Capítulo 18
::Rochi::
los tentáculos de la
medusa en la lámpara están fijos ahora,
pero algo todavía no
está bien.
Suelto mis brazos de
alrededor de mis rodillas y me
levanto, haciendo una
mueca mientras mi sangre corre de vuelta a mis
piernas con miles de
alfilerazos. Mi edredón cae al suelo. Camino a través
de la habitación,
deteniéndome en mi escritorio para escribir el número
617 por debajo del
reciente 456, y el número ganador de la semana pasada
507.
Todos los números que
he registrado desde que comenzó la
pasantía. 617. Mayor
récord. No es una buena tendencia.
Para tratar y
recuperar mi respiración —mi comportamiento—
cualquier cosa, dejé
mi mirada viajar a través, dentro y fuera de cada uno
de mis posters
favoritos de películas.
Orgullo y prejuicio
siempre viene primero. El Señor Darcy, que mira
fijamente a Keira
Knightley en su versión de Elizabeth mientras el sol
viene sobre sus
hombros. La última escena. Donde ellos juran nunca
separarse. Amo la
manera en que él tiene su frente junto a la de ella. En
toda la perfecta
película… ellos sólo se besan una vez…
Siguiente: Jack y Rose
de Titanic. Se enfrentan en el océano en la
proa del barco.
Volando juntos, enfrentando al mundo.
El poster más
fascinante de todos es el de Romeo y Julieta. Esta es
de la película de los
90 que es protagonizada por Leonardo DiCaprio y
nicole Danes antes de
que se volvieran mayores. Toda la obra fue filmada,
palabra por palabra,
en un moderno, escenario de padilla/gánster.
Tengo el poster de
Romeo y Julieta mirándose el uno al otro a través
de un acuario.
Vi este poster y vi la
película, por no mencionar los extractos de
YouTube de este
momento —el momento donde se conocen por primera
vez— un sin número de
veces.
Romeo ve a Julieta
primero. Su expresión es tan segura. Él sabe que
nunca será el mismo.
Él está perdidamente enamorado de Julieta para
siempre. Con cero
palabras intercambiadas, su curso se establece.
La expresión de
Julieta es igualmente sorprendida cuando ella ve a
Romeo. Luce asombrada,
pero cautelosa. Como si ella es más inteligente…
al principio. Pero si
ves los extractos de YouTube con atención, te juro que
puedes ver en los ojos
de Julieta que ella sabe que va a morir por como se
siente por este chico.
Creo, que esta escena
es donde se vive la verdadera tragedia. No es
porque ambos mueren al
final. La tragedia estaba ahí… en el principio.
Cuando él le sonríe a
ella. Cuando ella instantáneamente olvida.
Olvida cuán peligroso
es él.
No puedes culparla por
la forma en que se desarrolla. Romeo es tan
sorprendente en esta
película… lo que él le dice, como la mira. Ella
obviamente se ahoga en
mariposas.
Ahora sé que, en
realidad, las mariposas pueden ser cosas horribles y
hermosas. Alejo mi
mirada de los posters y me dirijo hacia la puerta.
Inclinando la cabeza
contra ella respiro tan profundamente como puedo,
deseando que las voces
paren. No está funcionando… nada está
funcionando esta
noche. Los flashes y las voces no se marchan.
¡Incluso creo haber
oído la voz de Gaston en mi pesadilla! Él se ha
vuelto complicado en
mi desordenada vida, tiene sentido que acabe
dentro de mi cabeza.
Atrapado en mis pesadillas, mis sueños y en medio
de partes de mi mente
donde escondo secretos, inconfesables deseos.
Supongo que ahora está
mezclado allí por siempre, con todo el resto.
Lo más increíble, la
mejor cosa, flotando a través de todo lo peor.
Este pensamiento me da
esta increíble oleada de que odio a Gaston. Lo
odio mucho.
Luego me pregunto si
he comenzado a volverme loca. Esta vez, loca
de verdad.
Eso tiene que ser lo
que me está pasando. El porqué no puede tener
el control. Todo esto
es demasiado. ¿Cuánto puede una persona vivir en
unas pocas horas
robadas de sueño cada día antes de enloquecer? Espero
que unas pocas semanas
más. Eso es todo lo que necesito, y luego esta
locura se habrá
terminado.
Me estremezco porque
tengo miedo. Miedo como no he tenido en
un largo, largo
tiempo. ¿Qué pasa si no puedo hacerlo? ¿Qué si estoy
atascada en esta habitación
por el resto de mi vida?
Tiro para abrir la
puerta y salgo apresuradamente hacia la
habitación de mi
hermana. Necesito ayuda. Algún tipo de consuelo. Kika
es el único faro de
luz en que confío. Sé que ella al menos me distraerá del
tornado de confusión
que me está atacando.
Su habitación está
iluminada en verde con la luz nocturna de
pescado que tiene
desde que tenía seis. Incluso aunque es verano, ella está
asustada de los
insectos y mantiene la ventana cerrada herméticamente.
Esa es una fobia que
hace su habitación interminablemente sofocante. Eso
es justo lo que
necesito. Ser sofocada para que mis pensamientos no
tengan ninguna
habitación para respirar es simplemente perfecto.
—¿Kika? ¿Puedo
acurrucarme ahí? ¿Sólo por un rato? —susurro.
—Mmph. —Kika se rueda
a un lado mientras sostiene las colchas—.
¿Qué hora es?
—No quieres saber. —Me
acurruco espalda con espalda no
preocupándome de que
ella sienta mi temblor. Me resisto a la necesidad
de aferrarme a ella y
llorar como un bebé—. ¿Qué es ese olor? —pregunto
en su lugar.
—Mi loción. BathLand
la descontinuó —murmura mientras
bosteza,
despertándose—. Compré todo lo que tenían.
Sonrío un poco.
—¿Es esa la loción que
me diste antes de ir a la pista la otra noche?
Kika coloca su luz
nocturna a un nivel más alto y se gira para
mirarme.
—Durazno zapatero.
Sus ojos, tan
parecidos a los míos, brillan incluso en la
penumbra. Sus cejas
como mechones de plumas están unidas y ella está
frunciendo el ceño.
Mirando mi rostro.
Kika siempre me sigue
con la misma expresión preocupada que
mamá usa. Sus voces
también son exactamente las mismas. En el teléfono,
nadie puede
distinguirlas. Pero, a diferencia de mamá, Kika parece saber
exactamente que
necesito después de mis pesadillas. Ella está en silencio
mirando y esperando a
que me reagrupe, sin ninguna tortuosa sesión de
preguntas y
respuestas.
Ningún juicio, ninguna
especulación de ―¿qué significa todo esto?‖.
La amo por eso. Por
todo.
—¿Así que… te gustó la
loción? —pregunta finalmente. Debe haber
discernido que no iba
a llorar todo sobre ella o volcar hacia un nivel
superior de temblores
como lo hice en el pasado. Se acurruca de nuevo en
la almohada—. Voy a
prestarte más si quieres, para cualquier otra ocasión
especial que pudieras
tener —sugiere, pero su voz es demasiado baja.
Pesada. Está
preocupada por mí.
Trato de bromear.
—Aprecio la oferta,
pero pienso que la loción sólo debería ser
llevada de manera
constante si tienes trece años, estás tratando de repeler
insectos, horrorizar a
los chicos y atraer osos, todo al mismo tiempo.
—Oye ahora…
—No es que esté
diciendo que no necesitaré hacer todo eso… algún
día. Te lo haré saber.
—¿Debo mencionar que
sólo hay un galón en todo el mundo? Y se
acaba rápido. —Kika
resopla, insultada—. Estoy segura que no repele
chicos. Aunque podría
ser cierto lo de los osos.
—Por si acaso,
deberías aplicar esa cosa con un toque más ligero.
Aunque… —Tomé otro
aliento, sintiéndome cada vez mejor—. Peter, él,
supo de inmediato que
era durazno… supuso que era pastel, no zapatero,
sin embargo. Dijo que
lo amó. Así que podría ser algo —añado, sacudiendo
mi cabeza, recordando.
—¿Funcionó y tú te
burlaste? Cómo te atreves a hacerme dudar.
Debes inclinarte ante
mí, ahora mismo.
—Mañana. Lo prometo.
Seré tu esclava.
Se ríe y mi corazón se
llena de calidez. La pesadilla no puede
competir con mi
hermana. Siempre tiene alguna marca especial de magia.
Dormida o despierta,
cualquier espacio que ocupe de alguna manera se
convierte
instantáneamente en el lugar más dulce de la Tierra. En este
momento, ese lugar se
ha transformado en esta desordenada y oscurecida
habitación con
infusión de durazno.
Kika mueve su hombro
más cerca de mí antes de hablar otra vez.
—Te oí gritar.
Prácticamente sacudiste las paredes —susurra.
—Ugh. ¿Tan fuerte?
—Suspiré—. Si mamá oyó, probablemente esté
enviando un correo al
Doctor Brodie ahora, tratando de conseguirme una
cita.
—Iba a ir, pero te
calmaste de inmediato. Pensé que te habías vuelto
a dormir. ¿Fue tan
malo?
—Lo usual —mentí. Pero
ahora que he tenido tiempo para
procesarlo creo que la
pesadilla tenía más cambios de lo que pensaba. Las
imágenes venían hacia
mí más rápido. Más claras. El oficial de policía
había estado usando
una pistola en una funda negra, y había tenido un
walkie-talkie también.
Nunca había recordado ver eso tan claramente
antes.
El Doctor Brodie me
dijo que el sueño, después de todo este tiempo,
podría ser fácilmente
mezclado con memorias actuales y del pasado. Me
dijo que no debía
confiar en ellas como ninguna otra verdad o memoria.
También me dijo que a
pesar de lo borracha que había estado, si realmente
alguna vez recordaba,
se sentiría todo diferente. Simplemente sabría que
era real y que no lo
era.
Recordar es recordar.
No es un brumoso y desordenado sueño.
Simplemente no quiero
recordar nada más. No lo he querido por un
largo tiempo.
Al principio, había
pasado todo el tiempo tratando de descifrar mis
pesadillas. Deseando
poder recordar. Pero el último año decidí ignorar
todo el asunto. Ahí
fue cuando las cosas empezaron a mejorar. Ya no me
obsesiono con el
pasado. Sólo quiero seguir adelante.
Kika pregunta.
—¿Está volviendo ser
como antes? Sonabas como cuando…
—¡No! Ni siquiera
cerca. —Me rehúso a dejarla terminar. No quiero
hablar sobre como era
cuando lo había perdido. Gritando y llorando
noche tras noche, mes
tras mes. Eso era cuando todos en nuestra casa
tenían círculos bajo
sus ojos, no sólo yo. Cuando todos pensaban que
estaría loca… por
siempre.
—Es sólo una mala
noche, bien… una mala semana. Pero eso sucede
algunas veces,
¿verdad?
—Si no estuvieras
temblando tanto ahora mismo, lo creería.
Si no estuviera
temblando tanto, me creería a mí misma, pienso.
—No le digas a mamá y
a papá. Ellos sólo actúan raro. Estoy fuera de
mi horario habitual
por la pasantía. Las cosas se van a resolver.
Honestamente. Estoy
bien. —Me giro para mirar el ventilador del techo y
Kika encuentra mi
mano. Ella se sostiene a ésta muy apretadamente hasta
que el último de los
temblores deja mi columna vertebral.
—Deseo que una de mis
listas de verificación pudieran arreglarte —
dice con una voz tan
desanimada como me siento.
Obligo a mi tono a
sonar alegre.
—Me has arreglado.
Porque por tu última lista, estoy en buen
camino hacia la
normalidad en todos los ámbitos. Tengo lugares a donde
ir, gente que ver y un
lindo chico mensajeándome todo el día. —Hago un
cambio de tema—. Lo
que me recuerda, necesito la lista que me
prometiste sobre la
mensajería de texto. ¿Qué quiere decir t-q-i?
—Duh. ―Tengo que
irme‖. No tienes remedio. Será la primera cosa
que te conseguiré.
—Gracias.
Kika suspira.
—Sé que quieres
privacidad y todo eso, pero ¿por lo menos puedes
admitir que te gusta
este Peter? ¿Al menos dime algo sobre él? Me
debes la loción que
atrapó su corazón, después de todo. Quiero detalles.
—Está bien. —Sonrió y
me doy vuelta para apoyarme en mi codo y
poder mirar hacia
ella. Estoy entretenida. Buscando algo verdadero para
decirle después de dos
semanas de evasiones y full mentiras—. Es alto.
Larguirucho, pero
sólido y fuerte a la vista. Y dice que lo hago reír. Esa
parte es realmente
molesta, porque sabes que me enorgullezco de NO ser
graciosa. —Kika se ríe
mientras continúo—. También murmura para sí
mismo. Como todo el
tiempo. Es tierno. Y su voz. OMG. Deberías oírla. Es
toda baja como rock
star… y… me pone los pelos de punta. Y sus ojos. No
puedo explicarlos. Son
mágicos. Bosque oscuro, verde brillante.
—¿Qué?
—Quiero decir …. Cambian
todo el tiempo. Y se está dejando crecer su pelo para
parecerse al pelo de
un surfista —añadí rápidamente, tratando de
recuperarme de mi
desliz. Mi
error.
Conjuro la cara de Peter,
la mantengo, empujando todo
pensamiento de Gaston.
—Su personalidad lo
hace muy travieso. Y él, cómo puedo
explicarlo, se burla
de todos. Es dulce, y del tipo que flirtea todo el
tiempo. Pero no de una
manera espeluznante. Es encantador —añado.
—Lindo —dice Kika, aun
medio perdida en sus risas.
—Sí… bueno. —Encuentro
su mirada. Estoy sonriendo de nuevo,
pero no puedo sostener
la imagen de Peter.
Mientras continúo, Gaston
está frente a mí de nuevo.
—La manera en que me
mira, pone en marcha los latidos de mi
corazón. Si quieres
saberlo, inmóvil, este chico me llena el cerebro con
caramelo, me hace
actuar como una tonta, y detiene mi corazón con
mariposas por lo menos
dos veces al día. Las tengo tan sólo
mencionándolo, si
quieres saber.
Y las tengo. Tan
molesto.
Kika sonríe.
—Guau. ¿En serio?
Mariposas quieren decir tienes un serio flechazo.
¡Sé demasiado!
Trago, negándoselo a
mi hermana y a mí misma.
—No voy a hacer un
alboroto por las mariposas en el estómago
porque… las personas
muertas, personas viejas, incluso muebles podrían
tener mariposas si
conocieran a este chico. Deberías verlo en persona. El
anuario no le hace
justicia. ¿Me pregunto si es mi tipo o si simplemente
disfruto viéndolo?
—Suena como que es tu
tipo. Y me gusta la foto del anuario. Puedo
ver de lo que hablas.
—Él, um, me preguntó
para salir. Creo que iré.
Kika, masticando el
cebo, sonríe y aplaude con sus manos.
—¡OMG! ¡OMG! ¿Qué vas
a usar? ¡OMG! ¿Una cita? Los chicos
realmente dicen:
¿Quieres ir a una cita conmigo?
Me doy vuelta y meto
la manta con fuerza sobre las dos.
—Me dijo para ir a
hacer senderismo. Creo que usó las palabras cita
grupal, así que
probablemente no significa nada. Dijo que él empacaría mi
almuerzo. Eso es algo
dulce, ¿no es así?
Kika suspira y voltea
así que ambas estamos mirando como gira
lentamente el
ventilador de techo.
—¿Y si tu primer beso
con él es en una ladera de la montaña con el
sol brillando, y hay
hierba verde y algunas flores silvestres alrededor, y
pájaros están cantando
y…
—…a finales de junio?
Puedes añadir un
montón de polvo,
eliminar la parte verde, y convertir las flores en dientes
de león y en hierba
marrón, y matar el canto a menos que te refieras a los
graznidos de una
urraca. Añadir el resto de nuestros amigos mirándonos.
¿Y no te olvides de
lanzar una tormenta eléctrica de tarde torrencial
seguida por granizo de
un cuarto de tamaño?
Ella se ríe.
—Oh, sí. ¡Besar bajo
la lluvia! ¡El romance increíble!
Yo me río también.
—No voy a besar a ningún
chico en una ―cita grupal‖ después de
haber estado sudando
como un camionero por el senderismo. ¿Qué si ha
comido ajo el
almuerzo? —Estoy ruborizada de color rojo brillante ahora y
agradecida por el
cuarto oscuro.
Es demasiado extraño
imaginar un primer beso con Gaston... ¿o no? El
chico es mi novio,
después de todo. Mi pecho se aprieta... cómo me
gustaría tener el
coraje de hacer que me bese como parte del contrato.
Pero fui yo la que
hizo la norma de cero beneficios. Aunque, hice reserva
de derecho de cambios.
No. No.
Kika me salva de mis
pensamientos insanos.
—Siempre y cuando
hayas tenido ajo, el beso podría ser. Hay una
posibilidad de que
estén saturados en los mismos ingredientes, porque él
está haciendo tu
almuerzo. —Kika ríe.
—Santo... eso es cierto.
—Me encuentro con su mirada y ambas
reímos.

wow me encanta esta novela ... es increible
ResponderEliminarcuando comence a leerla no podia parar es demaciado atrapante...
sigue subiendo porfavor !!
att: majo **