eugenia no me lleva a casa, sin
embargo, no lo noto al principio. Estoy demasiado ocupada rodando un dedo
alrededor del collar que tengo puesto, recordando cómo ella me rescató en el
jardín de infantes. Cómo sé que odia el requesón, ama el chocolate de avellana
esparcido y tiene una vieja funda de almohada que su abuela le dio. Sé que esa
era la única cosa que se las arregló para ocultar cuando su mamá se libró de
todo lo que la abuela les había dado después de que murió. Sé que después de
eso, cuando su papá finalmente se fue, eugenia no comió nada por tres días,
hasta que yo lloré y le dije que moriría si no lo hacía (había visto una de
esas películas de televisión sobre desórdenes alimenticios y eso me había
aterrorizado) y ella pestañeó lentamente y dijo: —¿Te importaría si muero? Yo
no había sabido exactamente lo horrible que la madre de eugenia se había
sentido hasta entonces. No me había dado cuenta que con su padre desaparecido,
la madre de eugenia descargó su vida y todas las cosas malas en ella.
Suelto el collar, dejando que su
suave peso se establezca alrededor de mi cuello y luego me doy cuenta de que
estamos cruzando por su camino de entrada.
—Pensé que… —digo y luego me
interrumpo porque me siento demasiado culpable de decirle que debería llevarme
a mi casa. Que quería ir a casa. —Lo sé, normalmente te llevo a tu
casa y nos quedamos allí, pero—está bien —dice—. Anoche, después de que fui a
casa y mamá estaba… mamá… me quedé despierta hasta muy tarde porque no podía
dormir e hice brownies. —¿Hiciste
brownies?
—Lo sé. —dice—. A mí también me
sorprendió, pero después de que envolví tu collar pensé sobre lo genial que has
sido este año—no es que no siempre lo hubieras sido, pero algunas veces eres un
poco criticona. De todos modos, últimamente has sido totalmente comprensiva,
así que quería agradecerte. —Necesito
un poco de aire o algo. —digo y abro la puerta del carro. Quiero vomitar,
quiero ese gran momento dramático como el que ves en la televisión o lees en
los libros. Quiero estar tan enferma de mí misma que de hecho mi cuerpo se
pronuncia contra mí pero en cambio, sólo miro al suelo, mientras mi estómago se
revuelve. Y entonces eugenia está fuera del carro, inclinándose, apareciendo en
frente de mí, sonriendo y empujando el collar así que este comienza a
balancearse de atrás hacia adelante. —Vamos, vamos a comer brownies. —No puedo —digo mirando el collar y ella toma
mi brazo y dice —
Puedes hacer lo que quieras. Ser libre significa tomar tus propias decisiones,
¿verdad? Estoy segura de eso. Acabamos de hablar de ese tema en mi estúpida
clase de filosofía. Es la peor electiva de todas. —Sí —digo y la palabra es demasiado amarga en
mi boca. He tomado mis decisiones y lo hice sabiendo todo. Sé lo que debería
hacer. Sé que aquí es donde tengo que contarle todo. Pero no lo hago y la peor
parte es que sé que no lo haré. He tenido oportunidades—muchas oportunidades—y
me he mantenido en silencio. ¿Por qué? Porque conozco a gaston y sé que
cuando él hable con ella esta noche, no dirá que es por mí. Sé que él guardará
silencio.
Quiero que gaston y yo estemos
juntos y que eugenia nunca sepa que ese beso se convirtió en algo tan
significativo que no quería dejarlo ir. No quiero que eugenia se enoje conmigo
y si ella se entera de lo que pasó, de lo que yo he hecho, de seguro se
enfadaría muchísimo. Quiero a gaston, pero también quiero conservar a mi mejor
amiga y hay una manera de hacerlo porque eugenia nunca adivinaría que él me
miraba a mí cuando estaba con ella. Jamás lo supondría. —Mira,
¡Brownies! —dice cuando entramos a la cocina y señala un pequeño plato en el
mostrador. Los coge, les quita la envoltura de plástico y se sienta en la mesa
de la cocina. Yo no lo dudo. Me siento, también, cogiendo un brownie ponderoso
con trozos de chocolate. El chocolate no cura todo. Al menos mamá tiene un
delantal de cocina que lo dice, pero sabe tan bien y si estoy comiendo, no
tengo que pensar en hablar. No tengo que decirme que lo haré en un minuto o que
sólo necesito encontrar la manera de empezar. No tengo que odiarme por mentir. —Entonces,
soy buena cocinera, ¿cierto? —eugenia dice cuando yo empiezo con mi segundo
brownie. Ella retira un trozo de chocolate de su brownie y lo dispara en su
boca—. Creo que al estar cerca de tu mamá se me pegaron sus habilidades. Ella
sonríe. —O tal vez sólo hice una mezcla y puse piezas de chocolate en ella. No
se lo digas a tu mamá, ¿de acuerdo? Sé cómo se siente con relación a las
mezclas —ella baja la voz y añade—, y no le digas a mi mamá tampoco. Tomé el
chocolate de su escondite en el refrigerador. —¿Hiciste qué? —digo, sorprendida
porque eugenia siempre es muy cuidadosa de no meterse con las cosas de su
madre. —Ella
está consiguiendo todo lo que alguna vez quiso de papá. Puede esparcir una, dos
o tres barras de chocolate —eugenia dice, todavía sonriendo, aunque ahora su
sonrisa es mucho más estrecha. Más triste. —Sabes que tenemos que ser amigas
hasta que las dos estemos seniles, ¿verdad? —ella dice—. Quiero decir, los
brownies y un collar. Tú no puedes sobrepasar eso, ¿o sí? —está tratando de
sonar como que esta bromeando, pero esa es la cosa de ser la mejor amiga de eugenia.
Yo sé cuando ella en realidad quiere decir algo. Sé cuando está haciendo daño.
Sé cuando necesita que yo la haga sentir mejor.
—Es insuperable —digo—. O lo es
hasta que seas famosa y pueda decirle a la gente que te conozco—la actriz súper
estrella. —Puedes ser mi asistente —dice—. Contestar el correo de fans,
ayudarme con mis líneas. —¿Cuándo
sabrás si conseguiste el papel principal en la obra? —Muy pronto —dice—. Es algo sobre
Shakespeare, pero le estamos haciendo una adaptación moderna—tú nos escuchaste
hablando sobre eso la noche que viniste a mi casa con la ropa. Yo miro mi
brownie y ella sigue hablando. —Conociendo a la señora justina, eso significa que
todas las chicas harán las interpretaciones de chicos y todos los chicos harán
de chicas. Lo cual no es muy moderno, en realidad era usado desde que no había
chicos para todas las interpretaciones. Pero como sea, yo sólo tengo que
conseguir pasar la prueba. —Estarás
genial.
—¿Tú crees? Yo asiento. eugenia
es más feliz cuando esta actuando. Cuando puede ser alguien más, cuando puede
estar parada en un mundo que no es este, un mundo en que no tiene a sus padres,
no como ellos la hacen sentir. —De acuerdo, dos mordidas más y término —ella
dice—. ¿Debería ponerme la blusa azul esta noche? A gaston le gusta, pero creo
que me veo mejor con la rosada, la de encaje. No es como si gaston no me vaya a
mirar el pecho, de todas formas, él siempre lo hace, pero… —Oye, ¿Qué
pasaría si un chico comenzó gustando de ti pero en cambio termino gustándole
yo? —digo, interrumpiendo y la azúcar me ha hecho estúpida, tal vez es porque
lo que ella acaba de decir sobre gaston. Tal vez estoy diciendo lo que debería,
tal vez finalmente estoy comenzando la conversación que sé que tenemos que
tener. La miro y espero su respuesta. —Pensé que dijiste que no te
gustaba nico —dice. —Yo—eso no es lo que dije. Dije que si un chico gustaba de
ti, decide que yo le gusto, ¿Qué pensarías?
—rocio
—dice eugenia, inclinándose y poniendo sus brazos alrededor mío—. Sabes que te
quiero. Eres adorable y estoy convencida de que hay un chico
ahí afuera que es tan lindo como tú
que está esperando por ti. Pero a nico realmente nunca le gustarás porque los
chicos a los que yo les gusto no—tú y yo somos en realidad—bueno, somos diferentes,
¿sabes? Te ves como una pequeña hermanita. Eres el tipo de chica dulce y
acogedora. —¿Y tú no lo
eres? —digo, apartándome, y mis manos ahora están temblando, no de tristeza
sino de rabia, porque oigo lo que ella esta diciendo. Sé exactamente lo que
quiere decir. No hago que los chicos me deseen. Y ella sí. —Creo
que nunca alguien me ha llamado dulce —dice y toma otra mordida de brownie—. Me
gusta mantener a los chicos en sus pies. Hacerlos trabajar. Es más divertido de
esa manera. —¿Para
ti? ¿O para ellos? —Está
bien, ¿Qué pasa con esa voz de disgusto? —dice—. Creo que acabas de decir que
esto no era sobre nico. —Bueno,
chicas, veo que algunas personas por lo menos tienen que relajarse. —dice la
mamá de eugenia detrás de nosotras, y miro la congelada cara de eugenia, veo a
su mamá mirando fijamente a los brownies y veo a eugenia sonrojarse, apenada
cuando no necesita estarlo. —En realidad me
comí la mayoría de los brownies —digo y la mamá de eugenia me mira brevemente y
dice —. Hola, rocio
—con tranquilidad antes de darse la vuelta hacia eugenia. —Bueno, podrías
terminártelo —dijo, señalando el brownie que eugenia precipitadamente esta
soltando y entonces se da la vuelta, entornando los ojos en algo sobre el
fregadero. Me preparo psicológicamente para otro despliegue emocional y me doy
cuenta que ella captura su imagen en la ventana y se alisa el cabello, asegurándose
que cada hebra esté en su lugar. —¿Te quedas aquí esta noche? —ella dice,
volteando su cabeza hacia eugenia y abriendo su bolso—. Tengo un amigo que me
recogerá y luego iremos por un trago. es más joven que yo, pero dice que lo
encuentra imposible de creer. Ella se ríe ligeramente y saca un tubo de lápiz
labial, frunce el ceño y luego lo lanza al interior del bolso. —Necesito
maquillaje nuevo. Te traeré a casa algo también, creo que la última colección
que te di no funcionó muy bien, ¿o sí? eugenia tiene una espinilla cada seis
meses y siempre le sale en lo alto de la frente, tan arriba que puede cubrirla
con su cabello.
—Gracias y no, no voy a estar aquí.
Voy a salir —eugenia susurra y su madre se acerca a la mesa, toca la parte
superior de su cabeza y dice—. Me voy a cambiar. Haz algo con tu cabello si en
realidad quieres salir, cariño. Será mucho más lindo si lo cepillas de vez en
cuando. eugenia se embute en su boca la última parte del brownie que estaba
comiendo y su madre suspira y sale de la cocina. Me muevo hacia ella,
cambiándome en mi silla, pero ella sacude la cabeza, se levanta y se tira del
mostrador. Espero unos pocos segundos porque sé que los necesita y luego la
sigo. —Y eso es un padre que me quiere. —dice cuando
yo camino hasta ella. Esta mirando hacia el jardín, no hay tristeza en su cara.
No hay rabia. No hay expresiones, excepto resignación. Cansancio. —Yo trato,
¿sabes? Lo hago. Pero mi papá ni siquiera quiere verme y mi mamá cree que no
tengo arreglo. Y qué si—¿Qué haces si la gente que se supone que te ama puede
dejarte como si fueras nada? —eugenia…
—Estoy
cansada de esto —dice—, no necesito—no necesito sentirme así de nuevo, nunca
más. ¿Por qué crees que siempre salgo con chicos que son realmente patéticos?
Sé que no me dejaran, rocio. Pero quiero…sólo por una vez, quiero hacer que
alguien que pueda alejarse de mí decida que quiere quedarse. Quiero que ellos
estén conmigo. Quiero que esto pase con gaston y—sucederá. Voy a hacer que eso
pase. —Tú—espera.
¿Quieres a gaston por qué quieres hacer que él se quede contigo? —No es como lo
haces sonar —dice, negando con la cabeza—. No lo entiendes, rocio. No sabes lo
que es estar enamorada. El amor es…te confundes y haces cosas que no deberías
hacer y sólo—te odias a ti misma, y algunas veces ni siquiera quieres amar a la
persona que quieres y lo haces porque sería mucho más fácil que si no lo haces.
Pero tú sólo—lo haces. Quiero decirle que está loca y equivocada, pero no lo
está. Sé que no lo está, porque así es como me siento, las cosas que ella acaba
de hacer son cosas que yo he hecho y ella… Ella ama a gaston. Ella en realidad
lo ama.
Me
siento enferma.
—Yo… ¿Se lo dijiste?
Ella suspira. —No,
porque… ¿Cómo puedes decirle eso cuando te preguntas por qué el chico no te ama
también? Es difícil incluso pensar en eso. Pero yo…puedo hacerlo. Lo haré.
Puedo conseguir lo que quiera. Yo sólo… ¿Puedes sólo pretender que entiendes y
te quedas conmigo por un rato?
Me enferma Eugenia no le tengo ni un aspice de compasion ni de nada, es manipuladora y la super forrea a la amiga "delicadamente" y dsps la disfraza con el tema de los padres y el supuesto enamoramiento sin remedio q siente x el rubio. Q ganas tengo d q Rocio le pegue una buena patada a sus ideales y su ego, pero presiento q no lo va hacer, q la rubia no se va a imponer....
ResponderEliminarBesos! Marus
enserio me azes sufrir no seas tan mala euge es una manipuladora se piensa k es mejor k ro por dios pon algo de los rubios k se junten o algo no se as asi odio a euge
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