martes, 27 de mayo de 2014

UN AMOR PELIGROSO 2, CAPITULO FINAL EPILOGO

Epílogo
Quedó derecho?
Levantando la mirada desde el suelo donde me
encontraba, doblando la ropa recién sacada de la
secadora, estudié la fotografía que Gaston trataba de colgar
sobre la chimenea ladearse.
Sobre nuestra chimenea.
Claro, el lugar era alquilado y era un estudio tan pequeño
como puede ser un lugar de ochocientos dólares al mes
. Pero era nuestro, un lugar donde podríamos estar
juntos. Así que era grandioso.
Conseguimos las llaves un par de días atrás e intentábamos
adaptarnos entre las clases, el futbol y el trabajo, pero no
importaba cuantas cajas teníamos que desempacar, me sentía
feliz de que Gaston estuviera a mi lado.
—No —dije, arrodillándome—. Está chueco.
—Maldición —murmuró, tirando de la fotografía del
gancho—. No puedo poner esto derecho. Comienzo a creer que
las pareces están torcidas.
—Claro que sí, bebé —dije, doblando otro de sus
calzoncillos—. Estoy segura de que no tiene nada que ver con tu
poca experiencia colgando fotos.
—Si no tuviera una imposibilidad física iría hasta allí y te
castigaría por burlarte de mí —dijo, apoyando la foto contra la
chimenea, lanzándome una sonrisa maliciosa.
Agarré un par de prendas de mi pila de ropa interior y se las
lancé.
—Yo no llamaría imposibilidad física a lo que tienes cuando
lo hemos hecho cuatro veces en menos de veinticuatro horas.
Atrapó mi ropa interior en el aire antes de ondearla frente a
rostro. —¿Es esto un reto, Rochi?
—Eso es lo que tú quieras que sea —dije mientras él hacía su
camino en mi dirección—. Después de que consigas colgar esa foto
correctamente —agregué, deteniéndolo en seco.
—¿Por qué no solamente la dejamos sobre la chimenea? —
preguntó, su rostro torturado, o lo que bien podría ser un puchero, por
tener que esperar para tener sexo. Levantando la foto que nos
tomamos como fotografía de compromiso, justo en la playa donde nos
conocimos, él la apoyó contra la chimenea, descansando contra la
pared detrás de ella—. ¿Ves? Problema resuelto.
—Problema no resuelto —dije, levantándome y cruzando la
habitación hacia él. El departamento era lo suficientemente pequeño
como para cruzarlo en cinco pasos—. Mira esta cosa. —Tomé un
puñado de la mezcla que caía de la chimenea de ladrillo. Una
avalancha de mortero y polvo cayó en cascada en el suelo—. Podría
derrumbarse cualquier día y nuestra fotografía junto con él.
La piel entre sus cejas se arrugó. —Hombre, esto apesta. Incluso el
suelo podría caerse debajo de nuestra fotografía. Esto no es justo.
Lo empujé y él rió con diversión. —Ya que te estás divirtiendo
mucho con esto, entonces hazlo bien. Nuestra fotografía necesitará
colgar de una cuerda en caso de que el suelo decida caerse también.
—Yo creo, Rochi —contestó, girando la fotografía—, que esto
necesita un alambre. No una cuerda.
Gemí cuando me entregó la fotografía y se subió al banquillo
nuevamente, el martillo en la mano. —¿No puedes ser más irritante?
Sabía por experiencia que podía.
—Por ti, Rochi —dijo, bajando la mirada hacia mí mientras
reposicionaba el gancho y el clavo—, puedo ser lo que quieras que sea.
—¿Qué te parece callado y concentrado hasta que consigas
dejar esta cosa derecha?
Me guiñó un ojo, sellando sus labios mientras clavaba el clavo en
una nueva ubicación.
—Sabes, esta idea del apartamento ha sido la cosa más tonta y
tonta y brillante que has hecho hasta ahora —dije, investigando la
habitación que, para pagar la renta cada mes, Gaston debería
pasar horas extras en el garaje. Todo para que pudiéramos pasar
los fines de semana juntos.
No más compartir dormitorio con India o sus compañeros de
fraternidad. Este lugar era todo para nosotros.
Hizo un gesto hacia mí, moviendo su boca en silencio.
—¿Qué?
—Se supone que debo estar callado y concentrado en este
momento —me susurró.
Dejé escapar un suspiro de exasperación. —¿Qué tal sólo
concentrado, entonces? —dije—. Ya que pedirte que estés
callado es una tortura para ti.
—Concentrado —dijo, arqueando sus cejas en mi
dirección—. Puedo concentrarme, Rochi.
—¿Tu mente puede dejar de pensar en sexo por unos
minutos? —Golpeé con fuerza su trasero.
—Rara vez.
—Yo diría que nunca —murmuré.
Sonrió abiertamente. —Así qué, ¿La idea del apartamento
ha sido mi idea más brillante?
—Bueno, Sr. Audiencia Selectiva, es la más brillante porque
tenemos nuestro propio lugar, un lugar donde no tenemos que
andar de puntillas cerca de otras personas. Un lugar sólo para
nosotros.
Haciéndome señas de que ya estaba listo, le entregué la
fotografía.
—Es la idea más tonta porque estás pagando ochocientos
dólares al mes para pasar aquí dos días a la semana; Esto está a
dos horas conduciendo de mi escuela y a tres horas de la tuya. Y
no olvidemos que somos una pareja de dieciocho años, en su
primer año de universidad, que se han mudado juntos y estamos
comprometidos.
Me miró como siempre lo hacía cuando creía que yo
hablaba locuras. —No estoy seguro de cómo responder a eso, así
que sólo te ofreceré un “¿De nada?” —Colgando la fotografía en
el gancho otra vez, lo ajusto, ladeando su cabeza para
inspeccionarlo.
La maldita cosa seguía torcida.
—Gracias —dije, mientras él lo ajustaba de nuevo,
empeorándolo.
—Gracias, ¿Por qué? —dijo, sus manos hechas puños como
quisiera golpear la pared con frustración—. ¿Tu agradecimiento es
preludio de mí “de nada” o me agradeces por la cosa más brillante o
tonta que he hecho? —Lo ajustó hacia el otro lado y, cuando casi
estuvo derecho, el gancho cayó de la pared en una nube de polvo de
yeso.
—¡Maldición! —gritó, golpeando la pared.
Revisé la fotografía, la cual cayó sobre la chimenea. El cristal no
estaba roto. Sobrevivió a la caída y al impacto.
—Gracias por todo —dije, tomando su mano.
Su puño se relajó al instante, relajándose en mi agarré. Sus dedos
se entrelazaron con los míos, jugando con el anillo de oro rodeando mi
dedo anular. No habíamos elegido una fecha aún, después de todo,
teníamos dieciocho, pero estábamos locamente enamorados. Así que
podíamos esperar hasta que termináramos la escuela y entonces
planear toda la cosa de la boda, o quizás no podríamos estar
separados el uno del otro un día más y correríamos hasta la primera
iglesia para una boda rápida.
De cualquier manera, no me importa. Ya no tenía dudas. La
confusión no nublaría mi mente lejos de la verdad. Pero me alegraba de
haber pasado por todo eso. Tenía que caminar a través del fuego para
ver lo que tenía a mi lado. Tenía que quemarme para saber si valía la
pena. Ya no tenía que preguntármelo a mí misma, vivir mi vida sin Gaston
me hizo descubrir lo mucho que pertenecía a él.
—De nada —dijo, las líneas de su rostro se desvanecieron—, otra
vez.
—¿La tercera es la vencida? —dije, recuperando el gancho que
se había caído en el suelo.
Miró el gancho, arrancándolo de mis manos y reposicionándolo
en la pared.
—Lograremos que esta cosa quede colgada —dije, mientras él
golpeaba el clavo dentro del gancho en un nuevo lugar en la pared—.
Mañana tenemos que levantarnos temprano y un largo camino que
conducir, así que necesitamos meternos a la cama.
El lugar se hallaba casi lleno de cajas cerradas y algunas abiertas,
pero la cama había sido la prioridad. Las sábanas ni siquiera estaban
dobladas después de que Gaston arrastró el colchón hasta las escaleras
justo antes de que bautizáramos el apartamento.
—Que Dios me ayude —murmuró Gaston hacia la pared—, si
no cooperas, me lanzaré sobre ti.
Sonreí, entregándole la fotografía. No hay nada como un
ligero “empujón” para que un hombre se concentre.
Conteniendo la respiración, colocó el cable en el gancho y
lo dejó colgando. Bajando del banquillo, tomó mi mano y me
llevó al otro lado de la habitación.
Cinco pasos más adelante, nos giró, así que pudimos tener
un panorama completo de la imagen. Todavía seguía torcida.
Pero menos torcida que en los primeros intentos. Quizás él tenía
razón, quizás las paredes estaban torcidas.
Envolviendo sus brazos alrededor de mí, me acercó a él. —
Perfecto —dijo, besando mi cabeza.
Levanté la mirada, luego regresé mi atención a la imagen.
—Casi perfecto —dije, apretándome a su cuerpo—. Casi perfecto
es suficiente para mí.
FIN

2 comentarios:

  1. me encanto!!! pero que lastima que termino :(( me gusto mucho esta nove

    ResponderEliminar
  2. Bueniiiiiiisimo. Gracias por escribirla, estuvo muy linda

    ResponderEliminar