndole un corte, otra pasó sobre su cabeza y las demás se perdieron en la vegetación, su captor no se veía pero se escuchaba acercarse.

Gastón lazó un juramento al detenerse abruptamente. Maldición, no tenía a donde correr, no había más vegetación sino un rio, si se quedaba moriría.
Sin perder tiempo Gastón se lanzó a las aguas oscuras y se perdió en el rio.


-               Peter si valoras en algo tu vida déjame pasar.
-          Él está bien, fue solo un disparo.

Rocío dejó de forcejear y lo miró congelada un segundo.

-          ¡FUE SOLO UN DISPARO! ¿¿LE DISPARARON?? –
Sin que Peter pudiera hacer nada Rocío lo apartó y corrió escalera arriba.

Gastón la miró entrar sabiendo que una tormenta se avecinaba.
-          ¿¿Qué rayos pasó?? Candela me aviso sobre el caballo que te tiró al piso pero la bala.. ¿¿Te dispararon?? ¿¿Cómo??  - sus ojos se llenaron repentinamente de lágrimas. – Gas… - su voz se quebró.
-          Rochi ven aquí – la llamó él con ternura, ella caminó hasta él tambaleándose y se acostó a su lado abrazándose a él – estoy bien cielo, mírame, solo fueron rasguños, nada grave.
Ella lo miró entre las lágrimas.
-          Pero te dispararon.
-          Pero no me dieron, estoy bien. Más fue el golpe por la caída.

Rocío se sentó y Gas le limpió las lágrimas.
-          ¿¿Qué pasó??
-          No lo sé, yo estaba cabalgando y un francotirador comenzó a disparar, por suerte ninguna bala me dio.
Las lágrimas silenciosas corrían por el rostro de la joven.
-          Pero quien…??
Él la miró.
-          ¿¿No se te ocurre nadie??
Ella lo miró confundida.
-          ¿¿Cuándo fue?? 
-          Ayer al atardecer.
-          Pero no pudo él… él estaba conmigo.
Gastón tensó la mandíbula.
-          Eso no quiere decir que no haya contratado a alguien.
Ella asintió pensativa.
-          De todas formas… ¿¿Qué hacías con él?? – preguntó él intentando controlar los celos.
Ella se miró las manos y sonrió  tímida sin verlo.
-          Le pedí el divorcio.
Gastón la miró sorprendido y se sentó mejor en la cama.  
-          ¿¿Qué te dijo??
Ella negó con la cabeza.
-          Nada importante, solo espero que se aparezca en el juzgado a la cita.
-          ¿¿crees que te lo de??
-          No lo sé – ella sonrió a medias – eso espero.
-          ¿¿Y la foto?? – la sonrisa desapareció.
-          No la he encontrado.

Lo miró con tristeza y él la tomó en sus brazos y la envolvió.
-          Va a estar todo bien.

Ella asintió y se dejó envolver en el único lugar donde se sentía segura, en sus brazos.


-          ¿¿Y qué le dijiste??       
-          Nada.
-          ¿¿Se lo vas a dar??
-          No lo sé.
-          Pablo se te está yendo de las manos. Tuvo la osadía de pedirte el divorcio, antes y apenas te miraba a los ojos.

Pablo rió y miró a su viejo amigo y abogado.

-          ¿¿Y crees que eso es malo??
-          ¿¿No lo crees tú?? Rocío quiere dejarte.
-          Aja.
-          Como Aja, ¿¿Qué te pasa??¿¿Acaso no te importa??

Pablo asintió.

-          Me importa, me importa mucho.
-          ¿¿Entonces??
-          Entonces tú tienes razón, Rocío no estaba viva conmigo, apenas y me hablaba, y la luz que yo amaba de ella se había borrado – Pablo se puso en pie – pero ahora, me reta, me mira con fuego, me desafía y eso me encanta.
-          Esa luz la provoca otro  - respondió con sorna su compañero.
-          Si – Pablo asintió – pero la disfruto yo.
Su abogado lo miró intrigado.
-          ¿¿Cómo?? , Pablo, ¿¿Qué planeas??
-          Nada grave, solo darle un giro a esta historia.
-          ¿¿Con la ayuda de Daniela??
-          Con la ayuda de la propia Rocío.

El hombre a la derecha de Pablo lo miró intensamente.
-          Una persona solo puede resistir cierta dosis de dolor, y ambos sabemos que Rocío hace mucho que superó esa marca, si vuelve a romperse, no habrá nadie que pueda repararla Pablo, tu Rocío, esa viva fuerza que amas, se extinguirá y vas a perderla, quizá no físicamente pero si en alma.

Pablo meditó largamente en esas palabras y luego decidió que Rocío nunca había sido suya, por lo tanto, no perdía nada.
  
     


3 comentarios:

  1. eres increibleee no lo dejes ahiii

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  2. Me encanto!! estuve genial quieromasquieromas

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  3. soy una lectora re exigente ..La verdad este cap no me gusto =/ Mi Opinión!

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