Por eso les pido disculpas por haberlas abandonado nuevamente y como recompensa me voy a dedicar todo el dia de hoy al blog a subir y programar cap y la mañana de mañana (jaja) también. De tarde no porque tengo la reunion de viaje con padres y todo que vamos a hablar del viaje y si todo sale bien vamos a tener una comunicación via Skype con algunas de las familias de allá.
Ahora si el cap 6 de Amor por Chantaje:
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Amor por chantaje Capítulo 6
Siguiendo un impulso, Rocío
se acercó a Luigi y le agradeció el detalle con un sincero abrazo y, al
principio él respondió del mismo modo, pero de repente la soltó y dio un paso
atrás sin dejar de mirar a Gastón.
—Se me olvidaba que ya no
eres una chiquilla sino una mujer casada —dijo en tono de disculpa.
En cuanto se quedaron
solos, ya sentados a la mesa, Gastón la miró muy serio y le dijo:
—Preferiría que no
coquetearas con otros hombres.
—¿Coquetear? —preguntó ella
asombrada—. No estaba coqueteando, solo estaba… —se quedó callada al darse
cuenta de que no tenía por qué defenderse; no había hecho nada malo y aquella
acusación era una ridiculez.
—Puede que sigas siendo
virgen, Rochi —continuó diciéndole Gastón apoyado en la mesa para acercarse a
ella y que nadie pudiera oír su conversación— pero eso no quiere decir que sigas
siendo una jovencita ingenua. Ahora eres una mujer casada… eres mi esposa.
—No puedo creer lo que
estoy oyendo —lo interrumpió Rocío tan pronto como pudo reaccionar—. Solo le he
dado un abrazo.
—Puede que para ti no tenga
ninguna importancia —continuó él con repentina tristeza—. Pero es mucho más de
lo que me has dado a mí.
—Eso es muy diferente.
—Claro que es diferente. Yo
soy tu marido —respondió con verdadero pesar en el rostro—. Espero que lleves
tus cosas al dormitorio principal cuanto antes.
Rocío se preguntó si
tendría la menor idea del efecto que aquellas palabras tenían en ella; lo
sorprendida y, sí, lo asustada que la hacían sentir.
—A eso se le llama seducir
a alguien de forma sutil —dijo ella con sarcasmo y, haciendo un verdadero
esfuerzo por no revelar sus emociones, ocultó su rostro detrás de la carta.
Al ver que no había
respuesta a sus palabras, bajó la carta y observó en sus ojos que parecía haber
llegado a su sensibilidad, atravesando esa coraza que tenía la virtud de
haberla repelido y atraído desde el mismo momento en que conoció a Gastón. Pero
entonces su expresión cambió y ella comenzó a temblar.
—Voy a ser mucho menos
sutil. Te prometo que voy a hacer que grites mi nombre de placer bajo las
sábanas, querrás que…
—¡No!
La respuesta de Rocío salió
de sus labios como una explosión justo en el momento en el que llegaba el
camarero para ver si estaban listos para pedir.
¿Cómo era posible que
Gastón pudiera decir algo como lo que acababa de decir y, al instante
siguiente, estar hablando con el camarero sobre los platos especiales del día y
el vino adecuado para acompañarlos?
—Te va a encantar este
vino, Rochi —le dijo cuando volvieron a quedarse solos—. A mí me lo enseño tu
padre. Esta cosecha es del mismo año en el que tú naciste. Y al igual que tú…
—su voz se había ido convirtiendo en un sensual susurro que acariciaba las
palabras mientras que la imaginación traicionera de Rocío se entretenía en
preguntarse si su lengua le acariciaría la piel del mismo modo.
—No, no te voy a decir
todavía las características que tenéis en común.
Rocío había pedido los
mejillones en salsa que tanto había recordado durante aquellos años y los
disfrutó con un placer casi infantil, sin darse cuenta de que Gastón la
observaba maravillado mientras se los comía.
Al mirarla se preguntó cómo
reaccionaría ella si supiera lo que estaba pensando, y lo que estaba sintiendo…
y deseando. Bebió un buen trago de vino y decidió que seguramente era mejor que
no tuviera la menor idea de lo que le estaba pasando por la cabeza; si lo
hubiera sabido habría salido corriendo y no habría parado hasta llegar a Río.
Lo cierto era que, si ella
no hubiera regresado, él habría ido a buscarla como llevaba tiempo planeando. Y
ahora que estaba en casa tenía que asegurarse de que no volvía a marcharse.
En ese momento Rocío
levantó la mirada como si hubiera notado los ojos de Gastón clavados en ella,
pero inmediatamente él se concentró en su plato y ella se sintió estúpida por
haber creído que estaba observándola a ella.
—¡Gastón y Rocío! Me pareció
que erais vosotros —una voz interrumpió sus pensamientos de repente—. ¡Qué
sorpresa!
Rocío se quedó desorientada
al ver aquella cara tan familiar; era una de las mejores amigas de su
madrastra, por la que tampoco había sentido nunca excesiva simpatía. Le
resultaba muy chocante ver a alguien conocido cuando llevaba tan poco tiempo
allí, pero era comprensible ya que Emporio siempre había sido el restaurante
más concurrido de la ciudad.
Podía sentir la curiosidad
de Miranda, que estaba de pie al lado de su mesa mientras su marido la esperaba
visiblemente impaciente por marcharse.
—¿Hemos de entender que
estáis juntos otra vez? —les dijo con una actitud tan directa que le dio
náuseas—. La verdad es que siempre me pareció que habías sido demasiado
impetuosa al marcharte de aquella manera el mismo día de tu boda —afirmó
riéndose con falsedad—. Estoy deseando contárselo a Lisa.
Al ver que ninguno de los
dos decía nada, ella continuó hablando.
—Porque no lo sabe todavía,
¿o sí? ¡Madre mía! No creo que vaya a hacerle mucha gracia. Está en el Caribe y
no vuelve hasta la próxima semana, ¿no es así? —preguntó dirigiéndose a Gastón.
—Disculpadme —sin esperar a
oír la respuesta, Rocío se puso en pie y se dirigió al servicio.
Sabía que era una estupidez
que aquello la sorprendiera tanto, se suponía que no debía importarle lo más
mínimo la relación que Gastón tuviera con su madrastra. Después de todo, ella
estaba allí solo para conseguir el dinero para los niños brasileños, no era
porque deseara volver con su marido. Del mismo modo que Gastón solo quería
estar con ella para conseguir ese hijo, por eso y por nada más.
Aun así no podía dejar de
pensar que las palabras de Miranda habían dejado bien claro lo que seguía
habiendo entre Lisa y Gastón. ¿Le habría dicho a ella cuáles eran sus planes
con Rocío? Por algún motivo, ella sospechaba que no.
Se secó las manos y la
cara, respiró hondo y volvió al comedor con fuerzas renovadas. Cuando llegó a
la mesa no había señal de Miranda, así que se sentó sin decir nada. Había
empezado a dolerle la cabeza enormemente y tuvo la sensación de estar incubando
una gripe o algo así; tenía el estómago revuelto y le dolían los músculos de
todo el cuerpo.
—¿Te encuentras bien,
Rochi?
—La verdad es que no
—respondió algo confundida—. Estoy un poco mareada.
Gastón se levantó y fue
hasta ella con cara de preocupación.
—Vamos fuera, el aire
fresco te vendrá bien.
Al ver que se acercaba a
ella, Rocío se apartó de manera instintiva; tenía que huir de aquellas manos
que también habían tocado a Lisa, su enemigo; de aquella voz que ahora
demostraba preocupación por ella, pero que seguramente habría pronunciado
apasionadas palabras de deseo dirigidas a su madrastra. El acto de procreación
que iba a compartir con ella como un mero trámite con Lisa habría sido algo más
íntimo y placentero para él… Rocío comenzó a temblar incapaz de soportar las
náuseas que estaba sintiendo.
Su rostro debía de estar
reflejando sus pensamientos porque Gastón se dio cuenta del rechazo que sentía
en aquel momento hacia él.
—Se supone que estamos
dándole una segunda oportunidad a nuestro matrimonio —le susurró mientras se
dirigían a la puerta del restaurante.
—Tú no quieres dar ninguna
oportunidad a nuestro matrimonio —contraatacó Rocío con debilidad—. Tú lo único
que quieres es… —al notar la brisa en la cara se quedó callada pensando mejor
lo que iba a decir.
—¿Me puedes decir qué
demonios te ocurre?
—Nada, ya te lo he dicho,
estoy un poco mareada. Claro que no es de extrañar en estas circunstancias…
Nada ha cambiado, ¿verdad, Gastón? —le preguntó en tono desafiante.
—¿Es que esperabas que lo
hubiera hecho? Eso es un poco ingenuo, ¿no crees?
¡Dios! No se avergonzaba lo
más mínimo de lo que estaba haciendo ni de lo que había hecho en el pasado.
—No me habías dicho que
Lisa siguiera viviendo por aquí —le dijo con amargura, pero él simplemente se
encogió de hombros dando a entender que aquel enfado le parecía totalmente
irrelevante—. Lisa estuvo casada con mi padre, es…
—Ya sé quién es Lisa, Rochi
—la interrumpió drásticamente.
—Lo sabes pero no te
importa, ¿verdad? —ahora que había empezado no podía dejar de decir lo que
pensaba.
Gastón murmuró algo
ininteligible antes de contestar.
—Siempre fuiste demasiado
sensible. Y demasiado… —fuera lo que fuera lo que iba a decir se perdió en el
aire cuando otra pareja salió del restaurante y notaron que se quedaban
mirándolos algo sorprendidos—. Este no es el lugar más apropiado para tener
esta conversación —dijo él entonces agarrándola del brazo mientras comenzaba a
andar hacia el coche.
—Suéltame —le pidió Rocío
muy alterada—. No soporto que me toques, ni ahora ni nunca…
Era consciente de que él no
era el responsable de que Miranda hubiera aparecido en el restaurante, pero sí
que lo era de haber traicionado la confianza de su padre y la suya. Lo odiaba,
lo despreciaba y lo aborrecía con todas sus fuerzas.
Estaba tan inmersa en su
preocupación porque Gastón siguiera teniendo tanto poder sobre ella que no se
dio cuenta de que habían llegado a casa hasta que vio que él estaba abriéndole
la puerta desde fuera. Al salir se encontró con el cuerpo de Gastón demasiado
cerca, tanto que toda ella reaccionó ante su proximidad: podía percibir su
olor, tan peligrosamente masculino que hizo que se le pusiera el vello de
punta; más aún cuando, al rozarle el brazo notó que se le endurecían los
pezones y se le sonrojaba el rostro.
Sin mirarlo a la cara ni un
segundo, se apresuró a la puerta pero, una vez allí tuvo que esperarlo porque
no tenía llaves. Un inmenso pánico la invadió al observar su rostro mientras se
acercaba a ella.
—Rochi —susurró poniéndole
ambas manos en los hombros.
—¡No te atrevas a tocarme!
—exclamó sin conseguir que la soltara.
—Escúchame.
—No.
Solo vio la furia que
transmitían sus ojos durante un instante antes de que su rostro estuviera
demasiado encima como para poder distinguir nada.
—Muy bien, parece que esta
va a ser la única manera de comunicarme contigo.
Rocío emitió un leve grito
de protesta, pero enseguida se olvidó del odio que sentía hacia él porque lo
que estaba ocurriéndole era mucho más poderoso y todo su cuerpo estaba
concentrado en la explosión de sensaciones que aquel beso estaba provocando.
Fue como sumergir una bola
de helado en chocolate caliente: hasta el último centímetro de su piel se
estaba derritiendo por él. Era mucho más intenso de lo que jamás habría podido
imaginar, y eso que había imaginado aquello millones de veces.
De algún modo, la ira de
Gastón se había convertido en una sensualidad en la que no solo estaban
participando sus labios sino también sus lenguas, y sus manos. Los movimientos
de ambos eran solo un pequeño indicio de toda la pasión contenida que existía
entre ellos.
—Me has besado como si
llevaras años deseando hacerlo —oyó las palabras de Gastón, mientras todavía
podía sentir sus manos pasearse por su espalda y provocándole un millón de
escalofríos tan fuertes como descargas eléctricas. Sin embargo, consiguió
asimilar lo que quería decir aquella afirmación y, al hacerlo, se alejó de él
consciente de lo que acababa de hacer.
—No deseaba nada de esto
—aseguró impetuosamente—. Lo único que quiero es recuperar el dinero para
ayudar a esos niños, eso es por lo que estoy aquí, acuérdate.
Se quedó mirándolo aunque, en la penumbra en la que se encontraban, no
podía ver muy bien la expresión de su rostro, solo notaba que la observaba
mientras ella esperaba una respuesta que preveía tajante y fría; pero en lugar
de responder, se limitó a abrir la puerta y dejarla entrar en la casa. Rocío
cruzó el umbral sin mirarlo siquiera y subió las escaleras, segura de que
intentaría detenerla o al menos la llamaría antes de llegar arriba. Pero no fue
así y ella no se atrevió a darse la vuelta

me encanta la historia!!! segui publicandola, te pediria q lo hicieras mas a la brevedad pero dada las circunstancias no esta disponible hacer ese pedido. Suerte en el viaje!!!
ResponderEliminarNo te preocupes que ye está toda la nove programada... se va a publicar dia por medio... todos los dias pares... y el hijo del magnate todos los dias impares... como se van a terminar de publicar poco despues que to me vaya estoy viendo de programas dos noves más así no se quedan sin nove... Lo que si no les prometo cap de Una Nueva vida pro el momento... la dejamos en stand by oficialmente... me parece que no da subir un cap cada dos semanas... hasta yo misma me olvido en que iba.. por eso les voy a entretener con otras noves de mientras así escribo varios caps y la puedo subir de forma regular
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