domingo, 6 de enero de 2013

Amor por Chantaje Capítulo 6

       Les pido mil disculpas! Yo se que jije que volvía, publique 3 caps y desaparecí nuevamene. Pasa que en febrero me voy de viaje a EEUU de intercambio con mi colegio y estamos con todos los preparativos. Estoy re emocionada por el viaje pero estando a poco tiempo de viajar nadie hace nada de la organización, exepto yo que parezco la única interesada en viajar. Ahora por suerte logré motivar a un par y me estan ayudando. Como es la primera vez que se viaja a EEUU desde mi colegio el viaje no está armado y lo tenemos que armar mosotros. Para colmo las dos profesoras son unas desboladas que no hacen nada y les preguntas algo y te dicen no sé. Fui yo la que le tuve que explicar como hacer los tramites de la visa y de otras cosas que tivimos que hacer a cada uno de mis 13 compañeros y venían con preguntas que facilmente se las podian responer ellos mismos dandole un poquito más de pienso pero era mucho más facil venir a jorobarme a mi para que practicamente se los hiciera yo. Lo que más me molestaba de todo eso era que no me correspondia estar haciendolo se supone que tenian que ser las profesoras pero cuando las llamaban decian no se. Yo lo hice de vuena voluntad pero todo tiene un límite. Entonces fueron dias complicados llenos de cosas que hacer por mi y por el resto y en los ratos lobres mi mal humor era tal que no quería escribir cualquier cosa y que les perjudicadas fueran ustedes, no tenia cabeza para el blog.
       Por eso les pido disculpas por haberlas abandonado nuevamente y como recompensa me voy a dedicar todo el dia de hoy al blog a subir y programar cap y la mañana de mañana (jaja) también. De tarde no porque tengo la reunion de viaje con padres y todo que vamos a hablar del viaje y si todo sale bien vamos a tener una comunicación via Skype con algunas de las familias de allá.
      Ahora si el cap 6 de Amor por Chantaje
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Amor por chantaje Capítulo 6
Siguiendo un impulso, Rocío se acercó a Luigi y le agradeció el detalle con un sincero abrazo y, al principio él respondió del mismo modo, pero de repente la soltó y dio un paso atrás sin dejar de mirar a Gastón.
—Se me olvidaba que ya no eres una chiquilla sino una mujer casada —dijo en tono de disculpa.
En cuanto se quedaron solos, ya sentados a la mesa, Gastón la miró muy serio y le dijo:
—Preferiría que no coquetearas con otros hombres.
—¿Coquetear? —preguntó ella asombrada—. No estaba coqueteando, solo estaba… —se quedó callada al darse cuenta de que no tenía por qué defenderse; no había hecho nada malo y aquella acusación era una ridiculez.
—Puede que sigas siendo virgen, Rochi —continuó diciéndole Gastón apoyado en la mesa para acercarse a ella y que nadie pudiera oír su conversación— pero eso no quiere decir que sigas siendo una jovencita ingenua. Ahora eres una mujer casada… eres mi esposa.
—No puedo creer lo que estoy oyendo —lo interrumpió Rocío tan pronto como pudo reaccionar—. Solo le he dado un abrazo.
—Puede que para ti no tenga ninguna importancia —continuó él con repentina tristeza—. Pero es mucho más de lo que me has dado a mí.
—Eso es muy diferente.
—Claro que es diferente. Yo soy tu marido —respondió con verdadero pesar en el rostro—. Espero que lleves tus cosas al dormitorio principal cuanto antes.
Rocío se preguntó si tendría la menor idea del efecto que aquellas palabras tenían en ella; lo sorprendida y, sí, lo asustada que la hacían sentir.
—A eso se le llama seducir a alguien de forma sutil —dijo ella con sarcasmo y, haciendo un verdadero esfuerzo por no revelar sus emociones, ocultó su rostro detrás de la carta.
Al ver que no había respuesta a sus palabras, bajó la carta y observó en sus ojos que parecía haber llegado a su sensibilidad, atravesando esa coraza que tenía la virtud de haberla repelido y atraído desde el mismo momento en que conoció a Gastón. Pero entonces su expresión cambió y ella comenzó a temblar.
—Voy a ser mucho menos sutil. Te prometo que voy a hacer que grites mi nombre de placer bajo las sábanas, querrás que…
—¡No!
La respuesta de Rocío salió de sus labios como una explosión justo en el momento en el que llegaba el camarero para ver si estaban listos para pedir.
¿Cómo era posible que Gastón pudiera decir algo como lo que acababa de decir y, al instante siguiente, estar hablando con el camarero sobre los platos especiales del día y el vino adecuado para acompañarlos?
—Te va a encantar este vino, Rochi —le dijo cuando volvieron a quedarse solos—. A mí me lo enseño tu padre. Esta cosecha es del mismo año en el que tú naciste. Y al igual que tú… —su voz se había ido convirtiendo en un sensual susurro que acariciaba las palabras mientras que la imaginación traicionera de Rocío se entretenía en preguntarse si su lengua le acariciaría la piel del mismo modo.
—No, no te voy a decir todavía las características que tenéis en común.
Rocío había pedido los mejillones en salsa que tanto había recordado durante aquellos años y los disfrutó con un placer casi infantil, sin darse cuenta de que Gastón la observaba maravillado mientras se los comía.
Al mirarla se preguntó cómo reaccionaría ella si supiera lo que estaba pensando, y lo que estaba sintiendo… y deseando. Bebió un buen trago de vino y decidió que seguramente era mejor que no tuviera la menor idea de lo que le estaba pasando por la cabeza; si lo hubiera sabido habría salido corriendo y no habría parado hasta llegar a Río.
Lo cierto era que, si ella no hubiera regresado, él habría ido a buscarla como llevaba tiempo planeando. Y ahora que estaba en casa tenía que asegurarse de que no volvía a marcharse.
En ese momento Rocío levantó la mirada como si hubiera notado los ojos de Gastón clavados en ella, pero inmediatamente él se concentró en su plato y ella se sintió estúpida por haber creído que estaba observándola a ella.
—¡Gastón y Rocío! Me pareció que erais vosotros —una voz interrumpió sus pensamientos de repente—. ¡Qué sorpresa!
Rocío se quedó desorientada al ver aquella cara tan familiar; era una de las mejores amigas de su madrastra, por la que tampoco había sentido nunca excesiva simpatía. Le resultaba muy chocante ver a alguien conocido cuando llevaba tan poco tiempo allí, pero era comprensible ya que Emporio siempre había sido el restaurante más concurrido de la ciudad.
Podía sentir la curiosidad de Miranda, que estaba de pie al lado de su mesa mientras su marido la esperaba visiblemente impaciente por marcharse.
—¿Hemos de entender que estáis juntos otra vez? —les dijo con una actitud tan directa que le dio náuseas—. La verdad es que siempre me pareció que habías sido demasiado impetuosa al marcharte de aquella manera el mismo día de tu boda —afirmó riéndose con falsedad—. Estoy deseando contárselo a Lisa.
Al ver que ninguno de los dos decía nada, ella continuó hablando.
—Porque no lo sabe todavía, ¿o sí? ¡Madre mía! No creo que vaya a hacerle mucha gracia. Está en el Caribe y no vuelve hasta la próxima semana, ¿no es así? —preguntó dirigiéndose a Gastón.
—Disculpadme —sin esperar a oír la respuesta, Rocío se puso en pie y se dirigió al servicio.
Sabía que era una estupidez que aquello la sorprendiera tanto, se suponía que no debía importarle lo más mínimo la relación que Gastón tuviera con su madrastra. Después de todo, ella estaba allí solo para conseguir el dinero para los niños brasileños, no era porque deseara volver con su marido. Del mismo modo que Gastón solo quería estar con ella para conseguir ese hijo, por eso y por nada más.
Aun así no podía dejar de pensar que las palabras de Miranda habían dejado bien claro lo que seguía habiendo entre Lisa y Gastón. ¿Le habría dicho a ella cuáles eran sus planes con Rocío? Por algún motivo, ella sospechaba que no.
Se secó las manos y la cara, respiró hondo y volvió al comedor con fuerzas renovadas. Cuando llegó a la mesa no había señal de Miranda, así que se sentó sin decir nada. Había empezado a dolerle la cabeza enormemente y tuvo la sensación de estar incubando una gripe o algo así; tenía el estómago revuelto y le dolían los músculos de todo el cuerpo.
—¿Te encuentras bien, Rochi?
—La verdad es que no —respondió algo confundida—. Estoy un poco mareada.
Gastón se levantó y fue hasta ella con cara de preocupación.
—Vamos fuera, el aire fresco te vendrá bien.
Al ver que se acercaba a ella, Rocío se apartó de manera instintiva; tenía que huir de aquellas manos que también habían tocado a Lisa, su enemigo; de aquella voz que ahora demostraba preocupación por ella, pero que seguramente habría pronunciado apasionadas palabras de deseo dirigidas a su madrastra. El acto de procreación que iba a compartir con ella como un mero trámite con Lisa habría sido algo más íntimo y placentero para él… Rocío comenzó a temblar incapaz de soportar las náuseas que estaba sintiendo.
Su rostro debía de estar reflejando sus pensamientos porque Gastón se dio cuenta del rechazo que sentía en aquel momento hacia él.
—Se supone que estamos dándole una segunda oportunidad a nuestro matrimonio —le susurró mientras se dirigían a la puerta del restaurante.
—Tú no quieres dar ninguna oportunidad a nuestro matrimonio —contraatacó Rocío con debilidad—. Tú lo único que quieres es… —al notar la brisa en la cara se quedó callada pensando mejor lo que iba a decir.
—¿Me puedes decir qué demonios te ocurre?
—Nada, ya te lo he dicho, estoy un poco mareada. Claro que no es de extrañar en estas circunstancias… Nada ha cambiado, ¿verdad, Gastón? —le preguntó en tono desafiante.
—¿Es que esperabas que lo hubiera hecho? Eso es un poco ingenuo, ¿no crees?
¡Dios! No se avergonzaba lo más mínimo de lo que estaba haciendo ni de lo que había hecho en el pasado.
—No me habías dicho que Lisa siguiera viviendo por aquí —le dijo con amargura, pero él simplemente se encogió de hombros dando a entender que aquel enfado le parecía totalmente irrelevante—. Lisa estuvo casada con mi padre, es…
—Ya sé quién es Lisa, Rochi —la interrumpió drásticamente.
—Lo sabes pero no te importa, ¿verdad? —ahora que había empezado no podía dejar de decir lo que pensaba.
Gastón murmuró algo ininteligible antes de contestar.
—Siempre fuiste demasiado sensible. Y demasiado… —fuera lo que fuera lo que iba a decir se perdió en el aire cuando otra pareja salió del restaurante y notaron que se quedaban mirándolos algo sorprendidos—. Este no es el lugar más apropiado para tener esta conversación —dijo él entonces agarrándola del brazo mientras comenzaba a andar hacia el coche.
—Suéltame —le pidió Rocío muy alterada—. No soporto que me toques, ni ahora ni nunca…
Era consciente de que él no era el responsable de que Miranda hubiera aparecido en el restaurante, pero sí que lo era de haber traicionado la confianza de su padre y la suya. Lo odiaba, lo despreciaba y lo aborrecía con todas sus fuerzas.
Estaba tan inmersa en su preocupación porque Gastón siguiera teniendo tanto poder sobre ella que no se dio cuenta de que habían llegado a casa hasta que vio que él estaba abriéndole la puerta desde fuera. Al salir se encontró con el cuerpo de Gastón demasiado cerca, tanto que toda ella reaccionó ante su proximidad: podía percibir su olor, tan peligrosamente masculino que hizo que se le pusiera el vello de punta; más aún cuando, al rozarle el brazo notó que se le endurecían los pezones y se le sonrojaba el rostro.
Sin mirarlo a la cara ni un segundo, se apresuró a la puerta pero, una vez allí tuvo que esperarlo porque no tenía llaves. Un inmenso pánico la invadió al observar su rostro mientras se acercaba a ella.
—Rochi —susurró poniéndole ambas manos en los hombros.
—¡No te atrevas a tocarme! —exclamó sin conseguir que la soltara.
—Escúchame.
—No.


Solo vio la furia que transmitían sus ojos durante un instante antes de que su rostro estuviera demasiado encima como para poder distinguir nada.
—Muy bien, parece que esta va a ser la única manera de comunicarme contigo.
Rocío emitió un leve grito de protesta, pero enseguida se olvidó del odio que sentía hacia él porque lo que estaba ocurriéndole era mucho más poderoso y todo su cuerpo estaba concentrado en la explosión de sensaciones que aquel beso estaba provocando.
Fue como sumergir una bola de helado en chocolate caliente: hasta el último centímetro de su piel se estaba derritiendo por él. Era mucho más intenso de lo que jamás habría podido imaginar, y eso que había imaginado aquello millones de veces.
De algún modo, la ira de Gastón se había convertido en una sensualidad en la que no solo estaban participando sus labios sino también sus lenguas, y sus manos. Los movimientos de ambos eran solo un pequeño indicio de toda la pasión contenida que existía entre ellos.
—Me has besado como si llevaras años deseando hacerlo —oyó las palabras de Gastón, mientras todavía podía sentir sus manos pasearse por su espalda y provocándole un millón de escalofríos tan fuertes como descargas eléctricas. Sin embargo, consiguió asimilar lo que quería decir aquella afirmación y, al hacerlo, se alejó de él consciente de lo que acababa de hacer.
—No deseaba nada de esto —aseguró impetuosamente—. Lo único que quiero es recuperar el dinero para ayudar a esos niños, eso es por lo que estoy aquí, acuérdate.
Se quedó mirándolo aunque, en la penumbra en la que se encontraban, no podía ver muy bien la expresión de su rostro, solo notaba que la observaba mientras ella esperaba una respuesta que preveía tajante y fría; pero en lugar de responder, se limitó a abrir la puerta y dejarla entrar en la casa. Rocío cruzó el umbral sin mirarlo siquiera y subió las escaleras, segura de que intentaría detenerla o al menos la llamaría antes de llegar arriba. Pero no fue así y ella no se atrevió a darse la vuelta

2 comentarios:

  1. me encanta la historia!!! segui publicandola, te pediria q lo hicieras mas a la brevedad pero dada las circunstancias no esta disponible hacer ese pedido. Suerte en el viaje!!!

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  2. No te preocupes que ye está toda la nove programada... se va a publicar dia por medio... todos los dias pares... y el hijo del magnate todos los dias impares... como se van a terminar de publicar poco despues que to me vaya estoy viendo de programas dos noves más así no se quedan sin nove... Lo que si no les prometo cap de Una Nueva vida pro el momento... la dejamos en stand by oficialmente... me parece que no da subir un cap cada dos semanas... hasta yo misma me olvido en que iba.. por eso les voy a entretener con otras noves de mientras así escribo varios caps y la puedo subir de forma regular

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