sábado, 3 de noviembre de 2012

Antes y Despues de Odiarte capitulo 33


No encendió ninguna luz. Rocio entró en casa y dejó que la costumbre la condujera hasta su habitación. Sin ánimos ni para quitarse el abrigo, soltó el bolso y se dejó caer de bruces sobre la cama. Hundió el rostro en el edredón y sollozó desconsolada.
¿Cómo había podido ser tan estúpida? Había visto amor en sus ojos, sí, ¿pero acaso no sabía ya que él la amaba? Debería haber estado preparada para eso, pero su mirada, apasionada y confundida mientras se acercaba con la indecisa intención de besarla, le hizo creer que un nuevo comienzo era posible. ¡Estúpida, estúpida, estúpida! Él era su pasado. Siempre sería su pasado.
La llamada a la puerta la sobresaltó. Se giró boca arriba mirando al techo donde se reflejaba la luz que llegaba desde las farolas a través de la ventana. Esta noche no estaba en condiciones de soportar los consejos y las advertencias de Pablo. Tampoco su charla amistosa que siempre la ponía de buen humor.
Pero el timbre volvió a sonar con insistencia. Resignada, se levantó y se quitó los guantes y el abrigo. Se secó las lágrimas con las manos y se frotó las mejillas. Según se dirigía a la entrada encendió la luz del pasillo.
El corazón se le detuvo un instante cuando lo vio en la penumbra del rellano. Chorreaba agua como si hubiera permanecido horas bajo el diluvio. Ella se quedó inmóvil, con la mano en la manilla de la puerta, tratando de apreciar su semblante en la oscuridad.
Gaston inspiró con energía a pesar de que sus fuerzas hacía mucho que le habían abandonado. Dudó, pero no por él. Él se había torturado hasta tomar la decisión de aceptar las consecuencias sin importarle cuáles fueran. Dudó por ella, por su respuesta. Temió que apenas escuchara lo que pensaba decirle le pidiera que se fuera.
Atrapó aire de nuevo y lo expulsó con lentitud, como si dejarlo marchar doliera.
Te deseo confesó al fin, con voz rota. Llevo más de cuatro años deseándote... Cuatro años soñando con abrazarte, con besarte... Contrajo las manos en el interior de los empapados bolsillos. Cuatro años anhelando sentir el calor de tus brazos alrededor de mi cuerpo... el roce de tus labios... Avanzó un paso que le sacó de las sombras. Su descarnado deseo llameaba en sus ojos verdes. Cuatro años muriéndome de necesidad de entrar en ti... esperando entrar en ti para volver a sentirme vivo.
Las piernas de Rocio flaquearon y se aferró con fuerza al tirador metálico. No podía creer que el hombre de su vida, el hombre que tenía razones para guardarle resentimiento eterno, le estuviera confesando que la había echado de menos, que la necesitaba.
—¿Cuánto... tiempo más vas a esperar? musitó sofocada y anhelante.
Él expandió el pecho y se llenó los pulmones de oxígeno. Con un suspiro más animal que humano lo exhaló al tiempo que se abalanzaba sobre ella despojándose de la cazadora. Devoró con avidez su boca, y sus manos se deslizaron por sus caderas buscando las redondeadas y firmes nalgas. Toda su contención estalló a un tiempo. Su necesidad física y su hambre de espíritu se fundieron hasta que no pudo discernir cuál de los dos buscaba satisfacción con más urgencia.
La llevó consigo hasta encontrar el apoyo de la pared. Ella gimió al sentir el impacto en su espalda... como aquella primera vez. Pero en esta ocasión no existía la prisa y la emoción por descubrirse. Esta vez la celeridad de Gaston era ansiosa, desesperada. Sus besos apenas si la dejaban respirar y sus caricias eran rápidas, precisas y efectivas. No había atenciones ni palabras amorosas. No había seducción. Todo era como una enloquecedora carrera con la que saciar con precipitación años de dolorosa carencia.
No supo cuándo le desabrochó los pantalones. Reparó en ello cuando él se apartó para deslizárselos de un tirón. Después la alzó, sujetándola por las nalgas, y le incitó a que le rodeara con sus piernas las caderas, también desnudas.
Lo hizo con firmeza, dispuesta a entregarse. Su mente se anticipó al placer y su garganta emitió un ronco e involuntario gemido.
Espera susurró él sin aliento. Espera. Quiero sentir tu piel en la mía.
Jadeó ahogado al tiempo que le soltaba los botones de la blusa. Ella le sacó el jersey por la cabeza y se quedó mirando sus ojos. ardía con la misma fiebre del pasado. Dejó de verlos cuando él la penetró y el gozo le hizo cerrar los suyos.
Di que me amas suplicó Gaston entre jadeos. Dilo como si fuera verdad.
Te amo gimió mientras él la embestía con fiereza. Te amo, te amo, te amo.
Gaston atrapó de nuevo su boca, y Rocio no supo si para acallarla o porque necesitaba besarla mientras entraba en ella y se apoderaba de todo su ser; el ser que nunca dejó de pertenecerle.
La dejó respirar para gritar como un animal herido cuando sintió que a ella le llegaba el orgasmo y él dejó de retener el suyo.
No la soltó. Resolló junto a su boca mientras recuperaba el aliento. Ella estrechó el encierro formado por sus piernas para no perder el contacto con su cuerpo y le acarició la cabeza, todavía empapada de lluvia. Le sintió estremecerse y recordó que había dicho que necesitaba sus abrazos. Suspiró, fatigada aún, y le estrechó con fuerza contra su pecho. Sonrió al escuchar un ronco sonido de alivio.
Gaston permaneció inmóvil, temeroso de que cualquier simpleza pudiera acabar con el lánguido gozo que sentía, con la placentera extenuación. La piel de Rocio olía y sabía como la recordaba, su boca tenía el gusto que recordaba, su cuerpo le colmaba hasta desbordarle tal y como recordaba.
Te amo la oyó susurrar...
... y en un instante le cubrió la boca con la palma de la mano y la miró a los ojos, encendido y furioso.
Ahora no murmuró tenso. Ahora no.
Parpadeó sorprendida, pero aceptó con un movimiento silencioso.
Entonces Gaston aflojó la presión de su mano y la escurrió despacio hacia la barbilla. Cuando contempló sus labios, enrojecidos y lastimados, volvió a someterlos al dominio de su boca y a iniciar nuevas y apremiantes caricias.
Ella gimió al sentir la precisión y la urgencia con la que la invadían sus dedos. Se arqueó para proporcionarle un mejor acceso, y la respuesta salvaje y directa de Gaston le dijo que tampoco esta vez la poseería despacio.
Intentó susurrar que le amaba. Él la sujetó por el cuello, sin ninguna ternura, y volvió a silenciarle la boca con la suya.

7 comentarios:

  1. Okey, no me esperaba un capitulo de tal magnitud, pero me encantoo..! Me muero de amor con estos dos, me encanta la confesion de Gaston, solo espero que despuès de esto no se vaya y termine dejando sola a Rochi o algo asi jajaja Quiero maaaaaaaaaas, no me podes cortar ahi el capituloo jajaja llevo casi años esperando uno nuevo (esta vez se demoro) jaja espero q no sea mucho lo q tenga que esperar para uno nuevo..! :))

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  2. A la mierda. Me quede sin palabras, te lo juro,y perdon por el insulto pero te juro que me quede helada, wow, ay te juro que no se que comentar, estoy helada, posta. No me esperaba esto. Por una parte digo, al fin, pero osea, Gaston mepa que no la trato tan bien, pero fue perfecto en todos los sentidos, cuando entro y le dijo todo eso fue tan impactante. EL capitulo te mandaste. Rochi diciendole que lo amaba fue tiernaso, ay sigo en shock. Fue perfecto, seguila pronto por favor te lo pido no me la dejes asi, ahora me parece que todo se va a complicar.

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  3. lindo cap. un amor el y ella pero no la podes dejar hay ahora las cosas se comlican vienen las consecuencias de esa noche o que ? tienen que perdonarse se una buena ves espero el proximo

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  4. me encanto el capitulo!!!!!!!!!!!!!
    no lo podes cortar ahi, no demores en subir el proximo, lo espero...

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  5. Yo leí hace un año esta novela y me gustó mucho. Lo que no me parece bien es que colgués la novela acá sin nombrar a la escritora que la escribio. Ya que usás sus historias, al menos deberias poner que es de Ángeles Ibirika.

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    1. me encantaria q antes de hablar te fijaras en la sipnosis y en casi cada cap dice el nombre de la autora, todas las chicas q la leen saben que es una adaptacion. si tenes un tiempito fijate. besito.

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    2. Siempre antes de empezar una nove aclaramos si es adaptación o escrita por nosotras... Muchas veces lo ponemos en los capítulos también... Asique no es justo que nos trates de ladronas porque nosotras siempre aclaramos y no le ponemos nuestra firma a lago que nosotras no creamos... ería imposible que escribieramos todo lo que hay en el blog no nos da la vida para escribir tanto... lo único que queremos es acercarles a ustedes junto con las noves que si escribimos es más historias gastochis que los personajes tenian otros nombres y que probablemente los rasgos fisicos y gustos no coincidieran y leerlo así pierde la magia gastochi... es obvio que se puede apreciar la novela igual... nosotras la apreciamos cuando la leemos pero por algo las gastochis vienen acá a leerlas porque les prefieren así... asíque no me parece mal lo que hacemos y claro que siempre decimos hasta la autora

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