— ¡Levántate, Rochi! —gritó Lali, sacudiéndome.
Toto lamió mi
mejilla. — ¡Estoy levantada! ¡Estoy levantada!
— ¡Tenemos clases en
media hora!
Salté de la cama.
—He estado durmiendo por… ¿Catorce horas? ¿Pero por qué?
— ¡Sólo date un
baño! ¡Si no estás lista en diez minutos, dejare tu trasero aquí!
— ¡No tengo tiempo
de darme un baño! —dije, cambiándome la ropa con la cual me dormí.
Gaston apoyó su
cabeza en su mano y rió. —Son ridículas. No es el fin del mundo si llegan tarde
a una clase.
—Lo es si eres Lali.
Ella no se pierde una clase y odia llegar tarde —dije, tirando una camisa sobre
mi cabeza, y metiéndome dentro de mis jeans.
—Deja que La se
adelante. Yo te llevaré.
Caminé con un pie,
mientras me ponía mis botas en el otro. —Mi bolsa está en su auto, Gas.
—Como sea —se
encogió de hombros—. Sólo no salgas herida por llegar a tiempo a una clase —Él
levantó a cafre, sosteniéndolo en su mano como un pequeño balón, siguiéndome en
el pasillo.
Lali corrió conmigo
hacia la puerta y entramos en el auto. —No puedo creer que él te haya regalado
ese perrito —dijo ella, mirando hacia atrás mientras salía del estacionamiento.
Gaston estaba de pie
frente al sol de la mañana, en calzoncillos y descalzo, con los brazos cruzados
por el frío. Él observaba a cafre oler el pasto en el patio como un padre
orgulloso.
—Nunca he tenido un
perro antes —dije—. Esto será interesante.
Lali miró a Gaston
antes de hacer avanzar su Honda. —Míralo —dijo, negando con su cabeza.
—Gaston Dalmau: Sr.
Mamá. cafre es adorable. Incluso tú te encariñarás con él.
—No puedes traerlo
contigo al dormitorio, lo sabes. No creo que Gaston haya pensado en eso.
—Gaston dijo que él
lo cuidara en el apartamento.
Ella arqueó una
ceja. —Claro que lo dijo. Gaston piensa en el futuro, tengo que darle crédito
por eso —dijo, negando con su cabeza mientras pisaba el acelerador.
Me tensé, pegándome
en mi asiento por la velocidad.
Una vez que la adrenalina se absorbió en mi sistema, la
pesadez de mi post-cumpleaños se apoderó de mi cuerpo. Lali me dio un codazo
cuando la clase terminó, y la seguí hacia la cafetería.
Peter se encontró
con nosotros en la puerta, y me di cuenta de inmediato que algo andaba mal.
—La —dijo Peter,
agarrándola del brazo.
Gaston corrió hacia
donde estábamos, y agarrándose de sus caderas, respiró profundamente hasta que
recuperó el aliento.
— ¿Hay una turba de
mujeres enfadadas que te persiguen? —Me burlé.
Él sacudió su
cabeza. —Estaba tratando de alcanzarte… antes de que… entraras —suspiró.
— ¿Qué está pasando?
—pregunto Lali a Peter.
—Hay un rumor
—comenzó Peter—. Todo el mundo está diciendo que Gaston llevo a Rochi a casa y…
los detalles son diferentes, pero es bastante malo.
— ¿Qué? ¿Hablas
en serio? —grité.
Lali rodó sus ojos.
— ¿A quién le importa, Rochi? La gente ha estado especulando sobre ti y Gas
desde semanas. No es la primera vez que alguien dice que ustedes duermen
juntos.
Gaston y Peter
intercambiaron miradas.
— ¿Qué? —dije—. Hay
algo más, ¿No?
Peter hizo una
mueca. —Están diciendo que te acostaste con Pablo en la casa de Brasil, y luego
te fuiste con Gaston… a casa, si sabes lo que estoy tratando de decir.
Mi boca cayó
abierta. — ¡Grandioso! ¿Así que soy la zorra de la escuela ahora?
Los ojos de Gaston
se oscurecieron y su mandíbula se tensó. —Esto es mi culpa. Si se tratara de
alguien más, ellos no estarían hablando de ti —Él entró a la cafetería con sus
manos hechas puño a los costados.
Lali y Peter lo
siguieron. —Espero que nadie sea tan estúpido como para decirle algo. —dijo Lali.
—O a ella. —agregó Peter.
Gaston se sentó a
unos asientos de distancia de mí,. Espere que él me mirara, queriéndole ofrecer
una sonrisa confortante. Gaston tenía una reputación, pero yo dejé que Pablo me
besara en el pasillo.
Peter me dio un
codazo mientras miraba a su primo. —Sólo se siente mal. Probablemente está
tratando de desviar el rumor.
—No tienes por qué sentarte allí, Gas. Vamos, siéntate aquí
—dije, palmeando el espacio vacío en frente de mí.
—Escuché que pasaste
un buen cumpleaños, Rochi —dijo uno, lanzando un trozo de lechuga al plato de
Gaston.
—No comiences con
ella—advirtió Gaston, ceñudo.
El otro sonrió,
empujando hacia arriba sus redondas y rosadas mejillas. —Escuché que Pablo está
furioso. Dijo que fue a su apartamento ayer, y tú y Gaston seguían en la cama.
—Ellos estaban
tomando una siesta, —se mofó Lali.
Mis ojos se lanzaron
hacia Gaston. — ¿Pablo fue a verme?
Él se movió incómodo
en su silla. —Te lo iba a decir.
— ¿Cuándo? —Espeté.
Lali se inclinó en
mi oído. —Pablo escuchó el rumor, y fue a confrontarte. Traté de detenerlo,
pero él caminó hacia el pasillo y… tuvo una idea totalmente equivocada.
Planté mis codos en
la mesa, cubriendo mi rostro con mis manos. —Esto se pone cada vez mejor.
—Entonces, ¿Ustedes
realmente no han entrado en acción? —Preguntó de nuevo el muchacho—. Maldición,
esto apesta. Pensé que Rochi era la adecuada para ti después de todo, Gas.
—Es mejor que te
detengas ahora, —advirtió Peter.
—Si tú no duermes
con ella, ¿Te importa si yo lo hago? —dijo, riéndose con sus compañeros de
equipo.
Mi cara ardió con la
vergüenza inicial, pero luego Lali gritó en mi oído, reaccionando en respuesta
a Gaston saltando de su asiento. Él llegó hasta la mesa, agarrandolo por la
garganta con una mano, y su otra mano hecha un puño en su camisa.
Una línea de
personas se acercó a la mesa, y docenas de sillas se arrastraron por el suelo
mientras las personas se levantaban para mirar. Gaston lo golpeó repetidamente
en el rostro, su codo echado hacia atrás en el aire antes de aterrizar cada
golpe. La única cosa que pudo hacer fue cubrir su cara son sus manos.
Nadie tocó a Gaston.
Él estaba fuera de control, y su reputación hacía que todos tuvieran miedo de
ponerse en su camino. Los jugadores de fútbol se agacharon y dieron un respingo
mientras veían a su compañero ser asaltado sin piedad sobre el suelo.
— ¡Gaston! —grité,
rodeando la mesa.
A medio golpe, Gaston retuvo su puño, y luego soltó la camisa
de Chris, haciéndolo caer al suelo. Él estaba jadeando cuando se dio la vuelta
para mirarme; Nunca lo había visto tan sobresaltado. Tragué duro y di un paso
hacia atrás mientras él pasaba a mi lado.
Di un paso para
seguirlo, pero Lali agarró mi brazo. Peter la besó rápidamente, y luego siguió
a su primo hacia la puerta.
—Jesús —susurró Lali.
Nos dimos la vuelta
para ver a los compañeros de equipo recogerlo del suelo, y me encogí ante su
cara roja e hinchada. La sangre brotaba de su nariz, y Brasil le entregó una
servilleta de la mesa.
— ¡Ese loco hijo de
puta! —gimió, sentándose en la silla y llevando su mano hacia su rostro. Me
miró, entonces—. Lo siento, Rochi. Estaba sólo bromeando.
No tenía palabras
para replicar. No podía explicar que había ocurrido.
—Ella no se ha
acostado con ninguno de ellos —dijo Lali.
—Nunca sabes cuándo
callarte, —dijo Brasil, disgustado.
Lali tiró de mi
brazo. —Vamos. Vámonos.
Ella no perdió
tiempo arrastrándome hacia su auto. Cuando ella encendió el motor, agarré su
muñeca. — ¡Espera! ¿A dónde vamos?
—Vamos al
apartamento de Pet. No quiero que él esté solo con Gaston. ¿Lo viste? ¡Él ha
pisado fondo!
— ¡Bueno, yo tampoco
quiero estar cerca de él!
Lali me miró con
incredulidad. —Obviamente, tenemos que hacer algo por él. ¿No quieres saber
cómo está?
—Mi sentido de
auto-preservación pesa más que mi curiosidad en este punto, La.
—Lo único que lo
detuvo fue tu voz, Rochi. Él te escuchará. Tienes que hablar con él.
Suspiré y solté su
muñeca, cayendo contra el respaldo de mi asiento. —Está bien. Vemos.
Nos detuvimos en el
estacionamiento, y Lali aparcó entre el auto de Peter y la motocicleta de
Gaston. Ella subió las escaleras, poniendo sus manos en sus caderas
dramáticamente.
— ¡Vamos, Rochi!
—gritó Lali, haciendo señas para que la siguiera.
Vacilante,
finalmente la seguí, deteniéndome cuando vi a Peter bajar apresurado las
escaleras para hablar en voz baja con Lali. Él me miró, negó con su cabeza, y
entonces susurró algo otra vez.
— ¿Qué? —pregunté.
—Pet no… —dijo ella
inquieta—. Pet, no creo que sea buena idea irnos. Gaston está bastante molesto.
—Quieres decir que
él no cree que yo debería entrar —dije.
Peter tocó mi
hombro. —No has hecho nada malo, Rochi. Él sólo no… él no quiere verte justo
ahora.
—Si yo no he hecho
nada mal, ¿Entonces porque no quiere verme?
—No estoy seguro; no
quiere hablarme sobre esto. Creo que esta avergonzado de perder el control frente
a ti.
— ¡Perdió el control
frente de toda la cafetería! ¿Que tengo yo qué hacer con esto?
—Más de lo que tú
crees —dijo Peter, esquivando mis ojos.
Lo observé por un
momento, y luego pasé entre ellos, subiendo corriendo las escaleras. A travesé
la puerta para encontrar una sala vacía. La puerta de la habitación de Gaston
vacía, así que toqué.
— ¿Gaston? Soy yo,
abre.
—Vete, Pajarita
—gritó del otro lado de la puerta.
Me asomé para verlo
sentado en el borde de la cama, frente a la ventana. Cafre pateaba su espalda,
no muy feliz de ser ignorado.
— ¿Qué pasa contigo,
Gas? —pregunté. Él no respondió, así que me pare a su lado, cruzando mis
brazos. Su quijada estaba tensa, pero no tenía esa expresión escalofriante que
había tenido en la cafetería. Parecía triste. Del tipo profundo, sin esperanza.
— ¿No vas a hablarme
sobre esto?
Esperé, pero
permaneció en silencio. Me di la vuelta hacia la puerta y él finalmente
suspiró. — ¿Recuerdas el otro día cuando Brasil se metió conmigo y tu saliste
en mi defensa? Bueno… eso es lo que ocurrió. Sólo que me dejé llevar un poco.
—Estabas enojado
antes de que ese dijera algo —dije, volviéndome para sentarme a su lado en la
cama.
Él continuó mirando
por la ventana. —Quise decir lo que dije antes. Deberías irte, Pajarita. Dios
sabe que yo no puedo apartarme de ti.
Toqué su brazo. —Tú
no quieres que me vaya.
La mandíbula de
Gaston se tensó de nuevo, y luego me envolvió con su brazo. Se detuvo por un
momento, y luego besó mi frente, presionando su mejilla contra mi sien. —No
importa cuán fuerte lo intente. Vas a odiarme cuando todo esté dicho y hecho.
Envolví mis brazos alrededor de él. —Somos amigos. No acepto
un no por respuesta —cité.
Sus cejas se
arquearon, y entonces me abrazó con ambos brazos, sin dejar de mirar por la
ventana. —Te observó dormir un montón. Siempre pareces tan tranquila. No tengo
ese tipo de tranquilidad. Tengo toda esta ira y rabia dentro de mí… excepto
cuando te observo dormir.
—Eso fue lo que
estaba haciendo cuando Pablo entro —continuó—. Yo estaba despierto, y él entró,
y sólo estuvo de pie allí, con su mirada de shock en el rostro. Sabía lo que él
pensaba, pero no quise aclararlo. No quise explicárselo porque quería que
él creyera que algo ocurrió. Ahora toda la escuela cree que tú estuviste con
ambos en la misma noche.
cafre hizo su camino
hacia mi regazo, y froté sus orejas.
Gaston alargó su
mano para acariciarlo una vez, y luego puso su mano sobre la mía. —Lo siento.
Me encogí de
hombros. —Si él creyó ese rumor, esa es su culpa.
—Es difícil creer
algo más cuando nos ve juntos en la cama.
—Él sabe que estoy
quedándome contigo. Yo estaba completamente vestida, por el amor de Cristo.
Gaston suspiró.
—Probablemente estaba demasiado molesto como para darme cuenta. Sé que le
gustas, Pajarita. Debería habérselo explicado. Te debo mucho.
—No importa.
— ¿No estás enojada?
—preguntó, sorprendido.
— ¿Es eso lo que te
tiene tan molesto? ¿Pensaste que me enojaría contigo cuando me dijeras la
verdad?
—Deberías estarlo.
Si me estuvieran hundiendo por la mala reputación del alguien, yo estaría un
poco encabronado.
—A ti no te importa
el qué dirán. ¿Qué pasó con el Gaston que le importa una mierda lo que los
demás piensen? —me burlé, dándole un codazo.
—Eso fue antes de
ver la expresión en tu cara cuando escuchaste lo que todo el mundo estaba
diciendo. No quiero que salgas lastimada por mi culpa.
—Tú nunca harías
algo para lastimarme.
—Preferiría cortarme
el brazo —suspiró.
Él se relajó
apoyando su mejilla contra mi cabello. Yo no tenía una réplica, y Gaston
parecía haber dicho todo lo que necesitaba decir, así que nos sentamos en
silencio. De vez en cuando, Gaston me apretaba con más fuera a
su lado. Me aferré a su camisa, sin saber cómo hacerlo sentir
mejor que permitirle abrazarme.
Cuando el sol
comenzó a subir, escuché un leve golpe en la puerta. — ¿Rochi? —la voz de Lali
sonó débil del otro lado de la madera.
—Entra, La
—respondió Gaston.
Lali entró con Peter,
y sonrió al vernos, enredados en los brazos del otro. —Vamos por un poco de comida.
¿Tienen ganas de hacer una carrera?
—Agh. ¿Comida
asiática nuevamente, La? ¿De verdad? —preguntó Gaston.
Sonreí. Él sonó más
como a sí mismo.
Lali lo notó,
también. —Sí, de verdad. ¿Vienen o no?
—Me muero de hambre
—dije.
—Claro que lo estás,
no llegaste a almorzar —dijo, frunciendo el ceño. Se levantó, llevándome con
él—. Vamos. Déjame conseguir algo de comida para ti.
Él mantuvo su brazo
alrededor de mí, y no me soltó hasta que estuvimos dentro del lugar.
Tan pronto como
Gaston fue al baño, Lali se inclinó hacia mí. — ¿Y? ¿Qué te dijo?
—Nada —me encogí de
hombros.
Ella arqueó una
ceja. —Estuviste en su habitación por dos horas. ¿Él no te dijo nada?
—Por lo general no
lo hace cuando está molesto —dijo Peter.
—Tuvo que haber
dicho algo —presionó Lali.
—Dijo que estaba un
poco molesto por los rumores sobre mí, y que no le dijo a Pablo la verdad
cuando él entró. Eso es todo —dije, jugando con la sal y la pimienta.
Peter negó con su
cabeza, cerrando sus ojos.
— ¿Qué, bebé?
—preguntó Lali, enderezándose.
—Gaston es —suspiró,
rodando sus ojos—, Olvídalo.
Lali tenía una
expresión testaruda. —Oh, diablos, no, tú no puedes… —Ella se interrumpió
cuando Gaston se sentó y puso su brazo detrás de mí.
— ¡Maldita sea! ¿La
comida no está aun?
Reímos y bromeamos
hasta que el restaurant cerró, y luego entramos en el auto para regresar a
casa. Peter cargó a Lali sobre su espalda para
subir las escaleras, pero Gaston se quedó atrás, tirando de
mi brazo antes de seguirlos. Levanté la mirada hacia nuestros amigos, hasta que
ellos desaparecieron tras la puerta, y entonces me ofreció una sonrisa triste.
—Te debo una disculpa por lo de hoy, lo siento mucho.
—Ya te has
disculpado. Está bien.
—No, me disculpé por
Pablo. No quiero que pienses que soy un psicópata que va por ahí atacando a las
personas por la más mínima cosa —dijo—. Pero te debo una disculpa porque no te
defendí por la razón correcta.
—Y eso sería…
—incité.
—Me abalancé sobre
él porque dijo que él quería ser el siguiente en la fila, no porque él bromeara
contigo.
—Insinuar que hay
una fila para acostarse conmigo es razón suficiente para defenderme, Gas.
—Ese es mi punto.
Estaba enojado porque lo tomé como si él quisiera dormir contigo.
Después de procesar
lo que Gaston quería decir, agarré los costados de su camisa y presioné mi
frente contra su pecho.
— ¿Sabes qué? No me
importa —dije, levantando la mirada hacia él—. No me importa lo que la gente
está diciendo, o si pierdes el control, o porque golpeaste a ese en el rostro.
La última cosa que quiero es tener una mala reputación, pero estoy cansada de
explicar nuestra amistad a todos. Al diablo con ellos.
La mirada de Gaston
se tornó suave, y las comisuras de sus labios se curvaron. — ¿Nuestra amistad?
A veces me preguntó si me escuchas por completo.
— ¿Qué quieres
decir?
—Entremos. Estoy
cansado.
Asentí, y él me
abrazó contra su costado hasta que nos encontramos dentro del apartamento. Lali
y Peter ya estaban encerrados en su dormitorio, y me deslicé dentro y fuera del
baño. Gaston estaba sentado con cafre afuera mientras me vestía con mi pijama,
y después de media hora, ambos estábamos en la cama.
Recosté mi cabeza en
mi brazo, dejando salir un largo suspiro, relajándome. —Sólo dos semanas menos.
¿Vas a hacer un drama cuando me mude de regreso?
—No lo sé —dijo.
Pude ver su gesto atormentado, incluso en la oscuridad.
—Oye —toqué su
brazo—. Estaba bromeando.
Lo observé durante un largo rato, respirando, parpadeando, y
tratando de relajarse. Él se movió un poco y luego me miró. — ¿Confías en mí, Pajarita?
—Sí, ¿Por qué?
—Ven aquí —dijo,
tirando de mí contra él. Me puse rígida por un segundo o dos antes de recostar
mi cabeza en su pecho.
Lo que sea que
estaba pasando con él, me necesitaba cerca, y no podría hacer objetado algo
incluso si hubiera querido. Se sentía bien estar acostada a su lado. adap Jmacguire

Que bonito, queiro ya beso porfa jajajja
ResponderEliminarSiguienteeeeeeeee!!!!!!
quiero que Gas le confiese que la ama y que se pongan de novios!
ResponderEliminarMe encanta la nove
Rochi es media tonta o se hace? Amistad dice, se parecen a unos que conozco yo, ah que. Gaston esta hasta las manos con ella, y mepa que se esta haciendo a la que no entiende nada. Yo que Gaston le digo, oh, me quedo con la intriga, que tonta que sos Rochi, y Pablo desaparece, quiero ver que va a pasar, quiero el beso, quiero todo, ah no pedia nada. No la dejes ahi por favorrrrrrrrrrr.
ResponderEliminarquieroo besoo gastochiiiiiiiiii
ResponderEliminarmaaaaaaaaaaaas
@RochiMyWorld_
Por dioooos, que capituloo..! Necesito un beso ya.. !Gaston es muy obvio y ella no se da cuenta, por diooos.. Me matan te juro.. Quiero y necesito el beso ya :)
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