viernes, 23 de agosto de 2013

Jugemos a Ser Novios ..... Capitulo 1 ¿Quiere ser mi novia?



Esta nove la voy a subir todos los Viernes, casi siempre a la tarde o nochesita..
Disfruten del Capitulo...
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—¿Quieres ser mi novia? —preguntó Gastón tan rápidamente que Rocio creyó que las
palabras habían sido distorsionadas por el sonido del silbato del campo de futbol.

¿Por qué Gastón, el chico más popular del instituto, le preguntaría eso a ella?
Seguramente había escuchado mal, no había de otra. Sí, Rocio era una chica bonita pero
ella era simplemente una chica más del montón en el instituto. Mientras Gastón con su cabellera
rubia brillante y sonrisa deslumbrante era no solo el chico más popular y guapo del instituto si
no también a sus 18 años ya era un modelo profesional de ropa masculina y ella... bueno Rocio
solo era ella y punto, nada especial, no era muy inteligente, tampoco muy amistosa o sociable,
solo era una chica promedio y ya.
¿Entonces porque aquella pregunta había salido de la perfecta boca de Gastón?

—¿Qué? —preguntó Rocio incrédula.

Una fresca ventisca de marzo los rodeó a ambos y el sonido constante del silbato en el
campo de futbol los alcanzaba a ellos a pesar de estar en los bebederos que se encontraban
alejados del campo.

—¿Qué si quieres ser mi novia? —dijo Gastón detenidamente ya que no estaba dispuesto a
repetirlo una vez más, no solo por ser vergonzoso si no porque no quería que nadie más
escuchara eso.

—¿Por qué? —preguntó Rocio sacudiendo levemente la cabeza. Ella sabía que debía
haber algo detrás por lo que él estaba haciendo eso.

—¿Qué inteligente? —dijo Gastón de pronto dejando salir una sonrisa sínica.

Rocio se cruzó de brazos mostrando una sonrisa sarcástica. Si bien ella no era de las
mejores alumnas al menos era una buena alumna y no iba a ser tan ingenua como para creer que
el grandioso Gastón le pediría algo como eso a una chica como ella.

—Obviamente —dijo ladeando su cabeza un poco, como la de un pájaro observando algo
interesante.

—Te necesito —dijo claramente Gastón y la observó seguramente esperando que hubiera una
reacción en ella un poco más escandalosa pero ella siguió con esa pequeña sonrisilla sarcástica
en su rostro.

—Continua —dijo ella cortésmente y un atisbo de interés sonó en su voz.

—Eres prácticamente una chica antisocial —dijo Gastón sin ninguna delicadeza lo cual en
realidad tampoco le importaba a Rocio ya que ella sabía que no estaba mintiendo—, así que
como no tienes amigas —dos en realidad ella tenía dos amigas solo que iban en diferentes
clases—, pensé que si tu y yo salimos nadie te preguntaría nada —el chico lanzó una sonrisa
victoriosa como si fuera un plan brillante.

—Lo veía venir —Rocio se apoyó sobre una pierna y suspiró profundo tratando de
analizar las ganancias que ese trato le brindaba a ella—. Hay cientos de chicas con las que
puedes salir y ten por seguro que no dirían ni una sola palabra si se lo pidieras.

—Lo sé —dijo obvio como si ninguna chica pudiese resistirse a él—, pero tú eres más
fácil.
La chica levanto ambas cejas y cuando Gastón logró entender sus palabras se vio obligado a
rectificar más no se disculpó del todo.

—Lo que quiero decir es que es más sencillo salir contigo a pedirle a cualquier otra chica
¿entiendes? —Rocio asintió orgullosa—. Solo mírate casi te estoy rogando y tu solo pides y
pides explicaciones y no me das la respuesta que necesito escuchar.

—Debe ser difícil para ti insistir tanto ¿verdad? —dijo Rocio divertida.

—¿Quieres ser mi novia sí o no? —nuevamente preguntó Gastón ahora ya cansado. Cuando
había pensado su plan no consideró que Rocio fuera tan... difícil pero él tenía bien en claro que
ella no aceptaba cosas a no ser algo le conviniera, que pudiese sacar un provecho de eso.

—No lo sé —dijo pensativa colocando su mano izquierda en su cintura y su índice derecho
en su barbilla como si esa pregunta fuese de mucho analizar—. Es que no comprendo que
ganaría yo con esto.

Gastón rodó los ojos, él sabía que ella saldría con esa frase.
—Saldrás conmigo. Es lo mejor que te puedes ganar —dijo obvio como si realmente eso
pudiera ser lo mejor del mundo.

—No lo creo —Rocio decidió que no tenía porque perder su tiempo y dispuesta a irse se
dio media vuelta pero obviamente fue detenida por el firme agarre de Gastón en su brazo.

—¿Qué es lo que quieres? —dijo rendido.

—¿Qué puedes darme? —preguntó ella contenta de que Gastón la detuviera.

—No lo sé, dime qué quieres y lo conseguiré para ti —dijo Gastón sin suavizar su agarre lo
que empezó a provocar un leve ardor en el brazo de Rocio a lo que ella hizo una mueca.

—Primero deja mi brazo libre —Gastón vio el brazo de ella y lo soltó con delicadeza pero
como siempre sin pedir disculpas—. Y bien, ahorita no tengo nada que quiera pero si en el
proceso de este... “trabajo” hay algo que quiera, tendrás que dármelo.

Gastón observó nuevamente a Rocio y no comprendió como una chica de su apariencia
podía ser de esa manera. Rocio tenía esa apariencia de niña bien portada. Su cabello era de un
rubio común y ondulado, le llegaba poco más debajo de los codos y la mayoría del tiempo lo
llevaba suelto, su piel era pálida pero de alguna forma lucia hermosa parecía tener la suavidad
del terciopelo pero la frialdad de la nieve, sus ojos eran sencillamente marrones y su cuerpo...
había mejores cuerpos que el de ella, era delgada y tenía curvas en donde las necesitaba excepto
en la parte superior, seguramente era copa “A”.
Gastón aclaró su mente y asintió mientras por dentro mordía su lengua para no maldecir entre
dientes. Rocio podía sacar de quicio a alguien rápidamente, seguramente esa era la causa de que
casi no tuviera amigas.

—Lo que quieras, pero a cambio debes hacer un increíble trabajo como mi novia —la chica
rodó los ojos dejando salir un enorme suspiro de irritación.

—Yo siempre trabajo en serio —se dio media vuelta dejando al muchacho de pie tras de
ella y empezó a caminar pero nuevamente el brazo de Gastón la detuvo—. ¿Qué? —preguntó
girando su cabeza hacia el modelo.

—Empiezas desde ahora, en este preciso momento ya eres mi novia y al finalizar las clases
hablaremos en privado más sobre este “trabajo” —la seriedad en el rostro de Gastón era tanta que
la chica tuvo que volverse completamente hacia él.

La verdad los motivos por los que tuviera que pretender ser su novia no le importaban
realmente pero ya que era un trabajo debía aceptar y fue por eso que asintió, desinteresadamente.
Para finalizar las clases en el colegio todos sabían que Gastón y Rocio estaban en una
relación romántica ¡era el tema de conversación de momento!
Había rumores que decían que Rocio había engatusado al modelo para que salieran y otros
rumores decían que Gastón llevaba mucho tiempo interesado en Rocio ya que ocasionalmente se
le había visto observándola, lo cual era cierto ya que durante ese par de semanas en que decidió
que ella era buena para pretender ser su novia no había apartado la mirada de ella, pero no la veía
románticamente, eso era más que claro.
Al terminar la última clase de Rocio todos en su salón la observaban cuidadosamente, unas
eran miradas amistosas y otras eran miradas de envidia y odio. Cuando salió del salón vio a su
“novio” esperándola fuera lo cual le sorprendió ya que no creyó que él fuera a ser tan serio al
respecto.

—Hola, linda —le habló acercándose a ella con una de esas sonrisas que dibujaba en su
rostro para las fotografías en que modelaba.

Si la chica no conociera a Gastón probablemente sería una más de las chicas que se
encontraban ahí en el pasillo observándolos, pero ese era el problema, ella lo conocía desde la
secundaria y sabía como de chocante podía llegar a ser así que su pose de novio perfecto no le
afectaba para nada.
Ella le asintió tiernamente, algo que se veía ajeno a su rostro, y él tomó la mochila que
anteriormente había colgado del hombro de la rubia. Con un brazo la rodeó por la cintura y la
apegó a su cuerpo y ambos escucharon como un “clic” al estar tan cerca, era como si sus cuerpos
encajaran perfectamente. Ignorando aquello ambos se pusieron en marcha por el pasillo hasta
llegar a la puerta principal del edificio en donde un grupo de chicas, todas ellas admiradoras del
modelo, les obstruyeron el paso.

—¿Cómo puede ser posible que salgas con “ella”? —señalaron a Rocio casi con repulsión
las 6 chicas del grupo, la que parecía ser la líder y estaba rodeaba de las chicas restantes dio un
paso hacia el frente y jaloneó bruscamente a la rubia separándola de los brazos de Gastón—.
Solo mírala —jaloneó el cabello de Rocio.

—En primer lugar no tienes permitido tocarla así —habló molesto, molesto en realidad—,
en segundo lugar no tienes ni permiso de pensar en ella. ¿Preguntas que porque la elegí?, la
respuesta es sencilla. A ella le importa mi fama así como le importas tú —y nuevamente atrajo a
Rocio a sus brazos de una forma protectora que la chica no se imaginó que existiera en Gastón—.
Te agradezco por ser mi seguidora pero si te metes con mi chica entonces no quiero saber nada
de tu club de fans —y dicho eso ambos se abrieron paso entre el grupo de chicas con la boca
abierta al ver como su amor platónico se llevaba a la chica más común del mundo sujetada
fuertemente a él.

—¿No fue un poco duro eso? —susurró Rocio mientras seguía con paso acelerado al
chico.

—Me tomo todo esto en serio... por cierto —observaron a su alrededor en donde los chicos
se reunían solo para verlos pasar—, sería bueno demostrarlo hora que hay más público.
—¿Demostrar qué? —preguntó pero en cuestión de segundos comprendió a lo que se
refería—. Entiendo —dijo regresando su mirada hacia el modelo—. Pero tú hazlo, se supone que
tú estás más enamorado de mí.

Gastón rodó los ojos y sin darle tiempo de otra cosa la detuvo en medio del camino y
aprisionó sus labios con los de él. Los labios de Rocio se pusieron tensos bajo los del chico y
después de unos segundos siguieron un tímido beso. Gastón no había besado de esa manera
desde... nunca, por lo regular las chicas se morían por besarlo y devoraban su boca pero en
cambio con ella era diferente, era lento, delicado, suave, cariñoso y cálido. Sus ojos, que se
habían cerrado con fuerza, se habían suavizado y el brazo con el que rodeaba la cintura de Rocio
se había afirmado aun más. La reacción de ella era más suave, más inocente y cuando la razón

golpeó a Gastón entendió que le había robado su primer beso.

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