martes, 18 de diciembre de 2012

Hermoso Desaste capitulo 30


Hogar
Gaston finalmente atravesó la multitud con la mano de Benny sobre su hombro, susurrándole en el oído. Gaston asintió y respondió, y mi sangre se heló al verlo tan amigable con el hombre que nos amenazó hace menos de veinticuatro horas. Gaston disfrutaba en el aplauso y felicitaciones de su triunfo mientras la multitud retumbaba. Caminaba más erguido, su sonrisa era más amplia, cuando me alcanzó, plantó un beso rápido en mi boca.
Pude probar el sudor salado mezclado con el gusto cobrizo de la sangre sobre sus labios.
Había ganado la pelea, pero no sin unas cuantas heridas de batalla propias.
— ¿Qué fue eso? —Pregunté, mirando a Benny reír con sus cohortes.
—Te lo diré más tarde. Tenemos mucho de qué hablar —dijo con una sonrisa amplia.
Un hombre palmeó a Gaston en la espalda.
—Gracias —dijo Gaston, girándose hacia él y sacudiendo su mano extendida.
—Espero ver otro encuentro tuyo, hijo —dijo el hombre, entregándole una botella de cerveza—. Eso fue increíble.
—Vamos, Pajarita. —Tomó un sorbo de su cerveza, la agitó en su boca y luego escupió, el líquido ámbar sobre el suelo estaba teñido con sangre. Se movió a través de la multitud, tomando una respiración profunda cuando nos movimos a la acera afuera. Me besó una vez más y luego me condujo a la calle principal, sus pasos rápidos y decididos.
En el elevador de nuestro hotel, me empujó contra la pared de espejo, agarró mi pierna y la levantó en un movimiento rápido contra su cadera. Su boca chocó con la mía, y sentí su mano bajo mi rodilla deslizándose arriba por mi muslo y levantando mi falda.
—Gaston, hay una cámara aquí —dije contra sus labios.
—No me importa una mierda. —Se rió entre dientes—. Estoy celebrando.
Lo alejé. —Podemos celebrar en la habitación —dije, limpiándome la boca y mirando abajo a mi mano, viendo manchas de color carmesí.
— ¿Qué está mal contigo, Pajarita? Ganaste, gané, pagamos la deuda de Mick y acabo de recibir la oferta de mi vida.
El elevador se abrió y me quedé en el lugar mientras Gaston salía hacia el pasillo. — ¿Qué clase de oferta? —Pregunté.
Gaston extendió su mano, pero la ignoré. Mis ojos se estrecharon, sabiendo ya lo que diría.
Él suspiró. —Te lo dije, hablaremos de eso más tarde.
—Vamos a hablar de eso ahora.
Se inclinó y me empujó por la muñeca hacia el pasillo, y luego me levantó del suelo en sus brazos.
—Voy a hacer el suficiente dinero para reemplazar lo que Mick se llevó, para pagar por el resto de tu matrícula, pagar mi motocicleta, y comprarte un auto nuevo —dijo, deslizando la llave adentro y afuera de su ranura. Empujó la puerta y me dejó sobre mis pies—. ¡Y eso sólo es el principio!
— ¿Y cómo exactamente vas a hacer eso? —Mi pecho se apretó y mis manos empezaron a temblar.
Él tomó mi cara en sus manos, extasiado. —Benny va a dejarme pelear aquí en Las Vegas. Seis figuras una pelea, Pajarita. ¡Seis figuras una pelea!
Cerré mis ojos y sacudí mi cabeza, bloqueando la emoción en sus ojos. — ¿Qué le dijiste a Benny? —Gaston levantó mi barbilla y abrí mis ojos, asustada de que ya hubiera firmado un contrato.
Se rió entre dientes. —Le dije que lo pensaría.
Exhalé el aire que había estado conteniendo. —Oh, gracias a Dios. No me asustes así, Gas. Pensé que hablabas en serio.
Gaston hizo una mueca y se estabilizó antes de hablar. —Hablo en serio, Pajarita. Le dije que necesitaba hablar, primero, pero pensé que estarías feliz. Está programando una pelea en un mes. ¿Tienes idea de cuánto dinero es? ¡En efectivo!
—Puedo sumar, Gaston. También puedo conservar mis sentidos cuando estoy en Las Vegas, lo que obviamente tú no puedes. Tengo que sacarte de aquí antes de que hagas algo estúpido. —Caminé hacia el armario y arranqué nuestra ropa de las perchas, metiéndolas furiosamente en nuestras maletas.
Gaston agarró mis brazos gentilmente y me giró. —Puedo hacer esto. Puedo pelear para Benny por un año y luego estaremos establecidos por un largo, largo tiempo.
— ¿Qué vas a hacer? ¿Dejar la escuela y mudarte aquí?
—Benny va arreglarlo, hacer que funcione con mi horario.
Reí una vez, incrédula. —No puedes ser así de crédulo, Gaston. Cuando estés en la nómina de Benny, no sólo vas a pelear una vez al mes para él. ¿Te olvidaste de Dane? ¡Terminarás siendo uno de sus matones!
Él sacudió la cabeza. —Ya discutimos eso, Pajarita. Él no quiere que haga nada más que pelear.
— ¿Y confías en él? ¡Sabes que aquí lo llaman Benny el Astuto!
—Quería comprarte un auto, Pajarita. Uno lindo. Nuestras matrículas serán pagadas por completo.
— ¿Oh? ¿La mafia está entregando becas ahora?
La mandíbula de Gaston se apretó. Estaba irritado al tener que convencerme. —Esto es bueno para nosotros. Puedo ahorrar hasta que sea el momento de comprar una casa. No puedo hacer esta clase de dinero en ningún otro lugar.
— ¿Qué hay de tu título de Justicia Penal? Vas a estar viendo a tus viejos compañeros de clases trabajando para Benny, te lo prometo.
—Bebé, entiendo tus reservas, lo hago. Pero estoy siendo listo con esto. Lo haré por un año y luego saldremos y haremos lo que sea que el infierno quiera que hagamos.
—No sólo dejas a Benny, Gas. Él es el único que puede decirte cuándo terminaste. ¡No tienes idea de con qué estás tratando! ¡No puedo creer que incluso estés considerando esto! ¿Trabajar para un hombre que nos hubiera dado una paliza a ambos anoche si no lo hubieras detenido?
—Exactamente. Lo detuve.
—Detuviste dos de sus matones de peso ligero, Gaston. ¿Qué vas a hacer si hay una docena de ellos? ¿Qué vas a hacer si vienen por mí durante una de tus peleas?
—No tendría sentido para él hacer eso. Haré mucho dinero para él.
—El momento en que decidas que no vas a hacerlo más, eres prescindible. Así es como esas personas trabajan.
Gaston se alejó de mí y miró afuera de la ventada, las luces parpadeantes coloreando sus rasgos en conflicto. Tomó una decisión antes de siquiera habérmelo comentado.
—Todo va a estar bien, Pajarita. Me aseguraré de eso. Y luego estaremos establecidos.
Sacudí mi cabeza y me giré, empujando nuestra ropa en las maletas. Cuando llegáramos a la pista en casa, sería el mismo de siempre. Las Vegas le hacían cosas extrañas a las personas, y no podía razonar con él mientras estuviera intoxicado con el flujo del dinero y el whisky.
Me negué a discutir más esto hasta que estuvimos en el avión, asustada de que Gaston me dejara irme sin él. Abroché mi cinturón de seguridad y apreté mis dientes, observándolo mirar con nostalgia afuera de la ventada mientras nos elevábamos hacia el cielo nocturno. Ya estaba extrañando la maldad y las tentaciones sin límites que Las Vegas tenía para ofrecer.
—Es un montón de dinero, Pajarita.
—No.
Su cabeza se giró en mi dirección. —Esta es mi decisión. No creo que estés viéndolo todo.
—Creo que has perdido tu maldita mente.
— ¿Ni siquiera vas a considerarlo?
—No, ni tú tampoco. No vas a trabajar para un criminal sanguinario en Las Vegas, Gaston. Es completamente ridículo de tu parte creer que podría considerarlo.
Gaston suspiró y miró afuera de la ventana. —Mi primera pelea es en tres semanas.
Mi boca cayó abierta. — ¿Ya aceptaste?
Él guiñó un ojo. —No todavía.
— ¿Pero vas a hacerlo?
Sonrió. —Dejarás de estar enojada cuando te compre un Pauus.
—No quiero un Pauus —Me puse furiosa.
—Puedes tener lo que quieras, bebé. Imagínate cómo se va a sentir ir a cualquier concesionario que quieras, y todo lo que tienes que hacer es escoger tu color favorito.
—No estás haciendo esto por mí. Deja de fingir que lo haces.
Él se inclinó, besando mi cabello. —No, estoy haciéndolo por los dos. Simplemente no puedes ver lo genial que será.
Un escalofrío irradió desde mi pecho, viajando por mi columna vertebral hasta mis piernas. Él no vería una razón hasta que estuviéramos en el apartamento, y estaba aterrorizada que Benny le hubiera hecho una oferta que no podía rechazar. Me sacudí mis miedos; tenía que creer que Gaston me amaba lo suficiente para olvidar los signos de dólares y las falsas promesas que Benny había hecho.
— ¿Pajarita? ¿Sabes cómo cocinar un pavo?
— ¿Un pavo? —dije, tomada fuera de base por el cambio repentino de conversación.
Él apretó mi mano. —Bueno, las vacaciones de Acción de Gracias está llegando, y sabes que mi papá te adora. Quiere venir para Acción de Gracias, pero siempre terminamos ordenando pizza y viendo el juego. Pensé que quizás tú y yo podríamos intentar cocinar un pavo juntos. Ya sabes, tener una cena con pavo real por una vez en la casa Dalmau.
Presioné mis labios juntos, tratando de no reír. —Simplemente descongelas el pavo y lo pones en un sartén y lo cocinas en la estufa todo el día. No hay mucho en eso.
— ¿Entonces vendrás? ¿Me ayudarás?
Me encogí de hombros. —Seguro.
Su atención estaba desviada de las luces embriagadoras abajo, y me permití tener la esperanza que él vería cuán equivocado estaba sobre Benny después de todo.
Gaston dejó nuestras maletas sobre la cama y colapsó al lado de ellas. No había sacado la cuestión de Benny, y yo estaba esperanzada que Las Vegas estuviera empezando a salir de su sistema. Bañé a cafre, disgustada que apestara a humo y medias sucias de estar en el apartamento de Brasil toda la semana, y lo sequé con la toalla en la habitación.
— ¡Oh! ¡Hueles mucho mejor! —Reí mientras él se sacudía, rociándome con pequeñas gotas de agua. Se levantó en sus patas posteriores, cubriendo mi cara con besitos de cachorro—. También te extrañé, hombrecito.
— ¿Pajarita? —Preguntó Gaston, golpeando anudando sus dedos.
— ¿Sí? —dije, frotando a cafre con la toalla amarilla mullida en mis manos.
—Quiero hacer esto. Quiero pelear en Las Vegas.
—No —dije, sonriéndole a la cara feliz de cafre.
Él suspiró. —No estás escuchando. Voy a hacerlo. Verás en unos meses que fue la decisión correcta.
Levanté la mirada hacia él. —Vas a trabajar para Benny.
Asintió nerviosamente y luego sonrió. —Sólo quiero cuidar de ti, Pajarita.
Las lágrimas llenaron mis ojos, sabiendo que él estaba resuelto. —No quiero nada comprado con ese dinero, Gaston. No quiero nada que tenga que ver con Benny, Las Vegas o cualquier cosa que vaya junto a ellos.
—No tenías problema con la idea de comprar un auto con el dinero de mis peleas aquí.
—Eso es diferente y lo sabes.
Frunció el ceño. —Todo va estar bien, Pajarita. Ya verás.
Lo miré por un momento, esperando por un brillo de diversión en sus ojos, esperando que me dijera que estaba bromeando. La incertidumbre y la avaricia se reflejaron en sus ojos.
— ¿Por qué siquiera me preguntaste, Gaston? Ibas a trabajar para Benny sin importar lo que yo dijera.
—Quiero tu apoyo en esto, pero es demasiado dinero para rechazarlo. Estaría loco para decir no.
Me quedé por un momento, aturdida. Una vez todo había penetrado, asentí. —De acuerdo, entonces. Has tomado tu decisión.
Gaston sonrió de alegría. —Ya verás, Pajarita. Va a ser genial. —Se empujó de la cama, caminó hacia mí y me besó los dedos—. Estoy famélico. ¿Tienes hambre?
Sacudí mi cabeza y él besó mi frente antes de caminar a la cocina. Una vez sus pasos dejaron el corredor, tiré mi ropa de las perchas, agradecida de que tuviera lugar en mi maleta para más de mis pertenencias. Lágrimas de enojo cayeron por mis mejillas. Yo sabía muy bien lo que sería llevar a Gaston a ese lugar. Había peleado con uñas y dientes para evitarle los bordes oscuros de mi vida, y el momento en que se presentó la oportunidad, lo arrastré al centro de todo lo que odiaba sin un segundo pensamiento.
Gaston iba a ser parte de esto, y si no dejaría que lo salvara, tendría que salvarme yo sola.
La maleta estaba llena hasta su límite, y estiré el cierre sobre el contenido abultado. La saqué de la cama y caminé por el pasillo, pasando la cocina sin mirar en su dirección. Me apresuré a bajar las escaleras, aliviada de que Lali y Peter todavía estuvieran besándose y riéndose en el aparcamiento, transfiriendo sus cosas de su Charger al Honda de ella.
— ¿Pajarita? —Gaston llamó desde la puerta del apartamento.
Toqué la muñeca de Lali. —Necesito que me lleves, La.
— ¿Qué está pasando? —dijo, notando la seriedad de la situación por mi expresión.
Miré detrás de mí para ver a Gaston corriendo por las escaleras y cruzando el césped hacia donde estábamos paradas.
— ¿Qué estás haciendo? —dijo, gesticulando hacia mi maleta.
Si le hubiera dicho en ese momento, toda esperanza de salvarme de Mick, y Las Vegas, y Benny, y todo lo que no quería estaría perdido. Gaston no me dejaría ir, y por la mañana me habría convencido a mí misma de aceptar su decisión.
Me rasqué la cabeza y sonreí, tratando de obtener algo de tiempo para pensar en una excusa.
— ¿Pajarita?
—Estoy llevando mis cosas. Ellos tienen todas esas lavadoras y secadoras y tengo una cantidad ridícula de colada que hacer.
Él frunció el ceño. — ¿Ibas a irte sin decírmelo?
Miré a Lali y luego a Gaston, esforzándome por la mentira más creíble.
—Iba a volver. Eres tan jodidamente paranoico —dijo Lali con la sonrisa desdeñosa que había usado para engañar a sus padres tantas veces.
—Oh —dijo él, todavía inseguro—. ¿Vas a quedarte aquí esta noche? —Me preguntó, pellizcando la tela de mi abrigo.
—No sé. Supongo que depende de cuando esté lista mi ropa.
Gaston sonrió, poniéndome contra él. —En tres semanas, le pagaré a alguien para que haga tu colada. O simplemente puedes tirar tu ropa sucia y comprar nueva.
— ¿Vas a pelear para Benny otra vez? —Preguntó Lali, sorprendida.
—Me hizo una oferta que no podía rechazar.
—Gaston —empezó Peter.
—Chicos, no empiecen ustedes también. Si no voy a cambiar de opinión por Pajarita, no voy a cambiar de opinión por ustedes.
Lali encontró mis ojos con entendimiento. —Bueno, mejor te llevamos, Rochi. Esa pila de ropa te va a tomar por siempre.
Asentí y Gaston se inclinó para besarme. Lo acerqué más, sabiendo que sería la última vez que sentiría sus labios contra los míos. —Te veo más tarde —dijo—. Te amo.
Peter metió mi maleta en el baúl de su Honda, y Lali se deslizó en su asiento a mi lado. Gaston dobló sus brazos sobre su pecho, charlando con Peter mientras Lali agitaba el encendido.
—No puedes quedarte en tu habitación esta noche, Rochi. Va a ir directamente allí cuando lo averigüe —dijo Lali mientras lentamente retrocedía del bloque del estacionamiento.
Las lágrimas llenaron mis ojos y se derramaron, cayendo sobre mis mejillas. —Lo sé.
La expresión alegre de Gaston cambió cuando vio la mirada en mi cara. No perdió tiempo en correr a mi ventana. — ¿Qué está mal, Pajarita? —dijo, golpeando ligeramente el vidrio.
—Vamos, La —dije, limpiando mis ojos. Me centré en el camino adelante mientras Gaston corría junto al auto.
— ¿Pajarita? ¡Lali! ¡Detén el puto auto! —Gritó, golpeando su palma contra el vidrio—. ¡Rochi, no hagas esto! —Dijo, comprensión y miedo distorsionando su expresión.
Lali se giró hacia la calle principal y presionó el acelerador. —Nunca voy a escuchar el final de eso… así como tú.
—Lo siento tanto, La.
Ella miró hacia el espejo retrovisor y empujó su pie en el suelo. —Jesucristo, Gaston —murmuró bajo su respiración.
Giré para verlo correr a toda velocidad detrás de nosotras, desapareciendo y reapareciendo entre las luces y sombras de las lámparas de la calle. Después alcanzó el final de la cuadra, se giró en dirección opuesta, corriendo hacia el apartamento.
—Va a volver por su motocicleta. Nos va a seguir y causar una gran escena.
Cerré mis ojos. —Simplemente… apresúrate. Dormiré en tu habitación esta noche. ¿Crees que a Vanessa le importará?
—Nunca está allí. ¿De verdad va a trabajar para Benny?
La palabra se quedó pegada en mi garganta, así que simplemente asentí.
Lali agarró mi mano y la apretó. —Estás tomando la decisión correcta, Rochi. No puedes pasar por eso otra vez. Si no te escuchó, no va a escuchar a nadie.
Mi móvil sonó. Miré abajo para ver la cara tonta de Gaston, y luego presioné ignorar. Menos de cinco segundos después, sonó de nuevo. Lo apagué y lo empujé en mi bolso.
—Esto va a ser un desastre jodidamente espantoso —dije, sacudiendo mi cabeza y limpiando mis ojos.
—No envidio tu vida por la siguiente semana o así. No puedo imaginar romper con alguien que rehúsa a mantenerse alejado. Sabes que es así como será, ¿cierto? 

3 comentarios:

  1. ayyy no se estropearon las cosas pobre ro k gas reaccione no m los separes no seas mala con lo lindos k estaban juntos subi cap pronto

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  2. Pobre Rochi todo lo que tiene que soportar, no queria que se separaran, pero tiene razon no va volver a sufrir. Espero que a Gas se le valla esa estupida idea de peliar para Benny.
    Me encanta tu nove subi mas seguido

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  3. Casi lloro! Que pena por Rochi :( No quiero que se separen! Ojala Gaston recapacite y no acepte la propuesta, las cosas estaran feas!

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