domingo, 26 de febrero de 2012

Amigos Desconocidos Cap 63



Capítulo 63



Rocio había hecho la maleta y buscó a los anfitriones para despedirse. Pero al encontrarse con tremenda escena en el despacho, se mantuvo paralizada en la puerta. No pudo evitar correr hacía Gaston para consolarlo. La necesitaba. Nunca se imaginó que pudiese estar sufriendo tanto. Había pensado lo peor sobre su madre. Y esta segura de que se sentía como un bastardo en casa de su padre. Lo abrazó muy fuerte y dejó que él se recompusiese.



Gaston hundió las manos en la espalda de ella, atrayéndola a él. Escondió el rostro en su pecho, intentando controlar sus emociones. Suspiró aclarando sus ideas y se retiró de la calidez de la muchacha. Miró a la pareja que se encontraba en el sofá y recuperó su expresión fría. Su único síntoma de debilidad fue la búsqueda desesperada de la mano de Rocio. La apretó contra él y se irguió para proseguir la batalla.



- Hablaré con él y lo aclararé. Pero que él supiese que no era mi padre desde un principio, no explica la forma en que lo tratabas -dijo Gaston con sequedad- Si no lo amabas, al menos podrías haber mostrado agradecimiento por mantenerte y tratarte como una reina.
- Yo quería mucho a tu padre, sino no me habría casado con él. Y nunca lo desprecié como dices -protestó Gimena con más calma.
- Dudo que sepas lo que es el amor -espetó Gaston, sorprendiendo a todos con sus duras palabras- Él te amaba y tú lo dejaste.
- ¡Ya basta! -gruñó Nicolas levantándose de nuevo- Si vas a hablar con Salvador, pregúntale de camino el motivo por el que se separaron.
- ¡Ella quería más dinero, o simplemente se hartó de él! -contestó Gaston con ligereza.
- ¡Bien! ¿Quieres la verdad? -preguntó Gimena irritada- ¡De acuerdo! Nunca te lo dije porque le agradezco a Salvador por su ayuda, más de lo que te puedas imaginar. Pero ya va siendo hora de que te enteres -aseguró la mujer, irguiéndose con orgullo.
- ¡Ilumíname! -dijo Gaston sardónico. Pero se calló al notar que Rocio le soltaba la mano y lo miraba con reproche. Recuperó la mano de la chica entre las suyas y miró a su madre.
- Su actual esposa es su gran amor. Y no lo critico por ello. Pero si por comenzar su relación cuando aún estaba casado conmigo -explicó Gimena irritada.
- Eso no es cierto. Él no la ama de verdad. Solo esta con ella porque es una buena mujer -le aseguró su hijo- No la busca y la mima como hacía contigo.
- No necesita perseguirla porque la tiene siempre que quiere. Es su esposa. Y si a mi me intentaba comprar con regalos era porque se sentía culpable por engañarme -informó Gimena apenada por su hijo- Por eso no aceptaba sus regalos. No me gustaba que intentase comprarme con joyas.



Gaston recordó cada detalle de su pasado. Incluso episodios que no sabía que habían sucedido. Siempre estaban su madre y él solos. Su padre llegaba tarde y con un regalo carísimo para ella. Él estaba desean ver a su padre y culpaba a su madre de que nunca estuviese en casa. Porque el poco tiempo que estaba, lo pasaba discutiendo con ella. Siempre había considerado que su madre era la culpable de no tener a su padre junto a él.



- Pero aunque mi relación con Salvador no funcionase, intenté seguir para que tuvieses a un padre a tu lado -dijo Gimena sacándolo de sus pensamientos.
- Y creíste más conveniente darme un padre con el que no tenía ninguna relación ¿O es que mi verdadero padre no quiso saber nada de mi? -sospechó Gaston con tristeza.
- ¡No! -musito Gimena horrorizada- Cuando me enteré de que estaba embarazada, él ya no estaba y no supe como contactar con él.
- ¡No importa! No quiero saber nada de ningún otro padre -aseguró Gaston, acercándose al teléfono- Voy a hablar con el único padre que he conocido. Quiero aclararlo todo -dijo descolgando el teléfono y esperando a que lo dejasen solo.



Para él Salvador Dalmau era un mártir que había soportado las mentiras de su mujer, había aceptado un hijo de otro hombre y se había conformado con una gris esposa para compartir su vida. Por ello, a los dieciséis años había decidido volver con aquel magnífico hombre, aunque nunca lo hubiese tratado con mucha intimidad ni fuese su verdadero padre. Pero tras hablar durante una hora por teléfono con él, todo aquello se desmoronó en sus narices. No solo amaba a su esposa, sino que era verdad que había engañado a su madre con ella. 



Tras colgar el teléfono, buscó donde sentarse. Toda su visión del mundo había cambiado. Sus teorías sobre las mujeres, la visión de sus padres, hasta la de él mismo. Había formado un vínculo en esos últimos años con su padre, que no se rompería por lo sucedido. Se alegró de saber que ahora era feliz de verdad. Y él lo quería mucho. Pero se despreció por la opinión que había tenido sobre su propia madre. Para ella no habría sido fácil encontrarse embarazada y sola, engañada por el hombre que creyó la protegería de cualquier mal. La había culpado por muchas cosas de las que no era responsable. Y había generalizado su odio a todas las mujeres. Sobre todo, había extendido su rencor hasta marcar con él a Rochi ¡Había estado tan equivocado! 



Ya habían pasado casi dos horas desde que dejaron solo a Gaston. Gimena y Rocio estaban angustiadas y preocupadas por él. Nicolas las había estado conteniendo pero no soportó más y las condujo de nuevo hasta el despacho. Al entrar se lo encontraron hundido en el sofá con otra copa en la mano. Nicolas se mantuvo en la puerta con expresión férrea mientras su mujer se entraba en la habitación. Rochi corrió hacía él y lo abrazó. Él se incorporó un poco y le devolvió el abrazo. La separó un poco y le besó la frente. Después miró a su madre y la culpa lo hizo desviar la mirada.



- Lo siento tanto mamá. Yo.. -comenzó a decir Gaston con pena.
- ¡Ah, olvídalo! -replicó Gimena con una sonrisa- Lo importante es que está todo aclarado. Salvador tiene su vida y yo la mía. No hay rencor entre nosotros. Y él siempre será tu padre -aseguró sentándose junto a él y quitándole el vaso de whisky.
- ¡Sí! Hablé con papá y todo está aclarado. Él y yo somos más amigos de lo que fuimos cuando era un niño. Nos vino muy bien vivir estos años juntos -dijo Gas mirando fijamente a su madre- Siento mucho como te he tratado mamá.
- Fue todo un malentendido -lo excusó su madre.
- Fui cruel contigo -afirmó el muchacho avergonzado.
- Un poco -dijo la mujer con fingido rencor- La próxima vez, háblalo conmigo. 
- Lo siento tanto mamá -repitió Gaston apenado.
- Has tenido que sufrir tanto estos años... -pensó en voz alta su madre, mientras le acariciaba el cabello.
- No tengo excusa -se recriminó él.
- ¡Dejemos el drama! -contestó Gimena con una sonrisa y miró a Rocio- Estamos preocupando a tu preciosa novia.



"Su novia" ¡Ojalá lo fuera! pensó Gaston perdiéndose en el mar de sus ojos. Era tan bella... ¡Y estaba preocupada por él! La había juzgado tan mal como a su madre. Ella no se había ido por su mal educado comportamiento, sino que se había quedado junto a él cuando la había necesitado. La había tratado tan mal, que no había palabras para disculparse.



- Yo... -gimió Gaston a escasos centímetros de Rocio.
- ¡Sh! -dijo ella colocándole un dedo sobre los labios- Después hablaremos. Ahora es momento de estar con tu madre. Aclarar cualquier duda. O festejar porque todo se aclaró finalmente.



Y él estaba feliz por saber la verdad. Pero no era con su madre con quien quería aclarar las cosas. Quería hacerle saber a ella lo mucho que lamentaba lo ocurrido entre ellos. Explicarle que lo hizo por miedo a admitir sus sentimientos. Porque si la trataba como a la mujer que deseaba y necesitaba, no le quedaría más remedio que admitir que la amaba. Y sí, ¡la amaba! Con toda su alma. La amaba tanto que le dolía. Y por eso se había negado a admitirlo. Porque si amarla era doloroso, perderla sería insoportable.



Miró el delicado rostro de Rocio frente a él y lo acarició con dedos trémulos. Ella era todo lo que necesitaba en la vida. Con quien quería compartir su felicidad. La persona que quería que estuviese a su lado en los malos momentos, cogiéndole de la mano, como hizo unas horas antes. Era la mujer con quien quería compartir el resto de su existencia ¡Su amada! Su amiga. Su mujer.



Fin Capi...



*Mafe*

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