Amigos Desconocidos "Epilogo"

Y para celebrar el día Gastochi, acá esta el útimo adios de Amigos Desconocidos espero que le gusten y no pierdan  mi próxima adaptación Mi nombre el Liberty,Gracias por acompañarme en esta historia, sin más el epilogo

EPILOGO

Lali entró en la luminosa habitación, de grandes ventanales, con una intrincada bandeja de plata, en la que llevaba tres finas copas y una botella de champán. Se encontró con Rochi y Candela, absortas aún ante la imagen que reflejaba el espejo ante ellas.

Rochi suspiró ansiosa y alisó su vestido por decimoquinta vez ese minuto.

- ¡Cande recuérdame porqué hacíamos esto! –rogó Rochi con mirada suplicante, ante el espejo.

Su amiga también suspiró hasta quedarse sin aire, para inhalar profundamente, intentando darse fuerzas.

- Se supone que los amamos –respondió a su petición la chica.

- ¡Oh, sí! –asintió Rochi como si asimilase las palabras.

- ¡Y ellos a nosotras! –añadió Candela mirándola a través del espejo. 

- ¡Oh, sí! –aceptó de nuevo la rubia.

- Pero... -arrugó su vestido entre sus puños y sollozo asustada- ¡Siguen pareciéndome pocos argumentos! –exclamó Candela como fin a un diálogo que habían repetido demasiadas veces esa mañana.

- Yo tengo dos más –les hizo saber Lali, llenando las copas del burbujeante elixir y repartiéndolas.

Rochi y Candela se giraron para encontrarse con la más reciente de sus amigas y aceptar el licor. Lali se había convertido en ese año en parte de la familia. Las tres chicas habían compartido días de compras, confesiones y risas. Habían creado una bonita amistad, pese a que la coqueta petiza no se dejaba engañar y aceptaba el vínculo tan especial que existía entre ellas dos.

Las ceñudas chicas bebieron de un trago su copa y esperaron expectantes su respuesta.

- Primero, los atámos legalmente a nosotras –afirmó viendo el interés en el rostro de Rochi- Y segundo –se interrumpió para regalarles una sonrisa malévola- si no divorciámos lo dejamos  en calzoncillos.

Rochi y Candela se miraron y encogieron de hombros ante los argumentos para no huir de su inminente boda.

- ¡A mi me vale! –aseguró Rochi con una sonrisa pícara.

- Con la de millones que tiene Victorio en el banco, a mí también – bromeó Candela haciendo estallar en risas a las tres.

Las novias se relajaron y volvieron a su sitio frente al espejo. Candela llevaba un sencillo vestido de manga corta y hombros descubiertos, de fina pedrería. Rochi había optado por una seda blanca resplandeciente que se ceñía desde su pecho hasta el comienzo de sus caderas, dejando al descubierto sus hombros y unas delicadas mangas de encaje. Mientras que el moreno cabellos de Candela estaba recogido y adornado con pequeñas flores blancas, el de Rochi caía en cascada sobre su espalda en un semirecogido oculto por el velo.

Todo un año había conseguido posponer la boda Candela. Y aunque prácticamente vivía como una mujer casada, el miedo no desaparecía. Pero Victorio le había demostrado tanto amor que ya no podía dudar de él.

Llamaron a la puerta y las tres chicas se sobresaltaron. Se giraron para ver asomar lentamente el sonriente rostro de Gaston.

Unos meses antes Rochi había bromeado con que el único modo de hacer que sus amigos se casasen era acompañarlos en la boda. Al día siguiente Gaston estaba de rodillas, en su parque con un diamante entre las manos, pidiéndole compartir el resto de sus vidas. Ella no había dudado en aceptar. Gaston se había desvivido en recuperar su confianza y hacerla sentir segura y querida. Mientras que Rochi había conseguido eliminar sus desinhibiciones y declarado su amor cada día con tanto entusiasmo que aún le hacía emocionarse al escucharla.

- ¿Puedo hablar con mi novia un minuto? –preguntó Gaston con una sonrisa tierna.

- ¿No sabes que ver a la novia antes de la boda da mala suerte? –protestó Lali colocándose frente a él.

- ¿Tú crees en esas cosas? –se extrañó el chico, mirándola ceñudo.

- No, pero en las películas siempre lo dicen y me pareció un bonito cliché –explicó la joven caminando junto a él para salir del cuarto.

- Nunca pensé que diría esto –afirmó Candela con un exagerado suspiro- pero esa mujer está más loca que Ro.

- ¿Qué? –protestó Rochi fingiendo estar ofendida- ¡Obvio que yo lo estoy más! –bromeó la chica haciendo reír al resto.

- ¡Claro que sí, mi amor! –afirmó Gaston acercándose para abrazarla- Que nadie te quite el puesto nunca.

Candela sonrió a la pareja entrelazada y salió de la habitación. Gaston observó cada detalle del suave maquillaje, los dorados tirabuzones y el precioso vestido de su novia. Estaba espectacular, y quería memorizar cada detalle en ella.

- ¿Qué haces aquí, en lugar de junto a Victorio muerto de los nervios, como cualquier novio? –preguntó ella curiosa y juguetona.

- Pensé que en un momento como este necesitarías tener a tu lado a tu mejor amigo –explicó Gaston con el rostro iluminado por el amor.

Rochi sonrió de felicidad y lo besó con ternura. Sí, era exactamente lo que necesitaba ¡A él a su lado, para siempre!

- Me has hecho el hombre más feliz del mundo ¡Nada podría cambiarlo! –aseguró Gaston extasiado.

Rochi se alejó de él nerviosa y se miró de nuevo al espejo para alisarse el vestido una y otra vez.

- Puedo asegurarte que todo puede cambiar muy rápido –afirmó la chica, ansiosa.

- ¿Vuelves a tener dudas? –preguntó extrañado, rogando interiormente para que no fuese así.

- ¡No! – negó efusivamente ella- Es que como soy una chica muy solidaria –bromeó ella con una sonrisa nerviosa- no puedo permitir que Luca juegue solo –aclaró acariciándose el vientre, esta vez sin disimular alisarse el vestido.

- Voy... a ser... ¿papá?

Rochi asintió lentamente y el rostro sorprendido de Gaston se transformó en pura felicidad. La abrazó por la cintura, la subió por los aires y comenzó a dar vueltas con ella a salvo entre sus brazos y riendo sin parar.

De mejores amigos a AMIGOS DESCONOCIDOS a ¡AMOR REAL!