No me había sentido
nerviosa de verlo pelear desde la pelea que había tenido con Brady, pero no
podía evitar la sensación ominosa que había tenido desde que pusimos un pie ahi.
Algo que estaba fuera de lugar, y Gaston también lo sentía.
Gaston me agarró de
los hombros y me plantó un beso en los labios. Se apartó rápidamente,
asintiendo con la cabeza una vez. —Esa es toda la suerte que necesito.
Aún estaba
sorprendida por la calidez de los labios de Gaston cuando Peter tiró de mi
brazo a la pared hasta llegar al lado de Bauer. Fui golpeada y recibí codazos,
me recordó a la primera noche que vi a Gaston luchar, pero la multitud era
menos amistosa y algunos de los estudiantes del Estado estaban hostiles. Los de
aca aplaudían y silban a Gaston cuando entró al Círculo, y la multitud del
Estado abucheó a Gaston y animaban a Brady.
Estaba en una
posición privilegiada para ver a Brady observar a Gaston, impaciente para que
el cuerno sonara. Como era costumbre, Gaston tenía una leve sonrisa en su
rostro, sin ser afectado por los gritos a su alrededor. Cuando Bauer comenzó la
pelea, Gaston intencionalmente dejó que Brady tomara el primer golpe. Me
sorprendí cuando su rostro tiró con fuerza hacia el otro lado con el golpe.
Brady había entrenado.
Gaston sonrió, sus
dientes de un color rojo brillante y luego se concentró a esquivar todos los
golpes de Brady.
— ¿Por qué está
dejando que le dé tanto? —Le pregunté a Peter.
—No creo que se lo
esté permitiendo, ya no, —dijo Peter, sacudiendo la cabeza—. No te preocupes,
Rochi. Se está preparando para llevarlo al nivel superior.
Después de diez
minutos Brady estaba sin aliento, pero todavía lanzaba golpes sólidos en los
costados y la mandíbula de Gaston. Gaston atrapó el zapato de Brady cuando éste
intentó darle una patada, y mantuvo su pie en alto con una mano, luego le dio
un puñetazo en la nariz con una fuerza increíble para luego levantar su pierna
aún más alto, causando que Brady perdiera el equilibrio. La multitud estalló
cuando Brady cayó al suelo, pero no estuvo allí por mucho tiempo. Se puso de
pie, ahora con dos líneas de color rojo oscuro deslizándose por su nariz. Al
momento siguiente, consiguió azotarle dos golpes a la cara de Gaston. La sangre
se deslizó de un corte en la ceja hasta tocar su mejilla.
Cerré los ojos y me
alejé un poco con la esperanza de que Gaston terminara la pelea pronto. El
pequeño movimiento de mi cuerpo me arrojó a la corriente de los espectadores, y
antes de que pudiera darme cuenta, estaba a
varios metros alejada de un Peter preocupado. Luché contra la
multitud, hasta que sentí una pared detrás de mí.
La puerta más
cercana estaba al lado opuesto de la habitación, a la misma distancia de la
puerta por donde habíamos venido. Mi espalda se estrelló contra la pared de
concreto, dejándome sin aliento.
— ¡Pet! —Grité,
agitando la mano por encima de mí para llamar su atención. La lucha estaba en
su apogeo. Nadie podía oírme.
Un hombre perdió el
equilibrio y utilizo mi camisa para equilibrarse, derramando su cerveza sobre
mí. Estaba empapada desde el cuello hasta la cintura, hediendo con un olor
amargo de cerveza barata. El hombre todavía tenía la camisa entre sus manos
mientras trataba de ponerse de pie, y retiré sus dedos hasta que me soltó. No
me tomó en cuenta dos veces, abriéndose paso a empujones a través de la
multitud.
— ¡Hey! ¡Yo te
conozco! —Gritó un hombre en mi oído.
Me alejé,
reconociéndolo de inmediato. Era Benja, el hombre al que Gaston había amenazado
en el bar—el hombre que de alguna manera se había librado de los cargos por asalto
sexual.
—Sí, —dije, buscando
un hueco entre la multitud mientras arreglaba mi camisa.
—Ese es un bonito
brazalete, —dijo, deslizando su mano por mi brazo hasta tomar mi muñeca.
—Hey, —le advertí,
tirando de mi mano de su agarre.
Se frotó el brazo,
balaceándose y sonriendo. —Fuimos groseramente interrumpidos la última vez que
hablamos.
Me paré sobre la
punta de mis pies, viendo a Gaston lanzar dos golpes al rostro de Brady, y
observando a la multitud entre cada uno. Estaba buscándome en vez de
concentrarse en la pelea. Tenía que volver a mi lugar antes de que él estuviese
demasiado distraído.
Apenas había
avanzado dos pasos hacia la multitud cuando los dedos de Benja se clavaron en
la parte de atrás de mis jeans. Mi espalda se estrelló contra la pared una vez
más.
—No he terminado de
hablar contigo, —dijo Benja, mirando mi camisa mojada con intención lasciva.
Saqué su mano de la
parte de atrás de mis jeans, encajándole mis uñas. — ¡Suéltame! —Grité cuando
opuso resistencia.
Se rió y escaneé la
multitud en busca de un rostro familiar cuando me apretó contra él. —No quiero
dejarte ir.
Traté de alejarlo lejos, pero sus brazos eran fuertes y su
agarre férreo. Presa del pánico, no podía distinguir a los estudiantes del
Estado a los de aca. Nadie parecía darse cuenta de mi lucha contra Benja, y
estaba tan ruidoso, nadie me podía oír protestar, tampoco. Él se inclinó,
deslizando su mano hasta mi trasero y dándome un apretón.
—Siempre supe que
tenías un culo espectacular, —dijo, respirando cerveza rancia en mi cara.
— ¡DÉJAME! —Grité,
empujándolo.
Busqué a Peter, y vi
que Gaston finalmente me había visto entre la multitud. Al instante trató de
abrirse camino ante los cuerpos que lo rodeaban.
— ¡Gaston! —Grité,
pero fue ahogado en medio de los gritos. Empujé a Benja con una mano y traté de
tomar a Gaston con la otra.
Gaston había
avanzado un poco antes de ser empujando de nuevo en el Círculo. Brady se
aprovechó de la distracción de Gaston y chocó su codo contra el costado de su
cabeza.
La multitud se calmó
un poco cuando Gaston azotó un puñetazo a alguien en la multitud, tratando de
llegar a mí una vez más.
— ¡Suéltala maldita
sea! —Gritó Gaston.
En la línea entre
donde yo estaba y los intentos desesperados de Gaston de llegar a mí, las
cabezas se volvieron hacia mí. Benja no estaba consciente, tratando de
mantenerme quieta el tiempo suficiente para besarme. Deslizó su nariz a través
del hueso de mi mejilla hasta llegar a mi cuello.
—Hueles muy bien,
—susurró.
Alejé su rostro de
mí, pero me agarró la muñeca, imperturbable.
Con los ojos muy
abiertos, busqué a Gaston otra vez. Él desesperadamente me señaló y luego miró
a Peter. — ¡Ve por ella! ¡Pet! ¡Ve por ella! —Dijo, todavía tratando de abrirse
paso entre la multitud. Brady tiró de él de nuevo al Círculo y lo golpeó de
nuevo.
—Eres una puta
caliente, ¿lo sabías? —Dijo Benja.
Cerré los ojos
cuando sentí su boca en mi cuello. La irá brotó en mí y lo empujé de nuevo. —
¡Dije que me SUELTES! —Grité, pegándole con mi rodilla en la ingle.
Se dobló, con una
mano volando automáticamente a la fuente del dolor, y la otra aferrándose a mi
camisa, negándose a soltarme.
— ¡Perra! —Gritó.
En el momento
siguiente, estaba libre. Los ojos de Peter eran salvajes, su mirada fija en Benja
cuando lo tomó por el cuello de su camisa. Él lo
sostuvo contra la pared mientras lanzaba golpe tras golpe con
su puño en su, deteniéndose cuando la sangre comenzó a brotar de la boca y
nariz de Benja.
Peter me llevó a las
escaleras, empujando a cualquiera que se interponía en su camino. Él me ayudó a
través de una ventana abierta, y luego por una escalera de incendios,
atrapándome en sus brazos cuando salté los pocos metros hasta el suelo.
— ¿Estás bien,
Rochi? ¿Te hizo daño? —Preguntó Peter.
Una de las mangas de
mi suéter blanco estaba rota, de lo contrario hubiese salido ilesa. Sacudí mi
cabeza, todavía aturdida.
Peter suavemente
tomó mis mejillas entre sus manos, mirándome a los ojos. —Rochi, respóndeme.
¿Estás bien?
Asentí con la cabeza.
Cuando la adrenalina desapareció de mi sangre, las lágrimas comenzaron a fluir.
—Estoy bien.
Me abrazó, apretando
su mejilla contra mi frente y luego se puso rígido. — ¡Por aquí, Gas!
Gaston corrió hacia
nosotros a toda velocidad, deteniéndose sólo cuando me tuvo en sus brazos.
Estaba cubierto de sangre, sus ojos y boca salpicados de rojo.
—Jesucristo… ¿Está
lastimada? —Preguntó.
La mano de Peter aún
seguía en mi espalda. —Ella dice que está bien.
Gaston puso sus
manos en mis hombros y frunció el ceño. — ¿Te ha hecho daño, Pajarita?
Mientras negaba con
la cabeza, vi el primer montón de gente gateando por debajo de la escalera de
incendios. Gaston me sostuvo fuertemente entre sus brazos, observando los
rostros en silencio. Un hombre de baja estatura se congeló cuando se dio cuenta
de que estábamos de pie en la acera.
—Tú, —gruñó Gaston.
Me soltó, corriendo
por el césped, tacleando al hombre contra la tierra.
Miré a Peter,
confundida y horrorizada.
—Ese es el tipo que
continuaba empujando a Gaston en el Círculo, —dijo Peter.
Un pequeño grupo de
espectadores se reunió alrededor de ellos mientras se enfrentaban en el suelo.
Gaston le dio un puñetazo en la cara al hombre una y otra vez. Peter me sostuvo
contra su pecho, todavía jadeando. El hombre dejó de pelear, y Gaston lo dejó
en la tierra en un montón de sangre. Los que se reunieron alrededor de él se
dispersaron, dejándole libre el camino al ver la ira en sus ojos.
— ¡Gaston! —Gritó Peter, señalando al otro lado del edificio.
Benja cojeaba entre
las sombras, usando la pared de ladrillo para sostenerse a sí mismo. Cuando oyó
gritar a Peter llamando la atención de Gaston, se volvió justo a tiempo. Benja tomo
por el césped, tirando la cerveza que sostenía en la mano y moviéndose tan
rápido como sus piernas le permitían hacia la calle. Cuando llegó a su coche,
Gaston lo agarró y lo estrelló contra él.
Benja le suplicó a
Gaston, Gaston se apoderó de su camisa y estampó su cabeza contra la puerta del
coche. Las suplicas se terminaron ante el sordo ruido de su cráneo contra el
parabrisas, y luego Gaston lo llevó a la parte delantera del coche y rompió el
faro con la cara de Benja. Gaston lo lanzó sobre el capo, presionando su cara
sobre el metal mientras le gritaba obscenidades.
— Puta madre, —dijo Peter.
Me volví para ver al lugar resplandeciendo de azul y rojo ante las luces de la
patrulla acercándose rápidamente. La multitud de personas saltaron desde el
aterrizaje, formando una cascada humana por la escalera de incendios, y después
una ráfaga de estudiantes se disparó hacia todas las direcciones.
— ¡Gaston! —Grité.
Gaston dejó el
cuerpo inerte de Benja en el capó del coche para dirigirse hacia nosotros. Peter
me llevó hasta el estacionamiento, abriéndome la puerta. Di un salto en el
asiento trasero, esperando ansiosamente a que ambos entraran al coche. Coches
arrancaban de sus lugares dirigiéndose a otra dirección, deteniéndose
brutalmente cuando una segunda unidad de policía bloqueó el camino.
Gaston y Peter
saltaron a sus asientos, y Peter maldijo cuando vio a los coches impidiéndole
la única salida. Encendió el coche, y el Charger rebotó cuando saltó la acera.
Se dio la vuelta a lo largo de la hierba, y volamos entre dos edificios,
rebotando otra vez cuando el coche tocó la carretera detrás de la escuela.
Los neumáticos chirriaron
y el motor rugió cuando Peter azotó su pie en el acelerador. Me deslicé a través
del asiento hasta tocar la puerta del coche cuando dio un giro, lastimando mi
codo ya adolorido. El alumbrado de las calles eran pequeñas líneas de luz a través
de la ventana mientras nos dirigíamos al apartamento, pero pareció que una hora
había pasado cuando nos detuvimos en el estacionamiento.
Peter estacionó el
Charger y apagó la ignición. Los chicos abrieron sus puertas en silencio, y
Gaston se deslizó al asiento de atrás, levantándome en sus brazos.
— ¿Qué pasó?
Mierda, Gas, ¿qué le sucedió a tu rostro? —Dijo Lali, corriendo
escaleras abajo.
—Te lo diré adentro, —dijo Peter, guiándola hacia la puerta.
Gaston me llevó por
las escaleras, a través del living y por el pasillo sin decir palabra alguna,
recostándome sobre su cama. cafre manoseaba mis piernas, saltando sobre la cama
para lamerme el rostro.
—Ahora no, amigo,
—dijo Gaston en voz baja, llevando el cachorro a la sala y cerrando la puerta.
Se arrodilló delante
de mí, tocando las puntas rotas de la manga. Su ojo estaba comenzando a ponerse
rojo e hinchado. La piel sobre él tenía un corte y estaba húmedo con la sangre.
Sus labios estaban manchados de púrpura, y sus nudillos estaban lastimados. Su
camiseta blanca estaba manchada con la combinación de sangre, hierba y tierra.
Le toqué el ojo e
hizo una mueca de dolor, alejando mi mano. —Lo siento mucho, Pajarita. Traté de
llegar a ti. Lo intenté… —Se aclaró la garganta, tragándose la ira y preocupación
que lo atragantaban—. No podía llegar a ti.
— ¿Puedes
preguntarle a Lali si puede llevarme a casa ahora? —Dije.
—No puedes ir allí
esta noche. El lugar está plagado de policías. Quédate aquí. Dormiré en el
sofá.
Tomé una respiración
vacilante, tratando de no llorar. Él ya se sentía bastante mal.
Gaston se levantó y
abrió la puerta.
— ¿A dónde vas? —Le
pregunté.
—Tengo que tomar una
ducha. Ya vuelvo.
Lali lo empujó a un
lado, sentándose a mi lado en la cama, tirando de mí hacia su pecho. — ¡Siento
tanto no haber estado allí! —Exclamó.
—Estoy bien, —le
dije, secándome la cara manchada de lágrimas.
Peter tocó a la
puerta al entrar, trayéndome un vaso pequeño lleno de whisky.
—Toma, —dijo,
entregándoselo a Lali. Ella envolvió mis manos alrededor de él y me dio un
codazo.
Incliné la cabeza
hacia atrás, dejando el líquido fluir por mi garganta. Hice una mueca cuando el
whisky quemó mi garganta y estómago. —Gracias, —dije, entregándole el vaso
vacío a Peter.
—Debí haber llegado
a ti más rápido. Ni siquiera me di cuenta de que ella se había ido. Lo siento,
Rochi. Debí de…
—No es tu culpa, Pet.
No es culpa de nadie.
—Es la culpa de Benja, —bulló—. Ese bastardo estaba
jodiéndola contra la pared.
— ¡Bebé! —Dijo Lali,
tirando de mí a su lado.
—Necesito otro
trago, —le dije.
—Yo también, —dijo Peter,
volviendo a la cocina.
Gaston entró con una
toalla envuelta en su cintura, con una lata de cerveza fría contra su ojo. Lali
salió de la habitación sin decir una palabra cuando Gaston se puso sus
calzoncillos y luego agarró la almohada. Peter y Lali trajeron cuatro vasos
esta vez, todos llenos hasta el tope con licor. Todos tragamos el whisky sin
dudarlo.
—Te veré en la
mañana, —dijo Lali, besando mi mejilla.
Gaston tomó mi copa,
colocándola en la mesita de noche. Él me miró un momento y luego se acercó a su
armario, tirando de una camiseta de la percha y arrojándola a la cama.
—Siento ser un
cabrón, —dijo, sosteniendo la cerveza contra su ojo.
—Tienes un aspecto
horrible. Te sentirás como una mierda mañana.
Él negó con la
cabeza, disgustado. —Rochi, fuiste atacada esta noche. No te preocupes por mí.
—Es difícil no
hacerlo cuando tu ojo está tan inflamado, —le dije, situando su camisa sobre mi
regazo.
Su mandíbula se
tensó. —Esto no hubiera pasado si te hubiese dejado con Pablo. Pero sabía que
si te preguntaba, vendrías. Quería demostrarle que aún eres mía, y después
saliste lastimada.
Las palabras me
tomaron por sorpresa, como si no lo hubiera oído bien. — ¿Por eso me
preguntaste que te acompañara esta noche? ¿Para probarle un punto a Pablo?
—Algo así, —dijo,
avergonzado.
La sangre abandonó
mi rostro. Por primera vez desde que nos conocimos, Gaston me había engañado.
Yo había ido con él pensando que él me necesitaba, pensando que a pesar de
todo, estábamos de vuelta a donde estábamos antes. No era más que una bebida
hidratante, él había marcado su territorio, y yo se lo había permitido.
Mis ojos se llenaron
de lágrimas. —Fuera de aquí.
—Pajarita, —dijo,
dando un paso hacia mí.
— ¡FUERA! —Dije,
cogiendo la copa de la mesita de noche y arrogándosela. Se agachó, y ésta se estrelló
contra la pared en cientos de fragmentos pequeños—. Te odio.
Gaston exhaló como si el aire hubiese sido eliminado de él y
con una expresión de dolor, me dejó sola.
Me deshice de mi
ropa, tirando su camiseta sobre mi cabeza. El ruido que abandonó mi garganta me
sorprendió. Había pasado un largo tiempo desde que sollozaba
incontrolablemente. Después de unos momentos, Lali entró en la habitación.
Ella se metió en la
cama y envolvió sus brazos alrededor de mí. No me hizo preguntas o trató de
consolarme, sólo me sostuvo mientras dejaba que las lágrimas se estrellaran
contra la almohada.

pensé que venia todo bien, y Gas solo por celoso arruino todo, deteste al bastardo de Benja que suerte que Rochi se supo defender...
ResponderEliminarYa quiero que vuelvan a estar juntos..
ahhh nooo me estas aziendo sufrir con la novelaaa muy malll kiero k vuelvan yaaaa no seas malaaa
ResponderEliminarQIERO MAS DALE!!!
ResponderEliminar