Mis llaves chocaron contra la madera de nogal del aparador en el
pasillo, el
primer ruido fuerte para romper el silencio entre Lali y yo.
Después de
una noche ocupada en el bar, mi cabeza por lo general zumbaba, y
me
tomaba unas pocas horas relajarme antes de que pudiera dirigirme a
la
cama, pero esta noche era peor. Todavía podía sentir a Gaston en
mi boca,
en mi pecho, entre mis piernas. Todavía podía olerlo y saborearlo
por el
amor de Dios. Y fingí que no sentí nada de esto mientras él hacía
como
prometió y nos vio a mí y a Lali en un taxi después de mi turno.
De hecho,
no le dije ni una palabra a él.
No le dije ni una palabra a nadie.
Alistar y Gaston eran los únicos dos que sabían por qué. Craig me
miró
con confusión por el resto de la noche, probablemente
preguntándose a
dónde se había ido mi buen humor, y yo evité los ojos de Lali. Los
evité en
el bar, los evité afuera en la acera, los evité en el taxi y los
evitaba ahora.
Quitándome mis zapatos, mantuve mi espalda hacia ella, y luego la
dejé en
el pasillo mientras me movía hacia la cocina para conseguir un
vaso de
agua.
—¿No vamos a hablar sobre ello entonces? —preguntó Lali en voz
baja,
siguiéndome.
La miré por encima de mi hombro, fingiendo ignorancia.
—¿Hablar de qué?
Me lanzó una mirada de exasperación.
—Sobre el hecho de que Gaston estaba hirviendo sobre tu beso con
Craig,
que te siguió hasta la zona del personal y no volvió durante
veinte minutos
y cuando volvió parecía que hubiera sido mutilado por una mujer
No pude evitarlo. Me eché a reír ante lo visual.
Lali no lucía divertida.
—¡Rochi! En serio, ¿qué está pasando?
La risa murió de mis labios.
—Me besó. Nos detuvimos. No está sucediendo de nuevo.
—Gaston no dará marcha atrás si piensa que tú estás interesada.
—No estoy interesada. —Estoy muy interesada.
—Creo que lo estás y yo…
—Lali. —Me di vuelta, mis nervios estirados al máximo—. Sólo para,
bien.
Por favor. No quiero hablar de esto.
Parecía una niña a la que le hubieran quitado su juguete favorito.
—Pero…
—Lali.
—Bien. —Suspiró.
En un esfuerzo por sacar su mente de ello, me recosté contra el
mostrador
con una peculiaridad interesada de mi ceja derecha.
—Entonces ¿qué pasaba contigo y Peter esta noche?
—Soy como tú. No quiero hablar de ello.
Sí claro.
—Lali…
Sus pálidos ojos se estrecharon infelizmente.
—Está bien, así que quiero hablar de ello. Maldita sea, ¿cómo puedes ser
tan buena en todo lo de guardar cosas? —Hizo un puchero—. Es
realmente difícil.
Sonreí y sacudí mi cabeza.
—No para mí.
Me sacó la lengua y se dejó caer cansadamente en una silla de la
cocina.
—Estoy hecha polvo. Esta noche fue agotadora.
—¿De ahí el mal humor?
—No estoy de mal humor.
—Estás un poco malhumorada.
—Bueno, tú lo estarías también si hubieras tenido que aguantar a Peter
esta noche.
Me deslicé en el asiento a su lado, preguntándome si debería
entrenar en
el gimnasio más duro esta semana en preparación para patear el
trasero
de Peter.
—¿Qué paso, cariño?
—Él me está confundiendo. —Lali hizo una mueca, mirándome con
tristeza—. Sigue diciendo que sólo somos amigos pero actúa como si
no lo
fuéramos. Gaston está tan obsesionado contigo que ni siquiera notó
el
comportamiento de Peter esta noche, y Peter usó eso en su ventaja.
—Lo noté poniéndose todo posesivo, tirándote hacia abajo a
su lado y todo eso.
—¿Posesivo? Cuanto más intentaba ser indiferente hacia él, más se
metía
en mi espacio. Y luego cuando Gaston se encontraba contigo, le pedí
explicaciones. Le pregunté por Nicolas y por qué actuaba tan raro…
—¿Y qué te dijo?
—Que Nicolas no era lo suficientemente bueno para mí y que si yo
hubiera dejado de actuar como una niña petulante, él hubiera
dejado de
ser controlador.
El tipo era bueno. Reí sin humor.
—Linda forma de eludir la pregunta real, ¿eh?
—Bueno, tú sabrías todo sobre eso —gruñó.
Resoplé.
—Miau.
Lali gimió.
—Oh, Dios, Rochi, lo siento. Estoy actuando como una perra.
—Creo que es encantador. En serio.
Se rió y sacudió su cabeza, sus ojos cayendo canspadamente.
—Estás loca. —Se puso de pie—. Pero te amo. —Bostezó mientras yo
me
congelaba ante sus palabras—. Necesito mi cama. Hablaremos por la
mañana, trataremos de hacer sentido del sinsentido de Peter, ¿sí?
Pero te quiero.
—Uh… sí —respondí, aturdida.
—Buenas noches.
—Buenas noches.
Pero te quiero…
… —Vamos —le
rogué a Mery—. Será divertido. Pablo estará allí.
Mery me miró
dubitativa.
—Totalmente me
avergoncé a mí misma en la última fiesta salvaje, Rochi, y
eso no implicaba
tener que usar un bikini.
Rodé mis ojos.
—Todos nos
avergonzamos a sí mismos en la última fiesta salvaje. Ese es
un poco el punto.
Vamos. Nate estará allí y realmente quiero pasar el rato
con él esta
noche.
—Rochi, tal vez
deberíamos pasarnos esta. Hemos estado yendo a muchas
fiestas
últimamente.
Sonriendo, pasé
un brazo alrededor de su cuello y tiré de ella a mi lado.
—Somos chicas. Se
supone que vamos de fiesta. —Necesitaba ir de fiesta.
Necesitaba
olvidar—. Y no quiero ir de fiesta sin ti. ¿Te diré qué? Incluso voy
a vomitar sobre
una animadora de JV por ti. De esa forma, no importa lo que
hagas, todavía
habré cometido el acto más traicionero de la noche.
Mery rió,
abrazándome cerca.
—Estás loca… pero te quiero
… Las paredes se cerraron sobre mí mientras mi pecho se apretaba
fuerte.
Jadeé tratando de respirar.
Estaba muriendo.
El ataque de pánico duró más tiempo esta vez, esas palabras
negándose a
permitir que me concentrara.
Eventualmente, luché hasta la realidad, empujando los recuerdos y
permitiendo que mi cuerpo respirara.
Cuando terminó, quería llorar más de lo que siempre había querido
llorar
en mucho tiempo. Pero el llanto sólo me haría débil. En lugar de
eso, me
puse de pie con las piernas temblorosas y pisé los recuerdos en
las
baldosas de la cocina. Para el momento en que me cambié y me
deslicé en
la cama, fingí que todo estaba olvidado.
—¿Tuviste otro ataque de pánico? —preguntó la buena Dra.
Suavemente.
¿Por qué yo lo había mencionado? Nada bueno podía salir de ello.
Ella
nunca sería capaz de darle un giro a lo que pasó.
—Sí, no importa.
—Sí que importa, Rochi. ¿Qué desencadenó este?
Miré mis pies.
—Mi amiga.
—¿Cuál?
Mi mejor amiga.
—Mery.
—No has mencionado a Mery antes.
—No.
—¿Por qué Mery desencadenó un ataque de pánico, Rochi?
Mis ojos se levantaron lentamente hacia ella, el crudo dolor
ardiendo a
través de mí.
—Porque murió. —Tomé una respiración profunda—. Y es mi culpa.
Desperté poco antes del mediodía y fui inmediatamente condenada
por los
recuerdos de anoche. Memorias de Gaston y el sabor de lo que era
posible
entre nosotros. En un esfuerzo por olvidar, pasé el almuerzo
hablando en
círculos sobre Peter con Lali, y combatiendo los nervios que
seguían
zumbando en mi vientre cada vez que pensaba en la promesa de
Gaston
de venir a verme esa noche.
Estaba justo preparándome para dirigirme por un baño cuando el
teléfono
de Lali sonó y maldijo mientras se desplazaba a través de un
mensaje.
—¿Qué? —pregunté perezosamente, mientras alejaba nuestros platos
del
almuerzo.
—Gaston está siendo retenido en la oficina de nuevo, se está
perdiendo
otra cena familiar. Tendré que aguantar las veinte preguntas de mi
mamá
preguntando si él está bien.
Ignoré la punzada de decepción en mi pecho. Si Gaston trabajaba
esta
noche no estaría viniendo después de todo. Debería estar
enloqueciendo de
regocijo.
—Tu mamá realmente vela por él, ¿eh?
—Bueno, la mamá de Gaston es una egoísta, vanidosa, codiciosa
bruja
que revoloteaba dentro y fuera de su vida cuando le convenía. No
la ha
visto en años. Así que… sí. Mi mamá vela por él porque su propia
madre
no lo hace.
¿Cómo podía su madre no preocuparse por él? Era Gaston Dalmau por
el amor de Cristo.
—Eso es increíble. No puedo imaginar hacerle eso a mi propio hijo.
—No es
que yo fuera a
tener alguno.
Lali me dio sus ojos tristes.
—Gaston se parece mucho a nuestro padre. La mamá de Gaston,
Evelyn,
realmente lo amaba. Terminó las cosas con ella abruptamente. Le
dejó un
poco de dinero. Cuando ella le dijo que estaba embarazada, él dijo
que
cuidaría de Gaston, pero que no quería tener nada que ver con
ella.
Cuando ella mira a Gaston, todo lo que ve es al hombre que le rompió
el
corazón y por eso nunca ha sido muy cariñosa. Nunca. Gaston pasó
sus
años de escuela en casa con un padre distante pero
controlador, y sus veranos volando por Europa viendo a su madre
conectar
con idiotas ricos que no tenían tiempo para niños.
Me dolió el corazón por el pequeño niño Gaston.
Y cometí el error de dejar que se mostrara en mi cara.
—Oh, Rochi… —Lali dijo en voz baja—. Está bien, ya sabes.
No me importaba. Me eché hacia atrás de su expresión suave.
—No me importa.
Sus labios se apretaron juntos pero no dijo nada. En cambio, se
puso de
pie y cuando pasó junto a mí apretó mi hombro.
Me quedé mirando el fregadero, preguntándome cómo había logrado
hacerme esto a mí misma. ¿Adónde había ido la máscara que mantenía
todo a raya? ¿Por qué se mantenía resbalando cuando Lali o Gaston
se
encontraban alrededor?
Sintiéndome mal, agarré mi teléfono y me dirigí al baño para
sumergirme
en la bañera y ahogarlo todo con algunas canciones, pero mientras
me
desvestía, mi teléfono sonó.
Gaston
llamando.
Me quedé mirando con la boca abierta a la pantalla, tratando de
decidir si
responderle o no. Lo dejé sonar.
Sonó de nuevo.
Y sólo lo miré de nuevo.
Dos minutos más tarde mientras me hundía en la bañera, pensando
que
había escapado, Lali golpeó la puerta del baño.
—¡Gaston dice que contestes el teléfono!
Mi teléfono sonó y cerré mis ojos.
—¡Bien! —grité de vuelta y me estiré por él—. ¿Qué? —respondí.
Su risa profunda rodó sobre mí seductoramente.
—Hola a ti también.
—¿Qué es lo que quieres, Gaston? Estoy en medio de algo.
—Lali dice que estás en el baño. —Su voz era baja—. Ojala
estuviera allí,
nena.
Casi podía sentirlo allí.
—Gaston. ¿Qué. Es. Lo. Que. Quieres?
Dio un resoplido de diversión. —Sólo pensé que debería llamarte
para
hacerte saber que no puedo hacerlo esta noche.
¡Gracias, Jesús!
—Estoy teniendo un problema con unos pocos proveedores en este
desarrollo y nos retrasó unas semanas. No sé cuándo estaré libre
esta
semana, pero te garantizo que en el momento en que consiga algo de
tiempo, voy a ir a verte.
—Gaston, no hagas eso.
—Después de anoche, no se puede negar la promesa de lo que hay
entre
nosotros. No voy a dar marcha atrás, así que en lugar de salir con
una
nueva defensa, lo cual estoy seguro que encontraría sumamente
entretenido, sólo cede, nena. Sabes que vas a hacerlo
eventualmente.
—¿He mencionado lo molesto y arrogante que eres?
—Todavía puedo olerte y saborearte, Rocio.
Mi estómago dio vuelta y apreté mis piernas juntas.
—Dios, Gaston… —dije en voz baja sin pensar.
—No puedo esperar para oírte decir eso mientras estoy dentro de
ti. Nos
vemos, nena.
Y después de esa línea de despedida,
colgó.
Gemí, mi cabeza cayendo hacia atrás contra la bañera.
Estaba tan jodida. adaptacion

te falta el capitulo 10 por que as pasado del 9 al 11 por esos no entiendo nada jajaj al igual buenisimo
ResponderEliminarsubi el capitulo 10 q me parece que es el mas interesante
ResponderEliminarte falto el cap 10!!! subilo ya porfa asi podemos leer el 10 y despues este!!!
ResponderEliminarbesos :)
ya me di cuenta de porque no entendía nada!! Jababajaj.. Subi el cao 10!!! Plisss.. Te lo salteate. Has subido el 11
ResponderEliminarporfa subi el capitulo 10!!!!!!!!!!!!!!! estoy muriendoo jajjajjjjaa
ResponderEliminarahora todo tiene sentido jajaja sos una genia no tardes en escribir
ResponderEliminarme esta encantando la nove besos
Esta genial!!!!!!!!! Me encanta. Y Gaston no se va a cansar hasta conseguir lo que quiere!!!!! vamos. Pobre Ro igual, por el ataque de panico y eso. Por cierto, de quien es la adaptacion? el autor como se llama?
ResponderEliminarJajjajaja.. Ahora si todo tiene sentido.ajjajajaajaj... Espero el próximo cao! Ame este por sierto. ... Que habrá pasado con mery y porque rochi tiene la culpa? Subi prontooii. Janjaja
ResponderEliminar