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¿Está trabajando Gas? – preguntó Candela.
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Probablemente – contestó Rocío.
Rocío
acababa de darse cuenta de la ausencia de Gastón. Cinco años de soledad
seguramente la habrían acostumbrado a no echarlo de menos. Pero la relación
entre ellos había cambiado tan súbitamente que Rocío hubiera deseado volver a
los viejos tiempos en que se sentía separada de él.
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Esta tarde estuvo en la taberna. Lo comentó uno de los pescadores. ¿Está
enfadado por algo, no? – Candela preguntó con un gesto de disgusto.
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Sí, hemos tenido una discusión.
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Aunque tiene un carácter muy fuerte, rara vez pierde el control. Pero da lo
mismo, ya que mi familia no sabe muy bien cómo manjar sus cambios de humor. Mi
abuela jamás alza la voz. Ninguno de ellos la levanta. No saben qué hacer
cuando Gastón se pone así. La única vez que lo vi, me resultó fascinante.
Candela miraba atentamente a Rocío, para ver su expresión y esperar su respuesta. Pero
Rocío permaneció en silencio, aunque con el ceño fruncido.
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Yo debía tener unos once años cuando oí hablar a mis dos tías sobre Gastón. Se
preguntaban entonces quiénes eran sus padres naturales. Yo ni siquiera sabía lo
que quería decir eso.
Rocío
se quedó pasmada.
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¿Sus padre naturales...?
La
cara de Candela se puso seria.
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Por supuesto yo fui lo suficientemente estúpida como para ir a preguntarle a mi
madre y ella se puso furiosa. Pasaron años hasta que pude comprender que en mi
familia la adopción era un tema tabú.
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Sí – reconoció Rocío, simulando saber de qué se trataba. Pero internamente no
salía de su asombro.
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Nadie habla de ello nunca. Todos los de fuera piensan que Gastón es hijo de mi
abuela. ¡Si mi abuela tenía entonces cuarenta y ocho años!
Rocío
se estaba sintiendo incómoda ante la conversación. Era evidente que la
curiosidad de Candela no había sido satisfecha en su momento, sino todo lo
contrario.
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El que fuese un secreto seguramente lo hizo más difícil para Gastón.
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El tema de la adopción es mejor aceptado ahora que hace treinta años – dijo Rocío
respirando hondo -. Pero es un tema muy delicado, no debiéramos hablar de ello, Cande. Y, por otra parte, yo no sé nada más que tú.
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Lo siento, no sé cómo se me ocurrió hablar del tema..
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Porque soy parte de la familia, supongo. Pero creo que Gastón tiene derecho a
mantener una cierta confidencialidad acerca de ello. Y puede que me equivoque,
pero no creo que le apetezca que le hables del tema.
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No se me ocurriría.
Después
de despedirse de Candela, se quedó pensando en lo que había descubierto ese día.
Era algo que le inquietaba. No
sabía nada acerca de Gastón, y eso le molestaba. En la habitación descubrió un
enorme piano, y decidió sentarse en la butaca frente a él.
O
sea que Gastón era un Dalmau adoptado. Y Rocío no debía molestarse por el hecho
de que Gastón jamás lo hubiese mencionado. Gas tenía tres hermanas, pero
seguramente sus padres habrían querido tener un varón. Era evidente que la
familia lo habría querido ocultar. Era cierto que nadie fuera de la familia lo
sabía. Ella misma había leído muchas noticias sobre él en los periódicos, y en
ninguna de ellas se hacía mención a ello.
¿A
qué edad se habría enterado Gastón de la verdad? ¿Habrían sido más sinceros con
él que con la gente de fuera? En caso de que se lo hubieran ocultado, habría
sido un shock seguramente.

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