cuando llego a su casa, eugenia
no responde a la puerta.
Sé que está en casa, porque vi
su auto en la entrada y atrapé un vislumbre de su cabello mientras ella pasaba
por la ventana. Es largo y brillante como siempre, oscuro y derramado a su
alrededor. Miro el timbre de la puerta y lo toco de nuevo, pienso sobre como eugenia
se acercó después de Sam y el desastre del baile. Les había dicho a mis padres
que estaba bien, saludándolos mientras se iban de compras por unos estantes
nuevos, y luego me había dejado caer con los ojos cerrados sobre el sofá,
ignorando todo, incluso a eugenia cuando apareció en casa y tocó la puerta,
llamando mi nombre. Yo finalmente había abierto la puerta después de que ella
tocara el timbre, haciéndolo sonar muchas veces que se voy a soñar con el
estúpido chirridos por días. —Ya
sabía que eso funcionaría —ella dijo, cuando abrí la puerta—. Ya sabes, pienso
que quien sea el que inventó en timbre de puerta estaba muy enojado con el
mundo. Me había reído. Débil, pero después de todo, seguía siendo una risa, y eugenia
había entrado, ocupando mi lugar en el sofá, no lo suficientemente cerca del
mopey. Ella me había enterrado entre almohadas y colchas, trayéndome comida
dejándose caer en el suelo frente a mí con un plato para las migajas sobre su
cabeza, riendo mientras se deslizaba hacia abajo, y por un momento había
olvidado todo lo sucedido. Sé que no puedo hacer eso por ella ahora—gaston no
se va a ningún lado, y yo no quiero que lo haga, no deseo que pase y no
pretendo fingir que puedo—pero puedo estar con eugenia. Puedo intentar hacer
las cosas bien. Puedo decir ―Lo siento por lo que no
dije‖. Mis dedos están entumecidos después de un rato y cambio de manos,
tocando el timbre con el resto de mis dedos. —¡Basta! —eugenia grito a través de la puerta,
y sonreí como una idiota, feliz de oír su voz. Pero la conozco, y no dejo de
tocar el timbre, espero hasta que ella abra la puerta. Escucho su respiración,
entonces una maldición, y la puerta se abre mostrando a eugenia parada frente a
mí, sus brazos cruzados sobre su pecho y una mirada furiosa en su cara.
—¿Cuan retardada eres? —ella dice—.
¿Has venido para que te abofetee de nuevo? Porque voy a estar contenta de
hacerlo sin que estés tocando el timbre como una idiota. —Lo
siento —digo, y ella rueda sus ojos y empieza a cerrar la puerta. —eugenia,
espera —digo—, sé que eso no es suficiente, ¿bien? Pero son las únicas palabras
que tengo por cuan mal me siento. Por las cosas que hice. Debería haberte dicho
que me gustaba gaston. Debería haberte dicho que… —me desvanezco poco a poco,
tragando. Su cara está tan enojada, que si le digo que hicimos más desde el
momento en que ella nos vio juntos, voy a ser abofeteada de verdad. —Debería
haberte dicho que nosotros… eugenia, hicimos más después de que nos vieras
juntos —trago de nuevo—. Nos besamos. Dos veces. Ella no me golpea Solo me mira
entonces se ríe. —¿Vienes hacia aquí para decirme eso? Mierda, rocio,
gracias. Estoy muy contenta de saber que no solo robaste mi novio para ser una
puta total, sino que después fuiste una puta mentirosa. ¡Eso es genial!
Realmente, muchísimas gracias, pero la cosa es, que ya me he dado cuenta de lo
basura que eres. gaston también lo hará, y cuando lo haga, puedes jurar que no
voy a llorar por eso. Ella estrecha sus ojos. —¿O por qué estás aquí? Han sido
que, ¿Cinco meses? ¿Se está poniendo enfermo de ti? Estoy sorprendida que haya
tardado tanto. Sam pudo hacerlo a través de un baile. —Estaba equivocada —digo lentamente, ignoro la
herida y el odio que sus palabras traen, la manera en la que ella está tratando
de reducirme—. Debería haber sido honesta contigo. Es solo que—eugenia—estaba
asustada de que me odiaras.
—Bien, estabas en lo cierto.
¿Realmente piensas que viniendo aquí iba a funcionar? ¿Qué solo voy a olvidar
lo que me hiciste? —¡No era sobre ti!
—digo, y eugeniaa sigue con la mueca de desprecio en su cara que cambia a algo
diferente, algo abstraída y perdida. —Yo—Yo no te lastimé —digo—, me odié a mi
misma por lo mucho que él me gustaba. Pero nunca—nunca lo besé porque fuera tu
novio. No lo besé porque quería lastimarte, a pesar de que sé que lo hice. Lo
besé porque me ha gustado desde el octavo grado, eugenia, se que tú lo sabes.
Sé que recuerdas ese baile que él me pidió.
—Oh, entonces ¿Ahora estás
reescribiendo la historia? —ella dice, pero su voz está temblando—. Yo soy la
que lo robó, la chica mala. —No, eso no es—estaba
equivocada. Es eso. Pero no era—como yo dije. Nunca quise decir algo que te
lastimara. Nunca quise lastimarte. Nunca quise. Perdóname —eugenia dice, su voz
fría como el hielo de nuevo, yo había dicho la cosa equivocada. Es verdad que
yo nunca quise lastimarla, que gaston y yo no éramos lo que éramos por ella,
pero ella había escuchado que no era por ella en el pasado, lo había escuchado
de parte de personas que supuestamente la amaban, de parte de sus padres,
quienes nunca la habían puesto en primer lugar, nunca la habían puesto en sus
corazones, y por todo eso, lo que yo había dicho, significaba que todo lo que
iba a escuchar eran traiciones. —Bien
—digo suavemente—. Sabía que te lastimaría si averiguabas como me sentía. Sabía
que estaba mal gustar de él y me gusto de cualquier forma. Yo—yo lo quería, Eugenia,
pero por como todo salió, eso no era—yo realmente pensé que ustedes dos habían
terminado. Los dos lo hicimos. Tienes que creerme. —No
—eugenia dice—. Hiciste lo que quisiste, y ahora has conseguido lo que querías.
Estás con gaston, pero estás aquí, como solo las amigas pueden estar, y se cómo
te sientes. Estás con alguien que no está totalmente allí, que está contigo
pero nunca lo hace realmente, y ¿sabes qué? No va a cambiar. gaston nunca va a
amarte. Ni siquiera pudo amarme a mí, ¿Qué cambio puedes hacer tú? Él ni
siquiera va a pensar en amarte, es mucho decir, y dejaste ir nuestra amistad
por… Su voz se desvanecía poco a poco, tomó un paso atrás y fue cuando supe que
todavía podía seguir lastimándola. Que la estoy lastimando de nuevo. Ella me
conoce lo suficiente para ver lo que tengo con gaston. Ella ve lo que brilla en
mi corazón. —Él… ¿te lo ha dicho? —ella susurró—. ¿Lo ha dicho? ¿Te ama? —eugenia… —Oh
—ella dice, su voz calmada—, no quise —ella miró hacia el suelo, parpadeando
fuerte, se lo que le está costando esto, se que ella odia mostrarse a sí misma
de esta forma, ese dolor que tantas veces ha escondido y solo se revela cuando
es tan fuerte que no puede mantenerlo. Cuando es todo lo que ella siente.
—eugenia… —digo de nuevo, y me
detengo porque no hay nada que se pueda arreglar. No puedo hacer que gaston no
me ame. Incluso si pudiera, no lo haría, porque yo lo amo, quiero estar con él,
vengo a ver a eugenia porque la extraño y deseo no haberla lastimado. Deseo
haber podido manejar las cosas de mejor manera. Pero no sin desear a gaston.
Ella me mira de nuevo, y el silencio se extiende entre nosotras. En la quietud,
escucho su abatimiento. Escucho años de nuestras charlas y películas que vimos
y trabajos sobre tareas. Nos escucho comprando y comiendo y solamente sentadas
juntas, silenciosas como solo las amigas pueden estar, en la manera de hablar
sin decir ninguna palabra. Nos escucho hablando también, hablando sobre su
vida, sus padres. Recuerdo sostener su mano mientras ella esperaba por
cualquiera de los dos a que apareciera todas las noches en las que sus partidos
empezaban. Todas las noches que ella era alguien más, todas las noches que ella
agarraba a todo el mundo para molestar cuando tenía partido, y nunca venían a
verla. Escucho y recuerdo todas las cosas que hicieron nuestra amistad.
Recuerdo cuando ella necesitaba estar alrededor de mis padres, mi vida.
Recuerdo como ella sabía que necesitaba su sonrisa porque me hacía pensar que
un día triste también podía brillar. Nunca pensé como sería estar sin ella. —No
le dijiste nada sobre nico, ¿no? —ella dice no siendo realmente una pregunta.
Era más como una sorpresa. Sacudo mi cabeza. —Yo debería —ella dice—. Supongo
que eso hace que te sientas mejor, sabiendo eso. Hacer que pienses que tu ―Lo
siento --arregla
algo. Haciendo que pienses que eres mejor que yo. —No —digo—. No lo hace. Y no
soy mejor. Ella me miró de nuevo, por un largo tiempo, y luego sacudió la
cabeza. —No puedo hacerlo —ella dice—. No
puedo dejarte entrar de nuevo. gaston era… era una cosa. Él es solo un
muchacho. Pero tú. rocio, tú eras mi mejor amiga. Tú eras la persona que
siempre estaba—la que siempre yo sabía estaría allí.
No seas estúpida. Me
necesitas. —Todavía estoy aquí —digo—, yo
solo—eugenia, ¿no podemos ser amigas como realmente somos? ¿No puedo ser quien
soy, no puedo ser solo yo? —Espera. ¿Realmente estás diciendo eso? ¿No
puedo ser quién soy? Te refieres a, ¿puedo ser amiga de una mentirosa?,
¿Verdad? ¿Es eso lo que estás preguntando? Trago. La miro. Yo había mentido.
Había hecho cosas estúpidas. Cosas horribles. No soy perfecta. Pero nadie lo
es. Ni siquiera ella. —Sí
—digo—. Eso es lo que estoy preguntando —y ella se ruboriza, mirando detrás de
mí. Ella sabía lo que yo decía. Ella sabe, ella ha cometido errores en su alma
también, y yo la había visto empujar todo eso junto, la había observado convertirse
en la eugenia que yo pensaba pertenecía al mundo externo pero no a mí. La había
visto convertirse en la eugenia que mira con simplicidad a todo. Quién mira
como si nada y nadie pusiera alguna vez sorprenderla, alguna vez enojarla.
Alguna vez realmente tocarla. Y entonces ella cierra la puerta. Sin palabras de
despedida, sin un adiós, solo su cara, conocida o no, desvaneciéndose. No
espero a ver si ella vuelve. La conozco—lo hago—y no lo haría. Ella estaría
caminando lejos y no se permitiría a ella misma mirar hacia atrás. Sé que nunca
lo haría. Conduzco hacia casa, pensando sobre lo que pasó. Sobre lo desdichada
que soy, pero no como lo era la desdichada eugenia que yo había esperado ver.
Nuestra amistad era real, pero estaba construida en mi necesidad de ella, en mí
creyendo que ella me hacía alguien, y no puedo ser esa chica nunca más. No
quiero ser esa chica nunca más. No debería haberle mentido. Debería haberle
dicho como me sentía. Debería haber dicho Me gusta gaston esa primera noche, en
la fiesta después de que la escuela empezó. Debería haber creído en lo que
creía. En mi misma. Entré en el camino a mi casa. El auto de gaston está
todavía aquí. Lo veo sentado en el porche, hablando con mi padre. Al salir del
auto, mi padre saluda, y gaston sonríe.
Todas
las cosas que había pensado acerca del amor son reales. Es hermoso y terrible y
no hace las cosas perfectas. Termina cosas, y trae nuevos comienzos. Esto es
mío.
adaptacion

muy raro el final pero me encantooo aun k no entiendo a euge eya tambien engaño a nico pero bueno pero bueba novelaaa
ResponderEliminarAl final... El orgullo gano, es triste.
ResponderEliminarY ame esta Nove.. después de QP Esta fue mi favorita... Me enseño un montón.
Y todo esta bien porque Ro salio de su burbuja y comenzó a vivir... Y I LOVE Gas...
Monii grosa adaptación... Besos!!
en algun momento rocio tenia q cantarles las cuarenta a eugenia y yo pense q venia para largo y tendido y rocio se quedo corta en el enfrentamiento :S ... pero por lo menos entendio q esa amistad no era taaaaan amistad sino q la otra la usaba, "la necesitaba", y me gusto q se diera cuenta de eso y cortara por lo sano porque eso supera a cualquier supuesta traicion y/o metida de cuernos q la otra le reclamaba
ResponderEliminarBesotes!!!!