Cap12º
Candela secaba y
guardaba los vasos en la barra, tarareaba una canción absorta en sus
pensamientos mientras miraba sin mirar lo que hacían sus manos.
-
Como está la mujer más bella del Universo?? –
Pregunto Victorio en volviendo a su novia por la cintura. La joven pego un
pequeño brinco y se giro para mirarlo enojada.
-
No hagas eso Vico, pude haber dejado caer
algún vaso, me asustaste.
Victorio sonrió
encantado y la beso apasionadamente.
-
Adoro cuando te enojas, te ves tan linda –
Candela frunció mas
el ceño intentando parecer enojada, pero el enojo duro poco y nada y antes de
darse cuenta ya estaba besando a vico nuevamente.
-
Como te va en el trabajo?? – Pregunto la
morocha cuando el joven la arrastro hasta una mesa.
-
Bien, estoy muy contento, el salario esta más
que bien, el trabajo es duro pero es algo que realmente me gusta y Gas es un
capo.
-
El señor Gastón- lo riño Candela sentándose
en su regazo. – no olvides que es tu jefe.
-
Ya lo sé, pero resulta difícil llamarlo Sr.
Gastón cuando se pasa el día codo a codo trabajando con nosotros, además es una
persona joven y divertida y me pidió que no lo llamara Señor.
Candela
lo miro extrañada.
-
¿Por qué?
Victorio
se encogió de hombros.
-
Dice que lo hace sentir viejo.
La risa
de Candela resonó.
-
Es un buen hombre – agrego cuando logro
calmarse.
-
Lo es – corroboro vico y pensó una segundo
antes de añadir – por eso le di el álbum.
La joven
lo miro sin entender.
-
¿Cual álbum?
Vico no respondió.
-
¿Le diste el álbum de Mariana? ¿Por qué?
-
No lo sé, una corazonada, sentí que él lo
necesitaba.
-
¿Para qué? Lo menos que Rocío necesita ahora
es a alguien rebuscando en su pasado. – Victorio frunció el ceño.
-
El sería incapaz de hacerle daño.
-
¿Cómo lo sabes? Apenas lo conoces – Candela
lo miro preocupada.
Victorio
la abrazo más fuerte.
-
Confía en mí, debía hacerlo. Incluso creo que
él es capaz de evitar el daño que ella se está haciendo.
-
No sé qué intensiones tiene Gastón con Rocío,
ni siquiera sé si tenga alguna.
Victorio
la miro con obviedad.
-
Ok – acepto la joven – es obvio que tiene
interés en ella pero… -
Candela suspiro y se
recostó en el pecho de su novio abrazándose más a él.
-
Espero que tengas razón – siguió Cande –
realmente espero que Gastón pueda hacer algo – titubeo un momento – Rocío
merece ser feliz, pero me preocupa Gastón. Esta es una historia peligrosa y una
vez que entre, no podrá salir.
________________________________________________________________________
-
Volvió Rocío, está aquí – Mariana se desplomo
en su cama frente a la rubia.
Rocío se
acerco a ella y acaricio su cabeza.
-
Que pasa peti?? Quien es ahora??
Mariana
titubeo y alzo el rostro, la habitación pequeña y lúgubre que compartían tenía
solo un bombillo que colgaba solitario en el techo y que no alumbraba muy bien
sumergiendo el cuarto en sombras.
Rocío
lanzo un juramento y retrocedió un poco para ver mejor el labio partido y el
cardenal en la mejilla de Lali. No necesitaba preguntar, sabia de sobra quien
era el responsable de esas heridas.
Él había regresado, por fin las había
encontrado.
Mariana
rompió en sollozos y Rocío la hizo recostarse en sus piernas para poder
consolarla. Acaricio su cabello lentamente y miro absorta como las hebras
castañas se resbalaban entre sus dedos como una cascada de chocolate.
Sus
pensamientos iban de un lado a otro. ¿Por qué ahora? ¿Por qué de nuevo?
Ahora
eran felices, les gustaba el pueblo. Habían vivido viajando durante años, de un
pueblo a otro, de un lugar a otro, siempre con miedo, siempre huyendo, ahora
había encontrado un lugar para vivir, un lugar que les gustaba. ¿Por qué tenía
que aparecer?
La
respiración de Mariana se volvió suave y superficial.
-
Estaba en el bar, me siguió cuando salí. – Se
escucho la voz de Lali un poco ronca por el llanto.
Afuera una lluvia
torrencial comenzó a caer y Rocío salió para entrar minutos más tarde trayendo
a whisky con ella. Hizo echarse al potro en medio de ambas camas y volvió a
sentarse junto a Lali.
-
Y que hacías tu en el bar Lali?? – Rocío miro
a Mariana aunque ya conocía la respuesta.
-
Hoy es miércoles, sabes que los miércoles
Pablo baja al pueblo a jugar pool y amo verlo jugar. – Mariana ignorando la
mirada de desaprobación de la rubia. – él estaba allí y apenas lo vi me fui
pero me siguió.
Rocío tuvo un
escalofrió.
-
Te dijo algo??
Lali negó con la
cabeza.
Rocío suspiro, el no
dijo nada porque no debía hacerlo, estaba en el pueblo y esa era una amenaza
más que suficiente.
-
Solo te hizo esto – Rocío acaricio la mejilla
de Lali donde el cardenal se iba poniendo más oscuro.
-
Si, fue rápido. Luego se alejo riendo.
-
¿Quién te curo el labio? – Pregunto Rocío
revisando la herida.
Mariana sonrió.
-
Peter, me lo encontré viniendo. Me llevo a su
casa y me curo el labio.
-
Mm… - se burlo Rocío – nuestro lindo doctor
al rescate.
-
Es solo un amigo Rochi, me vio maltrecha y me
ayudo de onda nada más.
-
Cual onda?? – Rocío la miro divertida.
-
La mejor, de amigos.
-
Amigos quienes?? Es obvio que Peter se muere
por vos – Rocío la miro un poco más seria. - Peter te quiere Lala, es un buen hombre,
educado, atento, tiene un corazón enorme y además es doctor, el puede hacerte
feliz si lo dejas.
-
Sé que podría pero… Yo no podría hacerlo
feliz a él. Yo amo a otro.
-
Dios Mariana cuando va a entrar en esa
cabezota tuya que Pablo no te conviene.
-
Pablo es todo lo que quiero y si dejaras de
juzgarlo descubrirías que…
-
Qué?? – La interrumpió Rochi – Que es mas
idiota de lo que aparenta??
-
No – Mariana se levanto – Descubrirás que es
un buen hombre.
Rochi
lanzo una exclamación y ambas se fulminaran con la mirada. Hasta que whisky
restregó su cabeza en la pierna de Mariana haciendo que ambas lo miraran.
Lali suspiro y
acaricio a su animal.
-
Dale una oportunidad Rochi.
Rocío la
miro y se abrazo las rodillas.
-
Que le dijiste a Peter sobre las heridas??
Mariana
se encogió de hombros.
-
Nada, ¿Qué le podía decir?, que me caí.
Rocío asintió. Y se
quedo mirando a él hermoso animal junto a ella.
_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-
Pablo miro a Rocío moverse
en sueños, tan dulce, tan relajada, hermosa.
Mechones dorados se
expandían por la almohada y su rostro, sus hermosos labios entre abiertos
parecían llamar, pero no a él, nunca a él.
-
Ella es tuya Pablo, solo tuya – se recordó a
sí mismo, pero esa afirmación no hizo lo convenció.
Rocío se removió de
nuevo y susurro muy imperceptiblemente.
“Mariana”.
Lali, estaba soñando
con Lali. Un escalofrió recorrió a Pablo mientras bajaba a ahogar sus
sensaciones en alcohol.

cada capitulo me confundo más! jaja quiero saber porque carajo rochi esta con pablo!!!
ResponderEliminar