miércoles, 30 de enero de 2013

Amor por Chantaje Capítulo 18

3 capítulos quedan
Hce click en leer más para leer el capítulo...
Amor por Chantaje Capítulo 18

—ESTÁS muy callada, ¿te ocurre algo?
—Nada, solo estaba pensando en el pasado y en mi padre… y, Lisa —respondió Rocío con énfasis deliberado, al mismo tiempo Gastón estaba ofreciéndole vino de la botella que acababa de abrir.
Unas horas antes había ido al médico y le habían confirmado que estaba embarazada.
Aunque sabía que una copa de vino no le haría ningún daño al bebé, no estaba dispuesta a arriesgarse ni en lo más mínimo. Por muy pequeño, o pequeña que fuera, ya era muy importante para Rocío; también era uno de los motivos por los que estaba pensando en su padre. Estaba pensando cuánto le habría gustado ser abuelo, especialmente siendo Gastón el padre.
Su padre lo había querido mucho, pero nunca había llegado a conocerlo como lo conocía ella, no sabía cómo había traicionado a su propia esposa.
—Lisa nunca quiso a mi padre, se casó con él solo por su dinero.
Quizás era la confirmación de su embarazo lo que la había hecho estar tan sensible; eso y que el padre de su bebé no la amara. En la sala de espera de la consulta había otra mujer embarazada acompañada por su pareja, que la había mirado con tal ternura y adoración que Rocío había sentido una tremenda envidia.
—Rochi, Lisa era mucho más joven que tu padre.
—Cómo no, ahí estás tú defendiéndola —respondió ella intentando no dejarse llevar por la furia.
—No sé a qué viene eso —dijo Gastón frunciendo el ceño—. Sabes que…
—Lo que sé es que vi a Lisa y tú no me has dicho ni palabra de su visita —completó la frase con áspera mordacidad.
—¿La viste? —su gesto se hizo aún más serio al enterarse de aquello.
—Sí. ¿Qué hiciste, Gastón? La llamaste y le dijiste que podía venir sin peligro porque yo estaba durmiendo. ¿Que estabas harto de hacer el amor… perdón, de acostarte, con una mujer a la que no amabas? ¿Con una mujer que no era ella? Bueno, pues esta es mi casa y mientras siga siendo así, no pienso tolerar que te traigas a tu amante…
Hizo una pausa para calmarse un poco porque empezaba a temblarle la voz.
—¿De qué demonios estás hablando? —preguntó Gastón visiblemente confundido antes de que ella pudiera continuar.
—Sabes perfectamente de lo que estoy hablando —Rocío no daba crédito a su desfachatez—. Hablo de la aventura que tienes con Lisa, la misma que tenías ya cuando ella se casó con mi padre y cuando tú te casaste conmigo.
Notó cómo Gastón apretaba la mandíbula. Era obvio que no le gustaba lo que estaba oyendo. Pues a Rocío le daba exactamente igual. ¿Cómo pensaba que se sentía ella? ¿Cómo pensaba que se había sentido su padre?
—¿Crees que tengo una aventura con Lisa?
Debía de estar costándole un verdadero esfuerzo parecer tan genuinamente sorprendido, pensó Rocío mientras caía en la cuenta de que eso era una señal más de lo importante que era para él mantener en secreto aquella relación.
—No, Gastón —le respondió con tranquilidad—, no es que lo crea, es que estoy segura de ello. La propia Lisa me lo dijo el día de nuestra boda.
Se hizo un silencio largo y ensordecedor.
—¿Es eso por lo que te marchaste?
—¿Tú qué crees? —la amargura habló por boca de Rocío—. Bueno, ya es suficiente —añadió con voz temblorosa—. No quiero seguir hablando de ello —estaba sorprendida por su propio autocontrol—. El pasado es el pasado, es el futuro lo que ahora me preocupa; un futuro que me has impuesto. Lo único que quiero es dejar bien claro que no pienso tolerar la presencia de Lisa en esta casa.
Era hora de hablarle del niño y de suplicarle, no, de pedirle, que pensara en el efecto que tendría en el niño si continuaba viéndose con Lisa. Pero antes de que pudiera decir nada sonó el teléfono.
Gastón dio media vuelta y fue a contestar, al empezar a hablar tuvo la sensación de que no quería que ella se enterara de su conversación. ¿Sería Lisa la que llamaba? En lugar de arrancarle el teléfono de las manos como le habría gustado, salió del salón dejándolo allí.
Mientras andaba por el pasillo se preguntaba dónde estaba su valentía; debería haberse enfrentado a Gastón… Quizás no lo había hecho porque temía que él le diera la espalda a ella y al hijo que llevaba dentro y eligiera a Lisa.
—Rochi.
Se quedó helada al oír la voz de Gastón detrás de ella.
—Tengo que irme a Londres, pero cuando venga tenemos que hablar; hay algunos malentendidos que necesito aclarar.
—Ya. ¿Y cuándo volverás? —preguntó temiéndose que ya sabía la respuesta.
—No lo sé —dijo él con precaución—. Pero puede que tenga que quedarme allí a dormir.
Rocío contuvo la risa. Había intentado ocultar lo furioso que estaba, aunque su rostro lo había dejado muy claro. Pero había otras cosas que le preocupaban más; como quién era la persona que acababa de llamarlo, ¡tenía que ser Lisa! Por eso él se marchaba a Londres; a verla.
Se odió a sí misma por no tener valor para pedirle una explicación. ¿Era ese el efecto del amor, que la volvía vulnerable y temerosa? En aquellos momentos en los que más debería haber tenido el cariño y el apoyo de su marido era cuando veía lo poco que le importaba.
La imagen de su rostro en el retrovisor del coche no hizo más que reafirmar lo que Gastón sentía por dentro. Aún no podía creer que Rocío creyera que tenía una aventura con Lisa, que, quizás fuera una mujer atractiva, pero desde luego no para él. Para él siempre había sido fea y despreciable porque sabía cómo era en realidad. En otros tiempos había sospechado que John Atkins se había arrepentido de casarse con ella pero no había tenido el valor de romper los votos porque era un hombre demasiado bueno para hacer algo así. Pero… ¿cómo podía haber pensado Rocío que él sería capaz de hacerle algo así a su padre?
La mañana de su boda, cuando le había preguntado si había alguien a quien quisiera él había dado por sentado que estaba hablando de ella misma; y el horror que había visto en sus ojos habían hecho que Gastón se maldijera por lo que le había hecho.
Había creído que su capricho de adolescente se había venido abajo al darse cuenta de que él la amaba de una manera demasiado profunda para una chica tan joven. Gastón recordó con dolor que había estado a punto de salir tras ella cuando Henry había tenido el ataque y todo el mundo lo había mirado a él en busca de ayuda. Después ya había sido demasiado tarde para intentar detenerla porque ya había salido del país.
Había utilizado todos sus contactos hasta que había conseguido localizarla y asegurarse de que se encontraba bien. Desde entonces se había mantenido informado de su paradero, de lo que hacía y de a quién veía, pero lo había hecho por ella.
También era por ella por lo que ahora iba camino de Londres en lugar de quedarse en casa explicándole que jamás podría haber estado interesado en Lisa, porque solo había una mujer en su vida y esa era Rocío.
Sin embargo aquella llamada era de la misma agencia que solía informarlo sobre Rocío, y lo llamaban para comunicarle urgentemente que el refugio de Río estaba a punto de cerrar. Por lo visto el dueño del edifico en el que se encontraba dicho refugio quería vender el solar y estaba haciendo todo lo posible para echar a las monjas.
Gastón sabía cuánto significaba para Rocío aquel refugio y quería hacer todo lo que estuviera en su mano para mantenerlo abierto, incluso si para ello tenía que financiar un nuevo local.
Se dirigía a Londres para intentar solucionarlo sin que ella se enterara.

4 comentarios:

  1. subi pronto el proximo cap!! es mas tierno Gas, despues de todo!! Ojala que pronto le diga que esta enamorado de ella y que rochi e diga que esta embarazada!!!

    ResponderEliminar
  2. Ahhhhh quiero massss y quiero que Gas le diga la verdad ya a Rochi!! Subi mas hoyy porfiiiiii!! :)

    ResponderEliminar
  3. no que lindo me mori que Gas este haciendo eso por el hogar de Rio que Rochi tanto cuido, querio ya que se entere de que ella esta embrazada y que Gas le diga que la ama a ella y nunca tuvo nada con Lisa

    ResponderEliminar
  4. @claudiarivero1 me mueroo aca que le dija de una ves que la ama y que esta embarazada lindolo que ase por ese refugio es un amor espero pronto el otrooo besosssss

    ResponderEliminar