Para leer el capítulo hacé click en leer más...
Capítulo 7
— ¿Pero qué estás diciendo? ¿Que yo me case con ese hombre? Eso no tiene ni pies ni cabeza... ¿Y qué es eso de abortar? ¿Es que no quieres tener el niño?
Eugenia miró a su hermana con cierta exasperación.—Por supuesto que quiero tenerlo —respondió—, pero no tengo elección... firmé un contrato legal y acepté una cantidad enorme de dinero. Me lo he gastado casi todo y ya no lo puedo devolver. ¿Qué quieres que haga?
Rocío se quedó anonadada.
— ¿Que te lo has gastado?
—La mayor parle, en mamá. Bueno, es verdad que también me compré el coche y unas cuantas cosas, pero pensé que me lo merecía por hacer el sacrificio de casarme con un desconocido. Y no me mires de esa forma... ¡Soy yo quien se ha sacrificado por mamá! ¡No tú!
—Eugenia...
—No, no, déjame hablar. ¿Qué has estado haciendo tú durante todos estos meses? ¿Lamentarte y comprobar los resguardos del banco? Teníamos que hacer algo, así que no te atrevas a echarme en cara que quisiera casarme con ese hombre para solventar el problema. ¡Necesitábamos dinero! ¡Un montón de dinero!
Cuánto más levantaba la voz Eugenia, más pálida se quedaba Rocío , que dijo:
—No te lo estoy echando en cara. Tienes razón. Necesitábamos mucho dinero... has sido muy valiente al aceptar ese trato. Yo no habría podido. No tengo tanto valor como tú.
—Entonces, ¿a qué viene esto? ¿Es por Nicolás? ¿Crees que no merezco ser feliz? —preguntó.
—Claro que lo mereces,
—Cuando Peter murió, pensé que no volvería a encontrar la felicidad. Deseaba haber muerto con ellos en ese coche, Rocío... —le confesó, con voz quebrada por la emoción—. Pero he conocido a Nicolás y todo ha cambiado de repente. Lo amo, quiero casarme con él y quiero tener ese niño. He recuperado mi vida y quiero disfrutar de Rocío.
Emocionada por las palabras de su hermana, Rocío la tomó de la mano y se la apretó con afecto.
—Claro que sí. Claro que sí...
—Sin embargo, Nicolás no querrá saber nada de mí si descubre que firmé ese contrato —continuó Eugenia, al borde de las lágrimas—. No lo entendería nunca. Pensaría que soy una especie de ramera... Es un hombre maravilloso, pero también muy conservador.
De repente, Rocío se sintió como si hubieran vuelto al pasado. De niñas, Eugenia se metía constantemente en líos y Rocío siempre tenía que sacarla de ellos. Más de una vez había cargado con sus culpas, y aunque fuera la menos atrevida de las dos, también era la más fuerte y la menos propensa a desesperarse cuando las cosas iban mal. Eugenia podía resultar sorprendentemente frágil.
—Bueno, Nicolás no tiene por qué enterarse... —comentó.
Eugenia suspiró, aliviada.
—Mira, Rochi, si no te presentas y te casas con ese ruso, tendré que devolver el dinero y no lo tengo. ¿Crees que un hombre como Gastón Dalmau va a permitir que le engañe?

ya quiero que se encuentren para la próxima un poco mas largo
ResponderEliminarA no.. pero que HDP Eugenia.. no puede lavarse las manos así... pero nha... Gastón y rochi.. ahhh.!! ya quiero ese encuentro
ResponderEliminarYa quiero el encuentro Gastochi!! :)
ResponderEliminarHola, nueva lectora se reporta. Me encanta la historia, y me encantaron todo los capitulos, ya me imaginaba que se venia algo asi, ahora quiero saber que va a pasar, quede en intriga :)
ResponderEliminarbienvenida sol! Me alegro que te guste la nove! tenes un monton de noves más para leer, todas muy recomendables jaja... creeme que se viene con todo la nove,está muy buena!
ResponderEliminar