lunes, 4 de agosto de 2014

No Te Tengo Miedo... capitulo 12


Click en Leer Más




Narra Rochi.

Desperté adolorida sobre la cama de alguien.

Por un momento me alarmé, pero al examinar la habitación con completa atención se me hizo automáticamente familiar: era la habitación de Gastón. Mis mejillas comenzaron a tomar color, pues, ¿Cómo había llegado allí? Solo tenía memoria del escalofrío que recorrió mi espina dorsal en aquel callejón oscuro.

Me incorporé con precaución y al no encontrar a Gastón el cuarto, me dí por dado el hecho de buscarlo por su casa. Las muñecas, el cuello y mi cintura, fueron víctimas de golpes. Debía tener unos feos morados.

Escuché voces provenientes de algún lugar de la casa. Una distinguí.

Lenta, ronca y temblorosa al mismo tiempo.

Gastón.

La otra era una mujer, obviamente, pero no una niñata de quince o dieciséis años, si no que mayor. Un ataque de celos me inundó y cuando me paré en el marco de la puerta de la cocina, comprobé que era una fémina con los rasgos similares a los de Gastón.

—Vamos Gastón, actúas como mi padre cuando tenía tu edad —rió ella.
—Aún así.... le marcaré a Peter de su celular, no te preocupes —sonrió.

¡Alto! ¡Sonrió! ¡Nuevamente, sonrió!

—¿Me alcanzas el jugo? —preguntó.
—Claro —abrió el refrigerador y quitó el jugo, lo vació en un vaso.—Ten.
—Gracias. —sonrió nuevamente, esto ya era escalofriante...—Iré a ver como se encuentra... —Dío la vuelta y me observó unos segundos—Rochi....
—Hola... —saludé algo tímida elevando mi mano.—Demonios... —susurré, el dolor era insoportable.
—¡Mi niña! —exclamó la señora—¿Te encuentras bien?. —Preguntó preocupada acercándose hacia mi.
—No del todo —confesé—tengo adoloridas las muñecas, mi cuello y la cintura. —Gastón se acercó a mi.
—No deberías haberte levantado... —susurró.
—No sabía donde estabas y... bueno creí que me encontraba sola... —dije nerviosa.
—Mamá. —dijo Gastón, como no lo supe antes, era su madre.—Deberías ir a descansar... yo seguiré con la cena, luego la llevo a tu habitación.
—Claro... —susurró y sonrió pícara.—Te espero Gastón... y adiós ¿...?
—Rocio. —intenté sonreír.
—Rocio —guiñó un ojo y se retiró.
—Lamento haberte traído a mi hogar sin avisar.
—No te preocupes... ¿Qué... qué ocurrió con esos delincuentes?...
—Es un secreto —frunció el ceño.
—Oh, vale, lo siento. —Rodé los ojos.—Creo que debo regresar a casa, Peter... se preocupará por mí...

Claramente no se preocuparía por mi nunca, pero era bastante incómodo estar bajo el mismo techo que Gastón Dalmau.

—Estás mal Rochi. Creo que lo mejor será que te quedes aquí ésta noche.
—Dalmau...
—Gastón. —Me corrigió.
—Gastón, yo soy una carga en estos momentos —moví mi cuello lo que hizo que el dolor aumentara.—Mierda... —susurré adolorida.
—Ven, descansa... —dirigió su mirada al suelo y me rodeo por las caderas, ya que por la cintura abundaban los morados.
—¿Cómo haré para ir al Instituto mañana? —pregunté volteando, su respiración chocaba contra la mía y miraba atentamente a sus ojos, al igual que él a mi.
—T...Te puedo prestar mi ropa, algún polerón o algo... —Desvió la mirada y se alejó un poco.
—Te agradezco. —desvié mi mirada hacia el suelo.—Odio que seas tú el que me encontró en ese momento, en este estado, pero después de todo, debo agradecerte... —Sonreí—Van tres veces que me subes el ánimo Dalmau. —sonrió, su sonrisa era hermosa es extraño que nunca realice ésta acción en el Instituto.
—No hay de qué. —Llegamos a su habitación.
—Gastón, ¿Dónde descansaré ésta noche? —Pregunté.
—Aquí. —Dijo serio. Vaya, ¡¿Era cierto?!, primera vez que dormiría en la habitación de un chico, no soy como las otras zorras de mi instituto que van de habitación en habitación por sexo.
—¿Hablas en serio?. —Lo miré seria.
—Sí. —Dijo algo frío pero no de mala manera.
—¿Y tú?, ésta es tu habitación... no me gustaría molestar...
—Armaré una cama en el suelo... —Dijo mientras se ponía en pie, por cierto, estábamos sentados en su cama.
—No... yo dormiré en el suelo, tu duerme en tu cama. —Sonreí.
—No estas en las condiciones, duerme allí. —Dijo serio.


Finalmente opté por rendirme y en el momento de apagar las luces —Hace unas dos horas—debía dormir, pero fue imposible... y aún continuo despierta.

—¿Gastón estás dormido? —Pregunté. Dios, que tonta, obviamente estaba dormido.
—No... —Recibí una respuesta, ¿Él tampoco podía dormir?.
—Tengo miedo... —Solté, realmente tenía un temor horrible ¿Y si esos delincuentes me seguían mañana?.
—Descuida, no ocurrirá nada. Mañana iré contigo, intentaré ir contigo todas las mañanas si es necesario.

Aquellas palabras lograron ruborizarme, ¿Realmente Gastón había mencionado eso?...

—Sube... —Dí media vuelta para observarlo a los ojos, me miró sorprendido.
—No... no es correcto... —Frunció el ceño.
—No haremos nada malo —me ruboricé—.¿Qué cosas piensas? —Reí—es solo... ¿Si entran por la ventana? —Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
—No ocurrirá nada...
—Gastón... —Mis ojos se cristalizaron.—por favor... —Me contempló durante unos segundos.
—Está bien... —Susurró y subió a la cama, me corrí un poco y entro en ella.
—Gracias... —Una lágrima hizo un viaje turístico por mi mejilla, lo del callejón me tenía realmente mal.
—No llores... —Se dio media vuelta y pasó su pulgar por la lágrima en mi mejilla.— Nada ocurrirá mientras estés conmigo, Rochi.

2 comentarios:

  1. Seguilaa... que tierno es gas cuidándola.. quiero beso seeguilaaa *-*

    ResponderEliminar
  2. no mas tierno imposible gas dale subiii mass capituloss plissss

    ResponderEliminar