Capítulo 26
::Rochi::
—La voz de papá sube
por las escaleras—.
Necesito algo de ayuda
en la cocina.
Salgo de mi cuarto y
me encuentro con Kika
en el pasillo llevando
una canasta de lavandería con ella.
—¿Alguna idea de por
qué papá suena extra trabajador? ¿Qué viste
ahí abajo? ¿Es malo?
—pregunto.
—Está haciendo la
salsa al escabeche para la carne a partir de cero
esta vez. ¿La carne
del chili? ¿Para las hamburguesas del domingo? —Kika
arquea una ceja y
bloquea mi paso poniendo la canasta de lavandería a un
costado.
Pretendo ignorar su
intento de bloquearme y trato de presionar
para pasarla,
manteniendo mi voz ligera.
—Oh. ¡Debería haberlo
sabido! Quiere que pique las cebollas. —
Fuerzo una sonrisa
pero mi corazón se ha convertido en pesadas piedras.
Papá siempre hace su
carne especial y súper tierna antes de una gran
parrillada. La prepara
cuando quiere impresionar a alguien. Ese alguien
tendría que ser mi
novio, Peter. Que tiene que ser entregado en
persona en tres días.
Sólo porque las cosa
fueron mal entre Gaston y yo, no significa que
fuera lo
suficientemente estúpida como para cancelar la parrillada.
Todavía.
—Rochi. Estoy
esperando. —Llama papá otra vez.
—Estaré ahí en un
minuto. —Igualo la voz cantarina que usó papá y
me encuentro con el
desafío en los ojos de mi hermana—. ¿Qué pasa?
Kika no se va a mover
de mi camino. —¿Qué pasa contigo? —Su
tono es sarcástico y
cabreado.
—Nada. —Empujo la
canasta con fuerza lejos de mi camino y me
encamino a las
escaleras.
—Oh, no lo harás.
—Kika suelta la canasta con un golpe sordo. Me
agarra en el descanso
superior—. Él viene, ¿no? ¿A la parrillada?
—¿Peter? Por supuesto
que viene. —Parpadeo lentamente, le
disparo mi mejor
mirada de ―qué-está-mal-contigo‖ y me dirijo hacía
abajo por la escalera.
Ella me sigue.
—No. Él no. Estoy
hablando de tu novio. ¿Él viene? Y no trates de
fingir. Cualquiera
podía ver que a ese chico, Peter, le gustaba la otra
chica y no tú.
Nos paramos en la
entrada. —No tengo idea a lo que te refieres.
—Quiero decir el otro
chico. El tipo que parece un
modelo. ¿No lo viste?
Porque yo seguro que sí. Es alto. Tiene ojos verdes,
demasiado caliente y
que realmente le gustas TÚ. Con el que estabas
patinando, ¡y lo
sabes! —grita.
Compruebo los pasillos
por signos de nuestros padres. —¿Quién te
crees que eres,
metiéndote en mi vida? No sabes nada —susurro.
Ella no susurra. —Soy
tu hermana. Y sé mucho. En serio, estoy a
punto de explotar.
Empieza a hablar.
—Dime qué piensas que
sabes. —Desvío.
—¿Y darte una
oportunidad para que cambies tu historia otra vez?
—Kika cruza sus brazos
y me dispara su pequeña mirada de muerte, la
que no marchitaría ni
una margarita—. Me dices la verdad primero,
empezando con su
nombre, y después quizás te diga lo que pienso
compartir con mamá y
papá.
Admiro su respuesta.
La chica es rápida, y también me está
asustando. Le hago
señas para que me siga al hueco con bancos alineados
que compone el área de
adentro de nuestra puerta principal.
—Esto realmente no
tiene nada que ver con tus asuntos. ¿Qué les
has dicho?
—Nada. Pero si el
chico correcto no aparece el domingo a la tarde,
estás acabada. Terminé
de cubrirte, especialmente cuando no me has
contado ni una cosa.
—¿En serio me estás
amenazando?
—Sí. Estoy
completamente confundida. No tienes idea lo horrible
que suena cuando
gritas en la mitad de la noche, porque estás dormida.
Pero yo he estado
escuchándote toda la semana. Eres tan afortunada de
que papá está sordo y
mamá estaba en la conferencia. O ellos ya estarían
involucrados. Tendría
que haberle dicho a mamá en el momento en que
tocó la entrada para
el coche. Pero no lo hice. Porque pensé que me
hablarías, acerca de
cosas, acerca de que está pasando. Rochi. ¿QUÉ ESTÁ
PASANDO?
—Vamos. No es tan malo
como lo estás haciendo sonar. Ese otro
chico, no entiendes.
No es lo que parece… o… sólo es confuso, eso es todo.
Y con lo de las noches
largas. Lo siento si no pudiste dormir. Sabes que no
puedo controlar eso.
La cara de Kika se
desmorona en completa angustia y preocupación
y empieza a llorar.
—No me importa lo de dormir. ¿Sabes que he estado
tratando de mantenerme
despierta en caso de que me necesites? Pero no
lo haces. Nunca pides
ayuda. Nunca vienes a mi habitación. —Traga—.
No has hablado
conmigo, ni siquiera me has mirado, desde que te vi en el
complejo de deportes.
Te extraño. Estoy asustada por ti.
Mi corazón se hunde.
Casi nunca peleamos. Y, ella tiene razón.
Nunca la había sacado
de mi vida antes.
—Lo sé… —Empiezo, pero
ella no me deja terminar.
—Lo que no entiendo es
porque has estado jugado está realmente
rara broma del novio
con toda la familia. Lo único que puedo pensar es
que estás como,
metiéndote en las drogas. O estás en algún tipo de
problema. ¿Estás
embarazada?
Jadeo. —Esto no es una
broma. Y esto definitivamente no soy yo en
las drogas. ¡No puedo
creer que pienses que estoy embarazada! Ni siquiera
cerca. Mi futuro
completo está en una apuesta ahora mismo. Todo se
apoya en como las
cosas van para mí este verano. Demándame si estuve un
poco distante, pero
estuve ocupada trabajando en mi futuro. Y no está
yendo muy bien. Eso es
todo. No es personal, o en contra tuya, o de mamá
y papá. Nada como eso.
Sacude su cabeza y sus
ojos estás fríos. —Dame una razón para no
acusarte justo ahora.
Di algo real. Honesto. Si siquiera sabes lo que eso
significa.
¿Cómo pude dejar que
las cosas se salieran tanto de control? Me
odio ahora mismo. Más
que nada por romper el corazón de mi hermana
así.
Suspiro, sabiendo que
no puedo mentirle más. —¿Quieres lo real?
Bien. Empecemos con el
hecho de que estoy enamorada. Patas arriba, amor
sin esperanza. Y con
el chico absolutamente más maravilloso que haya
conocido. Él es
perfecto realmente. Lo viste en la pista.
—Lo sabía. Sabía que
tenía razón acerca de él y tú.
—Pero no tienes razón.
La verdad es, le estoy pagando a ese chico
para que pretenda ser
mi novio por todo el verano. Y él ha hecho un
trabajo maravilloso
haciendo que todos crean que lo nuestro es real. Y me
he enamorado de él,
como una idiota.
La barbilla de Kika se
cae. —Imposible. ¿Cómo se llama?
—Gaston Dalmau. Su
mejor amigo es Peter, el otro chico que
conociste esa noche.
Cambiamos sus nombres para mantenerte a ti y a
mamá confundidas. Peter
y Lali ni siquiera saben lo que hicimos.
Nadie sabe. Excepto
tú. No puedo dejar que mamá y papá se enteren de
que nada de esto es
real.
—¿Y qué hay acerca del
internado? Por favor dime que has
manejado hacía un
trabajo real todos los días.
Hago una mueca. —El
internado es legítimo. Es por eso que estoy
muy cansada. Que las
pesadillas son tan fuertes. No hay tiempo para las
siestas en el auto.
Estaba pensando en abandonar una semana más
temprano. Sólo quiero
terminar esta semana. Llegar al domingo. Pero si
me acusas hoy, vas a
arruinar todo por lo que tan duro trabajé para crear.
Lanza sus brazos
abiertos. —Cómo yo puedo arruinar todo, si tus
pesadillas están de
vuelta y tu novio ni siquiera es real. Suena como que ya
eres un completo
desastre, justo aquí y justo ahora.
Me siento en unos de
los bancos y dejo salir un largo suspiro. —Sí,
lo sé. —Me inclino hacia
atrás y me encuentro con su mirada. Se sienta en
el banco en frente mío
mientras continúo: —Si mamá y papá se enteran de
lo que hice, si esta
información se fuga en la escuela, moriré de
humillación. Me alejé
de todos porque estoy tratando de salvar algo de
esta situación. Mi
respeto por mí misma, y mis planes para la universidad
al menos. Pero ahora,
ni siquiera sé si tengo lo que se necesita para llegar a
la universidad. Quizás
mamá tiene razón. Quizás ni siquiera seré capaz de
mudarme de esta casa.
—Oh. Por. Dios. Esto
está tan jodido. —Kika respira un respiro
entrecortado.
—Me mantuve alejada de
ti porque no quería admitir que tenías
razón con lo de los
sueños poniéndose peor. Sabía que te preocuparías
demasiado. Siempre lo
haces. Voy a pedir ayuda. Pronto. Te estoy
pidiendo que esperes
tres días más. Tienes que creerme, para la parrillada
del domingo la cosa
completa con Peter y Gaston Dalmau va a estar
resuelta.
—¿Cómo? —Arquea una
ceja.
—Estoy planeando dejar
a mi novio antes de que la parrillada
empiece.
—¿Pero a quién vas a
dejar? ¿Peter? ¿O Gaston?
Siento que mis
mejillas se calientan. —Ambos. Gaston, supongo, y
Lali también. Nunca
vas a volver a ver a ninguno de ellos otra vez así
que no importa. Y
volveré a lo normal. Volveré a mi tipo de normal , de
todos modos. Te lo
estoy rogando. Dame los próximos días. Real o no, son
lo único que voy a
tener con este chico. Demonios, con cualquier chico, y
sé que es egoísta de
mi parte, pero realmente quiero esos días.
Kika farfulla: —¿Así
que nadie, nadie va a venir a esta parrillada
excepto por nuestra
familia?
Asiento, trabajando en
tragar la bola en mi garganta. —Sólo
nosotros.
—¿Qué demonios planeas
decirle a mamá y papá el domingo? —
Kika mueve la cabeza
hacía la cocina—. Mamá ha estado limpiando la casa
y actuando como una
loca de la limpieza. ¡Me está haciendo plantar más
flores con ella en el
frente! ¿Qué vas a decir para hacer que algo de esto
esté bien?
—Fácil. —Me encojo de
hombros—. Le voy a decir a todos la
verdad. Después, voy a
pagar con la respuesta que siempre uso: lo siento.
Porque, Kika. Mierda.
Lo siento. Sabes que lo hago. Después, nuestra
familia puede tener
una linda charla acerca de todos los engaños que hice.
De cómo en realidad no
he hecho ningún progreso. Y del triste, arruinado,
caso mental que
siempre seré.
Miro lejos de su
mirada sorprendida y sigo: —Papá va a retirarse a
su oficina, mamá va a
llorar, y tú vas a tratar de hacer que todos estemos
felices siendo la
linda y la perfecta como siempre. Mi universidad va a
estar en espera, por
supuesto. Estoy segura de que el doctor Brodie me va
a tener otra vez en su
sillón el lunes al mediodía.
Me paro, manteniendo
mi cara como una máscara de serenidad.
Pero por dentro, me he
vuelto tan pesada que estoy sorprendida de que el
peso de mi
permanentemente arruinada vida simplemente no me empuje a
través del piso de
madera. Ojalá lo hiciera. Ser absorbida hacía el centro de
la tierra tiene que
sentirse mejor que esto.
Kika cruza sus brazos.
Toda su angustia se va mientras comprende
lo que he dicho. —OMG.
Eso apesta completamente. Creo que tú apestas
completamente.
—Sip. Siempre eres la
última en creer la verdadera mierda sobre mí.
Estoy contenta de que
finalmente lo hayas captado. Noticias de último
momento: He apestado
por tres años. Lo siento si te mentí. No lo volveré a
hacer. Por supuesto,
no esperaré que creas en mí por un largo tiempo. Es
justo.
Me encamino fuera del
hueco, pero Kika agarra mi hombro. Ella está
sacudiendo su cabeza
como si quisiera que niegue todo lo que dije. Como
si quisiera decir más.
Pero sabe que lo que dije es verdad. Su cara se ha
moteado en un mosaico
de blanco y rosa. Una señal de que está a punto de
tener una gigante
sesión de llanto así que ninguna palabra más va a salir
de su boca.
Mi corazón se rompe al
mirarla. Suavizo mi tono. —No me acuses.
Son sólo tres días.
Quiero una oportunidad para decirle adiós… a Gaston… al
trabajo. Al mejor
verano que he tenido. Gaston y yo tenemos planes para
salir toda la tarde de
mañana. Y después, el sábado es el ThunderLand.
Nunca he estado ahí.
Aunque es totalmente falso, cada segundo con ese
chico de ojos verdes
es mejor que todo lo que he conocido.
Debes entender un poco
porque no quiero dejar ir eso. Para mí, esto es
todo lo que llegaré a
tener. Sólo ve arriba y desecha la colada. Planta las
malditas flores que
mamá quiere que plantes. Sigue la corriente, Kika, por
favor. Déjame tener un
par de días más para estar enamorada antes de que
tenga que volver al
punto de partida. Por favor.
Sin una palabra, me
dispara una mirada llena de lágrimas y corre
subiendo las
escaleras.

Ohooo que tierna Rochi queriendo disfrutar sus días junto a gastu
ResponderEliminarEspero el próximo :-)
ResponderEliminar