la madre de eugenia está en la cocina todavía gritando a eugenia,
quien está mirando fijamente el tazón de palomitas de maíz que se ha caído al
suelo. Gaston y yo acabábamos de entrar en la casa, el momento entre nosotros
interrumpido, ambos parpadeando y volviéndonos hacia la puerta al mismo tiempo.
Ambos tensándonos ante el sonido de la voz de la madre de eugenia —¿Por
qué aparcaste en el garaje? —la mamá de rocio le dice—. Sabes que no debes
hacerlo. —Dijiste
que trabajabas hasta tarde y yo… —Oh,
así que cuando me voy tratando de mantenernos, ¿no puedes molestarte en subir
los escalones de la entrada? —Lo
siento, mamá —dijo eugenia, agachándose para recoger las palomitas de maíz
dispersas, y la taza rota que una vez sostuvo. —¿Y estas comiendo
ahora? eugenia, cariño, no debes comer después de las cuatro. Irá directamente
a tus caderas. Confía en mí, lo sé. —Mamá
—dijo eugenia, sin enojo, sólo tristemente—. Tengo… gaston está aquí. Y rocio.
¿Podemos hablar de esto después? —Oh
—dijo la mamá de rocio—. Por supuesto, te estoy molestando. Bien, no te
preocupes por mí. No necesito comer o sentarme y descansar ni nada.
Tengo que llegar a Eugenia antes de que esto empeore, tengo que parar
esto, así que di un paso a la cocina y digo: —Hey,
eugenia, estaba hablando con gaston y… oh, hiciste palomitas de maíz. ¡Gracias!
Miro a la mamá de eugenia y me fuerzo a sonreírle cuando realmente
solo quería patearla por ser tan abominable. —Me siento tan hambrienta a veces,
y eugenia dijo que no quería desordenar nada en la cocina porque usted podría
querer algo cuando llegara a casa, pero le suplique hasta que lo hizo.
—Bien, ahora no
hay comida —dijo su madre—. eugenia hizo un desorden. —No es tan malo —dijo gaston,
entrando también en la cocina, y mirando el suelo—. Deberías ver algunas de las
cosas que he dejado caer en la cocina. —Oh, hola —dijo la
madre de eugenia, sonriéndole a gaston, revoloteando pestañas, y vi la mueca de
eugenia—. Sólo quise decir que es un lío limpiar comida derramada. Estoy segura
de que hubiera deseado que hubiera chicos que se parecieran a ti cuando estaba
en la escuela. No hace tanto tiempo, ya sabes. eugenia puso
sus ojos en blanco ante eso, y gaston sonrió apretadamente a su mamá. Me
arrodillo y empiezo a recoger algunas palomitas de maíz y piezas del tazón. eugenia
se agacha a mi lado, sus manos sacudiéndose mientras hace lo mismo. —Estoy
exhausta —dice su madre—. Me voy a la cama, eugenia no seas ruidosa. —No
lo seré —dijo eugenia, y nosotros tres limpiamos silenciosamente. —Deberían
irse —dijo eugeniaa cuando acabamos, y gaston dice: —¿Estás
segura de que estarás bien?_ eugenia asiente y lo besa. Mi estomago se retuerce
y me odio por eso. gaston me echa un vistazo y yo aparto la vista, fingiendo
que todavía estoy buscando en el suelo pedacitos perdidos de palomitas de maíz
o del tazón. Cuando el se ha ido, eugenia viene y se queda a mi lado. Llora,
mordiendo su labio para no hacer ningún ruido, la abrazo con fuerza, deseando
que pudiera hacer que la mamá de eugenia vea lo que le hace a su hija. Sabiendo
que si lo hiciera, eso no lo haría diferente. eugenia no quiere pasar la noche
en mi casa, y me marcho pocos minutos más tarde, diciéndole a ella que me llame
si necesita cualquier cosa. Abrazo a mis padres cuando llego a casa. —Los
quiero —dije. —Bien,
por supuesto que lo haces, somos muy adorables —dice papá, guiñándome, y mamá
sonríe, dice:
—. rocio, cariño, ¿está todo bien?
Asentí. No lo estaba, pero mirarlos me hace recordar que
en lo relacionado a los padres, tengo suerte.
Ahora entiendo un poco mas a euge.. su vieja es una ,,,, .... como puede hacerle eso a su hija..me encanto rochii como entra a bancar a su amiga.. pero necesito q entre gas y euge haya un chape pronto o morire.. espero el siguiente
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