Diecinueve
— ¿Rochi? —dijo Peter,
tocando la puerta—. La va a hacer algunas diligencias, quiere que lo sepas en
caso de que quieras ir con ella.
Gaston no había
apartado sus ojos de los míos. — ¿Pajarita?
—Sí —Llamé a Peter—.
Tengo algunas cosas que necesito comprar.
—Bien, ella estará
lista para irse cuando tú lo estés —dijo Peter, sus pasos desaparecieron por el
pasillo.
— ¿Pajarita?
Tiré un par de cosas
del armario y las coloqué a su lado.
— ¿Podemos hablar de
esto más tarde? Tengo que hacer muchas cosas hoy.
—Seguro —dijo con
una sonrisa artificial.
Fue un alivio cuando
llegué al baño, apresuradamente cerré la puerta detrás de mí. Tenía dos semanas
en el apartamento, y no había manera de que pudiera posponer la conversación
por tanto tiempo. La parte lógica de mi cerebro insiste en que Pablo era mi tipo:
atractivo, inteligente e interesado en mí. ¿Por qué me molestaba con Gaston por
algo que yo nunca entendería?
Cualquiera que sea
la razón, esto nos está volviendo locos a ambos. Estaba dividida por dos
personas diferentes; La persona dócil y educada que era con Pablo, y la persona
furiosa, confundida y frustrada que me volvía cerca de Gaston. Toda la escuela
había sido testigo de cómo Gaston era impredecible, por no decir que volátil.
Me vestí
rápidamente, dejando a Gaston y Peter para irme al centro comercial con Lali.
Ella reía por su aventura sexual con Peter, y yo escuchaba asintiendo con la
cabeza en las partes correctas. Era difícil concentrarme en el tema en cuestión
con los diamantes de mi pulsera creando pequeños puntos de luz en el techo del auto,
recordándome la elección que tenía que hacer frente. Gaston quería una
respuesta, y yo no tenía una.
—Está bien, Rochi.
¿Qué está pasando? Has estado muy callada.
—Está cosa con
Gaston… es un desastre.
— ¿Por qué? —dijo
ella, sus lentes de sol se levantaron cuando ella frunció su nariz.
—Él me ha preguntado qué vamos a hacer.
— ¿Qué vas a hacer tu?
¿Estás saliendo con Pablo o qué?
—Me gusta, pero sólo
ha sido una semana. No es serio o algo.
—Tienes sentimientos
por Gaston, ¿O no?
Negué con mi cabeza.
—No sé lo que siento por él. Sólo no veo lo que está sucediendo, La. Él es una
cosa demasiada mala.
—Ninguno de los dos
va a salir y admitir que ese es el problema. Están tan asustados de lo que
podría ocurrir que estás luchando con dientes y uñas. Sé que es un hecho que si
miras a Gaston a los ojos y le dices que lo quieres, él nunca mirara a otra
chica nuevamente.
— ¿Sabes que es un
hecho?
—Sí. Tengo un chivo
espiratorio, ¿recuerdas?
Detuve mis pensamientos
por un momento. Gaston debió de haber estado hablando con Peter sobre mí, pero Peter
no tiene el coraje de írselo a decir a Lali. Él sabe que ella me lo diría, eso
me dejaba llegar a una conclusión: Lali los había escuchado. Quería preguntarle
qué fue lo que dijeron, pero lo pensé mejor.
—Esta situación me
romperá el corazón, seguro que ocurrirá —dije, negando con la cabeza—. No creo
que él sea capaz de ser fiel.
—Él no era capaz de
tener una amistad con una mujer, tampoco, pero ustedes dos han dejado en shock
a todos
Toqué mi pulsera y
suspiré. —No sé. No me importa cómo sean las cosas. Sólo podemos ser amigos.
Lali negó con la
cabeza. —Excepto que no son sólo amigos —suspiró—. ¿Sabes, qué? Esta
conversación terminó. Vamos a cortarte el cabello y maquillarte. Voy a
comprarte un nuevo conjunto de ropa por tu cumpleaños.
—Creo que eso es
exactamente lo que necesito —sonreí.
Después de horas de
manicura, pedicura, siendo peinada, encerada y maquillada, metí mis pies en mis
brillantes zapatillas amarillas y me vestí mi nuevo vestido gris.
—Ahora, ¡Esta es
la Rochi que conozco y amo! —rió ella, sacudiendo su cabeza hacia mi conjunto—.
Tienes que usar esto en la fiesta de mañana.
— ¿No era este el
plan desde el principio? —dije, sonriendo. Mi celular sonó en mi bolso, y lo
sostuve en mi oído—. ¿Hola?
— ¡Es la hora de la
cena! ¿A dónde demonios han ido ustedes dos? —dijo Gaston.
—Nuestras indulgencias eran mimarnos un poco. Tú y Pet sabían
cómo comer antes de que saliéramos del departamento. Estoy segura de que puedes
manejarlo.
—Bueno, no, joder.
Nos preocupamos por ustedes, ya sabes.
Mire a Lali y
sonreí. —Estamos bien.
—Dile que
regresaremos en poco tiempo. Tengo que detenerme a recoger unas notas de Pet
con Brasil, y entonces iremos a casa.
— ¿La has escuchado?
—pregunté.
—Sí. Nos vemos
luego, Pajarita.
Condujimos hacia
Brasil en silencio. Lali apagó el motor, mirando el edificio de apartamentos
adelante. Peter le pidió a Lali que recogiera unas notas, pero no tenía
sentido; estábamos justo a una calle del apartamento de Peter y Gaston.
— ¿Qué va mal, La?
—Brasil me da
escalofríos. La última vez que estuve aquí con Pet, él estuvo todo el tiempo
coqueteándome.
—Bueno, yo iré
contigo. Si él se atreve si quiera a guiñarte el ojo, voy a apuñalarlo en el
ojo con mis tacones nuevos, ¿De acuerdo?
Lali sonrió y me
abrazó. — ¡Gracias, Rochi!
Nos dirigimos a la
parte trasera del edificio, y Lali tomó una profunda respiración antes de tocar
la puerta. Esperamos, pero nadie abrió.
—Supongo que no está
aquí, ¿no? —pregunté.
—Está aquí —dijo,
irritada. Golpeó la puerta de madera con el costado de su puño y luego la
puerta se abrió.
— ¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
—gritó la multitud desde adentro.
El techo estaba
lleno con burbujas rosas y negras, cada centímetro estaba cubierto con globos
de helio, con largas cadenas plateadas colgadas hasta llegar a las caras de los
invitados. La multitud se separó, y Gaston se acercó a mí con una amplia
sonrisa, tocando cada lado de mi rostro y besando mi frente.
—Feliz cumpleaños, Pajarita.
—Es hasta mañana
—dije. Aún en shock, tratando de sonreírle a todo el mundo.
Gaston se encogió de
hombros. —Bueno, ya que podrías sospecharlo, decidimos hacer algunos cambios al
último minuto y sorprenderte. ¿Sorprendida?
— ¡Mucho! —dije
mientras Agustin me abrazaba.
— ¡Feliz cumpleaños, nena! —dijo Agustin, besando mis labios.
Lali me dio un
codazo. — ¡Qué bueno que tuviste que hacer algunas diligencias conmigo hoy, o
te hubieras presentado como una fodonga!
—Te ves grandiosa
—dijo Gaston, escaneando mi vestido.
Brasil me abrazó,
presionando su mejilla con la mía. —Y espero que sepas que Lali me dijo que
Brasil le daba escalofríos justo antes de llegar aquí.
Miré a Lali, y ella
rió. —Funcionó, ¿no?
Una vez que todos se
turnaron para abrazarme y desearme un feliz cumpleaños, me incliné hacia el
oído de Lali. — ¿Dónde está Pablo?
—Llegará más tarde
—susurró—. Peter no podía conseguir su teléfono para informarle que sería esta
tarde.
Brasil subió el
volumen de la música y todo el mundo grito. — ¡Ven aquí, Rochi! —dijo,
caminando hacia la cocina. Él alineó varios caballitos en el mostrador y sacó
una botella de tequila del bar—. Feliz cumpleaños de parte del equipo de
fútbol, pequeña —sonrió, llenando cada vaso de Petron—. Esta es la manera en
que nosotros hacemos los cumpleaños: Cumplirás diecinueve, tiene diecinueve
bebidas. Puedes beber todo o no terminarlo, pero mientras más bebas, más de
estos consigues —dijo, abanicándose con un puñado de billetes de veinte
dólares.
— ¡Oh, Dios mío!
—chillé.
— ¡Bebe todo, Pajarita!
—dijo Gaston.
Miré a Brasil,
sospechosamente. — ¿Tendré veinte por cada caballito que beba?
—Así es, peso
ligero. Por tu tamaño, diré que voy a perder sesenta dólares al final de la
noche.
—Reconsidéralo otra
vez, Brasil —dije, agarrando el primer vaso, dejándolo entre mis labios,
echando mi cabeza hacia atrás para vaciar el caballito y luego limpiar mi boca
con mi otra mano.
—¡Mierda! —exclamó
Gaston.
—Esto será realmente
un desperdicio, Brasil —dije, limpiando las esquinas de mi boca—. Prefiero
Cuervo, en vez de Petron.
La sonrisa de
arrogancia en el rostro de Brasil se desvaneció, y negó con su cabeza y se
encogió de hombros. —Acaba con esto, entonces. Tengo la billetera llena de
billetes de doce jugadores de fútbol que dicen que no puedes terminar diez.
Entrecerré mis ojos.
—Doble o nada, yo digo que puedo beber quince.
— ¡Wau! —gritó Peter—. ¡No podemos hospitalizarte el día de
tu cumpleaños, Rochi!
—Ella puede hacerlo
—dijo Lali, mirando a Brasil.
— ¿Cuarenta dólares
por cada trago? —dijo Brasil, pareciendo inseguro.
— ¿Tienes miedo?
—pregunté.
— ¡Diablos, no! Te
daré veinte por trago, y cuando llegues a quince, duplicaré el total.
—Así es como se
celebran los cumpleaños —dije, tomando otro vaso.
Una hora y tres
caballitos más tarde, estaba en la sala bailando con Gaston. La canción era una
balada rock, y Gaston cantaba la canción para mí mientras bailábamos. Él se
inclinó hacia mí al final del primer coro, y permití que mis brazos cayeran
detrás de mí. Él me sostuvo mientras me recargaba en él, y suspiré.
—No podré hacer esto
cuando haya terminado con todos esos tragos —reí.
— ¿Te he dicho que
te ves increíble esta noche?
Negué con la cabeza
y lo abracé, recargando mi cabeza en su hombro. Él apretó su agarré, y enterró
su cara en mi cuello, haciendo que olvidara sobre decisiones o brazaletes o mis
personalidades diferentes; Estaba exactamente donde quería estar.
Cuando la música
cambió a un ritmo más rápido, la puerta se abrió. —¡Pablo! —dije, corriendo a
abrazarlo—. ¡Llegaste! ADAPT jmcguire

en serio me encanta esta novela k lindo mis rubiossss pero no se x k as metido a pablo en el medio no m gusta para nada con lo lindo k estaban mis rubios bailando como se va corriendo abrazar a ese muy mal de verdad te lo digo siempre xfa kita a pabloooo besosss
ResponderEliminarNo me cae bien Rochi, solo piensa en lo que le conviene y no le hace caso a su corazon, y no le gusta Pablo, solo la atrae porque forrado en guita el loco, y nada, eso, fea la actitud de Rochi de jugar asi con Gaston.
ResponderEliminarquiero que se valla Pablo el pobre de Gaston esta sufriendo por amor los quiero ver juntos!
ResponderEliminarLa novela va perfecto hasta que aparece pablo y daña todo
ResponderEliminarmaaas gastochiiii
ResponderEliminarAfuera Pablo, queremos màs momentos con Gaston jajaja _Muy lindo cap.
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