Para leer el capítulo hacé click en leer más...
Cap 19
Al ver que Rocío a no decía nada, su hermana la miró fijamente y comprendió lo que sucedía.
—No puede ser ¡No me digas que sigues siendo virgen!
Rocío se ruborizó.
—Bueno, ¿qué tiene eso de malo? —Dijo a la defensiva—. Es que todavía no he conocido a la persona adecuada...
—Me parece increíble que tú y yo seamos hermanas gemelas. Somos completamente distintas —declaró, frustrada—. ¿Por qué te da miedo el sexo? No me extraña que estés sola. Ningún chico con dos dedos de frente se acercaría a ti, Rocío ... Esto va a ser un desastre. No va a funcionar.
— ¿Qué quieres decir?
—Que tú no puedes ser la esposa de Gastón. No tienes ni la actitud ni el carácter necesario para ello. Y como no puedo devolverle el dinero, no tendré más remedio que abortar —contestó.
Rocío se levantó de la silla, horrorizada.
—No puedes hacer eso —dijo.
— ¿Es que tengo otra opción? O te casas con él o tendré que abortar y acatar el contrato que firmé.
—Pero me voy a casar con él.
Eugenia la miró con enfado.
— ¿Casarte con él? Si te asusta hasta la menor tontería... hasta tienes miedo de hacer el amor con tu futuro esposo.
—Yo no diría que acostarme con un desconocido sea una tontería —se defendió.
—Adelante, sigue insultándome, sigue insinuando que las mujeres que tenemos una vida sexual sana somos una especie de prostitutas —bramó Eugenia, indignada con Rocío—. Sí, es verdad que me he acostado con muchos hombres. ¿Y qué? ¿Crees de verdad que tienes derecho a sentirte superior porque tú no has tenido el valor de acostarle con ninguno?
— ¡Yo no me siento superior! —protestó.
—Pues si no te sientes superior, será mejor que tomes una decisión rápidamente. ¿Quieres ayudar a mamá? ¿O no?
Rocío consideró cuidadosamente la situación. El día anterior había conocido a Nicolás, el prometido de Eugenia, y le había gustado mucho; era obvio que estaba sinceramente enamorado de ella. Si se negaba a casarse con Gastón y Eugenia se veía obligada a romper su compromiso, no se lo perdonaría nunca: además, tendría que abortar y Rocío no podría ser tía.
Casarse con un desconocido podía ser un error, pero no tenía más remedio. Era la única forma de asegurar la felicidad de su madre y de su propia hermana.
Por fin, respiró a fondo y contestó:
—Por supuesto que quiero ayudar a mamá. Seguiré adelante con esto. Cueste lo que cueste.

joo!! Proximooooooo!!!
ResponderEliminarNa, no nos podes dejar algo tan asi, me quedo con la intriga JAJAJAJA, pero esta genial, me encanta la historia, necesito otro capitulo, esta genial esto:)Como es eso que Rochi todavia es virgen, wow.
ResponderEliminar