sábado, 23 de junio de 2012

Inesperado Capítulo 24

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Capitulo 24:

3 de Agosto del 2009


Un dolor profundo te recorrió el cuerpo, y lo primero que hiciste fue tomar la panza entre tus manos. Intentaste respirar, y tranquilizarte, pero ningún método funcionó. Tus nervios estaban a flor de piel, y el dolor no se iba.

Encendiste la luz, y pudiste ver como el reloj marcaba las cinco de la madrugada. La llamaste a Candela, y esta ni se inmutó. – Ella dormía y no oía absolutamente nada.
Por lo que, tuviste que levantarte, y con un gran esfuerzo lograste sacarla de su quinto sueño.

Luego de eso, los nervios de ella también llegaron, Pero, todavía no perdía la cabeza. Llamó a tu hermana, y le contó lo que estaba sucediendo. Defina, al principio, no podía coordinar dos palabras en su mente, pero finalmente, pegó un grito al mismo tiempo que les avisaba que ya salía para tu departamento.

Y creíste que esos minutos no pasaban más, y cada vez estabas más nerviosa, porque tenías a Candela que intentaba calmarte, pero claramente era lo último que hacía. Por otro lado, a tu mamá en el teléfono haciéndote respirar – y no sabés cuantas cosas más porque perdiste la cuenta.
Y ese Bendito mensaje de Gastón, que no llegaba. Para vos hubiera sido más fácil un llamado, pero tu mamá estaba ocupando la línea, y no tenía intención alguna de cortar – Por lo menos hasta que Eugenia estuviera allí.

Unos minutos más tarde, ambas se encontraban en el auto de tu hermana.

-    ¡No me mires, y maneja! – Ya estabas histérica. El dolor, los nervios y el miedo no hacían una buena combinación en tu ser.

Eugenia se limitó a girar su cabeza, y poner atención al frente. No faltó mucho para llegar a la clínica, porque cuando quisiste acordar, te encontrabas ingresando a la guardia. Y todavía recordás la impaciencia de Candela, cuando de hablar con la secretaria de turno se trató.

A vos te llevaron dentro de una sala para ver la evolución que llevaba tu trabajo de parto, aunque lo úben que deseabas era que los mellizos nacieran en ese mismo instante.
Y todas tus expectativas cayeron, cuando oíste: “Rochi, vas bien pero vamos a esperar un poco más. Aún no llegaste a la dilatación necesaria”

Por otro parte, en la sala de espera tu familia ya se iba haciendo presente. Y Candela, acababa de despertar al resto de tus amigas contándole la buena nueva.
Emilia, se alejó un poco y se tomó el tiempo de avisarle a Gastón. Buscó el número en tu celular, y con una gran sonrisa pensó cada una de las palabras que iba a decirle, mientras los tu, tu, tu resonaban en su oído.

-    Hola – Contesto somnoliento.

-    Gas, me parece que van a llegar ante de lo esperado. – Y si, ni siquiera un ¿Cómo andas? .Ella necesitaba decirlo sin preámbulos.

-    ¿Qué? – Y no entendió nada - ¿Quién habla?

-    Emilia, estamos en la clínica con Rochi. – Y ahí la conversación empezaba a llegar a buen punto.

-    ¿Y yo que hago acá? – Y claramente, se hubiera teletransportado en ese mismo instante. – No, no…No lo puedo creer – Estaba terriblemente enojado con él mismo. – Yo no…

-    Hey Gas, escúchame – Y tuvo la necesidad de cortarlo, porque sabía que iba a tener para rato – Esto fue totalmente de sorpresa, no había forma de prevenirlo ¿Si?...Tranquilo, ella está en buenas manos, y acá vamos a estar todos esperándote. – Y le salía la madre de adentro.

-    Me cambio, y salgo para la terminal. Voy a estar allá lo más rápido posible.

-    Dale, así me gusta. ¡Y tranquilo! – Y rió luego de su última expresión.

-    ¿Puedo hablar con ella?

-    Ella está en una sala ahora, todavía le falta para que nazcan los nenes. Pregunto, y te vuelvo a llamar. ¿Querés?

-    Dale Ina, Gracias.

-    De nada, Gas.

Esbozó una sonrisa, y cortó. Luego, se dirigió hacia el resto del grupo, y supo que Eugenia estaba adentro, así que decidió tocar la puerta de la habitación, y le pasó el celular a su hija mayor.
Una vez allí, vos misma volviste a llamar a Gastón. Su conversación se resumió en un perdón, y en un te amo. Aunque, también hablaron sobre sentimientos encontrados.
Y luego de colgar, lloraste para descargarte. La situación te agotaba, y a decir verdad, nunca la habías imaginado lejos de él.

Alrededor de las seis y media de la mañana, ya estaba todo listo para comenzar con el parto. Tu mamá se encontraba tomando tu mano, y tras la sonrisa de Sofía – la partera - , luego de darte unas palabras para que tuvieras toda la confianza necesaria, todo comenzó.
No fue nada fácil, porque al principio te cansaste muy rápido. Pero, unas algunas otras palabras de tu mamá te hicieron retomar las fuerzas, y unos segundos después, escuchaste el primer llanto que te colmó el alma. Pujaste tres veces más, y todo terminó. Los mellizos ya estaban con ustedes.

Llorabas, y el primer contacto que tuviste con tus hijos, fue lo más emocionante que habías sentido en tus dieciocho años. Tu mamá, también hacía lo mismo, y desde ese momento decretó que Tomás tenía la misma boca que vos.

Más tarde, ya te encontrabas en una sala común. Tomás y Paz habían sido llevados para realizarle los chequeos correspondientes, y se encontraban en compañía de tu mamá.
Vos, intentabas dormir porque necesitabas un buen descanso, después de todo lo vivido.

Cerca del mediodía, sentiste como la puerta de tu habitación se abrió con delicadeza. Alguien se acercaba a vos sin hacer el menor ruido – aunque solo fingías estar dormida – para no despertarte. Y cuando casi lo tuviste a tu lado, pudiste oler su perfume tan característico, y te fue imposible no abrir los ojos, y sonreír. Gastón estaba ahí, y él también llevaba su sonrisa como bandera.

Te abrazó, y dejó un par de besos en tu boca también. Por un momento, te detuviste a observar sus ojos, y podías ver como su mirada emanaba felicidad. Tenía un brillo, que pocas veces habías visto.

-    Perdón, por no poder estar.

-    Ti, nunca pensamos que nuestros chiquis iban a querer llegar antes. No tengas culpa, disfrutemos del momento. – Y no perdías el entusiasmo a pesar de seguir exhausta.

De repente la puerta se abrió, y detrás de ella apareció tu mamá y la enfermera con sus hijos. Ambos dormían pacíficamente en sus cunas de hospital.

-    Ahora sí, están perfectamente y vienen a quedarse con sus papás. – Expresó alegremente tu mamá. - ¡Felicitaciones, chiqui! – Y Emilia tampoco podía dejar de irradiar felicidad.

Esbozaste una sonrisa al ver aquella situación. Tu mamá abrazada a tu novio, y él agradeciéndole por todo, a la vez que dejaba caer algunas lágrimas.
Mucho días atrás nadie lo hubiera creído. Simplemente, estabas viviendo un sueño.

Luego, tuvieron su primer momento los cuatro solos. Ti, levantó con cuidado a Tomás, porque había comenzado a llorar. Sonreías al ver su cara, y al escuchar las palabras que le decía para que dejara de llorar.

-    No hay caso, no puedo. – Y, te miró buscando alguna respuesta.

-    Debe tener hambre, ya pasaron unas horas desde que les di de comer. – Le extendiste los brazos.

Te lo dio con delicadeza, y como acto seguido, bajaste el bretel de tu camisón para poder amamantarlo.
Tomás llevaba los ojos abiertos, como si quisiera captar todas las imágenes de aquel lugar, y con una de sus manitos agarraba uno de tus dedos. Vos, te perdías en sus facciones y en sus ojos verdes claro.
Gastón permanecía en silencio observando aquella situación, y recordaba el día en que sus vidas giraron. El día en que te conoció.

-    ¿Por qué me miras así? – Y dirigiste la mirada hacia él.

-    No me equivoque. – No entendiste lo que quiso decir.

-    ¿Qué? – Le cediste a Tomás, y le explicaste como hacerle provechito.

-    Que te veo… nos veo… y pienso que no me equivoqué en elegirte, Ce.

-    No me hagas llorar, Ti – Escuchaste sus palabras, y todas las sensaciones te recorrieron el cuerpo. - ¿Me das un abrazo?

-    ¿Aceptas uno de a dos? – Tomi seguía en sus brazos.

Sostuvieron a Tomás en el medio, y Gastón se hizo un lugar para sentarse a tu lado. Te dio un beso en la mejilla, y como no te conformaste con eso, le robaste uno de su boca.
Si, hoy estabas necesitando más mimos que nunca.

2 comentarios:

  1. aaah me enamore del cap
    Nacieron los mellis me muero que lindo!

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  2. Muy tierno el cap *-*
    me encanto lo nacimiento de los mellis,
    y la primera vez en familia de los cuatro :)

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