martes, 15 de octubre de 2013

Casi capitulo 26

Capítulo 26
::Rochi::
—La voz de papá sube por las escaleras—.
Necesito algo de ayuda en la cocina.
Salgo de mi cuarto y me encuentro con Kika
en el pasillo llevando una canasta de lavandería con ella.
—¿Alguna idea de por qué papá suena extra trabajador? ¿Qué viste
ahí abajo? ¿Es malo? —pregunto.
—Está haciendo la salsa al escabeche para la carne a partir de cero
esta vez. ¿La carne del chili? ¿Para las hamburguesas del domingo? —Kika
arquea una ceja y bloquea mi paso poniendo la canasta de lavandería a un
costado.
Pretendo ignorar su intento de bloquearme y trato de presionar
para pasarla, manteniendo mi voz ligera.
—Oh. ¡Debería haberlo sabido! Quiere que pique las cebollas. —
Fuerzo una sonrisa pero mi corazón se ha convertido en pesadas piedras.
Papá siempre hace su carne especial y súper tierna antes de una gran
parrillada. La prepara cuando quiere impresionar a alguien. Ese alguien
tendría que ser mi novio, Peter. Que tiene que ser entregado en
persona en tres días.
Sólo porque las cosa fueron mal entre Gaston y yo, no significa que
fuera lo suficientemente estúpida como para cancelar la parrillada.
Todavía.
—Rochi. Estoy esperando. —Llama papá otra vez.
—Estaré ahí en un minuto. —Igualo la voz cantarina que usó papá y
me encuentro con el desafío en los ojos de mi hermana—. ¿Qué pasa?
Kika no se va a mover de mi camino. —¿Qué pasa contigo? —Su
tono es sarcástico y cabreado.
—Nada. —Empujo la canasta con fuerza lejos de mi camino y me
encamino a las escaleras.
—Oh, no lo harás. —Kika suelta la canasta con un golpe sordo. Me
agarra en el descanso superior—. Él viene, ¿no? ¿A la parrillada?
—¿Peter? Por supuesto que viene. —Parpadeo lentamente, le
disparo mi mejor mirada de ―qué-está-mal-contigo‖ y me dirijo hacía
abajo por la escalera. Ella me sigue.
—No. Él no. Estoy hablando de tu novio. ¿Él viene? Y no trates de
fingir. Cualquiera podía ver que a ese chico, Peter, le gustaba la otra
chica y no tú.
Nos paramos en la entrada. —No tengo idea a lo que te refieres.
—Quiero decir el otro chico. El tipo que parece un
modelo. ¿No lo viste? Porque yo seguro que sí. Es alto. Tiene ojos verdes,
demasiado caliente y que realmente le gustas TÚ. Con el que estabas
patinando, ¡y lo sabes! —grita.
Compruebo los pasillos por signos de nuestros padres. —¿Quién te
crees que eres, metiéndote en mi vida? No sabes nada —susurro.
Ella no susurra. —Soy tu hermana. Y sé mucho. En serio, estoy a
punto de explotar. Empieza a hablar.
—Dime qué piensas que sabes. —Desvío.
—¿Y darte una oportunidad para que cambies tu historia otra vez?
—Kika cruza sus brazos y me dispara su pequeña mirada de muerte, la
que no marchitaría ni una margarita—. Me dices la verdad primero,
empezando con su nombre, y después quizás te diga lo que pienso
compartir con mamá y papá.
Admiro su respuesta. La chica es rápida, y también me está
asustando. Le hago señas para que me siga al hueco con bancos alineados
que compone el área de adentro de nuestra puerta principal.
—Esto realmente no tiene nada que ver con tus asuntos. ¿Qué les
has dicho?
—Nada. Pero si el chico correcto no aparece el domingo a la tarde,
estás acabada. Terminé de cubrirte, especialmente cuando no me has
contado ni una cosa.
—¿En serio me estás amenazando?
—Sí. Estoy completamente confundida. No tienes idea lo horrible
que suena cuando gritas en la mitad de la noche, porque estás dormida.
Pero yo he estado escuchándote toda la semana. Eres tan afortunada de
que papá está sordo y mamá estaba en la conferencia. O ellos ya estarían
involucrados. Tendría que haberle dicho a mamá en el momento en que
tocó la entrada para el coche. Pero no lo hice. Porque pensé que me
hablarías, acerca de cosas, acerca de que está pasando. Rochi. ¿QUÉ ESTÁ
PASANDO?
—Vamos. No es tan malo como lo estás haciendo sonar. Ese otro
chico, no entiendes. No es lo que parece… o… sólo es confuso, eso es todo.
Y con lo de las noches largas. Lo siento si no pudiste dormir. Sabes que no
puedo controlar eso.
La cara de Kika se desmorona en completa angustia y preocupación
y empieza a llorar. —No me importa lo de dormir. ¿Sabes que he estado
tratando de mantenerme despierta en caso de que me necesites? Pero no
lo haces. Nunca pides ayuda. Nunca vienes a mi habitación. —Traga—.
No has hablado conmigo, ni siquiera me has mirado, desde que te vi en el
complejo de deportes. Te extraño. Estoy asustada por ti.
Mi corazón se hunde. Casi nunca peleamos. Y, ella tiene razón.
Nunca la había sacado de mi vida antes.
—Lo sé… —Empiezo, pero ella no me deja terminar.
—Lo que no entiendo es porque has estado jugado está realmente
rara broma del novio con toda la familia. Lo único que puedo pensar es
que estás como, metiéndote en las drogas. O estás en algún tipo de
problema. ¿Estás embarazada?
Jadeo. —Esto no es una broma. Y esto definitivamente no soy yo en
las drogas. ¡No puedo creer que pienses que estoy embarazada! Ni siquiera
cerca. Mi futuro completo está en una apuesta ahora mismo. Todo se
apoya en como las cosas van para mí este verano. Demándame si estuve un
poco distante, pero estuve ocupada trabajando en mi futuro. Y no está
yendo muy bien. Eso es todo. No es personal, o en contra tuya, o de mamá
y papá. Nada como eso.
Sacude su cabeza y sus ojos estás fríos. —Dame una razón para no
acusarte justo ahora. Di algo real. Honesto. Si siquiera sabes lo que eso
significa.
¿Cómo pude dejar que las cosas se salieran tanto de control? Me
odio ahora mismo. Más que nada por romper el corazón de mi hermana
así.
Suspiro, sabiendo que no puedo mentirle más. —¿Quieres lo real?
Bien. Empecemos con el hecho de que estoy enamorada. Patas arriba, amor
sin esperanza. Y con el chico absolutamente más maravilloso que haya
conocido. Él es perfecto realmente. Lo viste en la pista.
—Lo sabía. Sabía que tenía razón acerca de él y tú.
—Pero no tienes razón. La verdad es, le estoy pagando a ese chico
para que pretenda ser mi novio por todo el verano. Y él ha hecho un
trabajo maravilloso haciendo que todos crean que lo nuestro es real. Y me
he enamorado de él, como una idiota.
La barbilla de Kika se cae. —Imposible. ¿Cómo se llama?
—Gaston Dalmau. Su mejor amigo es Peter, el otro chico que
conociste esa noche. Cambiamos sus nombres para mantenerte a ti y a
mamá confundidas. Peter y Lali ni siquiera saben lo que hicimos.
Nadie sabe. Excepto tú. No puedo dejar que mamá y papá se enteren de
que nada de esto es real.
—¿Y qué hay acerca del internado? Por favor dime que has
manejado hacía un trabajo real todos los días.
Hago una mueca. —El internado es legítimo. Es por eso que estoy
muy cansada. Que las pesadillas son tan fuertes. No hay tiempo para las
siestas en el auto. Estaba pensando en abandonar una semana más
temprano. Sólo quiero terminar esta semana. Llegar al domingo. Pero si
me acusas hoy, vas a arruinar todo por lo que tan duro trabajé para crear.
Lanza sus brazos abiertos. —Cómo yo puedo arruinar todo, si tus
pesadillas están de vuelta y tu novio ni siquiera es real. Suena como que ya
eres un completo desastre, justo aquí y justo ahora.
Me siento en unos de los bancos y dejo salir un largo suspiro. —Sí,
lo sé. —Me inclino hacia atrás y me encuentro con su mirada. Se sienta en
el banco en frente mío mientras continúo: —Si mamá y papá se enteran de
lo que hice, si esta información se fuga en la escuela, moriré de
humillación. Me alejé de todos porque estoy tratando de salvar algo de
esta situación. Mi respeto por mí misma, y mis planes para la universidad
al menos. Pero ahora, ni siquiera sé si tengo lo que se necesita para llegar a
la universidad. Quizás mamá tiene razón. Quizás ni siquiera seré capaz de
mudarme de esta casa.
—Oh. Por. Dios. Esto está tan jodido. —Kika respira un respiro
entrecortado.
—Me mantuve alejada de ti porque no quería admitir que tenías
razón con lo de los sueños poniéndose peor. Sabía que te preocuparías
demasiado. Siempre lo haces. Voy a pedir ayuda. Pronto. Te estoy
pidiendo que esperes tres días más. Tienes que creerme, para la parrillada
del domingo la cosa completa con Peter y Gaston Dalmau va a estar
resuelta.
—¿Cómo? —Arquea una ceja.
—Estoy planeando dejar a mi novio antes de que la parrillada
empiece.
—¿Pero a quién vas a dejar? ¿Peter? ¿O Gaston?
Siento que mis mejillas se calientan. —Ambos. Gaston, supongo, y
Lali también. Nunca vas a volver a ver a ninguno de ellos otra vez así
que no importa. Y volveré a lo normal. Volveré a mi tipo de normal , de
todos modos. Te lo estoy rogando. Dame los próximos días. Real o no, son
lo único que voy a tener con este chico. Demonios, con cualquier chico, y
sé que es egoísta de mi parte, pero realmente quiero esos días.
Kika farfulla: —¿Así que nadie, nadie va a venir a esta parrillada
excepto por nuestra familia?
Asiento, trabajando en tragar la bola en mi garganta. —Sólo
nosotros.
—¿Qué demonios planeas decirle a mamá y papá el domingo? —
Kika mueve la cabeza hacía la cocina—. Mamá ha estado limpiando la casa
y actuando como una loca de la limpieza. ¡Me está haciendo plantar más
flores con ella en el frente! ¿Qué vas a decir para hacer que algo de esto
esté bien?
—Fácil. —Me encojo de hombros—. Le voy a decir a todos la
verdad. Después, voy a pagar con la respuesta que siempre uso: lo siento.
Porque, Kika. Mierda. Lo siento. Sabes que lo hago. Después, nuestra
familia puede tener una linda charla acerca de todos los engaños que hice.
De cómo en realidad no he hecho ningún progreso. Y del triste, arruinado,
caso mental que siempre seré.
Miro lejos de su mirada sorprendida y sigo: —Papá va a retirarse a
su oficina, mamá va a llorar, y tú vas a tratar de hacer que todos estemos
felices siendo la linda y la perfecta como siempre. Mi universidad va a
estar en espera, por supuesto. Estoy segura de que el doctor Brodie me va
a tener otra vez en su sillón el lunes al mediodía.
Me paro, manteniendo mi cara como una máscara de serenidad.
Pero por dentro, me he vuelto tan pesada que estoy sorprendida de que el
peso de mi permanentemente arruinada vida simplemente no me empuje a
través del piso de madera. Ojalá lo hiciera. Ser absorbida hacía el centro de
la tierra tiene que sentirse mejor que esto.
Kika cruza sus brazos. Toda su angustia se va mientras comprende
lo que he dicho. —OMG. Eso apesta completamente. Creo que tú apestas
completamente.
—Sip. Siempre eres la última en creer la verdadera mierda sobre mí.
Estoy contenta de que finalmente lo hayas captado. Noticias de último
momento: He apestado por tres años. Lo siento si te mentí. No lo volveré a
hacer. Por supuesto, no esperaré que creas en mí por un largo tiempo. Es
justo.
Me encamino fuera del hueco, pero Kika agarra mi hombro. Ella está
sacudiendo su cabeza como si quisiera que niegue todo lo que dije. Como
si quisiera decir más. Pero sabe que lo que dije es verdad. Su cara se ha
moteado en un mosaico de blanco y rosa. Una señal de que está a punto de
tener una gigante sesión de llanto así que ninguna palabra más va a salir
de su boca.
Mi corazón se rompe al mirarla. Suavizo mi tono. —No me acuses.
Son sólo tres días. Quiero una oportunidad para decirle adiós… a Gaston… al
trabajo. Al mejor verano que he tenido. Gaston y yo tenemos planes para
salir toda la tarde de mañana. Y después, el sábado es el ThunderLand.
Nunca he estado ahí. Aunque es totalmente falso, cada segundo con ese
chico de ojos verdes es mejor que todo lo que he conocido.
Debes entender un poco porque no quiero dejar ir eso. Para mí, esto es
todo lo que llegaré a tener. Sólo ve arriba y desecha la colada. Planta las
malditas flores que mamá quiere que plantes. Sigue la corriente, Kika, por
favor. Déjame tener un par de días más para estar enamorada antes de que
tenga que volver al punto de partida. Por favor.
Sin una palabra, me dispara una mirada llena de lágrimas y corre

subiendo las escaleras.

2 comentarios: