viernes, 20 de abril de 2012

La regla no escrita capitulo 16


Es martes por la noche. Normalmente estaría haciendo lo que siempre hago los martes por la noche, que es mi tarea, cena y tarea.

Pero esta noche no es normal. Esta noche estoy parada en frente de mi armario, frunciendo el ceño hacia mis vaqueros y camisetas, mirándolos uno por uno; manga larga, manga corta, linda (creo), era linda (el año pasado). Finalmente me conformo con un par de vaqueros y una camiseta que mamá lavó con una carga de sábanas y blanqueador así que ahora estaba manchada en algunos lugares. Me gusta la aleatoriedad del patrón, el misterio de cómo y dónde el blanqueador destiñó el color de la camiseta. Los zapatos son cómodos. Mis zapatillas de lona rosadas, pero mis manos están temblando cuando ato los cordones. Me miro a mi misma al espejo. Ojalá tuviera un sostén con relleno. Ojalá fuera más alta. Tengo un nudo en el estómago. Pero ahora... ahora se supone que voy a la casa de Gaston. A estudiar. Con él y eugenia. No quiero estar ahí. Estar yendo a su casa. El lunes, fui a la escuela con eugenia. Me dije a mi misma que toda la cosa con gaston tenía que terminar y me hice preguntarle:                                                                                                                   —¿Qué hicieron anoche? eugenia sonrió y dijo:                                                                 —Oh, ya sabes. Cosas.

Digo. —gaston —tan abiertamente como puedo, porque lo estoy intentando. De verdad lo hacía, y ella me tiró su bolso a través del asiento y dijo                                     . Tengo estos nuevos polvos ahí. Hará que tu nariz esté menos brillante. Me miré en el espejo compacto del bolso de eugenia. Mi cara parecía enorme, grotesca con el brillo magnificado del espejo compacto. Pasé los dedos sobre el polvo y luego sobre mi cara, inhalando el olor que sólo los cosméticos caros tienen, una especie de sabor adinerado. —Mucho mejor —dijo eugenia, y echó su cabello hacia atrás con una mano. Todo cayó elegantemente en su lugar, su oscuro cabello brillante balanceándose alrededor de su cara—. Oh, mira, ahí está gaston. Ella lo saludó con la mano y él le devolvió el saludo, dirigiéndose dentro de la escuela. No me miró. Cuando entramos a la escuela, ella nos dirigió hacia gaston, y seguí caminando porque era sólo gaston, el novio de eugenia, y desde luego que ella tenía que saludarlo. Eso era lo que las parejas hacían, y los había visto saludarse antes. Le había pasado el teléfono a eugenia cuando él llamó a mi casa después de esa fiesta, después de que él y yo habláramos. Nunca pensé que quizás me estaba llamando a mí.                                                                                                                                  —Hey —dijo eugenia, y miré a gaston, planeando sonreír, ser normal, o intentarlo, pero cuando lo hice, vi que me estaba mirando. Me estaba mirando y estaba de vuelta en el coche con él, simplemente así, así de rápido, de un latigazo empujado de regreso en mi memoria, un breve segundo de nuestras bocas encontrándose, y luego estábamos en la plataforma en el patio de eugenia y dijo que quería hablar conmigo y se estaba inclinando hacia mí y lo quería más cerca, lo quería a él, y… Y dije:            —Iré a sacar algo de mi casillero —y me fui. eugenia me gritó                                     —. ¡Nos vemos luego, rocio! _Gaston no dijo nada. Vi a eugenia durante la escuela, desde luego, es la única persona que siempre veo, siempre ha sido la persona que he esperado entre clases cuando podía e intercambiábamos sonrisas en los pasillos cuando no podía.

Ella estaba con gaston, y ellos estaban con nico. eugenia dijo:                                       —rocio, por aquí —con su voz más ligera que de costumbre, contenta, y entonces me detuve, sonreí y me quedé ahí. El hombro de gaston justo al lado del mío

mientras eugenia miraba hacia nico, hablaba y hablaba y dijo                                        rocio¿qué opinas? —su voz era coqueta. Parpadeé y luego dije:                              —Demente —porque eso es lo que eugenia siempre quería que dijera cuando sonaba así, y vi la curva de su sonrisa girándose hacia nico antes de que se balanceara de regreso hacia gaston. Luego enlazó su brazo con el de gaston, la forma de caminar de una pareja, y se despidió con la mano de nico y de mí, ambos nos quedamos ahí, confundidos en nuestras propias maneras. gaston se tuvo que mover para dejar que eugenia tomara su brazo, y fingí que no sentí el temblor que me recorrió cuando su brazo rozó el mío. Simplemente me moví, y cuando lo hice, los ojos de gaston encontraron los míos y vi que el recordaba lo del viernes en la noche también. Vi que estaba pensando exactamente lo mismo que yo. Vi que estaba pensando sobre ese beso. Había visto esa luz caliente en los ojos de los chicos tantas veces pero nunca hacia mí. Nunca.                                                                                                            —Ellos parecen felices —dijo nico. Lo miré. Había un moretón desapareciendo, en forma de boca en su cuello, sólo el rastro más mínimo de un beso. Estaba mirando a eugenia.                                                                                                                         —Casi dos meses —dije.                                                                                               —Desearía que todavía fuera domingo —dijo, y se despidió de mí con la mano, luego se encaminó pasillo abajo. Fue entonces cuando supe a quien había visto eugenia cuando había salido, y cuando vino hacia mí después de la escuela y me susurró: Pasamos todo el viernes estudiando, ¿de acuerdo? —la miré fijamente y dije                —: ¿Viste a nico otra vez?                                                                                              —No como tú piensas —dijo—. Tenía que salir de la casa porque mi mamá estaba, bueno, ya sabes. ―Serías bonita si perdieras diez libras, o tendrías mejor cabello/piel/todo. Entonces conduje alrededor por un rato y no quería hacer mi tarea y sabía que estarías ocupada con eso, y gaston está siempre haciendo cosas de arte y nunca quiere hace nada divertido, sólo ―hablar, y nico estaba en su patio delantero, lavando su coche, por lo que fuimos y conseguimos algo para comer —ella me echó un vistazo—. Pero sólo fue una hamburguesa, y para llevar, entonces no es como si estuviéramos, ya sabes, haciendo nada.

Ella saludó a gaston, que había caminado hacia nosotros, con las manos metidas profundamente dentro de los bolsillos de los vaqueros. eugenia juguetonamente sacó una de ellas y la envolvió alrededor de su cintura.                                                         —Estás tan callado hoy. ¿No está más callado de lo normal, rocio?

Me encogí de hombros, sonriendo hacia eugenia y sin mirar a gaston. Sonreí y no miré cuando ella se dio la vuelta hacia él por un beso. Sonreí cuando escuché sus labios encontrarse. Sonreí cuando eugenia dijo                                                             —Adiós, chico lindo —y entonces tomó mi mano, preparándose para tirarme hasta su coche y luego a mi casa donde estudiamos y comimos la cena, y Eugenia dijo que su madre había llamado otra vez a su abogado y eso que su padre todavía no la había llamado. eugenia no lloró pero su voz se volvió muy tranquilla, la abracé y le dije que lo lamentaba. Lo dije en serio por lo que sus padres le estaban haciendo, lo hacía. Pero también por cómo me había sentido cuando Gaston había dicho                        —Adiós, rocio —cuando eugenia y yo dejamos la escuela. Me había dado la vuelta para mirarlo, sorprendida, y él me estaba mirando como lo había hecho antes. Por lo que le había dicho que lo sentía y lo hacía, pero la lástima era por su madre, su padre, y cuan feliz estuve cuando gaston me había mirado como lo hizo. Y luego estaba hoy y había evitado a eugenia y gaston. Fui al baño cuando normalmente no voy de este modo no los vería, permanecí encerrada en una casilla leyendo los graffiti. Todas eran unas zorras o tenían alguna enfermedad o deberían morir y nadie nunca escribirá nada lindo de las paredes del baño. Ni siquiera nada esperanzador. Era como si todos estuviéramos tan ocupados intentado ser felices o diciendo que éramos felices, pero por debajo no había nada excepto amargura, del tipo que sólo podía ser liberado con tinta, en palabras no dichas. eugenia me arrinconó después del último período, su cabello en un hermosamente casual desorden. Sus manos estaban heladas, aunque desesperadas, agarrando las mías. —Tienes que venir conmigo esta noche —dijo—. Jura que lo harás, rocio. Júralo —y dije                                                                         : De acuerdo —pensando en su madre esperándola con palabras punzantes o de su padre prometiéndole algo y eugenia ya sabiendo que eso nunca ocurriría, y como me necesitaba ahí para sostenerla, para ayudarla a navegar en aguas de dos personas que se suponía que la amaban.

Pero luego nos dirigió por el pasillo hacia gaston y dijo: —Lamento no haber podido hablar la noche pasada, pero reunámonos esta noche. Aunque rocio

tiene que venir también, ¿está bien? Su mamá está totalmente esperando escuchar sobre el Concurso de Cocina y necesita un descanso de eso y tengo que ser una buena amiga, ¿verdad? gaston la miró y dijo:                                                                  —Si, por supuesto —y pensé no, no, no, no, no. No quería verlo. No quería estar en su casa. En el coche le dije a eugenia que no podía ir                                                  —Tienes que hacerlo —dijo.                                                                                           —No puedo.                                                                                                                    —¿Por qué no?                                                                                                              —Porque no puedo.                                                                                                            —¿Por qué? Suspiré, envolviendo mis manos alrededor de mi cinturón de seguridad y buscando las palabras correctas. —Porque eso sería raro, ¿vale? —dije—. Quiero decir, tú estás saliendo con él. Tú quieres estar con él, y si estás nerviosa por… —No estoy nerviosa —dijo eugenia, su voz afilada, y luego arrugó su cara y parpadeó con fuerza como lo hacía siempre que su madre hablaba con ella.                                     —Tengo que seguir gustándole —dijo finalmente—. No, no quiero ser como mis padres, ¿vale? No quiero marcharme cuando las cosas no están yendo exactamente como quiero que estén. Comprendes eso, ¿cierto?                                                         —Si, lo comprendo, y eugenia, no eres tus padres. No lo eres —dije, porque esa eugenia, eugenia asustada, era una que nunca antes había visto alrededor de un chico, sólo la había visto con sus padres, y quería arreglar las cosas por ella. No quería ver esa mirada confundida en sus ojos. La quería lo suficiente como para mentirme a mi misma y pensar que ir a la casa de gaston sería fácil para mí. Que no sería nada. El coche de eugenia no está ahí cuando llegué a su casa, y no me estaciono en su camino de entrada. Conduzco por la calle y por todas las calles de los alrededores en el coche de mi mamá, sujetando con fuerza el volante porque es mucho más que nada. Conduzco alrededor hasta que veo el coche de eugenia, y en ese momento bajo por la calle, fingiendo que ambas estamos llegando al mismo tiempo.

—¿Porqué vienes por ese camino? —dice cuando estamos caminando hacia la puerta del frente. Me encojo de hombros y ella dice—. Estaba esperando un poco a que hubieras llegado aquí antes que yo. Para ver de qué clase de humor está.                       —Y hubiera, ¿qué? ¿Informártelo cuando llegaras y luego irme?                                          —No, te hubieras quedado y estado con nosotros —dice, sonriendo abiertamente hacia mí—. No eres tan aburrida como piensas que eres, sabes.                                 —Oh —digo, y gaston abre la puerta.

1 comentario:

  1. Euge tiene una mania con gas... no es amor.. solo no qiere ser como sus padres... y gas se desvive por rochii...
    juro qe sta novee me gusta tanto como me estresa... necesito el siguientee... por favor!!!

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