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Hce click en leer más para leer el capítulo...Amor por Chantaje Capítulo 18
—ESTÁS muy callada, ¿te ocurre algo?
—Nada, solo estaba pensando
en el pasado y en mi padre… y, Lisa —respondió Rocío con énfasis deliberado, al
mismo tiempo Gastón estaba ofreciéndole vino de la botella que acababa de
abrir.
Unas horas antes había ido
al médico y le habían confirmado que estaba embarazada.
Aunque sabía que una copa
de vino no le haría ningún daño al bebé, no estaba dispuesta a arriesgarse ni
en lo más mínimo. Por muy pequeño, o pequeña que fuera, ya era muy importante
para Rocío; también era uno de los motivos por los que estaba pensando en su
padre. Estaba pensando cuánto le habría gustado ser abuelo, especialmente
siendo Gastón el padre.
Su padre lo había querido
mucho, pero nunca había llegado a conocerlo como lo conocía ella, no sabía cómo
había traicionado a su propia esposa.
—Lisa nunca quiso a mi
padre, se casó con él solo por su dinero.
Quizás era la confirmación
de su embarazo lo que la había hecho estar tan sensible; eso y que el padre de
su bebé no la amara. En la sala de espera de la consulta había otra mujer
embarazada acompañada por su pareja, que la había mirado con tal ternura y
adoración que Rocío había sentido una tremenda envidia.
—Rochi, Lisa era mucho más
joven que tu padre.
—Cómo no, ahí estás tú
defendiéndola —respondió ella intentando no dejarse llevar por la furia.
—No sé a qué viene eso
—dijo Gastón frunciendo el ceño—. Sabes que…
—Lo que sé es que vi a Lisa
y tú no me has dicho ni palabra de su visita —completó la frase con áspera
mordacidad.
—¿La viste? —su gesto se
hizo aún más serio al enterarse de aquello.
—Sí. ¿Qué hiciste, Gastón?
La llamaste y le dijiste que podía venir sin peligro porque yo estaba
durmiendo. ¿Que estabas harto de hacer el amor… perdón, de acostarte, con una
mujer a la que no amabas? ¿Con una mujer que no era ella? Bueno, pues esta es
mi casa y mientras siga siendo así, no pienso tolerar que te traigas a tu amante…
Hizo una pausa para
calmarse un poco porque empezaba a temblarle la voz.
—¿De qué demonios estás
hablando? —preguntó Gastón visiblemente confundido antes de que ella pudiera
continuar.
—Sabes perfectamente de lo
que estoy hablando —Rocío no daba crédito a su desfachatez—. Hablo de la
aventura que tienes con Lisa, la misma que tenías ya cuando ella se casó con mi
padre y cuando tú te casaste conmigo.
Notó cómo Gastón apretaba
la mandíbula. Era obvio que no le gustaba lo que estaba oyendo. Pues a Rocío le
daba exactamente igual. ¿Cómo pensaba que se sentía ella? ¿Cómo pensaba que se
había sentido su padre?
—¿Crees que tengo una
aventura con Lisa?
Debía de estar costándole
un verdadero esfuerzo parecer tan genuinamente sorprendido, pensó Rocío
mientras caía en la cuenta de que eso era una señal más de lo importante que
era para él mantener en secreto aquella relación.
—No, Gastón —le respondió
con tranquilidad—, no es que lo crea, es que estoy segura de ello. La propia
Lisa me lo dijo el día de nuestra boda.
Se hizo un silencio largo y
ensordecedor.
—¿Es eso por lo que te
marchaste?
—¿Tú qué crees? —la
amargura habló por boca de Rocío—. Bueno, ya es suficiente —añadió con voz
temblorosa—. No quiero seguir hablando de ello —estaba sorprendida por su
propio autocontrol—. El pasado es el pasado, es el futuro lo que ahora me
preocupa; un futuro que me has impuesto. Lo único que quiero es dejar bien
claro que no pienso tolerar la presencia de Lisa en esta casa.
Era hora de hablarle del
niño y de suplicarle, no, de pedirle, que pensara en el efecto que tendría en
el niño si continuaba viéndose con Lisa. Pero antes de que pudiera decir nada
sonó el teléfono.
Gastón dio media vuelta y
fue a contestar, al empezar a hablar tuvo la sensación de que no quería que
ella se enterara de su conversación. ¿Sería Lisa la que llamaba? En lugar de
arrancarle el teléfono de las manos como le habría gustado, salió del salón
dejándolo allí.
Mientras andaba por el
pasillo se preguntaba dónde estaba su valentía; debería haberse enfrentado a
Gastón… Quizás no lo había hecho porque temía que él le diera la espalda a ella
y al hijo que llevaba dentro y eligiera a Lisa.
—Rochi.
Se quedó helada al oír la
voz de Gastón detrás de ella.
—Tengo que irme a Londres,
pero cuando venga tenemos que hablar; hay algunos malentendidos que necesito
aclarar.
—Ya. ¿Y cuándo volverás?
—preguntó temiéndose que ya sabía la respuesta.
—No lo sé —dijo él con
precaución—. Pero puede que tenga que quedarme allí a dormir.
Rocío contuvo la risa.
Había intentado ocultar lo furioso que estaba, aunque su rostro lo había dejado
muy claro. Pero había otras cosas que le preocupaban más; como quién era la
persona que acababa de llamarlo, ¡tenía que ser Lisa! Por eso él se marchaba a
Londres; a verla.
Se odió a sí misma por no
tener valor para pedirle una explicación. ¿Era ese el efecto del amor, que la
volvía vulnerable y temerosa? En aquellos momentos en los que más debería haber
tenido el cariño y el apoyo de su marido era cuando veía lo poco que le
importaba.
La imagen de su rostro en
el retrovisor del coche no hizo más que reafirmar lo que Gastón sentía por
dentro. Aún no podía creer que Rocío creyera que tenía una aventura con Lisa,
que, quizás fuera una mujer atractiva, pero desde luego no para él. Para él
siempre había sido fea y despreciable porque sabía cómo era en realidad. En
otros tiempos había sospechado que John Atkins se había arrepentido de casarse
con ella pero no había tenido el valor de romper los votos porque era un hombre
demasiado bueno para hacer algo así. Pero… ¿cómo podía haber pensado Rocío que
él sería capaz de hacerle algo así a su padre?
La mañana de su boda,
cuando le había preguntado si había alguien a quien quisiera él había dado por
sentado que estaba hablando de ella misma; y el horror que había visto en sus
ojos habían hecho que Gastón se maldijera por lo que le había hecho.
Había creído que su
capricho de adolescente se había venido abajo al darse cuenta de que él la
amaba de una manera demasiado profunda para una chica tan joven. Gastón recordó
con dolor que había estado a punto de salir tras ella cuando Henry había tenido
el ataque y todo el mundo lo había mirado a él en busca de ayuda. Después ya
había sido demasiado tarde para intentar detenerla porque ya había salido del
país.
Había utilizado todos sus
contactos hasta que había conseguido localizarla y asegurarse de que se
encontraba bien. Desde entonces se había mantenido informado de su paradero, de
lo que hacía y de a quién veía, pero lo había hecho por ella.
También era por ella por lo
que ahora iba camino de Londres en lugar de quedarse en casa explicándole que
jamás podría haber estado interesado en Lisa, porque solo había una mujer en su
vida y esa era Rocío.
Sin embargo aquella llamada
era de la misma agencia que solía informarlo sobre Rocío, y lo llamaban para
comunicarle urgentemente que el refugio de Río estaba a punto de cerrar. Por lo
visto el dueño del edifico en el que se encontraba dicho refugio quería vender
el solar y estaba haciendo todo lo posible para echar a las monjas.
Gastón sabía cuánto
significaba para Rocío aquel refugio y quería hacer todo lo que estuviera en su
mano para mantenerlo abierto, incluso si para ello tenía que financiar un nuevo
local.
Se dirigía a Londres para intentar solucionarlo sin que ella se
enterara.

subi pronto el proximo cap!! es mas tierno Gas, despues de todo!! Ojala que pronto le diga que esta enamorado de ella y que rochi e diga que esta embarazada!!!
ResponderEliminarAhhhhh quiero massss y quiero que Gas le diga la verdad ya a Rochi!! Subi mas hoyy porfiiiiii!! :)
ResponderEliminarno que lindo me mori que Gas este haciendo eso por el hogar de Rio que Rochi tanto cuido, querio ya que se entere de que ella esta embrazada y que Gas le diga que la ama a ella y nunca tuvo nada con Lisa
ResponderEliminar@claudiarivero1 me mueroo aca que le dija de una ves que la ama y que esta embarazada lindolo que ase por ese refugio es un amor espero pronto el otrooo besosssss
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