
- que haces aquí?? no te me vuelvas a perder así, mi deber es cuidarte y no me ayuda el que huyas de mi – me reclamo gaston.
Estaba cansada de el y su control todo el tiempo, me valía bledo que mi padre lo hubiera contratado para seguirme día y noche, ya estaba cansada de sentirme constantemente observada, el solo permanecía allí serio quieto, su actitud me molestaba muchísimo.
- que quieres gaston?? déjame tranquila – le dije y comencé a caminar mas rápido.
- Te quiero cuidar – me respondió con su tono serio.
- No necesito que me cuides. – le espete y comencé a caminar ente la gente por el centro comercial.
- Tu padre te paga por cuidarme – me respondió igual de frio.
- Mi padre no esta aquí – estaba cansada de el.
- rochi – me llamo alguien de repente.
- Simon!! Hola!!! Hace un montón que no te veía – conteste alegremente, Simon era mi compañero de clases y amigo en mi grupo social de chetos; odiaba el estar rodeada de gente inútil que se creía mas que los demás por el simple echo de tener dinero, usualmente éramos solo vico, peter y yo; pero no faltaba la ocasión en que nos teníamos que unir al grupo de las conchetas por ser gente con dinero. Simon era parte de ese grupo, era un cheto con quien me llevaba bien; Simon no era como los otros era timido y dulce, un poco callado pero no engreído y eso me agrada de el.
- Que haces por aca vagando sola?- me pregunto con una de sus radiantes sonrisas en el rostro. Gaston de acerco a mi y se planto justo detrás, con lo brazos cruzados en evidente advertencia.
- Vine a despejarme un poco- conteste ladeando la cabeza.
- Sola? – pregunto ignorando evidentemente a gaston.
- Si – conteste siguiendo el juego de ignorar a gaston, su actitud me tenia harta y si todo iba a ser así con el mi mejor opción era ignorarlo.
- Bueno pues ahora no – simon sonrío ampliamente – ahora yo te voy a acompañar – la expresión de disgusto de gaston me hizo gracia y decidí que si iba a ignorarlo debía aprender a que no me importaran sus reacciones cuando rara vez las mostraba.
Simon y yo caminamos por el centro comercia, hablamos, comimos, reímos era divertido pasar tiempo con el y felizmente gaston se mantuvo lo suficientemente alejado, a veces se perdía de vista pero sabia que aun estaba por allí. Entramos al cine, simon insistió en ver una película de terror creo que con la esperanza de que me asustara y me refugiara en sus brazos lo cual fue divertido porque no ocurrió nunca.
Al salir me percate de lo tarde que era y del echo de que gaston no estaba a la vista.
- simon, un millon de gracias por todo pero va siendo hora de irme a mi casa – le dije en la puerta del cine. Insistió en acompañarme y en vista de que gaston no aparecía decidí aceptar. Caminamos en silencio hasta llegar a esa una placita elegantemente adornadas con farolas que le daba un aire señorial.
- Rochi yo…- comenzó a decir simon. Lo mire esperando que continuara.
- Tu me gustas desde que la primera vez que te vi, sos tan linda, además tenemos tanto en común – las palabras de atropellaban en su boca y yo me había quedado paralizada, lentamente me voltee para quedar frente a el.
- Simon yo…- no pude terminar lo que se suponía que iba a decir aunque no habia pensado en nada coherente todavía.
- Rochi, si no lo haces por amor hazlo por prestigio, míralo desde el punto de vista de la gente, somos perfectos el uno para el otro, ambos tenemos dinero y físicamente hasta combinamos- yo solo lo miraba con la boca abierta mientras el seguía hablando de lo perfecta que seria nuestra pareja-
- Simon para – le dije intentando que se detuviera para poder pensar con claridad una manera se safarme.
- Rochi – dijo tomando mi rostro entre sus manos – sos perfecta, hermosa, rica, inteligente, mi familia estaría encantada de tenerte, seriamos los mas populares – el malinterpreto mi expresión de perplejidad y siguió hablando – yo ya se que vos sos la mas popular.
- Yo no soy la mas popular – dije balbuceando, esa conversación me parecía ridícula-
- Rochi por dios, sos la mas popular y la mas rica también, sos la mas hermosa, vos, luca y thiago, lo tiene todo y ni siquiera se dan cuenta de ello.
- Eso no es verdad, además a mi no me importa nada de eso – hable intentando soltarme. – no me interesa ser popular, no me interesa el dinero, la belleza es inútil Simon estas diciendo estupideces.
- No rochi – me hablo exasperado soltándome – para vos son estupideces porque lo tenes todo, rochi, vivo tras la sombra de mi hermano, si tan solo me dijeras que si yo, mis padres, ellos me aprobarían por fin. – eso ultimo que me dijo me dio lastima, simon solo buscaba la aceptación de sus padre y creia que conmigo lo conseguiría.
- Solo déjame demostrarte que te puedo hacer feliz - me dijo, volviendo a tomar mi rostro entre sus manos.
Intente apartarme pero el no me lo permitió, sus manos aunque delicadas era fuertes, agacho su cabeza y capturo mis labios en un gesto duro y tosco, mis brazos forcejearon pero me apretó mas a el. Al final pude apartarme un poco y logre decir en un grito histérico.- suéltame- mientras seguía forcejeando por librarme de su amarre.
- rocio – hablo tomándome de los hombros con mayor fuerza- no te resistas.- hablo en un tono bajo pero amenazador que hizo que un escalofrío de miedo me recorriera. Me recostó en la grama y se acostó sobre mi, el miedo me invadió por completo y quede estática bajo su peso, mis músculos no reaccionaban mientras el besaba mi cuello en un gesto inexperto, me sentía sola y desprotegida, nunca me considere una chica débil pero mi cuerpo no reaccionaba y me frustraba el no poder moverme.
- Simon basta suéltame – hable ahogando un grito, no se veía nadie en kilómetros.
- Vos vas a ser mia – hablo simon son la vos ronca y el deseo impreso en los ojos, nunca lo había visto así, tan duro, y salvaje, me sentía levemente mareada, ahora el miedo me había quitado hasta las fuerzas de gritar.
Sentí como su mano recorría mi espalda y no pude mas que cerrar los ojos he imaginarme lejos de allí.
Cuando sus toscas manos llegaron a el broche de mi pushap mi cuerpo reacciono y logre con nose cual fuerza correrlo de encima mío, cuando por fin me libre de el y corrí a toda prisa por la grama sin fijarme a donde me dirigía, solo quería salir de allí, sentía sus pasos corriendo tras de mi y la adrenalina me impulso a seguir avanzando a pesar del dolor que sentía en mis músculos, el aire me faltaba y el terror me dominaba, no miraba nada y gracias a eso choque de frente con una reja, el golpe fue de frente y tan duro que me rompí un poco el labio inferior, sentí la sangre en mi boca mientras intentaba ponerme en pie temblorosa pero era muy tarde Simon ya se encontraba tras de mi y me asechaba como un depredador hambriento. Me erguí en toda mi estatura y lentamente me di la vuelta, si era necesario pelear, pelearía pero no iba a dejar que simon me tocara.
Se acerco y tomo mis brazos colocándolos sobre mi cabeza, cualquier forcejeo resulto inútil, estaba cansada, asustada y mi cuerpo se negaba a ayudarme. Logre gritar antes de que cubriera mi boca con la suya; podía saborear mi sangre en su boca y sentía nauseas, dolor y miedo. Cerré los ojos y volví a imaginarme lejos cuando se aparto bruscamente de mi, al principio no entendía nada hasta que lo vi.
Gastón peleo con Simon por el suelo repartiendo puñetazos a diestra y siniestra hasta que este se rindió y con varios golpes fuertes en la cara y el cuerpo de fue.
Estaba tan asustada y confundida que seguía en la misma posición en que simon me tenia. Recostada contra la reja con las manos entrelazadas y unidas sobre mi cabeza como si una fuerza invisible aun me mantuvieran atada. Gaston se limpio un poco y luego fijo su mirada en mi. Me miro con una expresión de molestia que me hizo retroceder, aunque gaston no me tocara me sentía atada por el. Las primeras lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos y sin poder evitarlo caí al piso llorando descontroladamente sintiéndome mas sola que nunca, los sollozos eran cada vez mas fuertes y hacían que mi cuerpo convulsionara. Aunque todo había acabado aun sentía las manos de Simon recorriéndome, me daba la sensación de estar sucia y desprotegida.
Gaston se agacho a mi lado y sin decir una palabra me abrazo cosa que me descoloco por completo, esperaba que me gritara y me regañara diciéndome que había sido un irresponsable y restregándome en la cara que sí lo necesitaba pero solo permaneció en silencio y yo me reconforte en sus brazos, sintiendo su calor.
Al sentirlo conmigo me derrumbe por completo, lo tenia para cuidarme y ya nada me importaba, cuando mi llanto había llegado al máximo que no podía detenerme lo sentí acariciándome el cabello, dándome animo sin decir una palabra.
- ya puedes gritarme – le dije con la vos ronca por el llanto cuando me había calmado un poco y al fin pude hablar-
- no voy a gritarte – hablo en un susurro contra mi cabello.
- Porque?? – pregunte confundida – hace un segundo me mirabas como si quisieras matarme.
Lo sentí reírse por lo bajo.
- si quiero matarte pero no ahora. – respondió como siempre calmado.
- Ya se que me odias – hable mientras lagrimas que no podía parar seguían cayendo por mis mejillas.
Volvió a reír pero esta vez su risa era triste.
- no te odio – contesto y suspiro – no es odio lo que siento por ti. Y minutos antes no era odio lo que viste en mis ojos. – su respuesta me sorprendió.
- Y entonces que era? – logre preguntar después de carraspear un par de veces.
- Miedo – hablo en un susurro.
- No te van a echar si es lo que te preocupa – el suceso con simon había sido culpa mía, el no debía pagar por eso.
- No tengo miedo de que me echen – seguía abrazado a mi con su boca acariciando mi pelo.
- Entonces??- no sabia a donde quería llegar.
- Tenia miedo por ti – hizo una pausa y respiro varias veces – me muero si te pasa algo.
Esa respuesta me derritió por completo, aunque viéndolo bien, “se muere si me pasa algo” porque es su trabajo cuidarme.
- No me paso nada así que no te preocupes – respondí secamente aunque no fue mi intención, intente separarme y el me ayudo a ponerme en pie.
- Estas segura que ese imbecil no te hizo nada? – me pregunto cerrando sus manos en un puño con rabia. Esa reacción me causo gracias y sorpresa. Me acerque a el y tome su puño entre mis manos, sus dedos se aflojaron al tacto con mi palma y logre abrir el puño en que se había convertido su mano.
- Estoy bien – hable sonriendo en vos baja y temblé por una ráfaga de viento helado, el me miro un segundo eterno y sin mas jalo de mi para acercarme a su cuerpo y abrazarme con fuerza. Me hundí en su pecho y fui feliz por un momento olvidándome de todo.
- Me muero si te pasa algo – repitió con sentimiento.
- Estoy bien, tu nunca dejaras que nada me pase. – respondí aun entre sus brazos con los ojos cerrados, pidiendo que ese momento no terminara nunca.
Me separo de el con delicadeza, y acaricio mi cara, paso su pulgar por mis ojos y mi labios con un tacto dulce y delicado.
- te rompiste el labio – hablo mirándome la boca.
- No me duele – conteste ruborizándome sin razón - ya no.
Volvió a pasar su dedo por mis labios he inclino un poco su cabeza hacia mi. Cerré mis ojos y espere el contacto de sus labios en los míos.
- no puedo y lo sabes – hablo a centímetros de mi.
- Que no puedes?- pregunte aunque lo único que quería era que se callara y me besara.
- No debo sentir - Su aliento fresco rozo mi cara. – esto que siento.
Lo mire a los ojos.
- y que sientes? – su mirada me devoraba.
No dijo nada más y me beso. Un beso tímido y suave, un leve contacto con mis labios que después de unos segundos se volvió fogoso y necesitado, su boca me buscaba y yo respondía a su contacto, pase mis brazos por sus hombros y el tomo mi cintura, su lengua jugaba divertida con la mía, me tocaba, me exploraba con deseo, con pasión.
Después de unos minutos se separo con el aire entrecortado y me miro a los ojos, con su increíbles ojos verdes… en ese momento comprendí que lo amaba y que era allí, entre sus brazos donde quería estar siempre.
- Me muero si algo te pasa – me dijo rozando su pulgar delicadamente con mi labio inferior – por eso te prometo… que nunca voy a dejar que nada te pase… que nada te lastime – yo solo lo miraba con ojos llenos de amor.
Volvió a besarme con más pasión, con más necesidad y desesperación.
- maldita sea… te amo – hablo entre mis labios y yo lo apreté mas a mi. Me amaba y yo lo amaba a el. Eso era todo lo que necesitaba.
FIN FLASHBACK.
No hay comentarios:
Publicar un comentario