lunes, 3 de septiembre de 2012

El hijo del Magnate Capítulo 33


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 Cap 33
Gastón la besó con toda la pasión de la que era capaz. Rocío llevó las manos a su cabello y soltó un gemido de satisfacción. Nunca se cansaba de sus besos. Lo necesitaba tanto como respirar. La intensidad de sus labios y de su lengua era devastadoramente erótica.
Gastón introdujo una mano bajo el albornoz y la cerró sobre uno de los senos de Rocío. Después, le acarició el pezón y la besó nuevamente. Rocío sintió un placer intenso, profundo, que la empujó a abrazarse a él con más fuerza.
El sonido de un teléfono móvil rompió el hechizo. Rocío se apartó inmediatamente de Gastón y se cerró el albornoz. El contestó la llamada. Cuando terminó de hablar, Rocío preguntó:
— ¿Qué ha pasado con la reunión que tenías esta noche?
—El director de un periódico sensacionalista de Londres me ha enviado esas fotografías. Es obvio que quería que te las arrojara a la cara, suspendiera la boda y le diera un buen escándalo para publicarlo —contestó él—. Naturalmente, he suspendido la reunión y he venido a verte.
Rocío se sentía frustrada. Su cuerpo era un remolino de sensaciones irrefrenables. Lo deseaba tanto, que casi le dolía.
En cuanto a Gastón le pasaba lo mismo que a Rocío. Pero nunca había seducido a una mujer por la fuerza y no iba a empezar entonces. Si Rocío no quería tenerle cerca, así sería.
—Supongo que quieres que me marche —murmuró.
Rocío lo miró a los ojos. No quería que se marchara; quería que se quedara con ella para siempre. Además, el deseo de Gastón hacía que se sintiera especial, única. Jamás habría imaginado que podía gustarle tanto a un hombre acostumbrado al favor de las mujeres más bellas del mundo.
—¿Rocío?
—¿Sí?
Gastón se acercó y le acarició el cuello otra vez.
—Mañana a estas horas serás mía. Sólo faltan veinticuatro horas más, Rocío... Estoy deseando que llegue ese momento.
Gastón se marchó, pero Rocío permaneció donde estaba, inmóvil, sin fuerza para reaccionar.
Al cabo de unos minutos, se metió en la cama e intentó conciliar el sueño.
No lo consiguió. Por alguna razón, su mente se empeñaba en recordarle sus caricias una y otra vez; en invocar la imagen de la mano de Gastón en su cuerpo.

3 comentarios:

  1. vaya me encanto, espero el proximo capitulo

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  2. me encanto...
    Maldito celular porque interrumpis ese hermoso momento!!

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  3. AJHSJAHGSJFAHS, son lo mejor que existe. Me encanto el capitulo, como estan estos dos, mepa que andaban calenchus jajajaja.

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