Capítulo 78
Rochi estaba muy preocupada por su amiga. No había dejado de
llamarla en todo el día y no le contestaba al teléfono. El día anterior, la
velada había concluido con un silencio incómodo. Candela había ignorado a su
novio y este se había pasado toda la noche mirando a la joven como si fuese lo
único en el mundo. Pero sin decir una sola palabra. Rochi y Gaston se habían
abstenido de involucrarse en la disputa esperando a que su amigo enfrentase la
noticia. Pero nada había pasado. La pareja se había marchado junta, dejando a Rochi
muy preocupada.
¡Y ahora no le cogía el mald¡to teléfono! quiso gruñir la
joven colgando de nuevo. Era la décima vez que lo intentaba. Se hartó de
esperar noticias y después de sus clases, se dirigió al departamento de Candela
¡No había nadie! Decidió probar en casa de Victorio. Al llegar a la enorme mansión,
supo que la encontraría allí. Su coche estaba fuera.
No tuvo que esperar mucho para saber de ella, pues fue su
amiga la que le abrió la puerta. La cara de la muchacha se iluminó al verla y
la abrazo como si hiciese años que no la veía. Rochi lo achacó a los cambios
hormonales y no dijo nada.
- ¡Gracias a Dios! No sabes lo mucho que te he necesitado
hoy ¡Me voy a volver loca! -grito Candela en un gesto desesperado- ¡O acabaré
convirtiéndome en una asesina!
-¿Qué pasó? -preguntó Rochi confundida, mientras se dejaba
guiar hasta el interior de la casa.
- ¿Recuerdas lo callado que estaba Victorio anoche? Pues ya
averigüé el porqué. Andaba planeando la mejor forma de fastidiarme -gruñó la
chica, tirándose sobre el gran sofá blanco de la enorme sala.
- ¡Oh! Ya imagino que Gas a su lado debe parecer un
feminista -bromeó Rochi, sentándose junto a ella- ¿No te deja hacer nada como
si fueses una invalida, verdad?
- ¡Aparte! Pero de verás ¡se volvió loco! -exclamó Candela,
mostrando un rostro temeroso.
- ¡Exagerada! Él solo quiere mimarte y consentirte porque
vas a ser la mamá de su bebé -explicó la rubia, quitándole importancia.
- ¿Tú crees? -preguntó su amiga, levantándose y saliendo de
la sala- ¡Sígueme y verás!
Rochi la siguió con una sonrisa en la cara. Todo estaba bien
entre sus amigos. Victorio parecía haber asimilado su futura paternidad y ahora
solo deseaba mostrárselo a su novia. Ella podía entender eso.
Llegaron hasta la primera planta y Candela abrió lentamente
una habitación. Rochi entró en ella, quedándose paralizada en el centro de
esta. Las paredes estaban cubiertas por papel pintado, con un bonito fondo
amarillo, nada chillón, y ositos con coloridos globos. Una enorme cuna ocupaba
parte del cuarto, abarrotada de un zoológico de peluches de todo tipo. Había
todo lo necesario para cuidar y mantener a una guardería de recién nacidos. E
incluso, cosas que no necesitaría hasta que el bebé fuese algo más mayor.
Rochi miró petrificada la habitación. No se le pasó por alto
el indiscutible olor. El papel del cuarto estaba recién puesto, y por tanto el
resto también acabaría de ser colocado.
- ¿Cómo...? ¡Si se enteró anoche! -exclamó sorprendida.
- ¿Me lo dices o me lo cuentas? -suspiró Candela
cansinamente- Una legión de empleados lo pusieron todo esta mañana ¡Oh y por
supuesto a mi no se me permitió ni mirar! No fuese a pasarme algo por estar a
menos de un kilómetro de esa cola apestosa que usan para el papel pintado-
refunfuñó la chica, girándose para alejarse de la imagen que tanto la hacía
enojar.
- Mira el lado positivo, al menos sabes que está de acuerdo
con lo de tener el niño -bromeó Rochi, abrazándola mientras bajaban las escaleras-
¡Y yo me quejaba de Gas!
Rochi se soltó en carajadas mientras su amiga seguía con el
ceño fruncido. Definitivamente ninguna estaba dispuesta a soportar a unos
novios sobreprotectores. Pero ambas parecían haber decidido esperar a que se
acostumbrasen a la nueva situación antes de descuartizarlos por agobiantes.
Las chicas pasaron la tarde juntas, intentando ignorar los
cambios que iban sucediendo en sus vidas. Asimilando como podían todo lo que
ocurría a su alrededor. Hablaron de trabajo y el futuro. Rochi había vuelto a
su pluriempleo y Candela había decidido que reduciría su jornada laboral solo a
los fines de semana. Así podría tener toda la semana para relajarse y hacer
mucho yoga, para así no acabar asesinando a su novio.
Gaston y Victorio pasaron junto a ellas, cruzando el jardín.
Ignoraron la presencia de las dos bellezas tumbadas en hamacas y continuaron su
charla.
- No puedo comprarle eso. Aun no sé si será un niño o una
niña -explicaba Victorio, señalando un catálogo que tenía su amigo en las
manos.
- ¿Qué más da? ¡Esto es la bomba! Estoy por comprármelo yo!
Y ahora ya no hay que diferenciar tanto entre sexos -aseguró Gaston, caminando
hacía la casa- Ro me quitaba todos mis cochecitos cuando éramos pequeños ¡y
mírala!
- ¡Por eso! ¿Una hija como Ro? No gracias. Ya me va a costar
mucho hacer que no se parezca a su madre, para que me tenga que preocupar de eso
también -se burló el joven inconsciente de la presencia de las chicas.
Soltándose ambos en risas.
Sus novias se miraron con furia en los ojos. Un juramento
estaba escrito en ellos ¡Dormirían solos mucho tiempo!
Las voces de los chicos se iban perdiendo entre las risas y
la distancia.
- Ya quisieras tener una chiquita como mi preciosidad
-intentó arreglar Gaston. Al menos tenía que intentar que no lo mandasen al
sofá esa noche.
- No, prefiero una pequeña Candelita - deseó poder salvarse Victorio.
Una vez entraron en la casa las chicas se miraron de nuevo y
se incorporaron, fulminando el lugar por donde habían visto entrar a sus
novios.
- ¿De verdad creen que nos hemos tragado eso? -bufó Candela,
cruzándose de brazos.
- Ni idea. Pero puedo asegurarte que hay algo que les va a
costar recordar como se hacía -aseguró su amiga con chispas en los ojos.
- ¡Oh sí! Victorio va a tener que volver a hacer uso de su
colección de videos para adultos.
Las chicas se regodearon en los planes para hacer la vida
miserable a sus novios, mientras estos continuaban su charla en el interior de
la casa.
- ¿Preparado para dormir en el sofá? -preguntó Gaston muy
sonriente.
- ¡Oh no! Esta casa es enorme, puedo coger cualquier
habitación -afirmó al chico, con un suspiro- Cualquiera lo suficientemente
lejos de Cande, como para que no me mate mientras duermo.
- Pues gracias a tus bromas, yo sí que voy a dormir en el
sofá -refunfuñó Gaston, ceñudo. Tras un silencio de autocompasión, sonrió a su
amigo- ¡Como han cambiado nuestras vidas en tan poco tiempo!
- Sí, nosotros seremos papás y vosotros ya viven juntos.
Pero... -dijo Victorio con una enorme sonrisa- yo no podría ser más feliz.
- ¡Uhm! -suspiró Gaston pensativo.
- ¿Qué te ocurre? Debería ser yo el acojonado por mi
situación, no tú que vives una luna de miel sin boda -bromeó su amigo,
palmeándole la espalda.
- Ni boda, ni ataduras, ni compromiso, ni... -suspiró
nuevamente- Ojalá pudiese estar tan seguro como lo estás tú de que todo irá
bien.
- No seas negativo hombre. Ro y tú se conocén de toda la
vida. Mejor que tú no la conoce nadie ¿Crees que estaría contigo si no te
quisiese? -le reconfortó Victorio animadamente.
- Sí que la conozco mejor que nadie. Y por eso mismo. Ella
no es de las que se permitan ser feliz. Y sinceramente no sé si este conmigo
porque es lo que desea en este momento o porque... - se interrumpió él mismo
con la idea de que esa otra opción nunca sería realidad.
- ¿Qué te ame? ¿No crees que te pueda amar? -preguntó sorprendido-
¡Gas por Dios! ¿Qué tonterías piensas? Ella no está contigo por un capricho o
por inseguridad o ninguna otra babosada que se te haya podido pasar por la
mente ¡Ella te ama! Solo hay que veros para saber lo mucho que os amáis.
- No sé lo que sienta exactamente. Tampoco puedo obligarla a
que sienta lo mismo que yo. Solo quiero que no se aleje de mi. Y con suerte...
-de nuevo se interrumpió para mirar pensativo sus nudillos entrelazados.
- ¿Qué? -quiso saber su amigo.
- Con suerte algún día se conforme con tener una vida normal
y desee compartirla conmigo -confesó Gaston con un aro de tristeza a su
alrededor.
Él la conocía mejor que nadie. Ella nunca en toda su vida
había sido común y corriente. Peleaba con todos los niños de su clase para
defender a los más débiles, en lugar de hacerse amiga de las niñas y jugar
felizmente. Se escapaba de casa sin rumbo fijo en busca de la aventura,
acabando normalmente en más problemas de los que nadie se pudiese imaginar.
Ella era un pájaro libre que nunca se ataría a nadie. Él solo podía ser un
lastre para ella. No podía permitirse imaginar un hogar con una mujer que se
guiaba por sus impulsos, infravalorando lo que podía permitirle la seguridad de
una familia.
Gaston era muy consciente de que él era lo más cercano a una
familia que ella tenía ¿Y qué había hecho ella? Le había ocultado casi toda su
vida. Ella no confiaba en nada ni en nadie. Tuviese motivos o no. Él la amaba
pese a eso, pero sabía que ella aún se cerraba a un futuro juntos. Estaban en
una luna de miel como había dicho Victorio. Y temía que esta pasase, que Rochi
se encontrase con la realidad de su situación y se asustase. No quería
perderla. Aún no sabía lo que haría, pero tenía claro que perderla no era una
opción.
Fin Capi...
*Mafe*
Que bueno que Vico&Can van hacer padres por dios la locura de Vico por su hijo!
ResponderEliminarQuiero que Gas le proponga Casamiento a Ro y que Ro obvio diga que si
Subi mas seguido besos!
la mejor novee!
ResponderEliminarEs como que Gaston ve solo el lado negativo de todo y no da :S YO SE QUE RO LO AMA Y NO LO VA A DEJAR, cierto Mafe? JAJA xD
ResponderEliminarcierto Lu Rochi no lo va a dejar ;)
EliminarAme el cap!.. pero odio a Gas por pensar eso!!.. Tiene que saber mas que nadie que ella lo ama!!.. que se lo diga de una vez! que alguno de ese paso!! jaja.. Espero el proximo!! :)
ResponderEliminar