Comencé a relajarme un poco después de trabajar por un rato.
—. Ahora sé exactamente cuál será la propuesta para mi proyecto la
lucha de Broadway para mantener a raya a los siempre crecientes miembros de los
medios de comunicación. —Wow
—digo, y ella sonríe. —¡Lo
sé! Genial ¿Verdad? —Mucho. Ella se estira y se inclina hacia gaston. —¿Qué haces?
—No lo sé aun. Tal vez algo sobre
como los artistas ejercen en una sociedad donde los fondos son más difíciles y
difíciles de encontrar, y como ya no hay verdaderas estrellas en el campo. Al
menos no de las que todos escuchan.
—Porque no hay
dinero en ello, justo como decías —dice eugenia—. Es fácil ser famoso por solo
ser alguien, y eso es lo que normalmente paga. O por lo menos te da algo —ella
me mira—. ¿Qué haces? Me encojo, y eugenia empuja mi pierna con su pie,
sonriendo. —Ya lo sé. Son zapatos, por supuesto. Tu obsesión. Es genial.
Extraña, pero genial. —No
creo que sea extraño —dice gaston—. Quiero decir, nunca he estado en tantos
shows de Broadway como tú, como cuantos, ¿cincuenta? Pero no digo que estés
obsesionada. —Eso
es diferente —dice eugenia, enrojeciendo—. ¿Por qué eres tan mezquino? rocio,
¿No está siendo mezquino?
Sé lo que se
supone que tengo que decir. ―Si
Se supone que tengo que decir que ―Si y eugenia dirá: ―Gracias fingiendo estar
triste, y entonces coqueteara con gaston y se presionara contra él y… ¿Por
qué eugenia tiene que hacerme sentir tan mal a veces? —Bien,
ahora los dos están siendo mezquinos —dice eugenia, abrigando sus abrazos a su
alrededor, lo cual consigue hacerla ver triste y realza su pecho al mismo
tiempo—. Lamento que Broadway no sea tan bueno como lo que tu llamas arte, gaston.
Lamento no querer leer sobre zapatos o gastarme años haciendo unos que nadie
verá porque ¿Quién mira los pies? —Necesito
algo de aire —dice gaston, y se levanta bruscamente, caminando fuera del
cuarto. Después de un segundo, escucho la puerta del patio deslizándose. —Oh mie*rda —dice eugenia. Miro
el piso. —¿Crees
que es extraño que me gusten los zapatos? ¿De verdad? —No —dice ella,
mirando hacia la puerta y sacudiendo su cabeza—. Quiero decir, no realmente. Es
diferente, pero funciona para ti. Tú qué… ¿Qué crees que debo hacer con
respecto a gaston? Quiero decir, los chicos se han molestado conmigo antes,
pero siempre ha sido por cosas como que no quiero estar con ellos o por hablar
con otro chico. No entiendo por qué está molesto. No he dicho nada malo sobre
él o su arte —ella se muerde su labio inferior por un segundo—. Bueno, no algo
realmente malo. ¿Irías a hablar con él? ¿Ver cuán molesto esta?
—No veo como pueda… yo realmente no
quiero involucrarme, eugenia.
—¿Involucrarte?
Vamos, rocio. Tú sólo tienes que descubrir si está molesto conmigo. Es hacer
una pregunta, y lo has hecho antes. Además, él no se fue contra ti. —Él no se fue contra ti, tampoco. Él solo
salió a tomar un respiro, y tú tal vez deberías salir y… Me detuve cuando eugenia
apretó más los brazos a su alrededor, no para mostrar sus pechos como antes, si
no porque está realmente molesta. —No te conté todo sobre
anoche —dice—. Le pregunté… le pregunté a nico si quería salir conmigo. Quería
demostrar que puedo besar a otro y que sería como besar a gaston. Pero no sería
así. Sigo pensando sobre que haría él si me viera, y no sería como si estuviera
con otro chico. Ni siquiera puedo… ni siquiera puedo imaginármelo enfadándose o
algo así. Solo puedo verlo dejándome y —ella se detiene, me mira—. No podría
soportarlo. Y lamento haber dicho lo que dije, sobre tú y tus zapatos. No estás
enfadada conmigo ¿verdad? —Solo…
dolida —digo, y eugenia me mira, sorprendida. —Oh —dice ella después de un momento, su voz
baja—. No quise… cuando digo cosas como esa, no pretendo que suenen mal. Lo
sabes, ¿verdad? Quiero decir, te quiero. Sabes eso también ¿verdad? Asiento,
porque lo sé, y eugenia sonríe y se pone de pie, golpeándome suavemente con su
rodilla cuando no la sigo. —Vamos —dice ella, feliz de nuevo—. Habla con gaston.
Prepararé algo de comer para él. Y para nosotras también, por supuesto. Me
quedo mirándola, celosa, me molesto conmigo misma por ello y ella muerde su
labio. —Realmente lo siento. Soy una persona horrible. No deberías salir
conmigo, y ahora ya sabes porque mis padres nunca quieren estar a mi alrededor.
Su voz se quiebra en las últimas palabras, y yo sé exactamente por qué eugenia
es como es, por qué es tan rápida en decir palabras que hieren más de lo que
ella piensa. Sé por qué se asusta tanto de ser dejada atrás. Porque le ha
pasado. —Tus padres apestan. Demasiado
—digo—. Y he querido estar contigo desde que íbamos al kínder.
—¿De verdad?
Asiento. —Gracias
—susurra, abrazándome, y entonces me deja y me empuja hacia la puerta del
patio, caminamos juntas hacia la puerta sin pasar a través de ella. —Míralo
—dice ella—. ¿No es lindo? Lo miro. Él está parado afuera, a sólo unos pasos
del patio de eugenia, con su cabeza hacia abajo, sus ojos cerrados. Se ve
cansado y triste y yo quiero abrazarlo y decirle que todo estará bien. —Él
está bien —digo, y eugenia ríe y abre la puerta, empujándome a través de ella
suavemente. Empujándome hacia gaston. Él se da la vuelta mientras lo hago, y
tomo un paso hacia él. Escucho a eugeniaa tarareando, feliz; mientras cierra la
puerta, y yo quiero dar la vuelta, atravesarla y rogarle que me deje allí
dentro. Pero realmente quiero quedarme aquí fuera un poco más.
Quiero que se besen otra vez!!!
ResponderEliminarestoy esperando ese encuentro... lo qiero YAAA!!! Monica te encontrare.. si no subes un cap en los proximos 3 dias...
ResponderEliminar