-
Se puede sabes qué rayos es eso de que no quieres ver a Gastón?? –
preguntó Candela mirando a su amiga.
-
Exactamente eso – contestó la rubia.
-
Pues eso es idiota.
-
Eso fue lo que hizo que casi perdieras a Victorio.
Candela
se puso en pié y se llevó las manos a las caderas.
-
Exacto, eso fue lo que casi hizo que perdiera a Victorio, ¿¿por
nada?? ¿¿para qué simplemente no lo vieras más?? – la señaló con el dedo índice
– no estuve a punto de perder al amor de mi vida para que tú decidieras
simplemente no arriesgarte por amor. Ahora vas y buscas a Gastón.
-
No lo haré Candela, éste es un juego demasiado peligroso para
arriesgarnos.
-
¿¿Desde cuándo te da miedo el peligro??
Rocío
suspiró.
-
Desde que casi arruino el amor de mis dos mejores amigos.
Candela
suavizo su mirada.
-
Pero no paso, tu nos salvaste – se agachó frente a ella – incluso,
nos ayudaste. Esto nos ayudo a no dar nada por sentado y a aprender a valorar
lo que tenemos. Amo a Victorio infinitamente más ahora de lo que lo hacía hace
una semana.
-
Y todo el dolor que pasaste cuando se fue??
-
Me ayudó a crecer. Fue exactamente ese dolor el que me hizo darme
cuenta de que no puedo vivir sin él.
Candela
tomó las manos de Rocío entre las suyas.
-
Amiga, quiero que vivas ese amor, quiero que comprendas la
sensación hermosa que da estar
enamorada.
Rocío se
levantó y caminó hasta la ventana
-
Quieres que viva eso con Gastón??
-
Eres tú la que debe responder a eso… Es Gastón él que te hace
sentir así??
Rocío
cerró los ojos.
-
Es Gastón el que despierta todas esas sensaciones extrañas en mi –
miró a su amiga – me hace sentir débil, no me gusta.
-
El amor te hace sensible al otro, es así.
-
Pues no me gusta. – se abrazo a sí misma – me da miedo – susurró –
además no se puede.
-
El amor lo puede todo. –
-
Deja de sonar como una postal de San Valentín la realidad es más
complicada. – se quejó Rocío.
-
¿¿eso qué significa??
-
Significa que tendré que
aprender a olvidarme de Gastón.
¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.
-
Para ser el trabajo de tres hombres, la verdad es que, quedó muy
bien – dijo Victorio terminando de acomodar los cojines. – cuando termines me
lo prestas para traer a Cande…
Gastón
recorrió con la vista la pequeña cabaña.
-
¿¿No parece un bulo?? – Preguntó.
-
No, tiene demasiada clase para ser un bulo – respondió Peter –
ahora, ¿¿Cómo vas a hacer para traerla aquí?? Ella ni siquiera quiere verte-
-
No lo sé – contestó Gastón – la traeré amordazada y arrastras si es
necesario.
Victorio
rió.
-
Suerte con eso, jamás he visto a Rocío hacer lo que otros dicen,
conseguir que venga será mas difícil que convencer a una piedra que dé
agua.
-
No me des tantos ánimos - se
quejó Gastón sentándose en la enorme cama de cuatro postes decorada.
-
Y cuando piensas traerla? – preguntó Peter.
-
Hoy si es posible.
-
Hoy llega Pablo – anunció Victorio.
Gastón se
golpeó la cabeza con el poste de la cama repetidas veces.
-
Maldita sea-
Peter
rió.
-
Por lo menos te da más tiempo de arreglar tu nidito de amor, que
entré los cd´s de Frank Sinatra y los almohadones de corazón no creo que logres
convencerla mucho.
-
Claro que si – intervino Victorio – a las mujeres les gustan estas
cosas, muy en el fondo todas son románticas.
-
Muy, muuuuuuuuuuuuuuuuuuuy en el fondo – rió Peter.
Victorio
también rió.
-
Vale, admito que con Rocío la tienes un poco difícil. Pero aquí
tienes dos opciones. O, te ama por preparar todo esto para ella o
-
Te da una patada en los… - se burló Peter.
-
Ja-ja-ja muy gracioso, esto es serio – dijo Gastón – la verdad es
que no estoy muy seguro de traerla aquí.
-
Ah no – se quejó Victorio – no pase todo el día arreglado, pintando
y decorando está cabaña para convertirla en la guarida de Cupido, para que la
desperdicies. Además es perfecta incluso tiene chimenea.
-
Creo que en más que en la cabaña tú debes preocuparte en
convencerla de traerla aquí y luego convencerla de… lo que sea que quieras
convencerla – dijo Peter.
Gastón se
pasó una mano por la cara.
-
Convencerla de que la amo.
Victorio
lo miró con simpatía y algo de lastima y Peter le colocó una mano en el hombro.
-
Suerte amigo.
¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡-¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.¡.
Estaba
borracho, Rocío sintió el olor a alcohol apenas entrar en la casa, Pablo había
regresado.
-
¿¿Dónde estabas?? – lo escuchó preguntar desde el mini-bar.
Su voz
clara que contrastaba con el fuerte olor a whisky hizo que un escalofrió la
recorriera.
-
En la caballeriza – respondió ella fingiéndose calmada.
-
A esta hora?? – preguntó él.
-
Si Pablo, se acerca una tormenta
y los caballos están inquietos.
-
Tenemos trabajadores para eso.
-
Pero yo quería ver en persona como estaba mi caballo.
-
Ese maldito animal.
Pablo se
dio la vuelta y la miró con un vaso de alguna bebida en la mano.
-
Se puede saber también porque te preocupa más un apestoso animal
que tu esposo??
“porque
me preocupa cualquier cosa antes que mi esposo” – pensó ella pero no lo dijo.
-
Ahora ven y saluda a tu marido como es debido. – ordenó.
Rocío
supo qué hacer. Lo había aprendido a lo largo de los años, se había aprendido a
desconectar en esos momentos, dejaba a Pablo hacer lo que quisiera con su
cuerpo mientras su mente corría lejos de allí.
Camino
por inercia hasta él e ignoró el fuerte olor a alcohol que desprendía él.
Pablo tomó su
rostro y la beso, fuerte, osco, desagradable. Rocío trató de apartarse, pero él le sostenía la parte posterior de su
cabeza, con fuerza, retorciendo los dedos en su pelo. Le hacía daño. La empujó
hacia la pared, sin dejar de besarla, tan fuerte, que parecía que sus costillas
se estaban rompiendo. Y—de forma horrorosa—se restregó contra ella y pudo
sentir el inicio de su excitación.
Esto la
galvanizó. Comenzó a empujarlo en serio, tratando de decirle que ya bastaba,
pero su boca absorbió sus palabras. Terminó haciendo sonidos de protesta,
golpeando los puños contra su pecho.
Él se frotó aún
más fuerte contra ella, y lo sintió completamente. ¡Dios, esto era horrible!
Tenía los ojos
cerrados, como si se tratara de un momento romántico entre dos amantes, y no un
acto de fuerza.
Su lengua se
movía dentro de su boca como una babosa húmeda y caliente, y se puso enferma.
Luchó más fuerte, tratando de darle patadas, logrando sobre todo magullarle los
dedos de los pies. Su mano se apretó en su pelo, tirándole con tanta fuerza que
le hizo brotar lágrimas en los ojos.
¡Suéltame! ¡Me
estás haciendo daño!- Las palabras estaban allí, en su garganta,
pero no podía decirlas, sólo podía hacer ruidos de horror. Finalmente consiguió
darle una patada, pero solo consiguió que le agarrase la cabeza con más fuerza
hacia él. Ahora estaba frenético, chocando sus dientes contra los suyos cuando
cambió el beso para profundizar más en su boca, frotando las caderas contra
ella. Ruidos horribles salían de su garganta.
Él le mordió el
labio, haciéndole sangre. Ella pudo saborear su sangre, y él también, gimió, su
sangre lo excitaba. Él se
estaba excitando con el dolor. Definitivamente excitado con el sabor de su
sangre y con su dolor.
Rocío tomó el
labio de Pablo entre los dientes y lo mordió lo más fuerte que pudo.
Pablo se apartó
de inmediato y se pasó una mano por su labio sangrante.
-
Maldita –
gritó y se abalanzó contra ella.
Rocío intentó
apartarse pero Pablo la tomó por el brazo con una mano y la abofeteó con la
otra.
Ella cayó y se
golpeó la cabeza contra el suelo, todo dio vueltas a su alrededor.
Escuchó como
Pablo se quitaba la correa e intentaba sentarse sobre ella, sacando fuerzas de
donde no tenia lo pateo en la pierna haciéndolo retroceder e intentó levantarse
pero él se lo impidió.
De repente ella
lo miró a los ojos y hubo un momento de silencio, todo rastro del Pablo que
ella conocía había desaparecido, una vena cruel e inhumana se leía en sus ojos.
Él iba a matarla.
El dolor los
sintió de repente. Pablo había utilizado la hebilla de la correa para golpearla
en las piernas como con un látigo, el duro metal había rasgado sus pantalones.
Intentó pararse pero Pablo con otra abofeteada se lo impidió.
El segundo
latigazo de la correa lo vio venir pero eso no disminuyó el dolor paralizante
en sus piernas que comenzaban a sangras.
Debía salir de
allí o moriría.
Miró frenética a
su alrededor, detrás de ella había una mesa con un jarrón, solo debía acercarse
un poco más.
Comenzó a
arrastrarse, a retroceder y Pablo volvió a golpearla, el dolor hizo que se
detuviera un momento. Otro latigazo.
Él la miraba con
odio y ella aprovechó el momento en que el estudió con cinismo su obra en las
piernas de ella para romper el jarrón en su cabeza.
Pablo cayó con
un golpe secó y Rocío se aferró al mueble para poder levantarse.
Sus piernas
sangraban, su cabeza le dolía, todo daba vueltas a su alrededor.
-
Por favor
– pidió al salir a la oscuridad de la noche pero nadie la escuchó.
La tormenta
había comenzado y el agua hacia arder sus heridas. Se arrastró como pudo hasta
la caballeriza y se desplomó aguantándose del cuello de su caballo.
“me debo montar,
me debo ir o moriré” – pensó, pero sus piernas no respondían.
Whisky la
acarició con su cabeza y ella recobró el sentido lo suficiente para montarse
sobre él.
El caballo comenzó
su carrera hacia a algún lugar mientras ella perdía el conocimiento.

subi el proximo rapido xf maldito pablo es un insensible
ResponderEliminartodavbia no me puedo creer que pablo hiciera eso espero que vaya a parar con Gaston todo seria perfecto no tardes en subir
ResponderEliminarQue hdpp!!! pobre rochi! ojala que se encuentre con gaston que el la salve!
ResponderEliminarnoo que ganas de matar a Pablo tengo espero que valla a terminar en lo de Gaston y que Gaston mate al inbecil de Pablo... subi el proximo rapido
ResponderEliminary una nueva vida? nunca mas la subiste :(
ResponderEliminar