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Cap 8
— ¿Gastón Dalmau? ¿El multimillonario ruso? —preguntó Rocío , consternada—. Por Dios, pero si siempre está rodeado de actrices y supermodelos... ¿Por qué querría pagar a una desconocida para que se case con él?
—Porque estuvo casado y no salió bien. Esta vez quiere un matrimonio de conveniencia, con todo atado y bien atado —explicó—. Pero no sé nada más... sólo sé lo que me dijo el abogado. Comentó que no deja de ser una simple oferta de empleo; tal vez extraña, pero una oferta de trabajo en cualquier caso.
— ¿Un trabajo? —dijo Rocío, mirándola con desaprobación.
—Si te casas con Dalmau, yo podré casarme con Nicolás, nos quedaremos el dinero y mamá volverá a ser la de antes. El ruso no me ha visto todavía, de modo que no puede saber que no eres la mujer que eligió...
—Eso no importa, Eugenia. Esto es una locura. Por muchas razones que me des, no puedo aceptar.
—Presenté la instancia con tu nombre —le recordó—. Si incumples el contrato, los abogados de Dalmau no me denunciarán a mí, sino a ti.
Rocío no perdía la calma con facilidad, pero estalló.
— ¡Me da igual lo que hicieras! ¡Yo no firmé ningún contrato!
—Es lo mismo, porque puse tu firma —le informó—. Lo siento, pero estás metida en esto hasta el cuello. Además, puedes tomártelo como si te hubiera tocado la lotería... nunca devolverías el premio. Y no hay otra forma de salvar la casa de mamá. Ningún banco nos concedería un crédito.
—Y aunque nos lo concediera, mamá no podría pagarlo —puntualizó—. Ya no queda nada que podamos vender.
Los pocos muebles y joyas valiosas de la familia se habían vendido para intentar sostener las finanzas de su madre. En cuanto a la casa, estaba hipotecada desde que Anna la utilizó para conseguir la suma necesaria para abrir una tienda en el pueblo: ahora la casa estaba en venta, pero los tiempos eran difíciles y nadie la compraba.
En el silencio incómodo que siguió. Rocío se levantó del asiento.
—Está lloviendo. Le prometí a mamá que iría a buscarla si empezaba a llover —declaró. Salió de la casa, se subió al coche destartalado de su madre y arrancó. Cuando aparcó el vehículo delante de la tienda, vio que una morena muy atractiva salía del establecimiento con un paraguas amarillo. Al reconocerla, le saltaron todas las alarmas. Era Maggie Lines, la novia de su padre.
Caminó a toda prisa hasta la puerta y entró.
— ¿Qué estaba haciendo esa mujer aquí?
Su madre tenía los ojos llorosos. Le temblaban las manos y estaba muy tensa.
—Ha venido a hablar conmigo. Me ha dicho que no se atrevía a pasar por casa... pero al menos ha tenido la delicadeza de esperar a la hora de cierre. –
Rocío maldijo para sus adentros la cortesía de Anna. Le parecía increíble que fuera tan amable con Maggie.
—No tienes por qué hablar con ella. Es asunto de papá, no tuyo, y debería mantenerse bien lejos de lo que no le concierne.
—Ha dicho que nuestra disputa legal sólo servirá para que los abogados nos cobren más a todos
—murmuró.
— ¿Eso ha dicho? ¿Y qué quería exactamente?

Bueno, la metieron en un GRAN lio a Rocio, pero me parece que va a aceptar, ya quiero que se conozca con Gaston, a ver como reaccionan, que la ayuda a la mamá aklsjakhskaj, muy buena la historia. Espero el proximo!
ResponderEliminarla historia me encanto sos una capa pobre ro en el lio que esta metido jaj
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