viernes, 17 de febrero de 2012

Dilema y un no hay tal Crisis capitulo 14


El estacionamiento estaba desolado cuando camine por el hasta mi auto; antes de llegar a mi carro una vos me nombro haciendo que automáticamente me diera vuelta, Ramiro caminaba con sus andares pausados y elegantes como quien no tiene prisa, parecía salido de un comercial. Como llego tan rápido??
- te gusta escaparte no? – me pregunto llegando hasta mí.
- Soy muy buen en desaparecer.- respondí reanudando la marcha hacia mi auto.
- Me doy cuenta – respondió colocándose a mi lado.- pero porque huyes?
- Quien dice que huyo?
- Si no huyes, porque cada ves que nos encontramos terminas escabulléndote?, hasta ahora no hemos podido hablar –
- Digamos que hasta ahora ninguno de los escenarios o situaciones en los que nos encontramos fueron adecuados para “hablar”… y hablando de eso, que se supone que tenemos que hablar?. – pregunte llegando a mi auto.
Pretendía abrir la puerta pero el se interpuso entre la cerradura y yo.
- vamos a cenar y así lo averiguas! – respondió con una sonrisa.
Cenar? Con Ramiro? Apenas lo conozco y ya me invita a cenar? Bastante rapidito.
- y que te hace pensar que pienso aceptar tu salida?-
- y porque la rechazarías?-
- creo que la simple razón de no conocerte es suficiente – colocando vos de niña añadí sarcásticamente - mi mamí no me deja salir con extraños.-
Su risa suave y alegre resonó en el aparcamiento.
- por eso, salimos y así nos conocemos. Me interesa conocerte, a ti no?-
(Esperen, Ramiro Ordóñez acaba de decirme que le interesa conocerme?)
- en realidad no! – (si el piensa que soy una hueca fácil con la que puede salir cuando quiera esta muy equivocado). Una arruga casi imperceptible se poso en su frente.
- Así que no quieres salir? – me pregunto incrédulo y divertido
- No, no quiero salir y con vos menos, soy bastante antisocial.
Soltó una risa leve.
- que mala onda che! Te pasa algo conmigo? – me pregunto con una sonrisa compradora.
- No, solo que no me parece salir con mi jefe. – respondí impaciente.
- A partir de el lunes ejerzo como tu jefe, por ahora soy solo… un compañero de trabajo. – me respondió sin quitar su divina sonrisa.
- Menos… como mi jefe tenía un deber contigo, pero ya que eres solo mi compañero, ni eso queda. Yo me voy!! – intente apartarlo pero se negaba a moverse.
- Y yo vuelvo y repito, que te pasa a vos conmigo? –
- Nada, ya te dije.
- Pues nada, no es lo que parece. – respondió con una expresión de frustración.
- Pues te parece mal – estaba decidida a no sucumbir ante el, su fama de mujeriego se la había ganado con honores, yo misma lo había comprobado al entrar en su oficina, y no estaba dispuesta a ser una mas de sus lindas subvinieres que desfilaban día a día ante el.
- Entonces se supone que estamos destinados a odiarnos incluso antes de conocernos- dijo serio. eso debía pasar? Debíamos odiarnos? a fin de cuentas el no me había echo nada y yo lo estaba prejuzgando. Al diablo con todo, una oportunidad no se le niega a nadie.
- No – respondí y esboce media sonrisa- no, debemos odiarnos, después de todo eres mi jefe y debemos llevarnos bien no? - me miro con una tímida sonrisa en el rostro.
- Entonces? Amigos? – pregunto extendiendo su mano hacia mí, ese gesto fue casi infantil y no pude evitar sonreír ante eso- amigos – acepte estrechando su mano.
Su sonrisa se ensancho.
- y con respecto a la salida? – pregunto.
- No. – fue todo lo que respondí sin dejar de sonreír.
- Esta bien – dijo alzando las manos en señal de rendición – por hoy no insisto mas. Entonces… – dijo apartándose de mi carro – nos vemos – soltó y sin aviso me beso delicadamente la mejilla antes de dar media vuelta y alejarse caminando. Me quede medio atolondrada junto a la puerta de mi auto mientras lo veía dirigirse al suyo. Un rugido de parte de mi estomago me saco del atolondramiento. – ya se que tienes hambre – le dije a mi panza, acto que me saco una risa que resonó en el lugar –
La semana seguía transcurriendo bien y tranquila, entre recados, llamadas y papeles me había hundido todos los días, por fin era viernes por la mañana y yo seguía hundida entre carpetas y copias.
- jodeme mal – dijo Belén apoyándose de mi escritorio, levante la cabeza y mire su tersa piel. – ya te enteraste? – me pregunto con un aire pícaro.
- Belu, no tengo la menor idea de lo que estas hablando, de que se supone que debo enterarme?.- Belen soltó un bufido de frustración.
- Hoy regresa de su viaje el jefe de comercio- dijo con una sonrisa seductora.
- Y? – fue todo lo que dije antes de volver fijar la vista en mis papeles.
- Como se nota que eres nueva!! – me recrimino negando con la cabeza, iba a decir algo mas pero se callo de repente, note como un silencio se apoderaba de la sala, levante mi vista para ver que causaba esa extraña reacción y me encontré con todas las mujeres mirando fijamente las puertas del elevador, mis ojos siguieron el rumbo de las demás y me encontré con un impresionante pelicorto, con el cabello castaño muy claro, fornido y elegante que caminaba con aire despreocupado y examinaba todo con sus ojos dorados; a su lado iba Ramiro no menos cautivador charlando amenamente con este primer hombre. Pasaron caminando como salidos de un comercial frente a nosotras enfrascados en su conversación; note como a medida que avanzaban todas las presentes sonreían y saludaban. Los 2 hombres entraron por una puerta lateral y se perdieron por un pasillo. Como si todo despertara comenzó de nuevo el inconfundible caos en cuanto ellos se perdieron de vista.
- Te has fijado? – pregunto Belen con dramatismo.
- No!! en que se supone que debía haberme fijado? – pregunte restándole importancia.
- Que eres ciega? no viste a esos 2 bombones? Los parto con cuchara te juro!!.
- No.- respondí sin mirarla – no soy ciega, solo que no tengo idea de quienes son, por eso no me interesa.
- Ha!!- exclamo Belen - cierto que vos no lo conoces, bueno uno, es Ramiro Ordóñez el jefe mas lindo que he visto - hizo una pausa dramática – el segundo es Agustín Sierra, el jefe de comercio. No son 2 dulces te juro que me encanta trabajar en este lugar, con jefes como esos yo les hago cualquier mandado – me guiño un ojo y se voltio hacia donde segundo antes se habían marchado los 2 hombres. Solté una risa ahogada.
- Haber belen, si te gustan tanto porque no estas con ellos y ya?? Atributos no te faltan para engancharlos.- le dije señalando su generoso escote.
- No entiendes nada verdad? – me dijo con una mirada burlona- soy solo una recepcionista, ellos solo salen con modelos europeas y celebridades.
- Que no me dijiste que Ramiro sale con todas? – pregunte retándola.
- Si, con todas lo suficientemente buenas para el, ninguna recepcionista, ni secretaria – dijo enmarcando la palabra secretaria – Agustín y Ramiro se dan el lujo de salir solo con mujeres ricas, modelos y celebridades, nada de menos. Que no ves a la bruja de la novia de Ramiro!!??
- Valentina?? – pregunte.
- Si, te juro que nose que le ve Ramiro – dijo colocando un puchero que la hacia ver aun mas sexi. (como rayos hacia eso?) seguía preguntándome como Belén conseguía verse aun mas sexi con solo hacer un puchero.
- Valentina es preciosa – dije sintiendo una punzada de celos.
- Si!! Con mucho bisturí, por dios, si lo que ella tiene es natural yo soy físico nuclear – solté la risa ante ese comentario.
- Es modelo no? Además debe ser muy inteligente si llego hacer lo que hoy es – le espete.
- Bue… y se puede saber porque la defiendes? – pregunto mirándome como si me hubiera vuelto loca.
- No la defiendo, solo que, primero: ella a mi no me ha hecho nada, segundo: por algo es la novia de Ramiro si dices que es tan exigente, y tercero: que se yo, tu solo le echas tierra alguien debe defender a la pobre.
- Ves como eres nueva- dijo Belén exasperada.- ella de pobre no tiene nada y vos la defendes porque no la conoces, espérate y vas a ver lo bruja que puede ser, aparte tan inteligente no es, mi sobrina de 3 años saca cuentas más rápido que ella.
- Y como llego a ser la jefa entonces? –
- Ella es una niña rica de nacimiento, con los contactos que tiene el padre entro volando a esta empresa. Dame un escote como ese y sus zapatos de marca y vas a ver como yo también soy inteligente. – reí a carcajadas ella revoleo los ojos y me saco la lengua en un gesto infantil.
- Me voy antes que me echen – dijo alejándose – me das una aventón a casa después del trabajo? ando sin carro – me pidió sonriendo como una niña buena, volví a reír y asentí- te dije que sos la mejor? – pregunto sonriendo y se alejo caminando como toda una modelo.
Volví a mi trabajo hasta que el interlocutor me informo con un pitido que tenía una llamada interna, conteste con el respectivo saludo y me sorprendió escuchar la vos de Ramiro pidiéndome que me dirigiera a su oficina.
Echa un manojo de nervios me dirigí a su oficina, todos los días anteriores apenas y había tenido contacto con el y su llamado me inquietaba, encima esa mañana por sugerencia de Belén que vivía quejándose de mi ropa me había vestido un poco mas prolija y provocativa; mi camisa gris mostraba un escote en V que dejaba mis hombros al descubierto y mi pantalón negros ajustado remarcaba mis piernas y mi trasero de eso estaba muy conciente, mi físico era algo de lo que no me avergonzaba pero mucho no me gustaba mostrar, la ropa mas prolija y suelta era la que mas me gustaba pero al trabajar en una revista de moda la ropas ceñida y con escotes parecía ser el uniforme y algo debía hacer para encajar; mis zapatos cerrados de tacón aguja repiqueteaba contra el piso a medida que me acercaba a la puerta y desee tener una cola a mano para atar mi larga cabellera que impulsivamente me había dejado suelta esa mañana, me pare frente a la puerta de su oficina y me pase frenéticamente la mano por el pelo, como siempre eso era lo mejor que podía hacer así que armándome de valor entre.
Ramiro se encontraba sentado frente a su escritorio y me miraba fijamente.
- permiso – dije mientras entraba – buenos días – salude dirigiéndome a Agustín - me llamo?- pregunte nerviosa a Ramiro.- este sonrío y ladeo la cabeza.
- Si – respondió mientras se ponía en pie y rodeaba su escritorio- te presento al jefe del departamento de comercio, mi compañero y hermano del alma, Agustín Sierra o como yo le digo nacho – dijo señalándo a Agustín mientras este se ponía en pie.
- Rocío – dije estrechando su mano mientras notaba su insistente mirada (¿Agustín me acaba de hacer un escáner?).
- Llévale esto a luz por favor. –pidió Ramiro pasándome un manojo de carpetas, las tome y me disponía a salir cuando Ramiro volvió a llamarme
- la propuesta sigue en pie, piénsalo- dijo inesperadamente haciendo que me volteara, no había caído en lo que decía hasta que recordé su invitaciones en el estacionamiento - y si lo que te preocupa es que salgamos solos, nuestro amigo nacho acá presente nos puede acompañar así salimos los 3.
- Y si no te sentís cómoda con eso, invitas a una amiga tuya así salimos los 4 – dijo Agustín que hasta ese momento había permanecido callado, me sorprendió el tono burlón que utilizo.
- Algo mas? – pregunte alzando una ceja.
Mi expresión hizo que ambos hombres se miraran y nacho soltara una risa ahogada.
- nada más – respondió Ramiro.
Sin más salí de la oficina.

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