
-amigaaaaa- grito mar sonriendo con bolsas en la mano cuando le abrí la puerta.
Una sonrisa se dibujo en mi rostro.
- que sorpresa, no te esperaba peti – le dije riendo ante su cara de reprocho, odiaba que la llamara peti.
- Vine a ver a mi sobrino (a) favorito.- respondió caminando hacia la cocina, la seguí de cerca.
- Mar, es tu único sobrino(a) – le espete.
- Por eso es mi favorito, además porque se que yo también soy su tía preferida – dijo comenzando a sacar todas las cosas que había traído.
- Eso no es seguro – le dije sonriendo
- No me pinches el globo che.
- No te pincho el globo – le respondí- y que tanto trajiste? – pregunte al ver la interminable fila de cosas que sacaba de las bolsas.
- Algunas cosas para que comas, debes estar bien alimentada – respondió mostrándome una lata de conserva que tenia en la mano – alguna cremas y maquillaje, con todo eso de que estas trabajando en una revista de modas debes arreglarte mas – siguió diciendo mientras sostenía un polvo compacto en la mano, y por ultimo – saco un biberón y unas mediecitas de lana blancas, mis ojos se llenaron de lagrimas –
- Le trajiste esto a mi hijo – pregunte con nudo en la garganta al ver las pequeñas mediecitas en mi mano. Mar sonrío y pude ver como también tenia los ojos llenos de lagrimas
- Si, los vi en una tienda y supe que eran para el o ella – en ese momento la abrace. Al separarnos ambas llorábamos.
- Porque lloras? – me pregunto llorando ella también.
- Por lo mismo que tu. – le respondí sonriendo mientras seguían cayendo lagrimas por mis ojos.
- Yo no tengo la menor idea – me dijo de igual forma que yo.
Ambas reímos mientras lagrimas de felicidad seguían rodando por nuestras mejillas.
- hay hijito(a) – dije colocando mi mano en mi vientre – mira la familia de locas en la que te toco llegar.
Mar rió.
- ya desayunaste? – me pregunto rebuscando en mis gabinetes.
- No, iba a eso antes de que llegaras. – respondí sentándome en una de las sillas.
- Pues te propongo que demos un paseo por el parque central antes de desayunar y de ahí vamos a algún café- me propuso extendiendo sus manos hacia mi para ayudarme a levantarme.
- Bueno, pero solo porque no he hecho ejercicio en mucho tiempo.- respondí y me dirigí a mi placar, tome una ducha rápida y me coloque una sudadera y unos shorts cortos aprovechando el tiempo que me quedaba antes de que mi cuerpo se fuera ensanchando, por raro que parezca esa idea me agrado, quería poder sentir ya sus pataditas y mucho mas poder tenerlo en mis brazos, no me molestaban los cambios que debía sufrir mi cuerpo.
Mar manejo hasta el parque central y comenzamos nuestra caminata.
Siempre me gusto la naturaleza, de pequeña me encantaba subir árboles y escalar montañas, correr hasta no poder más y nadar hasta que mi piel se arrugaba como una pasa, meter las manos en el lodo y enchastar todo.
- en que piensas? – me pregunto mar.
- En lo mucho que me gusta esto! – respondí, mar me miro como si me hubiera vuelto loca.
- Como así? –
- Me gusta la naturaleza, sentir la tierra bajos mis pies, respirar hondo el aire puro, nada mejor que esto. – respondí pretendía continuar pero me detuve al observar que mar no me prestaba la mas minima atención.
- Mar me estas escuchando? – le reproche.
- No – me respondió mirando un punto fijo en la nada.
- Y porque rayos me haces hablar como una cotorra si no me vas a escuchar? – pregunte un tanto molestas. Por fin se digno a mirarme.
- No te escucho porque ese bombón de allá absorbió mi atención – respondió señalando a la derecha.
- Claro no, yo hablo como loca y mar solo se fija en… - lo que iba a decir murió en mi boca cuando me di cuenta que la persona a la que se refería mar era nada mas y nada menos que mi querido jefe
- Ramiro? – solté en vos baja
- Lo conoces? – me pregunto una sorprendida mar.
- Si, es… mi jefe.
- Con jefes así yo también quiero trabajar en esa revista - dijo mar pero yo apenas y la escuche.
- Vámonos – le dije mientras la tomaba del brazo y la arrastraba hacia la salida.
- Porque? – pregunto aun mas sorprendida.
- Porque no quiero que me vea – dije recordando el ajustado short que traía puesto.
- Sigo sin entender porque te escapas – escuche decir a alguien, esa no era la vos de mar, me detuve en seco.
Al darme la vuelta puede comprobarlo, estaba parado frente a mi con su cabello despeinado por la carrera, iba con un pantalón negro ligero y una camiseta gris que se pegaba a su perfecto cuerpo. Carraspee para poder hablar.
- yo no me escapo – respondí desafiante mirando de reojo a mar que permanecía callada y sorprendida mirando la escena.
- Primero el estacionamiento, luego la oficina y eso sin contar que sigues sin responder a mi propuesta. – con esas palabras mar pareció despertar.
- Que propuesta perdón? – preguntó mirándolo para luego mírame a mi.
- Mar – hable primero – te presento a Ramiro Ordóñez mi jefe. Ramiro te presento a Marianella Rinaldí una de mis mejores amigas.
- Un placer- respondieron ambos y cordialmente se dieron un apretón de manos.
- Pasa Marianella – comenzó hablando Ramiro - que le ofrecí una salida a tu amiga y sigue sin responder a mi propuesta – termino de decir picadamente
- Perdón – hable molesta – yo ya te respondí y fue un NO rotundo.
- Para cuando seria esa salida? – pregunto mar.
- Para esta noche contesto – Ramiro sonriendo – va también un amigo mió si tu quisieras acompañarnos estaríamos encantados.
- A que hora? – pregunto. Que?? Ella enserio no lo puede estar pensando.
- A las 7 – respondió este.
- Donde nos encontramos? – pregunto mar sonriendo.
- Perdón!! – hable dirigiéndome a los 2.
- Sabes donde vive rochi? – pregunto mar ignorándome –
- Por supuesto, se donde viven todos mis empleados – respondió este.
Esperen! Ramiro sabe donde vivo?.
- Buenísimo, nos pasan buscando a las 7. – dijo mar en tono de conclusión.
- Que? – no pude decir nada mas.
- Perfecto entonces nos vemos – dijo Ramiro, se despidió de mar y luego me planto un beso en la mejilla
- Nos vemos esta noche rocío – fue lo último que dijo antes de seguir corriendo.
- te volviste loca? - prácticamente le grite a mar mientras caminábamos rumbo a mi carro
- no, y tampoco sorda plis no me grites. – respondió sin inmutarse.
- Como vas a aceptar esa salida se te salio un tornillo??-
- Rocío – me dijo soltándose para quedar frente a mi. – basta de quedarse los sábados por la noche a dormir en casa, es hora de que salgas y disfrutes, basta de quedarse llorando por el idiota de Gastón – sentí una punzada al escuchar su nombre- tienes que salir y disfrutar. Este hombre se parte mal y esta interesado en ti.
- Eso no es verdad – contra ataque- y yo no vivo llorando.
- Hay por favor cuando fue la ultima vez que saliste?- busque en mi mente, en blanco!! típico se me apaga el cerebro justo cuando lo necesito.
- Ves, ni te acuerdas – dijo mar después de un largo minuto de silencio.
- Fuera de que salga o no, porque con el?- pregunte haciendo puchero
- Porque es un bombón se parte mal y no lo niegues, es tu jefe y esta interesado en vos.
- Por favor mar no me hagas reír, el no esta interesado en mí.
- Digas lo que digas hoy, hay fiebre de sábado por la noche!! así que, sin excusas ni peros que es hora de salir.- fue lo último que dijo antes de arrancar y llevarnos a un café donde desayunamos.
No sabía que rayos me estaba haciendo mar en el pelo, se había negado a dejar que me viera en el espejo; tenía los nervios de punta mientras la veía mover el rizador, la laca y la plancha.
- mar, te juro que te demandare si le deja algún mal permanente a mi cabello – le dije con un tono burlón en la vos mientras la escuchaba reírse.
- Relájate que vas a quedar echa una diosa – respondió jalando un mecho de cabello.
- Mar, podrías ser un poco menos brusca, me vas a dejar calva. – me queje intentando voltearme pero ella no me lo permitió.
- Para ser bella hay que ver estrellas querida – respondió jalándome otro mechón de cabello a propósito, mas suavemente.
Suspire y me enfurruñe en el asiento esperando que terminara con su labor.
Al final logre que me soltara pero siguió sin dejar que me viera en el espejo.
Me arreglo, me maquillo y no me vistió porque no la deje.
Sonrió mientras me contemplaba y me dio vuelta para que pudiera por fin verme en el espejo. Mi cabello caía ondulado de medio lado por mi espalda y un mechón pequeño y liso se asomaba por mi cara, intente apartarlo y mar me quito la mano de un manotazo asegurando que ese pequeño mechón era el toque final de mi look. Me había colocado un vestido negro con un hombro caído elegante y discreto arriba pero corto abajo, varias palmas enzima de mi rodilla dejando a la vista una buena porción de mis piernas perfectas (si puedo presumir), enzima unas sandalias de satín negro aguja me estilizaban aun mas. Mi maquillaje aunque un poco mas cargado de lo normal, me gustaba, resaltaba mis ojos color miel con líneas negras me daban un toque egipcio, mis pestañas con mucho rimel las sentía bailar cada vez que pestañaba, mi piel color marfil se veía resaltada con un rubor rosado muy suave que me daba un toque inocente lo cual era un completo contraste con el resto de mi imagen, se añadían mis labios de un rojo carmín. Me sentía realmente sexi.
El tono del intercomunicador nos indico que nos estaban esperando. Baje sin decir una palabra. Mar solo sonreía, algo se traía entre manos, la conocía lo suficiente como para saber que algo planeaba.
Al salir al frío de la calle note 2 cosas. 1 dos hombres elegantemente vestidos me esperaban dándome la espalda mientras se recostaban en una lujosa camioneta gris plata. 2. la linda silueta de mar no se encontraba caminando a mi lado. Busque desesperadamente a mar con la vista dando vueltas en mi sitio aprovechando que los 2 hombres seguían sin darse cuenta de mi presencia. Estaba apunto de entrar nuevamente al edificio cuando mi teléfono vibro en mi mano. Era mar… amen!!
Conversación:
- amiga upss se me había olvidado – comenzó a decir con una falsa vos de inocencia en cuanto conteste – pero hoy voy a salir con Peter así que no voy a poder acompañarte.
Me quede helada, todo había sido un plan de mar para que saliera, ella no planeaba acompañarme.
- y ahora me lo dices? Te volviste loca? Todo fue un plan tuyo desde un principio no es así? – pregunte con un susurro amenazador.
- Así es – respondió la cantarina vos de mi amiga.- sabia que sola no lograría convencerte de que salieras, pero ya que estas vestida y esos 2 guapos hombre te esperan no puedes decir que no.
- Juro que te matare – solté cada ves mas conciente de el lío en el que me había metido - pero te salio mal, justo ahora subo a mi departamento y finjo estar enferma – solté en vos baja. La carcajada que resonó, no me la esperaba.
- Sorry Honey pero es tarde creo que ya te vieron y te aseguro que tienen una linda vista de tu cuerpo por atrás. – alce la vista de inmediato y logre distinguir a mar que se encontraba parada detrás del vidrio de la entrada con el teléfono pegado a la oreja con una mano mientras que con la otra me saludaba con una sonrisa de suficiencia en la cara.
Cuando vi sus sonrisa de ganadora fue que recordé sus palabras (-Sorry Honey pero es tarde creo que ya te vieron). Lentamente me di vuelta y los vi.
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