Aquí esta lo sucedido, aquí está el
momento que se ha quedado atorado en mi cabeza, ese del cual él hablo en la
fiesta.
Tal vez era nada, pero yo todavía seguía pensando en eso. Había
estado pensando en eso. El pasado jueves, fui a la casa de eugenia para dejar
un montón de ropa que ella había dejado en mi casa. Mamá la había lavado y yo
la saque de mi carro, comprobando antes de que tocara el timbre que la mamá de eugenia
no estaba en casa. —Hey —eugenia dijo cuando abrió la puerta y sonrió cuando
dije—, su ropa lavada, Su Majestad.
—Amo a tu mamá —ella dijo—. Y a ti también. Pero eso ya lo sabes.
Entra.
—No quiero molestarte
—dije, y eugenia sacudió su cabeza y dijo—:
-- No te preocupes, mamá está en el trabajo. Al menos toma una
soda o algo. Hice las compras, así que hay más para tomar que el té de dieta
Antiguo Secreto.
—De acuerdo —dije y camine
dentro de la casa. Vi a gaston sentado en la sala, en el sofá. —Oh —dije—. No
sabía… no vi a el auto de gaston… debería irme.
—¿Por qué? —eugenia dijo—. Solo estamos pasando un rato.
—Oh —dije de nuevo y entonces me di cuenta de que había otras
personas en la sala también. eran con los que eugenia hacía interpretaciones
cada año y todos ellos estaban sosteniendo sus guiones, mirándome con disgusto.
—Lo siento —dije y eugenia dijo—:
--No, es bueno que estés aquí. Puedes pasar el rato con gaston
porque él está totalmente aburrido, pero está siendo demasiado agradable para
decirlo. Además él tiene que llevar a todos a
casa, prometí que
él lo haría después de que todos hicieran su presentación. Y en cuanto a no ver
el carro… bueno, lo hice estacionar calle abajo, así no tendré que ir a
buscarlo. Y antes de saberlo, estaba bebiendo cerveza de raíz sentada al lado
de gaston mientras todo el mundo hablaba menos él yo y entonces sólo fuimos
nosotros dos; eugenia y los demás a salieron a la terraza para hacer una
escena,
—Lo siento —dije
de nuevo, como si eso fuera todo lo que podía decir—. No sabía… pensé que eugenia
estaba sola.
—Podría decirse —gaston
dijo—. Le dije a ella que quería hablar cuando vine a visitarla esta noche y la
siguiente cosa que sé es que estoy en la sala contigo. —Lo siento —dije por lo
que calcule era la milésima vez y gaston dijo—: No, no quería decir eso… es
agradable estar sentado contigo. Eso es lo que quiero decir… tú sabes a lo que
me refiero. —¿Sacando lo mejor de una mala situación? —dije y sonreí. —No —él
dijo mirándome fijamente y yo quería desviar la mirada de sus ojos porque eran
demasiado penetrantes, demasiado verdes y él era demasiado atractivo pero no
pude alejar la mirada, tenía que mirarlo porque pasaba mucho tiempo
convenciéndome de que yo no estaba asustada, que yo estaba actuando como si él
fuera sólo otro chico—. Quiero decir que es agradable estar… en realidad no me
molesta estar contigo en absoluto. Me gusta. —Si, a mi también —dije, todavía
sonriendo y tratando de no interpretar cualquier cosa que él decía. Era
estúpido hacer eso y lo sabía. También sabía que debería pararme e irme. Pero
no me moví y el dijo: —A menos que me esté preparando para vomitar en la
barandilla de un bote, ¿verdad? —y yo automáticamente paré de pensar en irme.
—¿Te acuerdas de eso? —Sólo fue el año pasado. —Lo sé —dije y mi voz salió
demasiado firme, demasiado calmada, pero por dentro yo estaba temblando.
—No sabía que los botes podían poner
así de enfermas a las personas —él dijo—. Juro que la única cosa que evitó que
me tirara de la borda fue que
estaba hablando
contigo. ¿Cómo es que nunca obtuviste esos zapatos de deporte llenos de puntos?
Oh wow, él recordaba. Realmente recordaba. —Lo hice —dije—. No… bueno,
no lucían como yo pensé que lo harían. Parecían como una erupción. En zapatos.
No fue algo lindo. No puedo creer que me escuchaste balbucear sobre puntos
cuando te sentías tan mal. —¿Estas bromeando? —tú fuiste lo mejor de ese viaje.
—¿Lo mejor? —dije y luego estaba este…silencio. Era algo extrañamente tenso en
una manera que hacía que los dedos de mis pies se doblaran. —Lo segundo mejor,
quieres decir —dije para detener ese silencio. Para detenerme a mí de mirarlo y
desearlo—. Salir del bote tenía que ser la primera. Afuera, oí a eugenia decir:
—tienes que relajarte cuando bailas. Mueve tus caderas un poco. Si, como si… de
acuerdo, no tanto. —Deberías ir a practicar con ellos —dije porque quería ese
silencio de nuevo, lo quería, demasiado—. Muéstrale como bailar correctamente.
—No puedo bailar. —Bueno, no como eugenia. Nadie puede. Pero sólo tienes que
abrazarla, no ir al mismo ritmo que ella. —No, en serio. No puedo —él se paró e
hizo…algo. Pensé que podría ser un baile. Pero parecía más como algún tipo de
ataque. Lo malo era que yo todavía pensaba que él se veía lindo. —¿Ves? Apesto
—él dijo. —No, está… bien, en realidad bailas un poco —dije y los dos reímos
mientras él se sentaba, nuestros hombros chocaron cuando se acomodo en el sofá.
—Te lo dije —él dijo—. ¿Recuerdas cuando te pedí que fuéramos a ese baile en
octavo grado? Apuesto a que estas contenta de que te libraste de esa noche.
Todavía riendo y pensando en lo
estúpido, y sin embargo adorable, que él se veía, dije: —No, me hubiera
encantado, yo… —y mi voz se desvaneció lentamente, oyendo lo que yo estaba
diciendo—. Fue mejor que tú te
libraras, porque… bueno, he visto mi foto de octavo grado. Tú la has
visto también. No es del todo linda. Él sacudió la cabeza. —No, yo quería ir
contigo. Deseaba… Y entonces el silencio volvió, ese silencio y me di cuenta de
cuan cerca estábamos. Cuán fácil era estar sentada con él. Sonreírle, hablar
con él. Y luego oí a eugenia reír, la oí decir: —Lo sé, gaston es genial. Casi
llevamos dos meses juntos —y recordé exactamente en donde estaba. Quien era. Y
quien no era. Me puse de pie y dije: —Mejor me voy y ¡oye!, felicidades en sus
casi dos meses, recuerdo la noche en la que comenzaron a salir y es genial,
demasiado estupendo. —rocio —él dijo, poniéndose de pie también y yo dejé la
habitación, diciendo desde afuera: —¡Nos vemos luego! —y salí a la terraza, le
dije a eugenia que tenía que irme y la abracé, luego manejé a casa y me dije a
mi misma que todas las cosas que yo había pensado eran sólo eso. Cosas que sólo
pensé y nada más. Pero ahora… Esta noche ha ocurrido. Y aunque sé que él
regreso a eugenia, yo todavía… Lo deseo.
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