Capítulo 21
::Rochi::
mi primera vez patinando
había sobrepasado mis
expectativas. De
hecho, le he dado una calificación
perfecta a pesar de
que el lugar es algo perturbador.
Todo, a excepción de
la pista, está cubierto con una alfombra azul y huele
como a calcetines
viejos y una mezcla de sudor rancio.
También, se escuchan
canciones pop de los 80´s a todo volumen y
tiene luces disco de
los 70´s que provocan dolor de cabeza.
Pero para mí, se ha
convertido en el salón de baile de Cenicienta.
Soy la chica que es el
alma de la fiesta y que baila con el príncipe. Esto es
un total progreso. La
cereza del pastel: gracias a esta cita, tuve que
enfrentarme a dos de
las mayores primeras veces de las adolescentes,
además de patinar:
1. Un toque de queda a
las 11pm y,
2. El poco familiar
interrogatorio de mis padres.
Es como si los
preocupados, has-todo-lo-que-quieras-pastelito que
solía tener como
padres nunca hubieran existido. Esta noche fui golpeada
con irritabilidad
real, un tiempo límite y una larga charla acerca de la
seguridad y las buenas
decisiones antes de irme de casa.
Doble progreso. ¡Con
esta segunda cita con Gaston me he ganado un
boleto de primera
clase en el tren de la normalidad! Pero también viene
con un premio
inesperado. Ya que mis padres están preocupados de que
tal vez tenga un novio,
mi perfecto sistema de ‗denme privacidad‘ está
oficialmente acabado.
Sabía que
eventualmente esto pasaría, pero la tercera semana de mi
contrato con Gaston
era demasiado pronto para que la fisgoneada empezara.
Supongo que es mi
culpa por ser tan buena con todo esto de mentir.
Para que mamá y papá
me dejaran salir de casa, tuve que prometer
que traería a Peter a
casa el próximo domingo a una parrillada.
Peor, se supone que Peter
debe pasar a buscarme y a dejarme la próxima
vez que salgamos. El
manejar a toda velocidad por la carretera parecía
molestar a papá. Ellos
dijeron que si estaba refiriéndome oficialmente a
estas salidas como
citas —una palabra que he usado más que palomitas en
el cine en los últimos
días— entonces mí novio debería comportarse como
un hombre. —A menos
que estés escondiendo algo, querida —dijo mi
madre, desbordando
sospecha.
Busco a Gaston, quien
se ofreció a traernos de beber pero parece que
ahora ha desaparecido.
Sujetándome del borde que me separa de las
personas patinando en
la pista a toda velocidad, medio patino, medio
camino, hacia un
asiento. Estoy tratando de imaginarme situaciones que
puedan funcionar para
zafarnos del asunto de la parrillada.
Tal vez Gaston pueda
convencer a Peter para que tome su lugar por
una noche; me estremezco
ante ese pensamiento. Eso significaría meter a
Peter en nuestro
contrato, y está empezando a gustarme que todos crean
que nosotros somos
realmente una pareja. Además Peter divulgaría la
verdad a todo el
mundo. Tal vez no inmediatamente pero empezaría a
soltar la lengua en
algún lugar. Él es de ese tipo de chicos. A parte de que
ya me he visualizado
volviendo a la escuela con solo Gaston y yo
compartiendo nuestro
secreto de verano. Eso se siente bien… soportable.
¿Peter … en mi patio
delantero comiendo la salsa especial de mi
padre en una
hamburguesa a la parrilla pretendiendo ser mi novio? Eso se
siente como la peor
idea en el mundo.
Se me ha acabado la
pared del borde de la pista por lo que con
cuidado extiendo mis
manos en busca de equilibrio y voy dando traspiés
hacia el área de
descanso. Mi cabeza da vueltas. Por una parte gracias a la
música y las luces,
por otra parte gracias al problema de la parrillada pero
sobre todo, gracias a
que esta noche estoy admitiendo que estoy enorme,
completa e
imposiblemente loca por Gaston Dalmau.
No es culpa de Gaston.
El simplemente está siendo el mismo. De
cualquier modo, mi
novio falso se ha comportado tan increíblemente esta
noche, que ha enviado
mi corazón hacia el espacio y sin posibilidades de
recuperarlo.
No sé si eso es algo
bueno o algo malo, pero tampoco me importa.
¿Quién puede pensar
coherentemente cuando te estas derritiendo de
felicidad? Yo no. Amo
que, cuando estoy cerca de Gaston, cuando me toca o
cuando me mira a los
ojos, se me pone la piel de gallina.
Él ha hecho todo eso
desde hace una hora. Siento que mis mejillas se
calientan y
cosquillean.
He traspasado por
mucho mi auto construido mundo de locuras y
mentiras que estoy
sentada aquí, admitiendo que lo que me pasa es mucho
más que una atracción.
En algún momento,
entre probar las cámaras de mariquitas durante
todo el día en el
trabajo y tomar su mano toda la noche, me he enamorado
de Gaston Dalmau. Mi
vida falsa, o mi novio falso. Sea lo que sea, sea quien
sea… espero que sea
real, emocionante y el mejor sentimiento que he
experimentado en toda
mi vida.
Esto tiene que ser
amor.
Soy una víctima en mi
propia guerra. Inesperado, y ahora, en
retrospectiva, puedo
ver que era probablemente inevitable. Hoy, cuando a
Gaston le entregaron
su segundo cheque de pago, recibí una pobre y
lastimera sonrisa por
parte de la chica de recursos humanos que repartía
los sobres. Pero esa
mujer no tenía ni idea de que se trataba mi falta de
pago. Soy la chica más
rica .
Estoy en una cita con
el chico más atractivo de todo el pueblo, y ¡él
me está tratando como
si yo fuera invaluable, hermosa y frágil! Esta noche
Gaston se ha ganado
cada centavo de su pago. Se ha asegurado de que ni mis
rodillas, ni mis
codos, ni mi trasero golpeen ni una sola vez la resbalosa
pista de patinaje.
También se ha reído de cada una de mis bromas. Incluso
se ríe cuando no estoy
bromeando… como si estuviera realmente feliz por
salir conmigo.
Ni siquiera las novias
reales obtienen eso, ¿o sí?
Una vez que averigüé como
patinar un poco, se ha pasado la ultima
hora jalándome
pacientemente alrededor de la pista, asegurándose de que
estuviera a salvo de
chocar contra una pared o contra otros patinadores.
Puede que sea una
situación ―falsa‖ y puede que yo esté un poco loca, pero
sigo siendo una chica
de verdad.
Una chica con un
corazón que no es inmune a dulces ojos verdes,
sonrisas y toneladas
de atención por parte de un chico guapísimo. Siento
que el calor de mis
mejillas quema. Pienso en sus manos… manos que he
estado sosteniendo por
horas y me sonrojo más. De repente en la pista
crece el silencio y
todo lo que puedo escuchar es mi propia voz
aumentando dentro de
mi cabeza.
Estoy enamorada.
Enamorada. Enamorada.
Hago una pausa para
cubrirme las mejillas con las manos y trato de
calmar mi respiración
mientras me consuelo pensando que sólo es un
espejismo. Esto es
sólo ficción. Es completamente normal estar enamorada
de cualquier novio
ficticio, incluso si no es tuyo. Los chicos en los libros
no son mejores que
salir falsamente con Gaston Dalmau.
En el fondo sé, que Gaston
y este sentimiento no me pertenecen. Mi
felicidad actual es
robada… comprada. Es sólo cuestión de tiempo para que
el reloj de las doce y
toda mi mágica diversión se desvanezca. Esa es la arte
en que todo se
convierte en ratones, una calabaza y una chica sin zapatos,
que tuvo un verano muy
entretenido.
Tampoco es que piense
dejar una zapatilla. Mis padres forzándome
a llevar a Peter a la
parrillada es un deprimente recordatorio de que
tan pronto saldré de
este mundo y volveré a la realidad. Tengo ocho días
antes de que este
juego se termine. A menos que pueda comprarme más
tiempo, esta princesa
está forzada a volver temprano del baile. Además, mi
príncipe azul, tan
agradable como es, está aquí por el dinero. Gaston estaría
horrorizado si se
enterara hacia donde me habían llevado mis
pensamientos esta
noche.
Amor.
¡Ja! El correría tan
rápido y tan lejos de mi si se enterara. ¿Qué chico
no lo haría? Pero él
no los sabrá. Entonces no le hace daño a nadie si
pienso lo que yo
quiera, o si reúno todos los recuerdos posibles para
futuras referencias. Gaston
dijo el día en que hicimos este contrato: no es un
crimen que tengamos un
poco de diversión juntos.
Por mucho que tema
sentirme de este modo, es divertido. Y el no
sabrá de mis
sentimientos, así que es lo suficientemente seguro. Logré
llegar al redondo
banco alfombrado sin ningún accidente embarazoso y
tomé asiento. Una
pequeña risa se me escapó porque, toda esta situación
es realmente
divertidísima. Golpee mis patines contra el suelo alfombrado
tan rápido como pude.
Cuando las ruedas empiezan a zumbar, alzo mi pie
para verlas girar y no
puedo parar de sonreír.
Localizo a Lali y a Peter.
Están todavía en la pista, como
finalistas del
concurso de limbo. Juego con la idea de pararme a ver, pero
no confío en mi misma
para no caerme, entonces me quedo ahí, esperando
a mi novio.
Porque lo amo.
Ese pensamiento me
hace reír y girar las ruedas de mis patines otra
vez. El aparece entre
el gentío y patina hacia mi. Sus
mejillas bronceadas
por el sol están sonrojadas. Me está
sonriendo otra vez.
Siempre lo hace.
Mi corazón se encoje
mientras le devuelvo la sonrisa. Para combatir
la sensación de
adrenalina que empieza a surgir dentro de mí, pongo los
ojos en blanco como si
estuviera cansada de esperarlo. Sin ningún traspié,
el ejecuta un perfecto
medio giro de hockey y se desliza en el asiento junto
a mi.
—Lamento tardar
demasiado. —Me entrega una Coca.
No confío en mi voz
así que tomo un poco de la bebida,
preguntándome si él
alguna vez se siente fuera de lugar… o como si
estuviera perdiendo la
cabeza. Él siempre se ve tan seguro de sí mismo.
¿Alguna vez ha tenido
que mantener la compostura mientras está gritando
por dentro?
—¿Cansada? —me
pregunta.
Aún no puedo
contestar.
—Rochi ¿Qué pasa?
—pregunta de nuevo mientras se inclina hacia mí.
Él usa esa voz. Esa
que es un poco íntima, que dice que sólo me está
hablando a mí. La que
es probablemente la razón por la cual estoy tan loca
por él, porque la ha
estado usando durante toda la noche. Se acerca más a
mí, sus hermosos ojos
recorriendo mi rostro.
—De acuerdo. Estoy un
poco cansada —digo y enfrento su mirada
con la más serena de
mis expresiones. Y estoy tan enamorada de ti que mi
corazón duele.
—Lo sabía. —Él está
mirando mi rostro como si fuera alguna clase
de rata de
laboratorio. Lo miré, asombrada. ¿Dije lo de estar enamorada en
voz alta?
—Y mis tobillos duelen
—espeté y toqué mi tobillo para distraerlo,
por si acaso.
Él mira mis pies.
Puedo decir por su mirada que está preocupado. —
Lo del tobillo es
normal, pero debes decirme si lo del cansancio se vuelve
insoportable. No
tenemos por qué quedarnos. Trabajamos todo el día y…
—No… estoy bien.
—Insisto—. Mira, sacaron a Lali del
concurso. —Me alegra
que se preocupe por mí. Que me conozca. Pero no
hay manera de que yo
quiera que esta cita se acabe… no importa que tan
cansada esté. Sonrío y
trato de bromear con él—. ¿Acaso todas nuestras
citas van a ser tan
deportivas? Mi papá quiere saber.
—Sí, a menos que sea
demasiado para ti.
—¿Qué estas planeando
para la próxima?
—ThunderLand. Sábado.
Todos vamos a ir. Tú y yo. Lali y
Peter. Pude que
algunas otras parejas se nos unan ahí. Es una tradición. Sé
que tenemos este
contrato entre nosotros pero realmente quiero que
vengas —conmigo— como
mi cita. ¿Lo harías?
Él sonó tan serio…
como si estuviera preocupado de que yo lo
rechazara. —Ya hemos
hablado acerca de estas salidas como parte de
nuestro contrato,
claro que voy —dije—. Pero si no puedo hacerlo, te
dejaré borrar un fin
de semana de la lista. ¿Trato?
—¿Por qué no podrías
venir? —Su rostro cambia, como si yo
hubiera dicho algo
equivocado, y de repente no puedo leer su expresión.
—El contrato está en
crisis. Mis padres dijeron que quieren
conocerte, o debería
decir, quieren ver a Peter cara a cara antes de
otra cita. Alguien
debe hacer lo correcto y estrechar la mano de mi padre.
Ese alguien debe verse
exactamente como el Peter del anuario.
Gaston empalidece. —Oh
no…
—Oh sí. Épica
parrillada familiar. El próximo domingo. Mi papá ya
planeó el menú. Es
después de lo de ThunderLand. Preferiría evitar esta
cita. Evitar la
parrillada completamente, pretender que estás enfermo o
algo así y tratar de
prolongar nuestro contrato por otras dos semanas.
—Diablos. Si tú no vas
yo tampoco podré ir. Y eso será muy triste.
—Contrajo su rostro
haciendo un mohín.
—De todos modos suena
como un día muy largo para mí. Lo de la
caminata casi termina
conmigo. Probablemente arruinaré tu diversión, a
menos que haya un área
ara siestas en el parque de diversiones.
—Dejaré que Peter o Lali
maneje. Puedes dormirte durante el
camino. Si estás
demasiado cansada podemos parar y dar una vuelta
mientras esperamos a
que los otros terminen. Con respecto a tus padres,
puedes decirles que no
es una cita, que es una salida en grupo a
ThunderLand. Amigos en
general, distracciones normales de verano. Diles
que vas a salir con el
―asombroso‖ grupito de amigos que inventaste. Claro
que pasaremos a
buscarte junto con Peter. Si somos rápidos podemos
darles un pequeño y
apropiado avistamiento de Peter. ¿Eso los calmaría
un poco no?
Sonreí y casi me muero
de la risa cuando recordé la cara que puso
Gaston cuando mis
padres casi atacaron su auto. —Tal vez… pero quien sea
que maneje, es mejor
que lleve un auto que no se detenga a medio camino.
¡Tonto!
Se rió. —Como sea.
Sera más fácil para mi fingir dolor de estómago
por exceso de algodón
de azúcar para no presentarme a la parrillada.
Después podemos tener
una pelea o algo y así tendrás un par de semanas
sin que yo tenga que
aparecerme por tu casa.
—Lo haces sonar tan
sencillo. —Me recargué y asentí. Esto podría
funcionar—. Si aún
estamos vivos después de que el proyecto de las
varitas de luz del
señor Foley nos mastique y nos escupa la próxima
semana, lo haré.
—¡Si! —Sonrió—.
Genial.
Escalofríos
recorrieron mi columna e hicieron que se me pusiera la
carne de gallina
cuando me miró profundamente a los ojos. —Jura que
fingirás que estas
enfermo, aunque has que parezca real. Incluso podrías
llamar a mi mamá al
día siguiente para disculparte.
—Puedo hacer eso, no
hay problema. —Su sonrisa se opaca un poco.
No lo culpo. Mi madre
puede ser aterradora. Me estiro un poco—. Oww.
Me duele todo.
—¿Dónde? ¿Dónde
específicamente? —Se acerca a mí y presiona el
musculo justo arriba
de mi rodilla.
—Si, ahí. Oww. ¡Para!
—¿Y qué tal aquí?
—Trata de hacer lo mismo en mi otra pierna.
—¡No te atrevas! —Lo
tomo de su antebrazo para evitar un segundo
apretón justo cuando Lali
patina y se sienta junto a nosotros.
—Aww. ¿Acaso no son la
pareja de patinadores más adorable de
todas? Si estaban a
punto de besarse, ahórrenselo. Su momento está
arruinado. —Se ríe y
se acerca más para poder ver la pista entre la
multitud.
—¿No verán a Peter
recibir el trofeo del concurso de limbo?
—Lo ha ganado tres
veces. Y por si no lo has notado estoy muy
cómodo aquí, en los
brazos de mi novia. —Gaston había movido
casualmente su mano
hacia mi rodilla y me di cuenta de que
prácticamente lo había
estado abrazando. Pareciera que Gaston y yo nos
hubiéramos acercado
más el uno al otro. Mi corazón se acelera. Bajo una
mano hacia mi regazo
pero me fuerzo a mí misma a permanecer quieta y
dejo mi otra mano
sobre el brazo de Gaston. Trato de mantener mi
expresión relajada y
calmada como si estuviera acostumbrada a estar
sobre el todo el
tiempo.
Él huele
increíble…otra vez.
Siempre. ¡Ugh!
Los dedos recorrieron
mi rodilla y contuve el aliento,
sintiendo que mi piel ardía
donde él la tocaba. Guiñándome un ojo
mientras lo hacía de
nuevo. —Ahh, Rochi Igarzabal es cosquilluda. Es bueno
saberlo —susurró, y su
aliento se siente caliente contra mi oreja.
Piel de gallina,
mariposas, pánico.
—Uh. Lali ¿Quieres el
resto de mi Coca? —Me alejo de Gaston y
le ofrezco el gran
vaso a Lali, sabiendo que mi rostro está de color
rojo cereza.
—¡Pensé que nunca lo
ofrecerías! —Lali lo toma y bebe su
contenido—. El limbo
es agotador —dice entre tragos. Miro de nuevo a
Gaston y él me guiña
un ojo, añadiendo una de sus sonrisas divertidas como
si supiera que me pone
nerviosa. Lali continúa—. Peter sólo gana
esos trofeos para
impresionarme. Él me lo dijo. —Mira hacia arriba,
hacienda una pausa
mientras mastica un cubo de hielo—. Es lindo, de
verdad.
—¿Ya saldrás con él?
Estás alcanzando el estatus de crueldad —la
reprende Gaston.
—Un par de trofeos de
limbo más y podría considerar darle una
oportunidad —dice Lali.
Gaston ríe y se acerca
a mí, de nuevo. Él toma una de mis manos, la que
he cerrado fuertemente
en un puño sobre mi regazo y abre mis dedos
hasta que descansan
planos contra los suyos. Creo que está tratando de
recordarme que debo
lucir relajada frente a Lali por lo que deshago
mi otro puño y me
recuerdo que debo respirar. Siento como si me hubiese
tragado un globo de
helio. Es probable que simplemente flote hasta el
techo y no sea capaz
de detenerme a mí misma. Tomo otro largo y
profundo respiro.
—Me alegra que Rochi
no me hiciera esperar tanto para salir con ella
—dice Gaston,
guiñándome un ojo. Estoy segura de que sólo lo dice para
llenar el incómodo
silencio que he creado.
—Lali, el verano casi
termina. Dale un respiro a Peter —
agrego—. El chico está
loco por ti.
—Tal vez realmente
disfruto que se esté esforzando tanto. Si cedo,
me preocupa que pare
con todas las cosas lindas que ha estado haciendo
para llamar mi
atención. ¿Sabían que me mandó flores?
Gaston frunce el ceño.
—Si no invitas a mi amigo al ‗patinaje de
parejas‘, romperás su
corazón. Me dijo que lo botaste la semana pasada y
patinaste un chico de
doce años cualquiera.
—¡Oye! Eso fue un caso
de caridad. No podía decirle que no a ese
niño. Se lo expliqué a
Peter. El niño me lo pidió primero.
La multitud vitorea y
después rompe en aplausos. Escuchamos por
el altavoz como
nombran a Peter ganador.
En segundos, Peter
patina hacia nosotros, se arrodilla y le ofrece un
pequeño trofeo de
plástico a Lali. —Mi señora. Su premio —dice,
moviendo su cabeza
cómicamente como si ella fuera la reina de Inglaterra.
Lali, ocultando una
sonrisa, toma el trofeo—. Eres genial.
—Gracias.
La habitación se
obscurece mientras las brillantes luces de colores
son remplazadas con
círculos de luces blancas-plateadas creadas por la
bola de disco gigante
de la pista.
—Qué genial. Se siente
como si toda la habitación estuviera en
movimiento —susurro. Gaston
presiona mi mano. El DJ, posicionado en la
esquina más alejada de
la pista, anuncia: —Patinaje de parejas. Sólo
parejas en la pista
por favor. Esta sesión es dedicada por Peter,
nuestro ganador del
limbo de esta noche, para la hermoooosa Lali, el
amor de su vida.
Porque todos estamos de acuerdo, Lali es
realmente hermosa.
Esta es tu canción.
La melodía de You Are
So Beautiful de Jo Cocker inunda la pista.
Lali se sonroja,
mirando a Peter complacida. —Aww. Romántico. —
Ella golpea a Peter
juguetonamente en el brazo y después toma su
mano—. Vamos a
patinar.
—Dulzura, ¿Esto
significa que estamos saliendo? —Peter, radiante,
da un salto y toma la
mano de Lali. Ellos patinan hacia la entrada de
la pista.
Ahora que no tenemos
audiencia, creo que Gaston probablemente no
quiere que lo siga
sujetando por lo que libero mi mano de su agarre.
Gaston frunce el ceño.
—¿Eso fue romántico? —Suspira, mirándome
con los ojos
obscurecidos, indescifrables, de nuevo y cruza los brazos—.
Tú eres la experta.
¿Cuál es el rango?
—Completamente tonto.
—Eso creo.
—¡Espera! Aun no
termino. La presentación del trofeo-de rodillasmás
hacer que el DJ dijera
esas cosas, combinadas con la elección de la
canción, merece un
diez aprobatorio en romance total.
—No. Imposible.
Dijiste tonto. Completamente tonto.
—Atontable. Está en su
propia categoría.
—¿Qué?
—Peter siempre anda
por ahí. Diciéndole a todo el mundo que
Lali es la chica para
él y no se avergüenza de ello. Eso lo hace
perfecto. Las chicas
aman eso.
—Nunca entenderé a las
mujeres. —Gaston desliza sus patines hacia
adelante y hace otro
estupendo movimiento de patinador para ponerse de
pie—. Bueno, ya que yo
no planeé nada atontable, tendré que usar el
método de la vieja
escuela para impresionarte. ¿Patinarías conmigo?
¿Novia? —Se encoje de
hombros.
—No tienes que pensar
en esas cursilerías. Mientras te siga pagando
soy algo seguro, ¿No?
Él mueve su cabeza
como si no estuviera feliz de que yo sacara a
colación el tema del
dinero.
—Después de esta
canción, habrán dos más para completar el
patinaje de parejas.
¿Te gustaría, patinar todas conmigo? —Él extiende
gentilmente su mano y
siento que sería grosero no tomarla por lo que dejo
que me ayuda a ponerme
de pie—. ¿Dos canciones completas? —Hago una
mueca y miro hacia la
lista. Las parejas están dando vueltas, tomadas de la
mano. Algunas están
entrelazadas y mirando hacia la misma dirección,
mientras que los
patinadores expertos están bailando cara a cara,
completando el
círculo—. Podría lastimarte o a alguien más —digo, llena
de dudas, pero amando,
de nuevo, como se siente que él tome mi mano.
—Oh por Dios. Míralos.
—Me río mientras miro a Lali y a
Peter zumbando a toda
velocidad, riendo como locos. Están agarrados de
las manos como las
otras parejas, pero jalándose el uno al otro, tan fuerte
como les es posible,
tratando de que el otro patine más rápido y hacerlo
caer.
—Demasiado para su
romanticismo, entonces, ¿lo harías?
¿Patinarías conmigo?
—me pregunta de nuevo, casi en un susurro.
Cuando encuentro su
mirada, me pregunto si el anhelo que veo en
sus ojos viene de él o
de mí. Asiento y él me conduce hacia la entrada de la
pista. Cuando él entra
en la pista deja ir mi mano. La pérdida del
momento hizo que me
tambaleara. Dirigiéndome a toda velocidad contra
él, casi cayendo al
primer paso que doy. Antes de que pueda recuperarme
o incluso jadear, Gaston
me sujeta completamente, apretándome
fuertemente contra su
pecho. Me pone de pie frente a él como si no pesara
nada. ¡Como si fuera
perfectamente natural para mi cuerpo deslizarse por
todo su cuerpo! No
puedo respirar. No recuerdo cómo.
—Lo siento, no te
dejaré ir otra vez. Lo prometo.
Sin hacer ninguna
pausa, patina y se coloca detrás de mí y antes de
que pueda parpadear,
pone sus brazos alrededor de mi cintura. Creo que
preferiría caer. Dolor
extremo y una nariz rota podrían ser más fáciles de
manejar que sangre
derritiéndose y saliendo de mi corazón.
Me inundan tantos sentimientos
ala mismo tiempo. Me pregunto si
me voy a poner a
llorar, o simplemente morir de felicidad, de miedo, de
vergüenza. De amor.
Está hablando
suavemente detrás de mí. Enseñándome como patinar, de
nuevo. Solo he
escuchado la mitad de lo que me ha dicho. Trato de
concentrarme en lo
demás y no a la calidez que me hace sentir.
—Sólo recárgate en mí.
Úsame de balance. Mantén tus piernas
firmes y derechas
mientras te empujo hasta que puedas sentir la música.
Una vez que hayas
captado el ritmo, podrás patinar junto conmigo. Pero
sólo si prometes que
no me harás caer. ¿Lista?
Asiento y me recargo
suavemente contra él, pero cuando él
comienza a patinar
siento que mi columna y mis extremidades están
hechas de madera.
—¿Con cuántas chicas has patinado así? —Uso mi tono
cínico y juguetón para
ver si puedo sacarle la verdad. Para ver si puedo
hacer que mi corazón
deje de latir tan rápido.
—¿De verdad quieres
saber la respuesta?
—¿Millones… trillones?
—pregunto.
—Rochi, no soy, ni he
sido el chico mujeriego que crees.
—Lo que sea —dije
cubriendo mi creciente curiosidad con
sarcasmo. Quiero
mirarlo a los ojos y preguntarle si ha estado enamorado
alguna vez, pero
supongo que en realidad no importa. En cambio, digo: —
Eres muy bueno en
esto. Como si ya lo hubieras hecho muchas veces.
Dime… cuántas.
—Ninguna. —Me estrecha
entre sus brazos más fuerte y me acerca
más a él. Ni siquiera
me importa que probablemente me haya mentido. Me
fuerzo a mi misma a
relajarme en contra de su desteñida, suave, camisa
azul, y dejarme ir.
Con él. ¿Qué daño puede hacer que yo pretenda que
esto es real por unos
pocos minutos? Respiro y trato de memorizar su
aroma.
Ahora, gracias a
nuestras bebidas, huele a refresco de lima. Mi ritmo
cardiaco se acelera
mientras aumenta la velocidad en la curva. —Ahí. —Su
aliento mueve mi
cabello, detrás de mi oreja, causándome una oleada de
mariposas y
estremecimiento—. Tienes que dejarte llevar. ¿Quieres probar
moviendo tus piernas
junto conmigo?
—No. Estoy bien así…
si no te importa.
—Está bien. —Él acelera
y me sujeta más fuerte. Las luces pateadas
giran alrededor y
sobre nosotros. La música, una canción europea tecno
electrónica sin letra,
llena mi cabeza. Mis extremidades, mi alma. Estoy
volando.
Miro sus brazos,
confidencialmente alrededor de mí y gentilmente
muevo mis manos hasta
ponerlas sobre las de él. Me inclino más hacia él,
confiando que no me
caeré. Confiando en él.
—¿Está todo bien?
—pregunta.
—Perfecto. —Cierro los
ojos mientras el me impulsa hacia la otra
esquina, contenta de
dejar que alguien más tenga el control por primera
vez. Sonrío cuando el
aire frío recorre mi rostro, y mi cabello. Puedo sentir
el corazón de Gaston
latiendo cerca de mi sien.
—Rochi Igarzabal…
alguna vez has pensado… pensado que nosotros… que
tú y yo… ¡Whoa! ¡Cuidado!
—Me jala hacia un lado y nos hace derrapar
para detenernos,
levantándome un poco para que sus patines no chocaran
con los míos. Abro mis
ojos y entro en pánico. ¡La persona con la que casi
chocamos es mi
hermana!
¡Mi acosadora y
sonriente hermana!
—Tienes que patinar en
el mismo sentido que los otros patinadores,
¿entendiste niña?
—dice Gaston.
—¡¿Qué demonios?! ¿Que
estás…? —De pronto ya estaba gritándole,
pero cambié de opinión
porque Gaston seguía sosteniéndome, o
abrazándome, o… yo
estoy abrazándolo.
¡Él no tiene ni idea
de quién es! Hago que mi cuerpo se relaje y se
convierta en un peso
muerto. Eso hace que Gaston pierda él equilibrio y me
suelte. Caigo al suelo
con un fuerte golpazo.
—Oww. Kika ¿Qué estás
haciendo aquí? ¿A parte de tratar de
matarme? —digo.
—¡Lo siento, lo
siento! —Ella está sin aliento y trastabillando para
mantener el
equilibrio—. ¡Estaba tratando de ponerme al corriente!
Estaba buscándote,
pero estaba enfocada en parejas con altos chicos,
¿rubios? —Bombardea a Gaston
con una mirada desconcertada—. Estoy en
la fiesta de bolos,
sólo que los de la pista de bolos se
confundieron con los
horarios y ahora tenemos que patinar. —Kika patina
más cerca de Gaston—.
¿Tú eres Peter?
—¡Grmry! —balbuceo su
nombre deliberadamente—. Ella es mi
hermana, Kika.
—Gusto en conocerte,
pero… ¿Eres–Peter?
Lucho por mantenerme
de pie. —¡Por Dios! ¡Kika!
—No. No soy Peter,
pero él está por aquí cerca —responde Gaston,
mirando alrededor
evasivamente.
—Sí. Él estaba aquí
—añado—. Él está…hmmm… —Finjo una
sonrisa y apunto hacia
la obscuridad—. Por ahí.
—Si tú no eres Peter,
entonces, ¿por qué estabas abrazando de esa
manera a mi hermana?
—Ahora Kika mira amenazadoramente a Gaston—.
Eso definitivamente
hará que su novio se moleste.
Jadeo. —¿Qué dices? Me
sentía muy confiada y le dije a Peter que se
tomara un descanso.
Sólo que realmente apesto patinando y me quedé
estancada aquí. Sólo
le pedí a mi amigo que me lleve a la salida. Y eso es lo
que estaba haciendo, y
es ahí a donde vamos porque estoy cansada de
humillarme a mi misma
en esta pista. ¿Podemos irnos por favor? —Tomo
el brazo de Gaston y
Kika toma mi otra mano. Patinamos hacia la salida de la
pista. Lucho por poner
mi mejor cara de indiferencia. ¿Cómo rayos voy a
salir de esta? Empiezo
con unas de mis tácticas defensivas—. Bueno,
hermanita, confiesa.
¿Cuánto te pagaron mama y papa para que vinieras a
espiarme?
—Ellos no pagaron
nada. —Ella sonríe pero se ve ligeramente
culpable.
—Escúpelo. Te dijeron
que me vigilaras, ¿verdad?
—Dijeron que si te
veía te dijera ‗Hola‘ . ¡Eso es todo! Y te vi. Pero en
serio es el cumpleaños
de Holly. ¿Ves? ¡Ahí está Holly! —grita Kika y agita
su mano. Holly ha sido
la mejor amiga de Kika desde quinto grado.
Ella no escucha ni ve
a Kika debido a la música—. Y ahí están Kimmi,
Maddie y Saoirse y …
—Ya entendimos
—respondo—. ¿No deberías estar con ellos…
ahora? —Llegamos a la
salida y dejo salir un suspiro de alivio, sintiéndome
más segura en el área
alfombrada.
—No me iré hasta que
conozca a tu novio. ¿No quieres
presentármelo? —El
labio inferior de Kika desaparece en una obstinada
mueca. No sabría decir
si herí sus sentimientos—. ¿Dónde está Peter
?
—¿Alguien me llamó? Peter
a tu servicio. —Peter y Lali
abandonaron la pista
justo detrás de nosotros. Los dos están riéndose
como tontos
enamorados, peor, tomándose de las manos. Kika
obviamente se da
cuenta de eso.
—¡Peter! —Me arrojo
entre Lali y Peter, desconectando a
propósito sus manos
con un golpe, sabiendo que mi voz suena demasiado
alegre—. ¿Me
extrañaste?
La cara de Kika se
retuerce en una mueca. Casi puedo escuchar los
engranes girando en su
cabeza. Quiero gritar pero en cambio pongo la
sonrisa más grande y
falsa que jamás haya utilizado.
—Lo siento… ¿Puedes
sujetarme por favor? ¿Dulzura? —Me sujeto
de su brazo como una
psicópata. Ni siquiera tengo que pretender que
pierdo el equilibrio
porque mi corazón está latiendo tan rápido que estoy
a punto de tener que
sentarme en el piso.
—¡Oh, y conoce a mi
hermana menor! —chillo. Gracias a Dios,
Peter pone su mano
alrededor de mi cintura para mantenerme en pie.
Kika le sonríe a Peter.
—Rochi me ha contado tanto sobre ti.
Mantengo mi sonrisa y
ajusto una de mis manos al hombro de Peter
mientras me doy la
vuelta, empujando a Lali hacia Gaston.
—Bueno, hola hermana
menor —responde Peter, mirándome
sorprendido—. Gusto en
conocerte. ¿Kika? ¿Lo pronuncié bien? Rochi
también ha hablado de
ti. Serás todo un éxito el próximo año en la escuela
si planeas aparecerte
por ahí con esos hermosos y grandes, ojos.
—¡Peter! —dice Lali
enfurecida.
Kika ríe y se sonroja.
—Gracias.
Quiero golpear a Peter
y besarlo al mismo tiempo porque con lo que
dijo distrajo a Kika
de todo pensamiento coherente. —No te atrevas a
coquetearle a mi
hermana. —Tengo que decir antes de que Lali
empiece a ondear la
bandera de ese–es–mi–hombre—. Si tú o alguno de
tus amigos deportistas
piensa acercarse a ella… o a cualquiera de sus
amiguitas, simplemente
mataré a todos y cada uno de ustedes —digo. Y
muy dentro de mí lo
digo en serio. El comentario que le hizo a Kika me
provocó un mini ataque
de ansiedad.
—¡Rochi! —Kika se
sonroja aún más, apenada y obviamente molesta
conmigo—. Sólo está
siendo amable conmigo. Por dios. No me trates
como a un bebé.
—Sí, Rochi. Además,
estoy embriagado de amor y entrando en una
relación a largo
plazo. —Le esboza una sonrisita de satisfacción a Gaston—.
Los dos chicos más
peligrosos de la escuela están fuera del mercado, por lo
que las chicas de
primer año están a salvo. No te preocupes Kika, piensa
en nosotros como tus
futuros perros guardianes. Cualquier chico que
quiera conocerte
tendrá que tener nuestra aprobación primero. ¿Hecho?
—Peter guiña un ojo.
—Genial. Gracias.
—Kika está toda entusiasmada con Peter,
claramente encantada
hasta la punta de los dedos del pies—. Rochi me dijo
que eras realmente
agradable, y lindo y tan dulce —agrega Kika.
—¡¿Eso hizo?! —Peter
parpadea hacia mí. Me encuentro a mi
misma sonriendo y
asintiendo hacia el como una muñeca cabeza de globo.
—Claro que lo hice
—digo, preguntándome que estará pensando
Lali ahora mismo.
253
Y Kika continua: —Sí,
y me dijo que tu…
—Tranquila. Peter sabe
que es adorable. No hagamos que su ego se
salga de control
—medio-grito.
Gaston se hace a un
lado y pone su brazo alrededor de los hombros de
Lali en un clásico
abrazo amistoso.
—Oye, ¿ya conoces a Lali?
—añade Gaston de repente. Sé que
está tratando de
cambiar de tema, pero eso hace que toda la atención se
centre de nuevo en él.
Qué hermoso y completamente incómodo está
actuando. ¿Por qué el
chico tuvo que elegir este momento para sonrojarse?
Miro salvajemente a
todos ellos. Gaston se ve rígido, casi asustado con su
brazo alrededor de Lali.
Supongo que tiene miedo de ella, o de mí, o
de mi hermanita.
Diablos, yo estoy muerta de miedo en este momento.
La espalda de Lali
está tiesa como un palo y su expresión oscila
entre confusión y
enojo absoluto. Peter parece que no puede decidir si él
es mi nuevo mejor
amigo, si soy alguna clase de loca acosadora que está
enamorada de él, o si
el debería de golpear a Gaston por tocar a su novia.
Kika está frunciendo
el ceño cuando me mira. Está a punto de hacer
otra pregunta. Ya no
puedo soportar otra pregunta. Y empiezo a
balbucear. —Um.
Entonces, sí… bueno… um…
—Todos los patinadores
de la fiesta de cumpleaños de Holly
favor de reportarse al
salón de fiestas número veintiséis ubicado en el
complejo de boliche.
¡Feliz cumpleaños Hoooooo-lleey!
Salvada.
—Oh. Creo que me
llaman —dice Kika mirando alrededor.
—¡Suéltame Dalmau! Tu
brazo está más pesado que un roble. ¿Qué
pasa contigo? —Lali se
zafa del abrazo de Gaston.
Las cejas de Kika se
elevaron con sorpresa. Pero gracias a Dios, en
ese mismo momento, nos
vimos rodeados por la multitud de niñas
sonrientes de octavo
grado que se dirigían a la salida de la pista.
—Kiiiiika. ¡Ahí estás!
Oh mi Dios, ¿viste como me fui de boca hace
rato? —Una niña de
trenzas largas dice riendo.
—Oh por Dios. ¿Viste
como me caí sobre ese señor? Me hizo sentir
tan mal —dice otra.
Las chicas estallan en un taque de risitas tontas—. Yo
las vi a ambas
—exclama Holly, la cumpleañera—. Hola Rochi.
—Feliz cumpleaños
Holly —respondo con una pequeña y rígida
sonrisa, preguntándome
si estoy a punto de desmayarme.
—Guau —Holly susurra a
Kika tan fuerte, como si quisiera que
todos la escucharan—.
¡Ese chico es sexi! Preséntanos.
Sé que está hablando
de Gaston.
—Chicas, este es el
novio de mi hermana y sus otros… amigos —dice
Kika. ¿Eso en su voz
fue sarcasmo?
—Ambos son
simplemente…guau. —Holly se ríe nerviosamente,
mirando a Gaston como
si estuviera en un acuario o algo así
—¡Dios, Peter! —Lali
golpea su
brazo.
—Hey. No es mi culpa
que yo sea admirado por futuras chicas de
primer grado. —Peter
guiña hacia las chicas y ellas ríen de nuevo.
Siento un nudo de
ansiedad en el estómago. Hace tres años, yo actuaba
exactamente igual que
ellas. Estaba fascinada por los chicos sénior.
Pensaba que los chicos
de mi edad eran solo chicos debiluchos y tontos.
Tanto, que les mentí a
mis padres, me escabullí en una fiesta, y
bebí lo que estaban bebiendo.
Fui seguida por un sénior real
hacia una habitación
vacía en la parte de arriba, y perdí la cabeza y mi
memoria desde
entonces. Obviamente que nada pasó. Me estremezco
cuando la bilis llega
a mi garganta. No puedo creer que mi hermana menor
y sus amigas son lo
suficiente mayores para estar en la preparatoria en un
par de meses. Miro a
Kika. ¿Me veía tan joven como ella? ¿Me comportaba
tan adulta y sabía
como Holly parece creer que es? Procuro
mantener mi expresión
serena mientras trato de calmar el pánico que
estoy sintiendo. Los
recuerdos atormentándome. Me concentré en
respirar
profundamente. Kika no es como yo y no se meterá a si misma en
problemas. Yo la
protegeré. Ella estará bien. Bien. Bien. Bien. Me
estremezco otra vez y
miro a Gaston a través de mis pestañas. Puedo ver
preocupación en sus
ojos. Él sabe que algo no está bien. Le dedico una
mirada de enojo… que
hace que esboce una pequeña, extraña y triste
sonrisa.
—Deberían irse chicas.
Salón de fiestas número veintiséis — les
recuerdo.
La chica de las
trenzas mira hacia atrás mientras todas se dirigen a
la salida. —Si es así
como lucen los chicos en la preparatoria, entonces no
puedo esperar a que el
verano termine.
Holly se ríe y mira
hacia atrás también. —¿Cuál de ellos es el
novio de tu hermana?
¿El rubio o el de cabello oscuro?
Kika voltea y
encuentra mi mirada. —¿En realidad importa cuando
ambos son
asombrosamente ardientes? —responde Kika, agitando su
cabeza.
Me mantengo firme
junto a Peter, sintiendo como si la hermana
menor fuera yo y Kika
fuera alguna especie de exitosa abogada. Juez.
Verdugo.
Deseo que la tierra se
abra y me traje completamente. Si no puedo
inventarme una
explicación convincente de porque estaba abrazada de
Gaston en el patinaje
de parejas, Kika va a tomar todo lo que he construido y
destruirlo con cinco
simples palabras: Mamá, ¿adivina que vi hoy?

Eheee por fin volviste con está nove está buenísima
ResponderEliminarEspero el próximo.. está muy linda la nove seguila
ResponderEliminarQuiero beso entre los dos de una buena vez :-)
ResponderEliminar