— ¡Lo encontré!
—Dijo Lali, corriendo fuera de la habitación Peter.
— ¿Qué haces aquí?
—Preguntó él. El olor a whisky voló con los copos de nieve, y mi ira
incontrolable superó cualquier necesidad de fingir indiferencia.
—Es bueno ver que
pareces a tu antiguo yo, Gas —dije. El calor que irradiaba de mi cara quemaba
mis ojos y emborronaba mi visión.
—Nos estábamos yendo
—gruñó Lali, agarrando mi mano, mientras pasábamos a Gaston.
Nos precipitamos
escaleras abajo hacia su coche, y yo me sentí agradecida de que sólo estuviera
un poco más allá, sintiendo las lágrimas brotando de mis ojos. Casi me caí
hacia atrás cuando mi abrigo se enganchó en algo a medio paso. La mano de Lali
se deslizó fuera de la mía y ella se dio la vuelta al mismo tiempo que yo.
El puño de Gaston
estaba agarrando mi abrigo y mis oídos parecían arder, escociendo en el frío de
la noche. Sus labios y su cuello estaban de un ridículo tono de color rojo
oscuro.
— ¿A dónde vas? —Dijo, medio borracho, con una mirada medio
confundida en sus ojos.
—A casa —le contesté
toscamente, estirando mi abrigo cuando me soltó.
— ¿Qué estás
haciendo aquí?
Yo podía oír el
crujido nieve acumulada bajo los pies de Lali, mientras caminaba detrás de mí,
y Peter se precipitó escaleras abajo para quedarse pie detrás de Gaston, con
los ojos fijos y cautelosos en su novia.
—Lo siento. Si yo
hubiera sabido que ibas a estar aquí, no habría venido.
Él se metió las
manos en los bolsillos del abrigo. —Puedes venir aquí cuando quieras, Pajarita.
Nunca quise que te mantuvieras alejada.
Yo no podía
controlar la acidez en mi voz. —No quiero interrumpir. —Levanté la mirada a lo
alto de las escaleras donde Eugenia estaba parada con una expresión de
suficiencia—. Disfruta de tu noche —dije, dándome la vuelta.
Me agarró del brazo.
—Espera. ¿Estás enfadada?
Tiré de mi abrigo
para quitarme de su agarre. —Sabes... ni siquiera sé por qué me sorprende.
Sus cejas se
fruncieron. —No puedo ganar contigo. ¡Nunca hago nada bien
contigo! Me dices que tú lo has superado... ¡Me siento malditamente miserable
con esto! Tuve que romper mi teléfono en mil pedazos para evitar llamarte a
cada minuto de cada maldito día. He tenido que aparentar que todo está bien en
la escuela para que puedas ser feliz... ¿Y estás jodidamente enojada conmigo?
¡Me rompiste el jodido corazón! —Sus últimas palabras hicieron eco en la
noche.
—Gaston, estás
borracho. Deja que Rochi se vaya a casa —dijo Peter.
Gaston me agarró de
los hombros y me empujó hacia él. — ¿Me quieres o no? ¡No puedes seguir
haciéndome esto, Pajarita!
—No he venido aquí
para verte —dije, levantando la mirada hacia él.
—Yo no la quiero
—dijo, mirando fijamente mis labios—. Sólo estoy tan jodidamente triste, Pajarita.
—Sus ojos mostraron determinación y se inclinó hacia adelante, inclinando la
cabeza para besarme.
Le agarré por la
barbilla, echándole hacia atrás. —Tienes su lápiz labial en tu boca, Gaston
—dije, disgustada.
Él dio un paso atrás
y se levantó la camisa, limpiándose la boca. Se quedó mirando fijamente las
rayas rojas en el tejido blanco y sacudió la cabeza. —Yo sólo quería olvidar.
Sólo por una maldita noche.
Me sequé una lágrima
que se escapó. —Entonces no dejes que te lo impida.
Traté de hacer mi retirada hacia el Honda, pero Gaston me
agarró del brazo otra vez. Al momento siguiente, Lali estaba golpeando el brazo
con sus puños. Él la miró, parpadeando por un momento, con incredulidad. Ella
sin dejar de golpear con sus puños y golpeándolos contra su pecho hasta que me
liberó.
— ¡Déjala en paz,
hijo de puta!
Peter la agarró y
ella lo apartó, girándose para abofetear la cara de Gaston. El sonido de su
mano contra la mejilla fue rápido y fuerte, y me estremecí con el ruido.
Todo el mundo se
congeló por un momento, sorprendidos por la rabia repentina de Lali.
Gaston frunció el
ceño, pero él no se defendió. Peter la agarró de nuevo, sosteniendo sus muñecas
y tirando de ella hacia su coche mientras ella se revolvía.
Ella luchó contra
él, su pelo balanceándose con sus intentos de escapar. Me quedé sorprendida por
su determinación para alcanzar a Gaston. El odio puro brillaba en sus, por lo
general, dulces y alegres ojos.
— ¿Cómo pudiste?
¡Ella merecía algo mejor de ti, Gaston!
—Lali, ¡DETENTE!
—Gritó Peter, más fuerte de lo que nunca le había oído.
Sus brazos cayeron a
sus costados mientras miraba a Peter con incredulidad. — ¿Estás defendiéndolo?
Aunque parecía
nervioso, él se mantuvo firme. —Rochi rompió con él. Sólo está tratando
de seguir adelante.
Sus ojos se
entrecerraron y tiró de su brazo para salir de su agarre.
—Bueno, entonces
¿por qué no vas a buscar un PUTA cualquiera, —miró a Eugenia—,y la traes a casa
para follar, y luego me haces saber si te ayuda a olvidarte de mí?
—La. —Peter la
agarró, pero ella lo evadió, cerrando de golpe la puerta cuando ella se sentó
detrás del volante. Me senté a su lado, tratando de no mirar a Gaston.
—Bebé, no te vayas
—suplicó Peter, inclinándose hacia abajo en la ventana.
Ella encendió el
auto. —Hay un lado correcto y un lado incorrecto aquí, Pet. Y estás en
el lado equivocado.
—Estoy en tu lado
—dijo, sus ojos desesperados.
—Ya no, no lo estás
—dijo, echando marcha atrás.
— ¿Lali? ¡Lali! —Gritó Peter tras ella mientras aceleraba por
la carretera, dejándole detrás.
Suspiré. —La, no
puedes romper con él por esto. Él tiene razón.
Lali puso su mano
sobre la mía y la apretó. —No, no la tiene. Nada de lo que acaba de
pasar fue correcto.
Cuando nos detuvimos
en el estacionamiento, el teléfono de Lali sonó. Ella puso en blanco los ojos
mientras contestaba—: No quiero que me llames más. Lo digo en serio, Pet
—dijo—. No, no eres... porque no quiero que lo hagas, por eso. No puedes
defender lo que él ha hecho, no puedes tolerar que lastime así a Rochi y estar
conmigo... ¡eso es exactamente lo que quiero decir, Peter! ¡No importa! ¡No ves
a Rochi liarse con el primer chico que ve! No es por Gaston, ese es el
problema, Peter. ¡Él no te pidió que lo defendieras! Ugh... He
terminado de hablar de esto. No me llames otra vez. Adiós.
Salió de golpe del
coche y fue pisando fuerte a través de la carretera y subió las escaleras.
Traté de mantener el paso con ella, a la espera de escuchar el otro lado de la
conversación.
Cuando su teléfono
sonó de nuevo, lo apagó. —Gaston hizo que Pet llevara a Eugenia a casa. Quería
pasarse por aquí al volver.
—Deberías darle la
oportunidad, La.
—No. Tú eres mi mejor
amiga. No puedo soportar lo que vi esta noche, y no puedo estar con alguien
que lo defienda. Fin de la conversación, Rochi, lo digo en serio.
Asentí con la cabeza
y ella me abrazó por los hombros, tirando de mí hacia su costado mientras
subíamos las escaleras hacia nuestras habitaciones.
Mery ya estaba
dormida, y me salté la ducha, metiéndome en la cama completamente vestida,
abrigo y todo. Yo no podía dejar de pensar en Gaston tambaleándose en la puerta
con Eugenia, o el lápiz labial rojo restregado por su rostro. Traté de bloquear
las repugnantes imágenes de lo que habría sucedido si no hubiera estado allí, y
me arrollaron varias emociones, rayando la desesperación.
Peter estaba en lo
cierto. Yo no tenía derecho a estar enojada, pero no ayudaba a ignorar el
dolor.
Agustin negó con la
cabeza cuando me senté en la mesa junto a él. Yo sabía que me veía horrible; yo
apenas tuve energía para cambiarme de ropa y
cepillarme los dientes. Yo había dormido sólo una hora la
noche anterior, incapaz de librarme del recuerdo de los labios pintados de rojo
en la boca de Gaston ni de la culpabilidad de que Peter y Lali hubieran roto.
Lali optó por
quedarse en la cama, sabiendo que una vez que la ira cediera, la depresión se
instalaría. Ella amaba Peter, y aunque estaba decidida a terminar las cosas
porque él había elegido el lado equivocado, ella estaba dispuesta a sufrir la
reacción de su decisión.
Después de clase, Agustin
me acompañó hasta la cafetería. Como había temido, Peter estaba esperando en la
puerta a Lali.
Cuando me vio, no dudó.
— ¿Donde está La?
—No vino a clase
esta mañana.
— ¿Ella está en su
habitación? —dijo,.
—Lo siento, Peter
—dije desde atrás.
Se quedó paralizado
y se dio la vuelta, con el rostro de un hombre que había llegado a su límite. —
¡Desearía que Gaston y tú terminaran con esta mierda! ¡Son un maldito tornado!
Cuando son felices, todo es amor y paz y mariposas. ¡Cuando están enojados,
arrasan hacia abajo a todo el jodido mundo ustedes!
Se alejó con pasos
fuertes y yo exhalé el aliento que estaba sosteniendo. —Eso fue bien.
Agustin me llevó a
la cafetería. —Todo el mundo. Wow. ¿Crees que podría funcionar tu vudú
antes de la prueba el viernes?
—Veré lo que puedo
hacer.
Agustin eligió una
mesa diferente, y yo estuve más que feliz de seguirlo allí. Gaston se sentó con
sus hermanos de fraternidad, pero él no tenía una bandeja y no se quedó mucho
tiempo. Él me vio justo cuando se iba, pero él no se detuvo.
—Entonces, Lali y Peter
rompieron, también, ¿eh? —Preguntó Agustin, mientras masticaba.
—Estuvimos anoche en
donde Pet y Gaston llegó a casa con Eugenia y... fue un desastre. Ellos tomaron
partes.
—Ay.
—Exactamente. Me
siento muy mal.
Agustin me dio unas
palmaditas en la espalda. —No puedes controlar las decisiones que toman, Rochi.
Así que, ¿supongo que esto significa que podremos saltarnos la fiesta de San
Valentín?
—Eso parece.
Agustin sonrió.
—Todavía te llevaré a algún sitio. Las llevaré a ti y a La. Será divertido.
Me apoyé en su
hombro. —Eres el mejor, Agustin.
Yo no había pensado
en San Valentín, pero yo estaba contenta de tener planes. No me podía imaginar
cómo de triste me sentiría pasarlo con Lali solamente, escuchar su perorata
sobre Peter y Gaston toda la noche. Ella todavía haría eso—no sería Lali si
ella no lo hiciera—pero al menos sería una diatriba limitada si estábamos en
público.
Las semanas de enero
pasaron, y después de un intento loable, pero fallido por parte de Peter para
conseguir que Lali volviera con él, vi cada vez menos a él y a Gaston. En
febrero, ellos dejaron de ir a la cafetería todos juntos, y sólo vi a Gaston
unas cuantas veces en mi camino a clase.
El fin de semana
antes del Día de San Valentín, Lali y Agustin me convencieron para ir al Red, y
durante todo el camino en coche hacia el club, temía ver a Gaston allí.
Nosotras entramos, y yo respiré con alivio al no ver ninguna señal de él.
—Primeras rondas de
mi parte —dijo Agustin, señalando una mesa y deslizándose entre la multitud
hacia la barra.
Nos sentamos y vimos
como la pista de baile pasaba de estar vacía a rebosar de estudiantes
universitarios borrachos.
Después de nuestra
quinta ronda, Agustin nos empujó a la pista de baile, y finalmente me sentí lo
suficientemente relajada para pasar un buen rato. Nos reímos y chocamos una
contra otra, riendo histéricamente cuando un tipo balanceó a su pareja de baile
dando una vuelta y ella perdió su mano, deslizándose por el suelo sobre su
costado.
Lali levantó las
manos por encima de la cabeza, agitando sus rizos con la música. Me reí de su
rostro habitual de baile y luego me detuve abruptamente cuando vi venir a Peter
detrás de ella. Le susurró algo al oído y ella se volteó. Intercambiaron
palabras y luego Lali tomó mi mano, llevándome a nuestra mesa.
—Por supuesto. La
noche en que salimos, y él aparece —refunfuñó.
Agustin nos trajo
dos copas más, incluyendo un chupito para cada uno. —Pensé que podrían
necesitarlos.
—Pensaste correctamente. —Lali inclinó la cabeza hacia atrás
antes de que pudiéramos brindar y sacudí la cabeza, chocando mi copa con la de Agustin.
Traté de mantener mis ojos en los rostros de mis amigos, preocupada de que si Peter
estaba allí, Gaston no estaría muy lejos.
Otra canción sonó
por los altavoces y Lali se puso de pie. —A la mierda. No me voy a quedar
sentada en esta mesa el resto de la noche.
— ¡Bravo chica! —Agustin
sonrió, siguiéndola a la pista de baile.
Los seguí, mirando a
mi alrededor buscando a Peter. Había desaparecido, y me relajé, tratando de quitarme
de encima la sensación de que Gaston se presentaría en la pista de baile con Eugenia.
Un chico que había visto por el campus bailaba detrás de Lali, y ella sonrió,
dando la bienvenida a la distracción. Tenía la sospecha de que ella estaba
haciendo un show para su propio disfrute, con la esperanza de que Peter lo
vería. Aparté la mirada por un segundo, y cuando miré de nuevo a Lali, su
pareja de baile ya no estaba. Ella se encogió de hombros, sin dejar de agitar
sus caderas al ritmo.
La siguiente canción
empezó a sonar y un chico diferente apareció detrás de Lali, su amigo bailando
junto a mí. Después de unos momentos, mi pareja de baile maniobró detrás de mí,
y me sentí un poco insegura cuando sentí sus manos en mis caderas. Como si
hubiera leído mi mente, sus manos dejaron mi cintura. Miré detrás de mí, y él
se había ido. Miré hacia Lali, y el hombre detrás de ella se había ido también.
Agustin parecía un
poco nervioso, pero cuando Lali levantó una ceja ante su expresión, sacudió la
cabeza y continuó bailando.
Para la tercera
canción, estaba sudorosa y cansada. Me retiré a nuestra mesa, apoyando mi
cabeza pesada en mi mano, y me eché a reír mientras veía a otro esperanzado
pidiendo a Lali un baile.
Ella me guiñó un ojo
desde la pista de baile, y luego yo me puse rígida cuando lo vi siendo empujado
hacia atrás, desapareciendo entre la multitud.
Me puse de pie y
caminé alrededor de la pista de baile, manteniendo mi ojo en el sitio a donde
él fue empujado, y sentí la adrenalina quemar a través del alcohol en mis venas
cuando vi a Peter sujetando por el cuello al tipo en cuestión. Gaston estaba a
su lado, riendo histéricamente hasta que levantó la vista y me vio
observándoles. Él golpeó el brazo de Peter, y cuando Peter miró en mi
dirección, empujó a la víctima de espaldas sobre el suelo.
No me tomó mucho
tiempo averiguar lo que estaba pasando: habían estado sacando a los chicos que
estaban bailando con nosotras fuera de la pista de baile y amenazándoles para
que se mantuvieran alejados de nosotras.
Entrecerré los ojos
hacia ellos y luego me dirigí a Lali. La multitud era densa, y yo tuve que
empujar a algunas personas fuera de mi camino. Peter me agarró la mano antes de
que llegara a la pista de baile.
— ¡No se lo digas! —Dijo, tratando de suavizarlo con su
sonrisa.
— ¿Qué demonios crees
que estás haciendo, Pet?
Se encogió de
hombros, todavía orgulloso de sí mismo. —La quiero. No puedo permitir que otros
chicos bailen con ella.
—Entonces, ¿cuál es
tu excusa para tirar del tipo que estaba bailando conmigo? —dije, cruzándome de
brazos.
—Ese no fui yo —dijo
Peter, rápidamente echando un vistazo a Gaston—. Lo siento, Rochi. Estábamos
simplemente divirtiéndonos.
—No es
divertido.
— ¿El qué no es
divertido? —dijo Lali, mirando fijamente a Peter.
Él tragó saliva,
disparándome una mirada suplicante en mi dirección. Yo le debía un favor, así
que mantuve la boca cerrada. Él suspiró de alivio cuando se dio cuenta de que
no lo delataría, y luego miró a Lali con dulce adoración. — ¿Quieres bailar?
—No, no quiero
bailar —dijo ella, caminando de regreso a la mesa. Él la siguió, dejándonos a
Gaston y mí parados juntos.
Gaston se encogió de
hombros. — ¿Quieres bailar?
— ¿Qué? ¿Eugenia no
está aquí?
Él negó con la
cabeza. —Solías ser una borracha dulce.
—Feliz de
decepcionarte —dije, volviéndome hacia la barra.
Él me siguió,
empujando a dos chicos de sus asientos. Le miré fijamente por un momento, pero
no me hizo caso, se sentó y luego me observó con una expresión expectante.
— ¿Vas a sentarte?
Te invito a una cerveza.
—Pensé que no
comprabas bebidas para chicas en el bar.
Él inclinó la cabeza
en mi dirección, con un gesto impaciente. —Eres diferente.
—Eso es lo que
dices.
—Vamos, Pajarita.
¿Qué pasó con eso de ser amigos?
—No podemos ser
amigos, Gaston. Obviamente.
— ¿Por qué no?
—Porque no quiero
verte sobándote con una chica diferente cada noche, y tú no dejarás que nadie
baile conmigo.
Él sonrió. —Te
quiero. No puedo permitir que otros chicos bailen contigo.
— ¿Ah, sí? ¿Cuánto
me amabas cuando compraste la caja de condones?
Gaston hizo una mueca y yo me puse de pie, haciendo mi camino
a la mesa. Peter y Lali estaban inmersos en un fuerte abrazo, y haciendo una
escena, mientras se besaban apasionadamente.
—Creo que vamos a la
fiesta de San Valentín de nuevo —dijo Agustin con el ceño fruncido.
Suspiré. —Mierda.

HAY MUY BUENO EL CAP PERO QUE VUELVAN MIS RUBIOS
ResponderEliminaren serioo me azes sufrir con la novelaaa k bueno k esten juntos lali y peter pero kiero amis rubios juntossss yaaa falta muxo para k esten juntoss
ResponderEliminarpense que no iban a volver Lali y Peter, necesito ya otro capitulo, necesito saber ya que va pasar entre Gas y Ro
ResponderEliminarSiento decir que esta vez Rocio no tenia razon para enojarse y llorar. Fue ella quien lo ha dejado, y es logico que ahora Gaston, para olvidarse de ella, haga lo que el 'antiguo gas' hacia. Gaston tenia toda la razon para echarla de casa y para gritar que ella le rompio el corazon. Rocio ha tenido mas que un mes para llamarlo y para decirle lo que, cuando el le propuso de ser amigos,callo. Con la frase 'Yo sólo quería olvidar. Sólo por una maldita noche' me hace entender que Gas no estuvo con ninguna en las vaca, no cierto? LOS QUIERO JUNTOS YA!
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