miércoles, 23 de enero de 2013

hERMOSO DESASTRE, TREINTA Y SIETE


No me había sentido nerviosa de verlo pelear desde la pelea que había tenido con Brady, pero no podía evitar la sensación ominosa que había tenido desde que pusimos un pie ahi. Algo que estaba fuera de lugar, y Gaston también lo sentía.
Gaston me agarró de los hombros y me plantó un beso en los labios. Se apartó rápidamente, asintiendo con la cabeza una vez. —Esa es toda la suerte que necesito.
Aún estaba sorprendida por la calidez de los labios de Gaston cuando Peter tiró de mi brazo a la pared hasta llegar al lado de Bauer. Fui golpeada y recibí codazos, me recordó a la primera noche que vi a Gaston luchar, pero la multitud era menos amistosa y algunos de los estudiantes del Estado estaban hostiles. Los de aca aplaudían y silban a Gaston cuando entró al Círculo, y la multitud del Estado abucheó a Gaston y animaban a Brady.
Estaba en una posición privilegiada para ver a Brady observar a Gaston, impaciente para que el cuerno sonara. Como era costumbre, Gaston tenía una leve sonrisa en su rostro, sin ser afectado por los gritos a su alrededor. Cuando Bauer comenzó la pelea, Gaston intencionalmente dejó que Brady tomara el primer golpe. Me sorprendí cuando su rostro tiró con fuerza hacia el otro lado con el golpe. Brady había entrenado.
Gaston sonrió, sus dientes de un color rojo brillante y luego se concentró a esquivar todos los golpes de Brady.
— ¿Por qué está dejando que le dé tanto? —Le pregunté a Peter.
—No creo que se lo esté permitiendo, ya no, —dijo Peter, sacudiendo la cabeza—. No te preocupes, Rochi. Se está preparando para llevarlo al nivel superior.
Después de diez minutos Brady estaba sin aliento, pero todavía lanzaba golpes sólidos en los costados y la mandíbula de Gaston. Gaston atrapó el zapato de Brady cuando éste intentó darle una patada, y mantuvo su pie en alto con una mano, luego le dio un puñetazo en la nariz con una fuerza increíble para luego levantar su pierna aún más alto, causando que Brady perdiera el equilibrio. La multitud estalló cuando Brady cayó al suelo, pero no estuvo allí por mucho tiempo. Se puso de pie, ahora con dos líneas de color rojo oscuro deslizándose por su nariz. Al momento siguiente, consiguió azotarle dos golpes a la cara de Gaston. La sangre se deslizó de un corte en la ceja hasta tocar su mejilla.
Cerré los ojos y me alejé un poco con la esperanza de que Gaston terminara la pelea pronto. El pequeño movimiento de mi cuerpo me arrojó a la corriente de los espectadores, y antes de que pudiera darme cuenta, estaba a
varios metros alejada de un Peter preocupado. Luché contra la multitud, hasta que sentí una pared detrás de mí.
La puerta más cercana estaba al lado opuesto de la habitación, a la misma distancia de la puerta por donde habíamos venido. Mi espalda se estrelló contra la pared de concreto, dejándome sin aliento.
— ¡Pet! —Grité, agitando la mano por encima de mí para llamar su atención. La lucha estaba en su apogeo. Nadie podía oírme.
Un hombre perdió el equilibrio y utilizo mi camisa para equilibrarse, derramando su cerveza sobre mí. Estaba empapada desde el cuello hasta la cintura, hediendo con un olor amargo de cerveza barata. El hombre todavía tenía la camisa entre sus manos mientras trataba de ponerse de pie, y retiré sus dedos hasta que me soltó. No me tomó en cuenta dos veces, abriéndose paso a empujones a través de la multitud.
— ¡Hey! ¡Yo te conozco! —Gritó un hombre en mi oído.
Me alejé, reconociéndolo de inmediato. Era Benja, el hombre al que Gaston había amenazado en el bar—el hombre que de alguna manera se había librado de los cargos por asalto sexual.
—Sí, —dije, buscando un hueco entre la multitud mientras arreglaba mi camisa.
—Ese es un bonito brazalete, —dijo, deslizando su mano por mi brazo hasta tomar mi muñeca.
—Hey, —le advertí, tirando de mi mano de su agarre.
Se frotó el brazo, balaceándose y sonriendo. —Fuimos groseramente interrumpidos la última vez que hablamos.
Me paré sobre la punta de mis pies, viendo a Gaston lanzar dos golpes al rostro de Brady, y observando a la multitud entre cada uno. Estaba buscándome en vez de concentrarse en la pelea. Tenía que volver a mi lugar antes de que él estuviese demasiado distraído.
Apenas había avanzado dos pasos hacia la multitud cuando los dedos de Benja se clavaron en la parte de atrás de mis jeans. Mi espalda se estrelló contra la pared una vez más.
—No he terminado de hablar contigo, —dijo Benja, mirando mi camisa mojada con intención lasciva.
Saqué su mano de la parte de atrás de mis jeans, encajándole mis uñas. — ¡Suéltame! —Grité cuando opuso resistencia.
Se rió y escaneé la multitud en busca de un rostro familiar cuando me apretó contra él. —No quiero dejarte ir.
Traté de alejarlo lejos, pero sus brazos eran fuertes y su agarre férreo. Presa del pánico, no podía distinguir a los estudiantes del Estado a los de aca. Nadie parecía darse cuenta de mi lucha contra Benja, y estaba tan ruidoso, nadie me podía oír protestar, tampoco. Él se inclinó, deslizando su mano hasta mi trasero y dándome un apretón.
—Siempre supe que tenías un culo espectacular, —dijo, respirando cerveza rancia en mi cara.
— ¡DÉJAME! —Grité, empujándolo.
Busqué a Peter, y vi que Gaston finalmente me había visto entre la multitud. Al instante trató de abrirse camino ante los cuerpos que lo rodeaban.
— ¡Gaston! —Grité, pero fue ahogado en medio de los gritos. Empujé a Benja con una mano y traté de tomar a Gaston con la otra.
Gaston había avanzado un poco antes de ser empujando de nuevo en el Círculo. Brady se aprovechó de la distracción de Gaston y chocó su codo contra el costado de su cabeza.
La multitud se calmó un poco cuando Gaston azotó un puñetazo a alguien en la multitud, tratando de llegar a mí una vez más.
— ¡Suéltala maldita sea! —Gritó Gaston.
En la línea entre donde yo estaba y los intentos desesperados de Gaston de llegar a mí, las cabezas se volvieron hacia mí. Benja no estaba consciente, tratando de mantenerme quieta el tiempo suficiente para besarme. Deslizó su nariz a través del hueso de mi mejilla hasta llegar a mi cuello.
—Hueles muy bien, —susurró.
Alejé su rostro de mí, pero me agarró la muñeca, imperturbable.
Con los ojos muy abiertos, busqué a Gaston otra vez. Él desesperadamente me señaló y luego miró a Peter. — ¡Ve por ella! ¡Pet! ¡Ve por ella! —Dijo, todavía tratando de abrirse paso entre la multitud. Brady tiró de él de nuevo al Círculo y lo golpeó de nuevo.
—Eres una puta caliente, ¿lo sabías? —Dijo Benja.
Cerré los ojos cuando sentí su boca en mi cuello. La irá brotó en mí y lo empujé de nuevo. — ¡Dije que me SUELTES! —Grité, pegándole con mi rodilla en la ingle.
Se dobló, con una mano volando automáticamente a la fuente del dolor, y la otra aferrándose a mi camisa, negándose a soltarme.
— ¡Perra! —Gritó.
En el momento siguiente, estaba libre. Los ojos de Peter eran salvajes, su mirada fija en Benja cuando lo tomó por el cuello de su camisa. Él lo
sostuvo contra la pared mientras lanzaba golpe tras golpe con su puño en su, deteniéndose cuando la sangre comenzó a brotar de la boca y nariz de Benja.
Peter me llevó a las escaleras, empujando a cualquiera que se interponía en su camino. Él me ayudó a través de una ventana abierta, y luego por una escalera de incendios, atrapándome en sus brazos cuando salté los pocos metros hasta el suelo.
— ¿Estás bien, Rochi? ¿Te hizo daño? —Preguntó Peter.
Una de las mangas de mi suéter blanco estaba rota, de lo contrario hubiese salido ilesa. Sacudí mi cabeza, todavía aturdida.
Peter suavemente tomó mis mejillas entre sus manos, mirándome a los ojos. —Rochi, respóndeme. ¿Estás bien?
Asentí con la cabeza. Cuando la adrenalina desapareció de mi sangre, las lágrimas comenzaron a fluir. —Estoy bien.
Me abrazó, apretando su mejilla contra mi frente y luego se puso rígido. — ¡Por aquí, Gas!
Gaston corrió hacia nosotros a toda velocidad, deteniéndose sólo cuando me tuvo en sus brazos. Estaba cubierto de sangre, sus ojos y boca salpicados de rojo.
—Jesucristo… ¿Está lastimada? —Preguntó.
La mano de Peter aún seguía en mi espalda. —Ella dice que está bien.
Gaston puso sus manos en mis hombros y frunció el ceño. — ¿Te ha hecho daño, Pajarita?
Mientras negaba con la cabeza, vi el primer montón de gente gateando por debajo de la escalera de incendios. Gaston me sostuvo fuertemente entre sus brazos, observando los rostros en silencio. Un hombre de baja estatura se congeló cuando se dio cuenta de que estábamos de pie en la acera.
—Tú, —gruñó Gaston.
Me soltó, corriendo por el césped, tacleando al hombre contra la tierra.
Miré a Peter, confundida y horrorizada.
—Ese es el tipo que continuaba empujando a Gaston en el Círculo, —dijo Peter.
Un pequeño grupo de espectadores se reunió alrededor de ellos mientras se enfrentaban en el suelo. Gaston le dio un puñetazo en la cara al hombre una y otra vez. Peter me sostuvo contra su pecho, todavía jadeando. El hombre dejó de pelear, y Gaston lo dejó en la tierra en un montón de sangre. Los que se reunieron alrededor de él se dispersaron, dejándole libre el camino al ver la ira en sus ojos.
— ¡Gaston! —Gritó Peter, señalando al otro lado del edificio.
Benja cojeaba entre las sombras, usando la pared de ladrillo para sostenerse a sí mismo. Cuando oyó gritar a Peter llamando la atención de Gaston, se volvió justo a tiempo. Benja tomo por el césped, tirando la cerveza que sostenía en la mano y moviéndose tan rápido como sus piernas le permitían hacia la calle. Cuando llegó a su coche, Gaston lo agarró y lo estrelló contra él.
Benja le suplicó a Gaston, Gaston se apoderó de su camisa y estampó su cabeza contra la puerta del coche. Las suplicas se terminaron ante el sordo ruido de su cráneo contra el parabrisas, y luego Gaston lo llevó a la parte delantera del coche y rompió el faro con la cara de Benja. Gaston lo lanzó sobre el capo, presionando su cara sobre el metal mientras le gritaba obscenidades.
— Puta madre, —dijo Peter. Me volví para ver al lugar resplandeciendo de azul y rojo ante las luces de la patrulla acercándose rápidamente. La multitud de personas saltaron desde el aterrizaje, formando una cascada humana por la escalera de incendios, y después una ráfaga de estudiantes se disparó hacia todas las direcciones.
— ¡Gaston! —Grité.
Gaston dejó el cuerpo inerte de Benja en el capó del coche para dirigirse hacia nosotros. Peter me llevó hasta el estacionamiento, abriéndome la puerta. Di un salto en el asiento trasero, esperando ansiosamente a que ambos entraran al coche. Coches arrancaban de sus lugares dirigiéndose a otra dirección, deteniéndose brutalmente cuando una segunda unidad de policía bloqueó el camino.
Gaston y Peter saltaron a sus asientos, y Peter maldijo cuando vio a los coches impidiéndole la única salida. Encendió el coche, y el Charger rebotó cuando saltó la acera. Se dio la vuelta a lo largo de la hierba, y volamos entre dos edificios, rebotando otra vez cuando el coche tocó la carretera detrás de la escuela.
Los neumáticos chirriaron y el motor rugió cuando Peter azotó su pie en el acelerador. Me deslicé a través del asiento hasta tocar la puerta del coche cuando dio un giro, lastimando mi codo ya adolorido. El alumbrado de las calles eran pequeñas líneas de luz a través de la ventana mientras nos dirigíamos al apartamento, pero pareció que una hora había pasado cuando nos detuvimos en el estacionamiento.
Peter estacionó el Charger y apagó la ignición. Los chicos abrieron sus puertas en silencio, y Gaston se deslizó al asiento de atrás, levantándome en sus brazos.
— ¿Qué pasó? Mierda, Gas, ¿qué le sucedió a tu rostro? —Dijo Lali, corriendo escaleras abajo.
—Te lo diré adentro, —dijo Peter, guiándola hacia la puerta.
Gaston me llevó por las escaleras, a través del living y por el pasillo sin decir palabra alguna, recostándome sobre su cama. cafre manoseaba mis piernas, saltando sobre la cama para lamerme el rostro.
—Ahora no, amigo, —dijo Gaston en voz baja, llevando el cachorro a la sala y cerrando la puerta.
Se arrodilló delante de mí, tocando las puntas rotas de la manga. Su ojo estaba comenzando a ponerse rojo e hinchado. La piel sobre él tenía un corte y estaba húmedo con la sangre. Sus labios estaban manchados de púrpura, y sus nudillos estaban lastimados. Su camiseta blanca estaba manchada con la combinación de sangre, hierba y tierra.
Le toqué el ojo e hizo una mueca de dolor, alejando mi mano. —Lo siento mucho, Pajarita. Traté de llegar a ti. Lo intenté… —Se aclaró la garganta, tragándose la ira y preocupación que lo atragantaban—. No podía llegar a ti.
— ¿Puedes preguntarle a Lali si puede llevarme a casa ahora? —Dije.
—No puedes ir allí esta noche. El lugar está plagado de policías. Quédate aquí. Dormiré en el sofá.
Tomé una respiración vacilante, tratando de no llorar. Él ya se sentía bastante mal.
Gaston se levantó y abrió la puerta.
— ¿A dónde vas? —Le pregunté.
—Tengo que tomar una ducha. Ya vuelvo.
Lali lo empujó a un lado, sentándose a mi lado en la cama, tirando de mí hacia su pecho. — ¡Siento tanto no haber estado allí! —Exclamó.
—Estoy bien, —le dije, secándome la cara manchada de lágrimas.
Peter tocó a la puerta al entrar, trayéndome un vaso pequeño lleno de whisky.
—Toma, —dijo, entregándoselo a Lali. Ella envolvió mis manos alrededor de él y me dio un codazo.
Incliné la cabeza hacia atrás, dejando el líquido fluir por mi garganta. Hice una mueca cuando el whisky quemó mi garganta y estómago. —Gracias, —dije, entregándole el vaso vacío a Peter.
—Debí haber llegado a ti más rápido. Ni siquiera me di cuenta de que ella se había ido. Lo siento, Rochi. Debí de…
—No es tu culpa, Pet. No es culpa de nadie.
—Es la culpa de Benja, —bulló—. Ese bastardo estaba jodiéndola contra la pared.
— ¡Bebé! —Dijo Lali, tirando de mí a su lado.
—Necesito otro trago, —le dije.
—Yo también, —dijo Peter, volviendo a la cocina.
Gaston entró con una toalla envuelta en su cintura, con una lata de cerveza fría contra su ojo. Lali salió de la habitación sin decir una palabra cuando Gaston se puso sus calzoncillos y luego agarró la almohada. Peter y Lali trajeron cuatro vasos esta vez, todos llenos hasta el tope con licor. Todos tragamos el whisky sin dudarlo.
—Te veré en la mañana, —dijo Lali, besando mi mejilla.
Gaston tomó mi copa, colocándola en la mesita de noche. Él me miró un momento y luego se acercó a su armario, tirando de una camiseta de la percha y arrojándola a la cama.
—Siento ser un cabrón, —dijo, sosteniendo la cerveza contra su ojo.
—Tienes un aspecto horrible. Te sentirás como una mierda mañana.
Él negó con la cabeza, disgustado. —Rochi, fuiste atacada esta noche. No te preocupes por mí.
—Es difícil no hacerlo cuando tu ojo está tan inflamado, —le dije, situando su camisa sobre mi regazo.
Su mandíbula se tensó. —Esto no hubiera pasado si te hubiese dejado con Pablo. Pero sabía que si te preguntaba, vendrías. Quería demostrarle que aún eres mía, y después saliste lastimada.
Las palabras me tomaron por sorpresa, como si no lo hubiera oído bien. — ¿Por eso me preguntaste que te acompañara esta noche? ¿Para probarle un punto a Pablo?
—Algo así, —dijo, avergonzado.
La sangre abandonó mi rostro. Por primera vez desde que nos conocimos, Gaston me había engañado. Yo había ido con él pensando que él me necesitaba, pensando que a pesar de todo, estábamos de vuelta a donde estábamos antes. No era más que una bebida hidratante, él había marcado su territorio, y yo se lo había permitido.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. —Fuera de aquí.
—Pajarita, —dijo, dando un paso hacia mí.
— ¡FUERA! —Dije, cogiendo la copa de la mesita de noche y arrogándosela. Se agachó, y ésta se estrelló contra la pared en cientos de fragmentos pequeños—. Te odio.  
Gaston exhaló como si el aire hubiese sido eliminado de él y con una expresión de dolor, me dejó sola.
Me deshice de mi ropa, tirando su camiseta sobre mi cabeza. El ruido que abandonó mi garganta me sorprendió. Había pasado un largo tiempo desde que sollozaba incontrolablemente. Después de unos momentos, Lali entró en la habitación.
Ella se metió en la cama y envolvió sus brazos alrededor de mí. No me hizo preguntas o trató de consolarme, sólo me sostuvo mientras dejaba que las lágrimas se estrellaran contra la almohada. 

3 comentarios:

  1. pensé que venia todo bien, y Gas solo por celoso arruino todo, deteste al bastardo de Benja que suerte que Rochi se supo defender...
    Ya quiero que vuelvan a estar juntos..

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  2. ahhh nooo me estas aziendo sufrir con la novelaaa muy malll kiero k vuelvan yaaaa no seas malaaa

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