martes, 6 de agosto de 2013

Casi capitulo 18

Capítulo 18
::Rochi::
los tentáculos de la medusa en la lámpara están fijos ahora,
pero algo todavía no está bien.
Suelto mis brazos de alrededor de mis rodillas y me
levanto, haciendo una mueca mientras mi sangre corre de vuelta a mis
piernas con miles de alfilerazos. Mi edredón cae al suelo. Camino a través
de la habitación, deteniéndome en mi escritorio para escribir el número
617 por debajo del reciente 456, y el número ganador de la semana pasada
507.
Todos los números que he registrado desde que comenzó la
pasantía. 617. Mayor récord. No es una buena tendencia.
Para tratar y recuperar mi respiración —mi comportamiento—
cualquier cosa, dejé mi mirada viajar a través, dentro y fuera de cada uno
de mis posters favoritos de películas.
Orgullo y prejuicio siempre viene primero. El Señor Darcy, que mira
fijamente a Keira Knightley en su versión de Elizabeth mientras el sol
viene sobre sus hombros. La última escena. Donde ellos juran nunca
separarse. Amo la manera en que él tiene su frente junto a la de ella. En
toda la perfecta película… ellos sólo se besan una vez…
Siguiente: Jack y Rose de Titanic. Se enfrentan en el océano en la
proa del barco. Volando juntos, enfrentando al mundo.
El poster más fascinante de todos es el de Romeo y Julieta. Esta es
de la película de los 90 que es protagonizada por Leonardo DiCaprio y
nicole Danes antes de que se volvieran mayores. Toda la obra fue filmada,
palabra por palabra, en un moderno, escenario de padilla/gánster.
Tengo el poster de Romeo y Julieta mirándose el uno al otro a través
de un acuario.
Vi este poster y vi la película, por no mencionar los extractos de
YouTube de este momento —el momento donde se conocen por primera
vez— un sin número de veces.
Romeo ve a Julieta primero. Su expresión es tan segura. Él sabe que
nunca será el mismo. Él está perdidamente enamorado de Julieta para
siempre. Con cero palabras intercambiadas, su curso se establece.
La expresión de Julieta es igualmente sorprendida cuando ella ve a
Romeo. Luce asombrada, pero cautelosa. Como si ella es más inteligente…
al principio. Pero si ves los extractos de YouTube con atención, te juro que
puedes ver en los ojos de Julieta que ella sabe que va a morir por como se
siente por este chico.
Creo, que esta escena es donde se vive la verdadera tragedia. No es
porque ambos mueren al final. La tragedia estaba ahí… en el principio.
Cuando él le sonríe a ella. Cuando ella instantáneamente olvida.
Olvida cuán peligroso es él.
No puedes culparla por la forma en que se desarrolla. Romeo es tan
sorprendente en esta película… lo que él le dice, como la mira. Ella
obviamente se ahoga en mariposas.
Ahora sé que, en realidad, las mariposas pueden ser cosas horribles y
hermosas. Alejo mi mirada de los posters y me dirijo hacia la puerta.
Inclinando la cabeza contra ella respiro tan profundamente como puedo,
deseando que las voces paren. No está funcionando… nada está
funcionando esta noche. Los flashes y las voces no se marchan.
¡Incluso creo haber oído la voz de Gaston en mi pesadilla! Él se ha
vuelto complicado en mi desordenada vida, tiene sentido que acabe
dentro de mi cabeza. Atrapado en mis pesadillas, mis sueños y en medio
de partes de mi mente donde escondo secretos, inconfesables deseos.
Supongo que ahora está mezclado allí por siempre, con todo el resto.
Lo más increíble, la mejor cosa, flotando a través de todo lo peor.
Este pensamiento me da esta increíble oleada de que odio a Gaston. Lo
odio mucho.
Luego me pregunto si he comenzado a volverme loca. Esta vez, loca
de verdad.
Eso tiene que ser lo que me está pasando. El porqué no puede tener
el control. Todo esto es demasiado. ¿Cuánto puede una persona vivir en
unas pocas horas robadas de sueño cada día antes de enloquecer? Espero
que unas pocas semanas más. Eso es todo lo que necesito, y luego esta
locura se habrá terminado.
Me estremezco porque tengo miedo. Miedo como no he tenido en
un largo, largo tiempo. ¿Qué pasa si no puedo hacerlo? ¿Qué si estoy
atascada en esta habitación por el resto de mi vida?
Tiro para abrir la puerta y salgo apresuradamente hacia la
habitación de mi hermana. Necesito ayuda. Algún tipo de consuelo. Kika
es el único faro de luz en que confío. Sé que ella al menos me distraerá del
tornado de confusión que me está atacando.
Su habitación está iluminada en verde con la luz nocturna de
pescado que tiene desde que tenía seis. Incluso aunque es verano, ella está
asustada de los insectos y mantiene la ventana cerrada herméticamente.
Esa es una fobia que hace su habitación interminablemente sofocante. Eso
es justo lo que necesito. Ser sofocada para que mis pensamientos no
tengan ninguna habitación para respirar es simplemente perfecto.
—¿Kika? ¿Puedo acurrucarme ahí? ¿Sólo por un rato? —susurro.
—Mmph. —Kika se rueda a un lado mientras sostiene las colchas—.
¿Qué hora es?
—No quieres saber. —Me acurruco espalda con espalda no
preocupándome de que ella sienta mi temblor. Me resisto a la necesidad
de aferrarme a ella y llorar como un bebé—. ¿Qué es ese olor? —pregunto
en su lugar.
—Mi loción. BathLand la descontinuó —murmura mientras
bosteza, despertándose—. Compré todo lo que tenían.
Sonrío un poco.
—¿Es esa la loción que me diste antes de ir a la pista la otra noche?
Kika coloca su luz nocturna a un nivel más alto y se gira para
mirarme.
—Durazno zapatero.
Sus ojos, tan parecidos a los míos, brillan incluso en la
penumbra. Sus cejas como mechones de plumas están unidas y ella está
frunciendo el ceño. Mirando mi rostro.
Kika siempre me sigue con la misma expresión preocupada que
mamá usa. Sus voces también son exactamente las mismas. En el teléfono,
nadie puede distinguirlas. Pero, a diferencia de mamá, Kika parece saber
exactamente que necesito después de mis pesadillas. Ella está en silencio
mirando y esperando a que me reagrupe, sin ninguna tortuosa sesión de
preguntas y respuestas.
Ningún juicio, ninguna especulación de ―¿qué significa todo esto?‖.
La amo por eso. Por todo.
—¿Así que… te gustó la loción? —pregunta finalmente. Debe haber
discernido que no iba a llorar todo sobre ella o volcar hacia un nivel
superior de temblores como lo hice en el pasado. Se acurruca de nuevo en
la almohada—. Voy a prestarte más si quieres, para cualquier otra ocasión
especial que pudieras tener —sugiere, pero su voz es demasiado baja.
Pesada. Está preocupada por mí.
Trato de bromear.
—Aprecio la oferta, pero pienso que la loción sólo debería ser
llevada de manera constante si tienes trece años, estás tratando de repeler
insectos, horrorizar a los chicos y atraer osos, todo al mismo tiempo.
—Oye ahora…
—No es que esté diciendo que no necesitaré hacer todo eso… algún
día. Te lo haré saber.
—¿Debo mencionar que sólo hay un galón en todo el mundo? Y se
acaba rápido. —Kika resopla, insultada—. Estoy segura que no repele
chicos. Aunque podría ser cierto lo de los osos.
—Por si acaso, deberías aplicar esa cosa con un toque más ligero.
Aunque… —Tomé otro aliento, sintiéndome cada vez mejor—. Peter, él,
supo de inmediato que era durazno… supuso que era pastel, no zapatero,
sin embargo. Dijo que lo amó. Así que podría ser algo —añado, sacudiendo
mi cabeza, recordando.
—¿Funcionó y tú te burlaste? Cómo te atreves a hacerme dudar.
Debes inclinarte ante mí, ahora mismo.
—Mañana. Lo prometo. Seré tu esclava.
Se ríe y mi corazón se llena de calidez. La pesadilla no puede
competir con mi hermana. Siempre tiene alguna marca especial de magia.
Dormida o despierta, cualquier espacio que ocupe de alguna manera se
convierte instantáneamente en el lugar más dulce de la Tierra. En este
momento, ese lugar se ha transformado en esta desordenada y oscurecida
habitación con infusión de durazno.
Kika mueve su hombro más cerca de mí antes de hablar otra vez.
—Te oí gritar. Prácticamente sacudiste las paredes —susurra.
—Ugh. ¿Tan fuerte? —Suspiré—. Si mamá oyó, probablemente esté
enviando un correo al Doctor Brodie ahora, tratando de conseguirme una
cita.
—Iba a ir, pero te calmaste de inmediato. Pensé que te habías vuelto
a dormir. ¿Fue tan malo?
—Lo usual —mentí. Pero ahora que he tenido tiempo para
procesarlo creo que la pesadilla tenía más cambios de lo que pensaba. Las
imágenes venían hacia mí más rápido. Más claras. El oficial de policía
había estado usando una pistola en una funda negra, y había tenido un
walkie-talkie también. Nunca había recordado ver eso tan claramente
antes.
El Doctor Brodie me dijo que el sueño, después de todo este tiempo,
podría ser fácilmente mezclado con memorias actuales y del pasado. Me
dijo que no debía confiar en ellas como ninguna otra verdad o memoria.
También me dijo que a pesar de lo borracha que había estado, si realmente
alguna vez recordaba, se sentiría todo diferente. Simplemente sabría que
era real y que no lo era.
Recordar es recordar. No es un brumoso y desordenado sueño.
Simplemente no quiero recordar nada más. No lo he querido por un
largo tiempo.
Al principio, había pasado todo el tiempo tratando de descifrar mis
pesadillas. Deseando poder recordar. Pero el último año decidí ignorar
todo el asunto. Ahí fue cuando las cosas empezaron a mejorar. Ya no me
obsesiono con el pasado. Sólo quiero seguir adelante.
Kika pregunta.
—¿Está volviendo ser como antes? Sonabas como cuando…
—¡No! Ni siquiera cerca. —Me rehúso a dejarla terminar. No quiero
hablar sobre como era cuando lo había perdido. Gritando y llorando
noche tras noche, mes tras mes. Eso era cuando todos en nuestra casa
tenían círculos bajo sus ojos, no sólo yo. Cuando todos pensaban que
estaría loca… por siempre.
—Es sólo una mala noche, bien… una mala semana. Pero eso sucede
algunas veces, ¿verdad?
—Si no estuvieras temblando tanto ahora mismo, lo creería.
Si no estuviera temblando tanto, me creería a mí misma, pienso.
—No le digas a mamá y a papá. Ellos sólo actúan raro. Estoy fuera de
mi horario habitual por la pasantía. Las cosas se van a resolver.
Honestamente. Estoy bien. —Me giro para mirar el ventilador del techo y
Kika encuentra mi mano. Ella se sostiene a ésta muy apretadamente hasta
que el último de los temblores deja mi columna vertebral.
—Deseo que una de mis listas de verificación pudieran arreglarte —
dice con una voz tan desanimada como me siento.
Obligo a mi tono a sonar alegre.
—Me has arreglado. Porque por tu última lista, estoy en buen
camino hacia la normalidad en todos los ámbitos. Tengo lugares a donde
ir, gente que ver y un lindo chico mensajeándome todo el día. —Hago un
cambio de tema—. Lo que me recuerda, necesito la lista que me
prometiste sobre la mensajería de texto. ¿Qué quiere decir t-q-i?
—Duh. ―Tengo que irme‖. No tienes remedio. Será la primera cosa
que te conseguiré.
—Gracias.
Kika suspira.
—Sé que quieres privacidad y todo eso, pero ¿por lo menos puedes
admitir que te gusta este Peter? ¿Al menos dime algo sobre él? Me
debes la loción que atrapó su corazón, después de todo. Quiero detalles.
—Está bien. —Sonrió y me doy vuelta para apoyarme en mi codo y
poder mirar hacia ella. Estoy entretenida. Buscando algo verdadero para
decirle después de dos semanas de evasiones y full mentiras—. Es alto.
Larguirucho, pero sólido y fuerte a la vista. Y dice que lo hago reír. Esa
parte es realmente molesta, porque sabes que me enorgullezco de NO ser
graciosa. —Kika se ríe mientras continúo—. También murmura para sí
mismo. Como todo el tiempo. Es tierno. Y su voz. OMG. Deberías oírla. Es
toda baja como rock star… y… me pone los pelos de punta. Y sus ojos. No
puedo explicarlos. Son mágicos. Bosque oscuro, verde brillante.
—¿Qué?
—Quiero decir …. Cambian todo el tiempo. Y se está dejando crecer su pelo para
parecerse al pelo de un surfista —añadí rápidamente, tratando de
recuperarme de mi desliz. Mi
error.
Conjuro la cara de Peter, la mantengo, empujando todo
pensamiento de Gaston.
—Su personalidad lo hace muy travieso. Y él, cómo puedo
explicarlo, se burla de todos. Es dulce, y del tipo que flirtea todo el
tiempo. Pero no de una manera espeluznante. Es encantador —añado.
—Lindo —dice Kika, aun medio perdida en sus risas.
—Sí… bueno. —Encuentro su mirada. Estoy sonriendo de nuevo,
pero no puedo sostener la imagen de Peter.
Mientras continúo, Gaston está frente a mí de nuevo.
—La manera en que me mira, pone en marcha los latidos de mi
corazón. Si quieres saberlo, inmóvil, este chico me llena el cerebro con
caramelo, me hace actuar como una tonta, y detiene mi corazón con
mariposas por lo menos dos veces al día. Las tengo tan sólo
mencionándolo, si quieres saber.
Y las tengo. Tan molesto.
Kika sonríe.
—Guau. ¿En serio? Mariposas quieren decir tienes un serio flechazo.
¡Sé demasiado!
Trago, negándoselo a mi hermana y a mí misma.
—No voy a hacer un alboroto por las mariposas en el estómago
porque… las personas muertas, personas viejas, incluso muebles podrían
tener mariposas si conocieran a este chico. Deberías verlo en persona. El
anuario no le hace justicia. ¿Me pregunto si es mi tipo o si simplemente
disfruto viéndolo?
—Suena como que es tu tipo. Y me gusta la foto del anuario. Puedo
ver de lo que hablas.
—Él, um, me preguntó para salir. Creo que iré.
Kika, masticando el cebo, sonríe y aplaude con sus manos.
—¡OMG! ¡OMG! ¿Qué vas a usar? ¡OMG! ¿Una cita? Los chicos
realmente dicen: ¿Quieres ir a una cita conmigo?
Me doy vuelta y meto la manta con fuerza sobre las dos.
—Me dijo para ir a hacer senderismo. Creo que usó las palabras cita
grupal, así que probablemente no significa nada. Dijo que él empacaría mi
almuerzo. Eso es algo dulce, ¿no es así?
Kika suspira y voltea así que ambas estamos mirando como gira
lentamente el ventilador de techo.
—¿Y si tu primer beso con él es en una ladera de la montaña con el
sol brillando, y hay hierba verde y algunas flores silvestres alrededor, y
pájaros están cantando y…
—…a finales de junio? Puedes añadir un
montón de polvo, eliminar la parte verde, y convertir las flores en dientes
de león y en hierba marrón, y matar el canto a menos que te refieras a los
graznidos de una urraca. Añadir el resto de nuestros amigos mirándonos.
¿Y no te olvides de lanzar una tormenta eléctrica de tarde torrencial
seguida por granizo de un cuarto de tamaño?
Ella se ríe.
—Oh, sí. ¡Besar bajo la lluvia! ¡El romance increíble!
Yo me río también.
—No voy a besar a ningún chico en una ―cita grupal‖ después de
haber estado sudando como un camionero por el senderismo. ¿Qué si ha
comido ajo el almuerzo? —Estoy ruborizada de color rojo brillante ahora y
agradecida por el cuarto oscuro.
Es demasiado extraño imaginar un primer beso con Gaston... ¿o no? El
chico es mi novio, después de todo. Mi pecho se aprieta... cómo me
gustaría tener el coraje de hacer que me bese como parte del contrato.
Pero fui yo la que hizo la norma de cero beneficios. Aunque, hice reserva
de derecho de cambios. No. No.
Kika me salva de mis pensamientos insanos.
—Siempre y cuando hayas tenido ajo, el beso podría ser. Hay una
posibilidad de que estén saturados en los mismos ingredientes, porque él
está haciendo tu almuerzo. —Kika ríe.
—Santo... eso es cierto. —Me encuentro con su mirada y ambas

reímos.

1 comentario:

  1. wow me encanta esta novela ... es increible
    cuando comence a leerla no podia parar es demaciado atrapante...
    sigue subiendo porfavor !!
    att: majo **

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