Amor en Desencuentro... Capitulo 9

Gastón lentamente retrocedió antes que la prueba física de su deseo le dificultara más el camino de regreso.

    El caballo tras el relincho y Gas se acerco a él para calmarlo antes que Rocío se diera cuenta de su presencia cuando un cuchillo brillo ante él para afincarse en su garganta.

Gastón se paralizo y medito en sus opciones. Era consciente del cuchillo que se cernía a su garganta, un leve movimiento podía costarle la cabeza.

Luego fue consciente de los delgados brazos y unos senos mojados que se apretaban contra su espalda.

Se mordió el labio, justo lo que necesitaba.

-       Eres un bastardo – la voz melodiosa de Rocío lo hizo sonreír – Nunca te enseñaron que espiar doncellas desnudas mientras se bañan está mal!!??

Gastón cerró los ojos antes esa imagen.    

-       Técnicamente desnuda no estás – dijo con voz grave y el cuchillo se hundió más en su piel.

-       Técnicamente si yo hundo más el cuchillo mueres. -  Gastón rió ante eso -

-       Rocío suéltame – pidió con voz suave.

-       Porque debería?? Me estabas espiando!!

-       No – se apresuro a corregir el hombre. – Vine a ver el rio, nada más, ya me iba.

Rocío permaneció en silencio pero aflojo un poco el cuchillo. Gas tomo su muñeca y ella lo soltó del todo.

-       No vuelvas a hacer eso si valoran en algo tu vida – Gastón masajeo su cuello.

-       Vale, lo entendí-

Gastón maldijo por lo bajo cuando la miro. Justo de eso huía momento antes.

De una Rocío hermosa, seductora y sobre todo peligrosa parada frente a él con nada más que encaje.

Unas piernas muy bien torneadas, unas lindas curvas en sus caderas que invitaban al pecado. Una cintura pequeña terriblemente aguda y peligrosa y unos exuberantes y bien formados senos que el encaje apenas cubría. Sin contar con el bonito y redondo trasero que él había tenido ocasión de ver.

Por todo eso y más las palabras salieron un poco más bruscas de lo que pretendía cuando hablo.      

-       Y que se supone que haces aquí de todos modos??

Vio a Rocío entrecerrar los ojos.

-       Mira niño bonito – dio un paso hacía él apuntándolo con el dedo – Este rio es tierra de nadie y lo que hago aquí no es tu problema.

Se giro para irse y Gastón suspirando camino hasta ella para tomarla por el brazo.

-       Espera! Disculpa, yo no debí – Rocío jalo de su brazo para soltarse pero Gastón se negó a hacerlo haciendo que ambos trastabillaran y cayeran al rio.

Al salir a la superficie Rocío fulmino a Gastón con la mirada y chapoteo furiosa.

-       Gracias por intentar ahogarme buen caballero. 

-       No intentaba, si solo – Gastón suspiro resignado – Disculpa.

-       No hago nada con tus disculpas – lo ataco ella.

-       Tendrá cara soy yo el que debe estar molesto, estoy empapado.

-       Y eso es culpa de quien?? – pregunto Rocío sarcásticamente cruzándose de brazos. – Si me hubieras soltado.

-       Si hubieras aceptado mis disculpas.

-       Ahora la culpa la tengo yo?? Eres un cara dura.

-       Yo soy el caradura – pregunto Gastón sacado – serás necia.

-       Yo necia???

-       Si, usted.

-       Ah, pero mira quien lo dice, el que me espía y luego me tira al rio.

-       Ya le dije que no era mi intención espiarla y – la miro molesto- Fue usted la que intento matarme y luego nos tiro al rio.

-       Yo no – intento defenderse Rocío y Gastón se acerco a ella tomándola de la cintura.

-       Usted no??

Rocío no podía pensar, Gastón la miraba con eso hechizantes ojos verdes y esos  sensuales labios tan cerca de los suyos. Se supone que debía responder algo mordaz y frio pero en su mente solo quería gritar que la besara.

Los jeans mojados de Gastón rosaban sus desnudad piernas y un escalofrió la atravesó. Eso era ¿Deseo?

-       Yo solo intentaba defenderme – Dijo al final bajando la mirada.

Gastón la estudio.

-       Lo sé y la admiro, tiene agallas señoritas. – Rocío alzo la vista sorprendida ante eso y las ganas de besarlo se intensificaron.

-       Tengo más que agallas – respondió zafándose para tener distancia entre ellos cada vez más molesta por cómo reaccionaba ante él. – Y como vuelva a tocarme juro rajarle la garganta enserio.

Gastón la miro alejarse y riendo le grito.

-       Lo sé señorita – Rocío lo fulmino con la mirada antes de perderse de vista – Lo sé – añadió en un susurro para sí.